viernes, 18 de marzo de 2022

HISTORIOGRAFÍA PUNEÑA

 AUGUSTO RAMOS ZAMBRANO

EL HISTORIADOR

Escribe: René Víctor Calsín Anco.

Una personalidad de prestancia nacional que consagró su vida al desentrañamiento de la historia social puneña, fundamentalmente relacionada a las rebeliones campesinas es, sin duda, Augusto Ramos Zambrano.

EL ADVENIMIENTO.- Miguel Augusto Ramos Zambrano nació el 5 de julio de 1930 en la villa de Pucará, en el seno de la familia formada por Hipólito Ramos Ferrandiz y Rosario Zambrano Cornejo. Vivió en la hacienda Colque de su familia.

LOS ESTUDIOS BÁSICOS.- Nuestro personaje cursó la educación primaria en la Escuela de Varones 8706 del histórico distrito de Pucará y en el Centro Escolar de Varones N° 871 de la ciudad de Lampa. Al concluir la primaria prosiguió la secundaria en el Colegio Nacional de San Carlos (1945-1949). En 1948, cuando cursaba el cuarto año, Augusto tenía de profesor de Matemática al Ing. Ignacio Frisancho Pineda y entre sus condiscípulos a Ubaldo de la Riva.

LOS ESTUDIOS SUPERIORES.- Augusto Ramos Zambrano realizó sus estudios superiores en la Facultad de Derecho en la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco; una vez que terminó la carrera se recibió de abogado. También tuvo estudios de Historia en la Universidad Indiana de Estados Unidos de Norteamérica.

LAS FACETAS.- Nuestro biografiado adquirió relevancia regional y nacional como historiador, sin embargo tuvo una vida multifacética, puesto que advertimos varios campos de acción en su quehacer, se desempeñó como poeta, abogado, maestro, historiador y escritor.

EL POETA.- Augusto Ramos Zambrano en sus años juveniles incursionó en la poesía, sus versos se publicaron en el diario Los Andes y en otras publicaciones.

EL ABOGADO.- Una vez que concluyó su carrera y se graduara de abogado, Augusto Ramos Zambrano ejerció su profesión en la ciudad de Puno, especializándose en los casos de defensa de los campesinos en el fuero civil. Después cumplió funciones de magistrado, ocupando diversos cargos, en su tramo final se desempeñaba de Vocal Titular de la Corte Superior de Justicia de Tacna y Moquegua, en tal cargo se mantuvo hasta su jubilación.

EL MAESTRO.- Augusto Ramos Zambrano incursionó en la docencia como maestro de escuela. Después, fue docente en la Universidad Nacional del Altiplano de Puno, llegando a ocupar diversas responsabilidades en la primera casa de estudios del departamento de Puno, fue Vicerrector Académico y Rector interino.

EL HISTORIADOR.- Nuestro personaje siguió los pasos de los historiadores puneños, caso de Alejandro Cano, Eduardo Pineda Arce, Emilio Romero y Alfonso Torres Luna, distinguiéndose como el mejor historiador puneño. La inquietud histórica aparece con su cualidad litigante. Llegó a sistematizar los estudios dispersos de entonces, especialmente los relacionados a los movimientos campesinos. Apeló a la documentación de numerosos repositorios públicos y privados nacionales e internacionales, muchos de ellos no conocidos, estuvo en el Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia que se encuentra en la ciudad de Sucre, como en la biblioteca de Mauro Paredes Ayamamani, por citar dos repositorios. Fruto de sus investigaciones históricas publicó sus libros, todas sus publicaciones lograron el reconocimiento de consagrados historiadores. Fundó el Instituto de Estudios Históricos Pukara, formó parte de otras instituciones, caso del Instituto Nacional de Estudios Históricos Túpac Amaru.

EL ESCRITOR.- Augusto Ramos Zambrano publicó los siguientes libros: La gesta de Pedro Vilca Apaza (1971), Puno en la rebelión de Túpac Amaru (1982), La rebelión de Huancané, 1923-1924 (1984), Rumi Maqui, movimientos campesinos de Azángaro (1985), José Domingo Choquehuanca y el peruano de Pucará-Azángaro (1988), Tormenta altiplánica, rebeliones indígenas de la provincia de Lampa, Puno, 1920-1924 (1990), Ezequiel Urviola y Rivero: apóstol del indigenismo puneño (1994), Historia de la reapertura de la Universidad Nacional del Altiplano (1995), Historia del indigenismo puneño (1995), Bocetos históricos de la provincia de Melgar (2001), La fundación de Puno y otros ensayos históricos (2004), Aimaras rebeldes (2007), Tupamarus, Vilcapazas, Cataris, Ingariconas (2009), J. D. Choquehuanca: El cantor de Bolívar. Los caciques Chukiwanka y sus testamentos (2012) y Ezequiel Urviola y el indigenismo puneño (2016).

LAS REBELIONES CAMPESINAS.- El tema principal de sus investigaciones históricas ha sido el de los principales movimientos campesinos que ocurrieron en el departamento de Puno, desencadenados por las inequidades que sufrieron los campesinos frente a quienes detentaban abusivamente el poder.

EL PASO A LA INMORTALIDAD.- En agosto del 2012 Augusto Ramos Zambrano sufrió un accidente vehicular en la ciudad de Lima. El accidente resultó letal, puesto que el día 21 del mismo mes fallecía.

LA TRASCENDENCIA.- Augusto Ramos Zambrano forma parte de los principales historiadores peruanos. Sus libros se convirtieron en clásicos. Es uno de los principales constructores de la puneñidad. Entre los que aplaudieron y reconocieron su labor histórica, se cuenta a Lizandro Luna, Emilio Romero, Atilio Sivirichi Tapia, César Lévano, Scarlett O’phelan Godoy, María Eugenia del Valle de Siles, Pablo Macera, Nils Jacobsen, Daniel Hazen, Manuel Burga, Alberto Flores Galindo y Charles Walker.

Para César Lévano, Augusto Ramos Zambrano es un “investigador incansable de la historia social de Puno”. Alberto Flores Galindo, en el prólogo a Tormenta altiplánica, decía de Augusto Ramos Zambrano, “es un historiador fiel a una misma temática… Extraño caso de perseverancia en un medio, como el nuestro, que ofrece mil ocasiones para la dispersión”. Charles Walker en el prólogo a Ezequiel Urviola y el indigenismo puneño, confesaba: “Augusto Ramos Zambrano ha sido un autor fundamental en mis estudios sobre las rebeliones en el siglo XVIII”.

