LOS DESEQUILIBRIOS SOCIALES
Escribe: Milcíades Ruiz
|
N |
o
es común hablar de desequilibrios en política. Pero estos, están en todas
partes. La problemática social, es causada por una serie de desequilibrios,
tanto estructurales como ocasionales. Se omite conceptualizar nuestra desgracia
desde este punto de vista, para evitar cuestionamientos pues, precisamente el
sistema capitalista está erigido sobre una estructura de desequilibrios
permanentes implantados con fines de dominación humana. Sin embargo, este
enfoque podría ser de utilidad política para la lucha contra las aberraciones
del sistema.
El
equilibrio y desequilibrio es inmanente a la materia en todas sus formas:
sólidas, líquidas, gaseosas, por su movimiento infinito. La luz es materia en
equilibrio con electrones en movimiento y su desequilibrio causa oscuridad.
Miles de toneladas de agua pueden estar suspendidas en el aire en un
equilibrio que solo se rompe por la violenta colisión de nubes tras la cual,
las lluvias traen el agua dulce que hace florecer la vida terráquea, en
equilibrio ecológico con la luz solar y el suelo. Es el equilibrio natural.
¡Qué
agradable resulta contemplar el paisaje andino con toda su exuberante belleza
producto del equilibrio en su ecosistema! Pero ¡Cuan desagradable resulta
cuando los humanos por ambición de lucro, destruyen los ecosistemas y
desequilibran la vida natural, sin que podamos recuperarla! En el universo, las
interacciones generan desequilibrios permanentemente, en todos los ámbitos, en
todo tiempo y espacio, pero el equilibrio se restablece de diversa manera, sin
existir intención particular, ni propósito premeditado.
Somos los humanos los que, actuamos con buenos y malos propósitos, provocando desequilibrios diversos, hasta entre nosotros mismos, sin permitir perversamente, recuperar equilibrios para una vida armoniosa. La pobreza es un grave desequilibrio en la distribución de riqueza que, no armoniza con equidad, las condiciones económicas entre los diversos sectores sociales. La música es agradable al oído humano por la armonía de sus notas contrastantes, pero suena desagradable si sus notas son discordantes por desequilibrio armónico.
Ni
qué decir de los desequilibrios en nuestro organismo que, sufre cuando lo
exponemos a condiciones nocivas. El más grave desequilibrio es el que afecta
nuestra mente. Cuando el desequilibrio mental nos vence, cometemos actos
negativos y hasta repudiables, tales como: deslealtades, abusos de poder,
crímenes, violaciones, y muchas otras fechorías. Pero, si controlamos nuestras
reacciones mentales, tendremos actos de ecuanimidad, en armonía social.
Con
esta introducción, resulta lógico deducir que la humanidad y, nuestro país en
particular, sufre desequilibrios en todos los aspectos, siendo determinantes,
aquellos que causa el sistema de gobierno mundial y, nacional. Todo sistema de
dominación social implanta una estructura orgánica de dominio, que se sustenta
en el desequilibrio de poder contra los dominados. Actualmente, la humanidad
vive bajo el sistema capitalista en su mayor desarrollo evolutivo, ejerciendo
sistemáticamente, modalidades de dominio sobre la base de desequilibrios
económicos.
Pero
esta estructura se implantó en siglos pasados, por medios coercitivos,
aplicando normas de conducta social penalizadas o, estructura jurídica y, bajo
el control de un aparato administrativo o, estado, con agentes militares y
civiles que vigilan el orden establecido. De este modo, la estructura de
dominación económica repercute en todos los aspectos de la vida en sociedad. La
educación de la población, por ejemplo, tiene que ser forzosamente condicionada
a favor del régimen de dominación imperante. Y así, en los demás aspectos
también somos condicionados material y mentalmente.
Los
que no estamos de acuerdo con este sistema de gobierno, luchamos por el cambio
hacia un sistema diferente que, corrija los desequilibrios estructurales en la
economía, en la vida social, en la forma de gobierno, en la cultura y, demás
aspectos. Pero el desequilibrio de poder entre dominadores y dominados, es tan
abrumador que, nuestras rebeldías son reprimidas impunemente, hasta con métodos
criminales. Tenemos en contra, todo el aparato de defensa del sistema de
dominación capitalista por el desequilibrio de poder a que estamos sometidos.
Entonces,
nuestra lucha tiene que ser estratégica, considerando las debilidades y
fortalezas propias como también, las del sistema de opresión. La lucha consiste
en desequilibrar el poder de nuestros opresores. Será necesario entonces,
desarrollar nuestras potencialidades para ir ganando poder e ir reduciendo el
desequilibrio de fuerzas. El escenario de lucha no debería ser donde el
gobierno opresor es más fuerte, sino donde es más débil. Llevar las acciones a
donde tenemos mayores ventajas y protección. Es una forma de contrarrestar el
desequilibrio de fuerzas.
