domingo, 8 de enero de 2012

Al rescate de la casa de Oquendo de Amat


Escribe: Guillermo Vásquez Cuentas * | Cultural8 enero 2012

La expropiación del solar ubicado en el Jirón Moquegua Nº 431, en la que –según presunciones hasta ahora no contradichas- nació el poeta puneño Carlos Oquendo de Amat, tiene posibilidades de concretarse, estando a la opinión de David De Lambarri Samanez, Director de Patrimonio Histórico Colonial y Republicano del Ministerio de Cultura; opinión vertida en un informe que solicitó oficialmente el congresista puneño Francisco Ccama Layme.

Como se recordará, el inmueble en mención fue declarado como “integrante del patrimonio cultural de la Nación” mediante Resolución Directoral Nacional Nº 880/INC de 20 de abril de 2010, luego de satisfacerse una serie de requisitos legales y técnicos. La consecución de este objetivo significó para algunos intelectuales puneños una primera y exitosa coronación a sus tesoneros esfuerzos.

El paso siguiente, es decir la declaratoria de necesidad de la expropiación que debe hacer el Estado para privar a un particular de la propiedad de un inmueble, previo pago de su justiprecio, ha sido proactivamente prevista en el Artículo 11º de la Ley Nº 28296, Ley del Patrimonio Cultural, en el que en forma mandatoria se establece: “Declárase de necesidad pública de la expropiación de los bienes inmuebles integrantes del Patrimonio Cultural de la Nación” (que se encuentren bajo el régimen de propiedad privada, obviamente). La casa donde nació Oquendo de Amat, como ya vimos, integra este Patrimonio.

En la citada disposición legal aparece la subsecuente condición para que la expropiación proceda: “…siempre que (el o los inmuebles) se encuentren en peligro de perderse por abandono, negligencia o grave riesgo de destrucción o deterioro sustancial, declarado por el Instituto Nacional de Cultura (ahora Ministerio de Cultura).

El peligro de que la casa sea demolida para dar paso a una nueva construcción, fue ampliamente demostrado por Javier Garvich en su artículo: “¿Nos estamos quedando sin memoria?”, publicado en el blog “Lápiz y Martillo” el 7 de mayo de 2010.

En febrero del año pasado el diario La República informa que el nuevo propietario del inmueble había “empezado a hacer reformas en el interior del mismo”. Esto significa no otra cosa que peligro de destrucción y el deterioro del carácter sustancial de un bien físico reconocido como parte integrante de nuestro patrimonio cultural. El diario en mención añade que “se ha retirado la placa que señala la importancia del inmueble”.

En una nota firmada por Carlos Meneses, aparecida en el diario capitalino La Primera, edición de 23 de febrero de 2011, se dice que “La ahora centenaria casa…está en pie, pero también en peligro de derrumbe, no por su vejez sino por la falta de respeto a la memoria de uno de los más destacados peruanos del siglo XX…” pues “…el abogado y notario público de la provincia de San Román Roger Salluca Huaraya…quiere hacer demoler la casa y construir algo así como una galería comercial”. Y agrega: “Ninguna autoridad puneña parece dispuesta a defender ese bello recuerdo que familiares y amigos de Oquendo querían convertir en Museo o en Casa de la Cultura de Puno.

De Lambarri, en su comunicación escrita a la que hemos aludido en el primer párrafo de este artículo, hace notar que:

1. De acuerdo con el resultado de la consulta que por los canales oficiales se efectuó la Dirección Nacional a su cargo a la Dirección Regional de Cultura de Puno, “no se ha encontrado ningún antecedente referido a la solicitud de expropiación del inmueble”.

Sorprende esta afirmación, puesto que siempre dimos por descontado que nuestros amigos del Instituto Americano de Arte, filial Puno, habían formulado esa solicitud en sus afanes por impulsar la expropiación.

2. “A fin de iniciar el proceso de expropiación, es necesario que se cumpla con lo dispuesto en el Articulo 11º de la Ley Nº 28296 (a la que ya nos referimos) por lo que se ha encargado a la Dirección Regional de Cultura Puno, realizar la verificación correspondiente (es decir si hay abandono, negligencia, grave riesgo de destrucción o deterioro sustancial del inmueble; que los hay en alto grado) a fin de evaluar la procedencia de iniciar el trámite de expropiación”. Como se puede ver, la voluntad expropiatoria es manifiesta.

No sabemos aún si la Dirección Regional de Cultura de Puno ha realizado esa verificación y ha elevado en consecuencia, el respectivo informe a sus superiores del Ministerio de Cultura.

En todo caso, corresponde a la comunidad intelectual puneña, interesarse en que ese cometido se cumpla y continúe así la marcha hacia el objetivo de hacer que el más grande poeta puneño de todos los tiempos, vuelva en espíritu a la casa donde nació, acompañado esta vez por la memoria imperecedera de todos los puneños amantes de sus valores culturales.

(*) Correo Electrónico: gvasquezcuentas@gmail.com