Augusto Ramos Zambrano en el 2012 decía: “la justicia social en el Perú… todavía no ha llegado”; efectivamente no llegó y la tarea es bregar por la justicia social. En ese mismo año se pronunciaba sobre el bicentenario, en estos términos: “Podríamos afirmar sin lugar a equivocaciones que los homenajes y ceremonias para celebrar el bicentenario de la Independencia Nacional ya se iniciaron por cuanto el proceso de este magno acontecimiento no se produce solamente con la declaración de San Martín el 28 de julio de 1821, por el contrario viene desde muy lejos. Hay quienes sostienen que podría haberse iniciado con la gran rebelión de Túpac Amaru II de 1780 para culminar con la célebre batalla de Ayacucho”, inclusive después de este suceso, por ejemplo, con la proclamación de la independencia del Perú en la Plaza Mayor de la ciudad de Puno, que ocurrió el 27 de diciembre de 1824.

Es pertinente proseguir la tarea emprendida por Augusto Ramos Zambrano, un notable historiador y un destacado memorialista, apeló a la documentación que halló, como a la memoria campesina, para que no quede en el anonimato. <>


LA COYUNTURA POLÌTICA PERUANA

 


LA LIBERTAD DE FUJIMORI

César Hildebrandt

Tomado de HILDEBRANDT EN SUS TRECE N° 578, 18MAR22

A

 Confucio se le atribuye esta frase profética: “Antes de empezar un viaje de venganza, cava dos tumbas”. Tramar la venganza, anidarla en el corazón, hacerla destino y meta es un modo de morir en un pozo de arsénico. Quien se venga, se iguala. Y lo que más quisiera un enemigo es que uno termine pareciéndose a él.

Quien escribe esta columna tendría hartos motivos para vengarse hasta la muerte (literalmente hablando) de Alberto Fujimori.

El fundador de esta dinastía fúnebre obligó a los dueños de Canal 4 a expulsarme de la televisión, intimidó a otros que podían contratarme, envió mensajes de miedo a dueños de periódicos y revistas y me obligó a partir, con la familia, a Madrid.


Cuando regresé, años después, y volví a hacer periodismo político, la banda del Chino tramó el llamado Plan Bermuda, que no era otra cosa que el de mi asesinato y que fue revelado por el diario “La República” después de las confesiones de una agente arrepentida del Servicio de Inteligencia del Ejército.

Fujimori me odió desde el día en que revelé, en plena campaña de 1990, que él era un evasor sistemático de impuestos y que tenía algunos millones de dólares que explicar en su gestión como rector de la Universidad Agraria. Demostré también en esa ocasión que Fujimori había adquirido el fundo “Pampa Bonita” falsificando documentos ante las autoridades del Ministerio de Agricultura y siendo indebido beneficiario de la reforma agraria. Y en los meses que pudimos estar en la televisión -hasta junio de 1991- denunciamos, con balas y señales, la política de exterminio que se estaba llevando a cabo en Ayacucho y otros lugares bajo el pretexto de luchar contras las hordas del terrorismo. En noviembre de 1991, poco antes de mi partida a España, la agencia EFE me entrevistó y fue en ese momento en que, sin necesidad de ninguna agudeza, previne que lo que se venía era un golpe de Estado organizado por Fujimori para asumir el control total del país.

A mi retorno, el odio de Fujimori y su intención de borrarme del globo parecían acrecentarse cada día. Hubo televisoras chantajeadas, radios bajo amenaza, invasiones de estudios para hacerme la vida más difícil y todo empeoró cuando, con el auspicio del despojado Baruch Ivcher, la asesoría de Alberto Borea y la colaboración de Fernando Viaña y Ángel Delgado (cómo cambiaron, pelones) sacamos a cir­culación el diario “Liberación”.

Lo siento, pero debo decirlo: fuimos los únicos que lla­mamos a Fujimori con los términos que la indignación y la semántica exigían: ladrón, asesino, mañoso, fraudulento, continuista. Otros después serían los condecorados por la Sociedad Interamericana de Prensa, qué podía importar­nos.

Fuimos los que publicamos, gracias a la te­meridad de una cuñada de Jorge del Cas­tillo, la millonaria cuenta en dólares que Vladimiro Montesinos tenía en el Banco Wiese. Fuimos los que obligamos a Fujimo­ri a salir y decir que ese dinero (dos millo­nes y seiscientos mil dólares) provenía “de asesorías externas que el señor Montesinos tenía tiempo de hacer en sus ratos libres”. Lo obligamos a enlodarse pú­blicamente en defensa del asesor y secuaz que todo lo sabía.

Iguchi: "Keiko es igual de 
monstruo que su padre"
Recuerdo que estando en Madrid, en la sección edito­rial del monárquico ABC gracias a mi generoso amigo Luis María Ansón, me encargaron viajar a Lima a entrevistar a Susana Higuchi. La entrevista apareció en el suplemento dominical del diario y en ella Higuchi describía a un Fuji­mori inédito y siniestro que pocos podían imaginar. El re­trato que de él hizo quien fue su cónyuge por treinta largos años describe a un rufián que era capaz de negar su propia firma y de intimidar a una jueza para desconocer su huella dactilar. Todo, con tal de no pagarle a la Higuchi la deuda privada que le tenía por haber sacado de sus cuentas el dinero usado en la campaña electoral de 1990. “Es un monstruo”, me dijo Higuchi. “Keiko es igual que él”, agregó.


“Liberación” fue el diario que contribuyó a terminar de despertar al país. Habíamos vivido la pesadilla fujimorista -el canje de la libertad por el orden aparente- y ahora el espíritu de la calle era sacudimos de las cadenas y las venias del susto. El nombre del periódico, un plagiario homenaje a lo que significaba el homónimo francés, era toda una propuesta de combate.

Fujimori fue el peor presidente de la historia peruana si consideramos que la democracia es el bien mayor a conservar. Lo ensució todo, lo corrompió todo. Desalmó al país. Patricio Lynch, el jefe del gobierno de la ocupación chilena, no le causó al Perú ni la décima parte del daño moral y social que Fujimori nos infligió.