Si
nos proponemos una medida de lucha, tiene que ser para lograr un resultado
esperado, como parte de la estrategia. La lucha ciega, sin finalidad, es
estéril y suicida. Los movimientos populares deberán ser certeros en los pasos
que dan, evaluando realistamente las condiciones de lucha, para la factibilidad
de un logro a conseguir. Accionar solo por emotividad conduce a errores si no
hay claridad de objetivos. Las últimas movilizaciones espontáneas no han
conseguido ningún logro.
En
la formalidad política, podemos explotar los desequilibrios del sistema,
levantando las banderas de la reivindicación justiciera para corregir las
causas desequilibrantes. Podemos erosionar las fuerzas opresoras aprovechando
sus errores políticos. Reclamar ante todo desequilibrio que afecte a la población,
por mal manejo de gobierno y proponer soluciones de enfoque popular. Si no hay
condiciones para un cambio total del sistema, se puede optar por reducir al
máximo los desequilibrios del régimen imperante. Las propuestas políticas de
los partidos políticos populares podrían prestar atención a las causas de los
desequilibrios dañinos al pueblo.
Es
corriente escuchar sobre el equilibrio fiscal cuando los gastos del Estado
corresponden a sus ingresos. El desequilibrio conduce al déficit y
endeudamiento que lo pagamos todos. Ya hemos sufrido la devaluación del sol de
oro que hizo perder todos los ahorros a la población, por el desequilibrio
monetario provocado bajo el mandato de Alan García y el partido aprista. Hay
equilibrio en el mercado cuando la oferta es igual a la demanda y sufrimos el
desequilibrio cuando suben los precios provocando inflación. Todo desequilibrio
es explotable políticamente.
Pero,
hay que tener en cuenta que no siempre el equilibrio está en el término medio o
eje central como sucede en una balanza. El sistema capitalista mantiene el
equilibrio en sus desigualdades aplicando contrapesos. El neoliberalismo
implantó en nuestro país, los programas sociales para contrapesar los daños
ocasionados por su modelo económico y así, evitar rebeldías. Pero también desde
el inicio de la república, tenemos un grave desequilibrio en el gobierno
nacional haciendo que la minoría plutocrática se mantenga en el poder contra la
mayoría de la población, aplicando el contrapeso de un sistema electoral fraudulento.
La historia está llena de casos en que, todo gobierno popular es objeto de medidas desequilibrantes para hacerlo caer. EE UU ha hecho caer muchos gobiernos populares en Latinoamérica y en el mundo, aplicando sobornos, extorsiones, sabotajes, bloqueos comerciales, etc. Cuba sobrevive a todas las patrañas malévolas, pero es la población del llano la que más sufre por el desequilibrio de poder internacional.
Las
fuerzas antipopulares en nuestros países movilizan los medios de prensa y
aplican una serie de modalidades para mantener en equilibrio las desigualdades
del sistema, haciendo que la gente, acepte como normal, lo que es injusto.
“Somos pobres porque así lo quiso Dios”, “Bienaventurados los que padecen
persecución por la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos”. Claro.
El reino de la tierra pertenece a los dominadores de la humanidad y a nosotros,
el vasallaje. No faltaba más.
Para
los luchadores sociales, para las agrupaciones que luchan por una causa
popular, es muy importante la visión del equilibrio del desarrollo. Tanto para
la formulación de ideales, objetivos y propuestas, como para el trazado de
estrategias a seguir en el enfrentamiento contra los opresores que, postulan
contrapesos a los desequilibrios sociales, pero no, una reforma ni cambio en el
sistema imperante. No van a las causas de los desequilibrios, sino a fórmulas
para mediatizarlos.
En
un plan de lucha política, podemos incluir la lucha contra los desequilibrios
estructurales que causan pobreza y, delincuencia en todos los niveles sociales.
La lucha contra los desequilibrios que causan alto desempleo y abismales
diferencias de ingresos pecuniarios. La lucha contra los desequilibrios
presupuestales que marginan a la sierra y selva y, a los pueblos indígenas. La
lucha contra el desequilibrio político que impide una representación
democrática equitativa en el gobierno nacional, negando el acceso a los
sectores populares. Contra el desequilibrio en los gastos de gobierno y la
inversión pública desequilibrada por la corrupción, etc.
En
conclusión, depende de las iniciativas y creatividad en los movimientos
populares para contrarrestar los desequilibrios a los que estamos sometidos e
ir ganado poder hasta equilibrar fuerzas y vencer a nuestros opresores. Salvo
mejor parecer. <>
7
octubre/2025

No hay comentarios:
Publicar un comentario