El adversario chileno usó la Biblioteca Nacional como establo. Fujimori, que después querría ser senador japonés, destrozó la educación pública y fomentó las universidades basura. El enemigo de la ocupación saqueó todo lo que podía caber en su flota. Fujimori vendió fraudulentamente el patrimonio empresarial del Estado y se lo dio muchas veces a empresarios con patente de corso. ¿Cuál era la diferencia? Que los chilenos sabían que debían irse. Fujimori, en cambio, soñaba con un shogunato interminable.

Con Fujimori las Fuerzas Armadas se pudrieron, el congreso fue un lenocinio, el Tribunal Constitucional desapareció, el Poder Judicial se trasladó al SIN, la “televisión informativa de la patria”, padeció de oficialismo crónico, la prensa chicha fue pandilla bate en mano, el poder electoral era una sucursal de Palacio, las radios maullaban terror. ¿Qué quedó en pie? ¿Qué metro cuadrado institucional no fue vejado por la pezuña de ese gobierno que creó a los Colina y los condecoró? Al final, sólo quedó la calle, el grito, el coro gigante de la rabia.

Fue un video el que remató a un gobierno que había vivido de la imagen. Fueron las voces de esa escena -la de Montesinos preguntando cuánto y sugiriendo diez mil dólares y la de Kouri diciendo quince- las que terminaron con el hechizo. Hasta los pobres de las manos tendidas, fujimoristas por el hambre, entendieron que suprimir la dignidad no era ya aceptable.

Luego Fujimori extrajo su identidad de japonés encubierto, postuló a la Dieta, fracasó y se fue a Chile a la espera de su resucitación. Lo engañaron vilmente quienes querían recuperar la Lima-Chicago Chico de los 90.

Fue extraditado, juzgado y condenado. Su sentencia fue una pieza mayor de la literatura jurídica y recuerdo haber escrito una columna alabando su fondo y su estilo.

A la cárcel, pues. El que humilló a un país que no podía amar terminaba entre rejas por robar de su tesoro público y crear grupos diestros en matanzas.

Leonor La Rosa: Crimen del
aparato represor fujimorista
Hace 15 años que Fujimori está en la cárcel. Su hija ha intentado ser presidenta en tres ocasiones. El peso de la mochila es excesivo. El apellido que lleva tiene la resonancia de una maldición. La persigue, le dispara por la espalda, como a los de La Cantuta.

Fujimori tiene 83 años. Está enfermo. Su hijo quiso liberarlo siguiendo el estilo de la familia: comprando congresistas vía canje en connivencia con PPK, un fujimorista de bolsillo, corazón y comisiones. Otro fracaso. En esa trama corrompida se ha basado el TC que ha abierto la reja de Barbadillo.

Alberto Fujimori perdió el honor y la reputación por todo lo que hizo y por todo lo que instigó a hacer. La libertad es lo que menos significa en su caso. Le quedan pocos años y sus médicos y abogados hablan de un indulto humanitario. Ser compasivo con un recluso más que octogenario y enfermo es una demostración de que el Perú es mejor que el hombre que quiso infectarlo para siempre.

No importa que hayan sido magistrados conservadores del TC quienes dictaron el fallo. La compasión no debería tener siglas ni apellidos y, más allá de leguleyadas y mugres procesales, lo cierto es que la decisión del TC es política. ¿Debería importamos eso? A estas alturas, pienso que no.

Los familiares de las víctimas tendrían que entender que si Fujimori muere en la cárcel, una niebla de falso heroísmo y victimización intentará cubrir su memoria.

Fujimori es un capítulo felizmente cerrado de la política peruana. Su hija no será presidenta y con el patriarca terminará esta historia que hubiera sido extraordinaria si se hubiese limitado a la reconstrucción económica y a liquidar los rezagos terroristas. No fue así, sin embargo. El sueño autocrático de Fujimori destruyó su gobierno y acabó con su leyenda de eficacia.

Hoy Alberto Fujimori es el pasado que le toca las puertas a la sensibilidad y al don de la generosidad. Si fuéramos como él, las cerraríamos. Que las abramos es la confirmación de un triunfo moral que nos enriquece como seres humanos.

Porque el desquite verdadero es el olvido

 

jueves, 17 de marzo de 2022

LA COYUNTURA MUNDIAL: OTAN VS RUSIA

 UNA GUERRA CRUCIAL

Escribe: Milciades Ruiz

No tenemos una versión nativa de nuestra historia. Solo la versión de la dominación que, con su avasallamiento informativo tergiversa la verdad en función de sus conveniencias. En el 2022, la invasión militar rusa al territorio de Ucrania, ha prendido la mecha de una guerra múltiple, por choque de bloques económicos capitalistas, pero solo tenemos versiones interesadas. Por ser una guerra que nos afecta, deberíamos razonar en defensa propia.

Esta guerra ha estremecido a toda la humanidad como nunca había sucedido antes en el contexto de una globalización capitalista. No solo es el temor a una guerra atómica mundial, sino también por el hecho de que nadie puede eximirse de sus efectos, aunque no tenga culpa alguna. Lo estamos constatando de diversa manera. ¿Qué culpa tienen las personas y objetos rusos de una decisión que, les es ajena?

El asunto es que, esta guerra es piedra de toque de bloques económicos en pugna. No pasó esto, con la guerra de Las Malvinas, ni con el conflicto Perú-Ecuador, porque en estas guerras, no estaban en juego las hegemonías económicas. Por más que se digan otros motivos, es una guerra por el mercado, pues el bloque encabezado por EE UU pretende expandirse penetrando los dominios de Rusia capitalista.

El problema se agudizó cuando Ucrania entró en crisis de gobierno, crisis económica y, la consiguiente crisis de unidad nacional, que llegó a la violencia armada interna. Esta situación fue aprovechada por el bloque occidental para ofrecer “ayuda”, proponiendo Tratado de Libre Comercio –TLC, financiamiento del FMI y del BM, incorporación a la UE y otras lisonjas.

Bien sabemos que estos instrumentos son los que tienen a Perú, como mercado cautivo de EE UU, como otros países están en esta condición por los TLC con la UE. El intercambio desigual de los TLC, nos ha hundido en la dependencia del maíz, trigo, y más. No podemos recuperar nuestro patrimonio porque van contra estos tratados y, nacionalizar significa sanciones onerosas. Hacer esto con Ucrania es introducirse con fines de expansión en el bloque comercial de Rusia. El mercado que gana occidente, es lo que pierde oriente. Allí está, la “madre del cordero”

Si EE UU invadió Irak y sometió a otros países árabes, fue por el petróleo y no por una guerra santa contra el terrorismo. Siempre las guerras de dominación se han hecho con fines distintos a los utilizados como pretexto. EE UU tiene una negra historia de decenas de invasiones armadas, a los países de Latinoamérica con falsos pretextos. De modo que rasgarse las vestiduras por la invasión rusa y aplicar sanciones económicas es de miserables sin dignidad.

En 1846, EE UU arrebató por la fuerza a México la mitad de su territorio, (Hoy Texas y California). Le hizo la guerra a España para quitarle sus colonias Puerto Rico, Guam, Filipinas y Hawai. Así se apropió también de Guantánamo (Cuba) desde 1901 y en 1989 tuvo el descaro de invadir Panamá para arrestar a quien fuera su protegido, Manuel Noriega. La operación dejó no menos de 3 mil bajas civiles.


Los países de la Unión Europea UE, también tienen una larga historia de invasiones a países ajenos. Pero, es bueno recordar que la invasión francesa a España decadente, fue la que determinó la independización de las colonias en nuestro continente. La guerra por el mercado hizo que Inglaterra ayudara a los grupos subversivos como a la logia “Lautaro”. El fin era romper el monopolio español para que prosperaran los capitales ingleses con el libre comercio.

En la actualidad tras la crisis mundial agravada por la pandemia, la guerra Rusia Ucrania encuentra a EE UU en una situación decadente y a la UE que todavía no logra recuperar su economía pre pandemia. Involucrase en una guerra los conduciría al desastre. Por ello, no se atreven a intervenir directamente. Solo ofrecen ayudar a Ucrania de otro modo evadiendo involucrarse más de lo necesario. Pueden dar dinero para mercenarios, armamento y tecnología, pero no más, porque no están en condiciones solventes.

Ante la impotencia, atacan de otro modo, aplicando sanciones contra Rusia para dañar su economía y debilitarlo. Bloquean sus conexiones financieras, comerciales, tecnológicas, políticas, etc. Peor aún, obligan bajo amenazas, a los países de sus férulas, a que se involucren haciendo lo mismo contra Rusia. El colmo es amenazar a China para que participe en el bloqueo. Este totalitarismo es claramente hitleriano.

Pero, “el tiro les puede salir por la culata” y causarse daño propio. Si a Rusia se le cortan las conexiones globales, lo obligan a crear sus propios mecanismos autónomos. Todo esto viene siendo tomado en cuenta por China que como medida de precaución diseñará sus propios circuitos económicos, de modo tal que, llegado el momento no podrá ser afectado.

Si se cortan los canales globales, estando dolarizadas todas las operaciones económicas, entonces bajará el flujo de esta divisa, no solo en las transacciones comerciales y financieras, sino también como reservas internacionales de los países desconectados en ambos lados. Esto significa que la demanda del dólar irá bajando y devaluándose, lo cual sería terrible para EE UU. Independizarse del dólar será entones una medida de seguridad para todo país, lo que provocaría el derrumbe del imperialismo.

De modo que, esta guerra, conduce a una modificación severa de los términos de intercambio internacional. El crecimiento económico mundial será afectado por las sanciones y la inflación traerá más pobreza global. Ya se siente el impacto de estas medidas en la seguridad alimentaria y seguridad energética, sin la cual los índices de PBI están condenados a truncarse.

Si todo este proceso se deteriora, quizá habrá llegado la hora de romper las cadenas de la esclavitud del dólar. La desesperación podría llevar a muchos países independizarse de las férulas occidentales, haciendo caso omiso de los mandatos del imperialismo. Sucedió cuando España entró en decadencia por insolvencia económica. Fue impotente para conservar sus colonias, como ahora EE UU sufre de impotencia económica por su alto déficit, endeudamiento y pérdida de poder.

Las bravuconadas no le servirán de nada frente al proceso histórico que no podrá controlar. En el otro lado, Rusia sigue el mismo camino de la negra historia del dominio norteamericano. Ahora, todos los países desmembrados de la ex Unión Soviética, tienen el mismo temor de ser oprimidos por Rusia, y tomarán sus medidas. Nadie puede estar seguro.

Muchos se parcializan con Rusia capitalista y no se solidarizan con Ucrania. Si hemos repudiado las intervenciones norteamericanas contra nuestros países, enarbolando las banderas de la libre determinación y no injerencia en los asuntos internos de otro país, no deberíamos tener doblez moral. Si nuestro país, es invadido por una potencia extranjera, tendremos que dejar de lado nuestras diferencias y luchar por la patria.

Eso es lo que hacen los patriotas ucranianos y sus actos de heroísmo frente al invasor quedarán como heridas abiertas, como las que tenemos nosotros desde que la invasión española nos desheredó de nuestra patria ancestral.

Muchos dirán “así no es”. Bueno pues, cada cual con su moral. Disculpen la impertinencia.

Marzo 17. 2022

miércoles, 16 de marzo de 2022

NARRACIONES PUNEÑAS

 DOS PANES Y UNA CHANCACA

Por: Augusto Vera Béjar

Tomado del libro: PUNEÑOS, CAROLINOS Y CABALLEROS. Ed. Auver.  Arequipa, 1995, pp. 31 a 37

El recreo escolar ha sido siempre el momento más esperado por los alumnos de cualquier edad. Sintiéndose libre de la mirada de los profesores uno puede dedicarse con tranquilidad a tomar los alimentos, practicar distintos deportes o, simplemente, a pasar el tiempo en la agradable compañía de los amigos y compañeros de clase.

Los primeros recreos de Serapio en su colegio, fueron maravillosos. El Centro Escolar 881 de Puno, era la escuelita fiscal en que estudiaba y que gozaba de gran prestigio en el País. José Antonio Encinas, el insigne educador puneño, la había llevado a la fama internacional al experimentar en ella las teorías pedagógicas que se convirtieron, años después, en su obra fundamen­tal: "Un Ensayo de Escuela Nueva en el Perú". A Serapio jamás le faltaba una propina en el 881, pues nada más tenía que acercarse a la oficina del Director -su padre- para conseguirla. Con las monedas en el bolsillo, generalmente veinte centavos, salía presuroso a ganar su turno frente a las limpias y transparentes vitrinas de los hermanos Medina, uno de los cuales, Rosendo, se había convertido en su "casero".

Tenían los hermanos una fábrica de dulces llamada "La Estrella" cuyo nombre aparecía en menudas letras blancas en cada una de las vitrinas. Llegaban los Medina, a media mañana, con su impecable uniforme blanco y su vitrina encima de la cabeza, defendida por una especie de neumático también blanco y pequeño y portando en las manos el soporte necesario para el mueble, doblado en forma de tijera.

Los dulces de "La Estrella" eran variados. Cocadas, canelas, cochas y alfeñiques les eran servidos a los chicos, generosamente, en trozos de papel blanco. Veinte centavos podían considerarse una fortuna una vez convertidos en caramelos cuyo sabor natural endulzaba la hora del descanso y hacía más placentero el recreo.

Al trasladarse al Colegio Nacional San Carlos, para cursar el cuarto de primaria, Serapio dejó de ver a don Rosendo Medina y tuvo que acostumbrarse a una nueva forma de golosinas. Los empleados y cocineros del Colegio abrían de par en par las ventanas del comedor de internos y, a través de las rejas, vendían pan y chancacas. El oscuro dulce, preparado con azúcar morena en enormes trozos de color café, era bastante empalagoso; sin embargo, combinado con el pan resultaba un bálsamo que permitía a los estudiantes recuperar las fuerzas después del duro trabajo intelectual. Los veinte centavos de caramelos del 881 quedaron atrás. A partir de entonces se acercaban diariamente a la reja a pedir sus dos panes y su chancaca.

Serapio no recordaba bien cómo empezaron los problemas, pero de pronto se vio compartiendo su refrigerio con Tomás, un compañero de clase a quien se podía calificar de "niño bien" por su apariencia y las comodidades de que gozaba, y que había encontrado la forma de atemorizarle y aprovecharse de él. Apenas compraba Serapio sus panes y su chancaca, Tomás se aparecía entre los compañeros y exigía su parte, a manera de "cupo". Para Serapio era la única forma de evitar ser golpeado en público.

Algunas veces no divisaba al abusón entre los hambrientos muchachos que se congregaban frente a las rejas, pero éste siempre llegaba, tarde o temprano, de algún lado y moviendo simplemente el dedo índice, como si quisiera atraerle, le urgía a entregarle su ración. En alguna oportunidad trató de rebelarse y con ello se ganó un par de golpes que le enviaron al suelo, provocando las risas de los compañeros. Definitivamente, Tomás era el calvario de Serapio y éste, como único paliativo, trataba de acostumbrarse a la idea de tener que aguantarle los siete años que faltaban aún para salir del Colegio.

Fue Amilcar, el más pequeño de la clase, quien primero se dio cuenta de la situación y trató de aconsejarle: "¡no tienes por qué aguantarle!"....

"¡me consta que es un maricón!", repetía constantemente; pero siendo el temor más fuerte que su audacia, Serapio le rogó que no pronunciara tan subversivas palabras delante de los compañeros. Su único afán era disimular la servidumbre de que era objeto para no terminar siendo el hazmerreír de los demás.

Los años pasaron y Tomás creció de manera espectacular. Siempre fue el más grande y fuerte de la clase. El miedo que producía su carácter inestable y agresivo era proporcional a su alta y maciza figura.

¡Dos panes y una chancaca! En las matemáticas urgentes del recreo escolar, significaban apenas la mitad para el estómago de Serapio. El resto era para Tomás, quien recibía la otra mitad a manera de salario.

Amilcar no crecía mucho, pero había madurado más que muchos de los compañeros. Mantenía siempre la idea de que si su compañero quisiera, fácilmente podría liberarse de Tomás. Nunca le explicó de dónde provenía esa seguridad, pero su prédica era terca e invariable: "¡tú le pegas!", "¡es un maricón!", "¡no tienes por qué aguantarle!".

El propio Serapio no comprendía las razones del miedo que sentía por Tomás. No había ninguna otra persona en el Colegio que hubiese tratado de hacer lo mismo con él, pues aunque no se consideraba un gladiador, siempre había sabido hacerse respetar. En este caso, simplemente, guardaba silencio.

En 1957, cuando asistían al primero de secundaria, recibieron la noticia de que todo el Colegio, primaria y secundaria, se trasladaba a un nuevo local construido en la Avenida del Puerto; era una de las grandes unidades escolares que había edificado el gobierno del general Odría y que el Director del Colegio, don Jorge Salazar, había gestionado se le asignara al Colegio San Carlos.

Como las autoridades del gobierno estuvieron de acuerdo con el Di­rector, ese mismo año profesores, alumnos y empleados se trasladaron con gran solemnidad, cargando personalmente sus muebles, trofeos y biblioteca por las calles de la ciudad. El glorioso Colegio Nacional San Carlos de Puno, fundado, según la mayor parte de los historiadores, en agosto de 1825 por decreto del Libertador Simón Bolívar, se convertía, desde entonces, en la "Gran Unidad Escolar San Carlos".

En la Unidad encontraron los muchachos algo que nunca antes habían tenido: campos de fútbol, de básket y hasta uno de tenis. Las aulas eran amplias e iluminadas y en los patios aparecieron los primeros kioscos que trataban de reemplazar, en la mente de los antiguos alumnos del 881 a los hermanos Medina y sus dulces, y también a las rejas del comedor de San Carlos.



Los dos panes y la chancaca eran sustituidos, algunas veces por salteñas, empanadas, pasteles y otras golosinas. Tomás había distanciado un poco sus exigencias ya sea porque tenía otras ocupaciones o porque el Colegio resultaba demasiado amplio, lo que no le permitía llegar a tiempo para cobrar su cupo. Pese a ello, nunca dejó totalmente de buscar a su víctima a la hora de recreo para comer gratis y burlarse de ella.

Justo en esa época, Serapio se entusiasmó con el básketbol Los puneños eran grandes aficionados a este deporte y las competencias de la liga local se convertían en verdaderas fiestas. Los partidos se realizaban los domingos por la mañana en el Coliseo "Martínez Mariño" ubicado a media cuadra de la plaza de armas, a espaldas de la prefectura. No existía un coliseo cerrado así que todos, jugadores y aficionados, aguantaban de buena gana y durante vanas horas, los fuertes rayos del sol. Los ídolos del momento eran “Lito" Arce y sus hermanos, el "Mocho" Barreda, Juan Sánchez, y "Papacho" Garnica. Todavía jugaban, y le daban categoría al básket puneño el "Chulla" Benavides y "Lalo" Rodríguez. Todos estos jugadores se repartían entre los equipos más populares de la ciudad: el "Independiente", el "San Ambrosio" el "Juvenil Independiente" y el "Atlético Puno". San Carlos no tenía sabe Dios por qué razones, un equipo de básketbol que lo representara como ocurría en el fútbol donde el "Unión Carolina" era imbatible. No tenían tampoco los carolinos, en este caso, la oportunidad de cantar su himno deportivo, melodía compartida con los cadetes de la Escuela Militar de Chorrillos, pero sí lo hacían, a todo pulmón, cuando las circunstancias eran propicias.

¡Viva el equipo campeón!

Que viva el deporte, viva la alegría,

que en los hombres forja un gran valor;

muchachos cantemos para ver triunfar

al cuadro carolino que será el campeón.

El Carolino, siempre adelante,

por su gran cuadro nunca lo podrán vencer;

porque sus "forwards" son inmarcables

y su defensa es formidable.

Siempre será, siempre será,

el Carolino el vencedor

por su gran cuadro y su honor.

¡Viva el equipo campeón!

El incipiente talento de Serapio y sus amigos para el básketbol, y su todavía corta edad, no daban tanto como para jugar en la liga, pero sus experiencias y gran afición les permitían hacer un buen papel en el Colegio. Se vieron así, un día, cumpliendo uno de sus más caros anhelos: jugar por el equipo de la promoción. Los entrenamientos se realizaban los días sábados y eran realmente exigentes. Aunque no tenían un entrenador con las cualidades y autoridad de los de hoy, se las arreglaban para entregarse, durante muchas horas, a su deporte favorito.

Una mañana, casi a fin de año, jugaban un partido de entrenamiento. El público, constituido por algunos compañeros, era escaso. Los alumnos del último año de la secundaria dirigían la práctica en completa armonía y compañerismo, lo cual no se oponía al natural deseo de competir y triunfar. De pronto, mientras trataba de defender la pelota de algún atacante contrario que le acosaba por detrás, Serapio sintió que le golpeaban con los puños en los costados. La actitud del jugador del equipo rival no tenía nada que ver con quitarle la bola; su juego era, evidentemente, malintencionado y en el forcejeo le pareció reconocer, por las zapatillas, a su amigo Rubén. Estaba tratando de hallar una explicación a su proceder, pues normalmente era bastante caballeroso para jugar, cuando de pronto le escuchó soltar una grosería y recibió un tremendo golpe en la cabeza. Sin pensarlo dos veces soltó la pelota, volteó embargado por la furia y le aplicó al contrario un puñetazo en pleno rostro que le hizo retroceder varios pasos antes de caer pesadamente al suelo.

En pocos segundos reconoció con gran inquietud, a su verdadero rival. Era Tomás a quien había golpeado y ahora lo veía incorporarse, algo aturdido. Serapio podía esperar lo peor.

Antes de que tomara alguna decisión, se le acercó por detrás Amilcar que había estado observando el partido, y le recitó al oído su eterna cantilena: ¡Ahora es el momento!... ¡tú le pegas!... ¡es un maricón!... ¡ahora o nunca!"... Entonces supo Serapio que era, efectivamente, en ese momento o nunca. No tanto por Tomás, cuya evidente mediocridad en todos los aspectos lo hacía cada vez más vulnerable, sino por él mismo. Tenía que liberarse de ese fantasma que le había acompañado durante varios años y debía hacerlo en ese preciso momento. Después, cuando ya no fuese alumno del colegio, sería demasiado tarde para saber si hubiera sido capaz de sacudirse, por sí mismo y sin ayuda, de un yugo que le oprimía. Una nueva fuerza asomó a su mente. Se sintió dispuesto a limpiar su honor o a perderlo todo en el intento.

Tomás terminó de ponerse en pie y se plantó para empezar la lucha. Pero ¿Qué era ese elemento nuevo que se podía observar en su mirada?, ¿se trataba solamente de la sorpresa de verse golpeado por su víctima, o realmente era un cobarde?. Serapio no tuvo tiempo de intentar una respuesta; toda la furia contenida, los años de ocultar su secreto y su renovado amor propio, le hicieron lanzarse decididamente hacia su enemigo. Le llenó de puñetazos el rostro y aunque también recibió castigó, pronto dejó a su oponente bañado en sangre. Tendido en el suelo, jadeando y lloriqueando, Tomás le pidió que no le siguiera pegando. Sin hacerle caso, Serapio hizo ademán de patearle, pero se detuvo al darse cuenta de que no valía la pena humillarlo más. Ya había logrado su propósito y vengado las afrentas. Le ayudó a levantarse y dejó que se aleje, acobardado, de la pequeña multitud que se había reunido a su alrededor.

Para los muchachos el hecho no tuvo mayor trascendencia; dos compañeros se habían "mechado" -ocurría todos los días- y el partido tenía que continuar. Sin embargo, para Serapio estaba muy claro que aquel día había crecido, espiritualmente, mucho más que en los cuatro años anteriores. Estaba libre de una tiranía y, lo que era más importante, se había puesto a prueba logrando salir triunfante.

Era un nublado día de diciembre con olor a tierra mojada esparciéndose por el aire. Faltaban apenas un par de semanas para que abandonara definitivamente su querido Colegio Nacional San Carlos, cuando Serapio se encaminó al kiosco. Respiró profundamente el aroma que anunciaba la temporada de lluvias, se llevó las manos a los bolsillos en busca de su propina y formuló su acostumbrado pedido: "Dos panes y una chancaca, por favor". No existía ya ningún temor en él; no tenía que voltear, como tantas otras veces, para encontrar el rostro indolente y cruel de Tomás. Era libre, material y espiritualmente. Ya podía lanzarse a otros caminos con la seguridad de que nunca más trataría alguien de sojuzgarle, sin recibir una adecuada respuesta de parte suya.

Todavía hoy se repite, especialmente cuando se encuentra en un trance que merece una acción decidida, la frase que significa, para él, mucho más que un simple pedido; las palabra que con el tiempo se han convertido casi en un himno de liberación: ¡Dos panes y una chancaca, por favor!

martes, 15 de marzo de 2022

NOTAS SOBRE MUSICA Y MUSICOS PUNEÑOS

 DE ZAMPOÑAS Y GUITARRAS

Por: Elias Ortiz P.

Revista de la Asociación CULTURAL llave 12DIC01

“Albas”, quién no ha escuchado esta palabra o no ha estado inmerso en su eufórico encanto. Es la mezcla de la voz telúrica de las zampoñas y el esfuerzo rudo de pulmones ansiosos, cuyos resultados no son sólo la algarabía matutina sino la vivencia dulcemente frenética de las tradiciones de nuestros pueblos, que existirán por siempre en las eternas madrugadas.

Despertando similares sentimientos, pero con armonías musicales más sutiles y profundamente sentimentales, están también las canciones arrancadas de delicados instrumentos de cuerda, que en conjunto forman las Estudiantinas o Centros Musicales, agrupaciones que con voluntariosa predisposición nos brindan momentos de alegría.

Entre estas dos formas de expresión musical se solaza el ilaveño, por lo que se hace necesario señalar, por ejm., que la zampoñada es ancestral, cultivada en el campo como en la ciudad y hasta donde recordamos y conocemos, cada barrio de nuestro llave tenía su conjunto representante para las lides alberas; recordamos al conjunto “29 de setiembre” del barrio San Miguel liderados por los hermanos Butrón, Maquera, entre otros, que con hermosos sicuris engalanaban el cielo bohemio de las fiestas. A este tradicional grupo le hacía frente el conjunto formado por trabajadores del volante llamados “Motorizada” conducidos por los Plácido, “ruso”, Guzmán, etc., quienes en hermosos contrapuntos de sicuris mañaneros provocaban el entusiasmo de los circundantes que danzaban frenéticos. Posteriormente irrumpió en escena un conjunto juvenil cuyas zampoñas retaron a los experimentados, eran liderados por los hermanos Sánchez Torres y tomando el nombre de “Melodías”. Indudablemente existen otros grupos más, pero los mencionados son los que destacan en el medio ambiente artístico.

Para orgullo del ilaveño, estos tres conjuntos grabaron sus vivencias musicales en sendas producciones fonográficas, primero fue el “29 de setiembre” luego la “Motorizada” y no podía ser menos el ahora “Centro Cultural Melodías de llave” por su juventud y pasión, materializó hasta el momento tres producciones exitosas al margen de hacer pasear su capacidad interpretativa en concursos departamentales con triunfos ya conocidos.

Centro Musical Ilave  1998

En lo referente a guitarras y mandolinas, la historia musical de llave se mece entre las furtivas serenatas, actuaciones de gala y las licenciosas fiestas carnavalescas. Todos, músicos, instrumentos y sentimientos en armoniosa simbiosis, reflejan siempre el alma pura del ilaveño, al margen de los avatares del tiempo y las circunstancias. Allí está el mérito de estos conjuntos que son parte de la fisonomía de nuestros pueblos, son voceros del cantar nuestro.

llave felizmente contó desde 1962 con el “Centro Musical llave” institución orgánica formada por destacados músicos como Graciano Rubín de Celis, Oswaldo Aquilar, Humberto Ramos entre otros, agrupación que a través de los años crearon y cultivaron hermosas marineras y huaynos, en su mayoría inspiración del primero de los mencionados. Aunque pasaron mucho tiempo entre la distraída bohemia y la meta de grabar un disco, de pronto aparece en el medio artístico la “Estudiantina llave” liderada por los hermanos Monroy Quenta, quienes sin mayores aspavientos graban el primer disco de larga duración, con canciones que reflejaban las auténticas vivencias y costumbres del poblador ilaveño. Acicate venturoso para el Centro Musical llave, que le siguió con la grabación de su primer disco que además le sirvió como punto de partida para la constante superación interpretativa del conjunto hasta 1984 en que obtuvieron el Primer Puesto en el concurso departamental de estudiantinas.

Ya con la intervención de músicos jóvenes, que introdujeron nuevos códigos en la ejecución musical, el Centro Musical llave se alzó representativo en Puno, reconocido por su estilo propio y calidad de instrumentación, demostrado en los primeros puestos logrados en sendos concursos departamentales y provinciales, que a su vez le permitieron realizar dos grabaciones musicales más y con el éxito esperado.

En estas circunstancias se hace imprescindible mencionar el talento musical del profesor Augusto Sánchez T., cuya capacidad en la dirección musical fue muy importante, como también es insoslayable la labor desprendida y sacrificada de Dn. Miguel Mendizábal y del profesor Julio Alfredo Pallara, motores que impulsaron los proyectos institucionales en y con el consenso del pueblo de llave, secundados firmemente por músicos de trayectoria.

Somos también conocedores de las actividades musicales de la “Estudiantina Magisterial'’, grupo que poco apoco viene demostrando calidades innatas y académicas a través de sus músicos, que estamos seguros que darán mucho que decir y tal vez emulen con creces a los conjuntos ya existentes.

Es cierto que en este comentario sobre “Zamponas y Guitarras”, no hemos mencionado muchos nombres, pues, no es mezquindad ni olvido, es el espacio de la Revista que nos presiona por una síntesis, por lo que pedimos mil disculpas.

Finalmente, cercados por la nostalgia de no soplar una zampona o pulsar una guitarra ilaveñas, queremos recordar que algún poeta dijo “La poesía es la música del alma”, nosotros nos atrevemos a parodiarlo afirmando que “la música es la poesía del corazón”, porque allí justamente nacen los sentimientos, allí la tristeza, allí la alegría, por tanto ¡que siga la música!. <>

domingo, 13 de marzo de 2022

NOTABLES ESCRITORES PUNEÑOS

 HERNÁN AMAT :

APORTES A LAS CIENCIAS SOCIALES

José Luis Ayala.

DIARIO UNO. Lima, 13 de marzo del 2021.

L

a extraordinaria contribución de las nuevas ciencias sociales durante el siglo XX, ha sido determinante para conocer mejor la evolución histórica de las sociedades humanas. Gracias a ellas ha sido posible rediseñar una nueva visión del Perú, de América y de la humanidad. Uno de los libros más importantes para ese hecho es: “Introducción a las ciencias sociales: Nuevas perspectivas”, cuyo autor es Hernán Amat Olazábal.

Amat nació en Moho. Fue rector de la Universidad de Ancash Santiago Antúnez de Mayolo, Vicerrector Académico de la Universidad Nacional Hermilio Valdizán de Huánuco, Director del Museo de Arqueología y Antropología del Centro Cultural de San Marcos, profesor de la UNMSM. Realizó investigaciones arqueológicas en Chavín de Huantar, Alto Marañón, Lambayeque, Ollantaytambo, Cusco, Costa Extremo Sur, etc. Asistió a congresos nacionales e internacionales en México, Estados Unidos, Japón, Moscú, Buenos Aires, Quito.

Como arqueólogo e historiador, sumado a su fecunda labor como docente en la Universidad Nacional de San Marcos, fue fundador y Miembro de la Academia de Historia del Perú Andino. Director del Museo de Arqueología y antropología, director académico de la Escuela Académico-profesional de Arqueología. Ha escrito uno de los más libros importantes del siglo XX.

“Desde mediados del siglo pasado, –asevera Amat– varió sustancialmente nuestra concepción de las ciencias sociales, su consecuencia más clara fue el cambio radical del medio en que trabajaban los científicos sociales. Más aún, si ampliamos nuestra visión, veremos que se producen cambios en varias esferas. Primero, nada de lo ocurre en una parte del planeta puede permanecer mucho tiempo ignorado y sin afectar a las sociedades restantes. Segundo, el avance irresistible de ciencia y la tecnología, que impone en todas partes un nuevo modelo social e intelectual. Tercero, la contracción ultramarina de Europa generada por los movimientos de liberación de los países colonizados; la creciente preponderancia de los Estados Unidos, la guerra fría entre este país y la Unión Soviética y la carrera espacial entre ambas potencias. Cuatro, los fracasos bélicos entre Estados Unidos en Corea, Viet Nam y en otros países, el desplome y desintegración de la Unión Soviética desde 1990, y el desmembramiento de la síntesis liberal y, la aparición de instituciones sociales y políticas radicalmente distintas a la conocidas en el siglo XIX”.

Las ciencias sociales, han contribuido de modo especial en el desarrollo de una constante corriente de humanización, pese a la permanencia de sociedades injustamente castigadas por la exclusión, referida a una distribución del pan social. Sin embargo, han hecho posible que se desarrolle mejor por ejemplo el concepto de desiologización de la idea dominante.

Amat Olazábal afirma que: “Se dice que las ideologías, las clases sociales, las estructuras económicas, la ciencia y la tecnología, son por naturaleza internacionales, son realidades básicas y determinantes de las ciencias sociales, y en especial de la historia. El tema más antiguo como la reflexión histórica misma y podemos detenernos el él; observamos, sin embargo, que igualmente determinantes, si no más, son las lenguas, las creencias, los mitos y las tradiciones de cada grupo social. La (s) legua)s) que hablamos son una realidad no menos decisivas que las ideas que profesamos o que el oficio que ejercemos. Decir lengua es decir civilización: comunidad de valores, símbolos, usos, visiones, creencias, peguntas sobre el pasado, el presente y el porvenir, tales son algunos de los temas que hemos tratados de preciar”. 1

Sus padres
Sin embargo, el análisis desde las ciencias sociales durante el proceso del neoliberalismo en el Perú no ha sido aplicado todavía. Menos en los pocos libros de historia que repiten más de lo mismo ¿A qué se debe hecho? ¿Por qué los científicos sociales tardan tanto? ¿Acaso no conocen el libro de Hernán Amat Olazábal? ¿A qué se debe que las universidades no se interesen en publicar libros de análisis a la luz de los científicos estudiados por Amat?

“La sociobiología –dice Amat Olazábal– representa la aplicación de la teoría evolutiva biológica moderna de los fenómenos culturales bajo la conceptualización antropológica. La evolución biológica (genética) incorpora como elementos empíricos teóricos las correlaciones que llegan a ser verídicas en muchos casos predecibles. El amplio espectro de las ciencias sociales, constituida por disciplinas diversas como la antropología, la historia, la arqueología, la economía, la sociología, la ciencia política, la ecología social, la sicología social, la educación, el derecho, la demografía, la geografía, el trabajo o asistencia social, entre otras, se hallan en pleno crecimiento, y por lo tanto, vienen consolidando sus orientaciones y metodologías amplias y precisas y continúan luchando con las dificultades de establecimiento del amplio concepto básico de lo que hoyes una sociedad, especialmente del papel del individuo en ella”.

Amat analiza a Franz Boas, Albert Einstein, Bronislaw Kaspar Malinowski, Ruth Fulton Benedict, Arnol Joseph Toymbee, Vere Gordon Childe, Margaret Mead, Karl Raymond Popper, Claude Lévi-Strauss, Talcott Parsons, Thomas Samuel Kuhn, Avram Noam Chomsky, Jürgen Habernas, Carl Sagan, Stephen William Hawking, Lucien Febre, Marc Léopold B. Bloch, Fernand Braudel, Gorges Duby y Michel Vovelle. En fin, todo cambia, nada es permanente ni eterno.

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1.- Hernán Amat Olazábal. Introducción a las ciencias sociales. Nuevas perspectivas. Universidad Alas Peruanas. Academia de Historia del Perú Andino. Pág. 15. Lima.

2.- Hernán Amat Olazábal. Introducción a las ciencias sociales. Nuevas perspectivas. Universidad Alas Peruanas. Academia de Historia del Perú Andino.

Con nuestro Director


EVENTO CULTURAL IMPERDIBLE SOBRE MUSICA PUNEÑA

 La Municipalidad de Puno, con mucho acierto, viene propiciando el I Festival "Theodoro Valcárcel", el mismo que se realizará de manera descentralizada en Puno, Ayaviri y Juli y que contará con la participación de Fernando Valcárcel, director de la Orquesta Sinfónica Nacional, la soprano Edith Ramos, grupos musicales de Puno como Fidelio, Ensamble de Cuerdas, Clarinetes del Altiplano y otros, quienes brindarán clases maestras y conciertos musicales (Yanina de la Riva)