sábado, 18 de junio de 2011

GASEODUCTO SUR EN MARCHA

Escribe: María Luz Crevoisier * | Opinión - LOS ANDES 18JUN2011

El Ministerio de Energía y Minas (MEM) otorgó su visto bueno a la construcción del Gaseoducto o gasoducto Andino del Sur porque según estimaron no representa un peligro para el medio ambiente. Esta colosal obra que tiene una longitud de 52,73 kilómetros y que se ejecutará en 55 meses ha sido encargada a la empresa Kuntur Transportadora de Gas SAC que pertenece a Condurt Capital Partners de Estados Unidos.

La trayectoria se inicia en la base del gas, Camisea y prosigue hacia Quillabamba, Juliaca, Matarani, Ilo, atravesando el departamento del Cusco según el mapa de ruta de norte a sur hasta llegar a Puno y de allí se extenderá hacia Arequipa, Moquegua y Tacna. Una vez concluido se podrá transportar 120 millones de barriles por día.

El sueño de Camisea, ubicado en la zona oriental de la cordillera, en el departamento del Cusco, valle del bajo Urubamba (provincia de La Convención, distrito de Echarate), empezó a materializarse en julio de 1981 durante el mandato del arquitecto Fernando Belaúnde Terry cuando se firmó un acuerdo con la Shell para perforar los lotes 88-56 y 57-58 globalizados en los pozos 38 y 42. La Shell exploró la selva descubriendo gas de 1983 al 87. Los primeros seis pozos fueron, dos en San Martín, 2 en Cashiriari, 1 en Mipeyú y uno en el Sepa. En 1996 se hicieron nuevos contratos para iniciar su explotación pero la oposición que debió enfrentar el gobierno con diversos sectores y autoridades del Cusco no permitieron avanzar el proyecto quedando abandonado desde el 98 por 18 años con el perjuicio que ello significó al desarrollo de la región y al beneficio del país.

Paralelamente, la ampliación del ducto Transportadora del Gas del Perú (TGP) a 1,000 millones de pies cúbicos diarios, servirá para abastecer las necesidades del ducto regional de Ica, los proyectos petroquímicos que ya están definidos en esa región y del futuro ducto regional por la sierra central y costa norte que comprende Huancayo, Tarma, La Oroya y Chimbote pues no tienen capacidad de transporte en el ducto actual de TGP. Estas obras según el MEM no pone en peligro los trabajos que realizará Kuntur en el sur del Perú, esta constructora opera desde el 2007 siendo su actual gerente el ingeniero Alejandro Segret.

Camisea es una de las minas de oro sobre el que está asentado el Perú (utilizando las palabras de Raimondi) que le brindará grandes beneficios económicos en un futuro contribuyendo con el desarrollo de las macro regiones y la creación de nuevos puestos de trabajo, la disminución de la pobreza y también a la descentralización del país.

Subrayemos que este crecimiento debe darse de manera sostenida especialmente en beneficio de los departamentos por donde corre el gaseoducto, protegiendo al mismo tiempo las comunidades nativas, poblaciones aledañas y al medio ambiente para que el éxito sea completo.

(*) Periodista

El porqué de los conflictos sociales en Puno y la conveniencia del impuesto a las sobreganancias mineras


Escribe: Jorge Manco Zaconetti (*)
En diario LA RAZON 17jun2011

Las crónicas de los españoles sobre la región altiplánica eran de asombro, les parecía increíble la cantidad de ganado auquénido existente en la meseta del Collao, se trataba de la existencia de millones de cabezas de llamas, alpacas, del llamado “ganado de Castilla” en la denominación de los primeros años de la Conquista. Por ello, el peruanista John Murra en sus diversos trabajos sobre los pisos ecológicos, tejidos, de la papa, estudió también el ganado, y las particularidades de lo que hoy es el departamento de Puno.

De allí que la asociación de la riqueza y/o pobreza estuviese en relación a la propiedad sobre la cantidad de auquénidos, por ello fuera usual que los kurakas o los miembros de la nobleza lupaka tuviesen cientos de miles de llamas y alpacas con sus pastores respectivos. Esto nos demostraría que Puno ha sido un departamento ganadero por excelencia más que agrario, en razón de la dureza climática y el frío inclemente. Con el Virreinato empieza también la explotación minera básicamente de la plata rivalizando en algún momento con la producción de Potosí, de allí la explicación de monumentales iglesias en Puno sobre todo en Juli, que representaban una gran economía de recursos y de mano de obra.

Es más, con las reformas borbónicas de mediados del siglo XVIII, Puno fue adscrito al Virreinato de La Plata, regresando al reino del Perú recién en 1810, es decir en plena efervescencia libertaria.

Esto explicaría no solo las aspiraciones separatistas y las particularidades de Puno en el siglo XIX frente al naciente estado republicano, y la formación de las elites regionales mirando más cerca el Atlántico que Lima, educando a sus hijos en las universidades de Buenos Aires y Europa.

En ese contexto la República criolla por el contrario ha significado un secular empobrecimiento de la población campesina con una concentración de tierras y haciendas a costa de las comunidades que explican en última instancia los reiterados movimientos contra la opresión y explotación gamonal. Tal vez sea las luchas campesinas de Rumi Maqui en los primeros años del siglo XX la expresión de fuerza de estos movimientos que cuestionaron en la base la organización de la llamada República Aristocrática.

Este problema no ha sido resuelto en el siglo XX, a pesar de las reformas sociales del velasquismo en 1968-1975 en especial la reforma agraria que afectó las grandes haciendas ganaderas ni las llamadas reformas estructurales del fujimorismo en el período 1992-2000. Por el contrario el problema de representación y liderazgo se agravó como la endémica pobreza regional.

En tal sentido, estas protestas sociales tienen una explicación histórica que se alimentan de las llamadas “utopías andinas”, del restablecimiento de un nuevo orden, de un neoindigenismo aymara del siglo XXI, que se retroalimentan de la experiencia boliviana, que tienen el liderazgo de un Evo Morales, donde la actividad minera se desarrolla sobre todo a través de cooperativas de trabajadores, y un control interno del excedente económico, con altos grados de contaminación.

En tal sentido me permito recordar la presencia del embajador boliviano en un evento campesino llevado a cabo en Huamanga- Ayacucho en el 2007, donde hacía referencia a la unidad étnica de los indígenas aymaras y quechuas del Perú y Bolivia, destacando la necesidad de una nueva república que reivindique a las poblaciones nativas contra la opresión del capitalismo internacional.

Esta entrada de largo aliento resulta necesaria para tener una explicación sobre lo que está sucediendo en el sur y norte de Puno, donde se movilizan miles de pobladores tomando como bandera de lucha una oposición radical a toda actividad extractiva, sea minera, petrolera e incluso a la construcción de centrales hidráulicas que constituyen dicho sea de paso la forma más sana de generar energía.

Es más, esta oposición se fortalece con las decisiones de gobiernos locales y autoridades regionales en defensa del medio ambiente, y contra la contaminación de ríos, lagunas y cuencas que desde los años cincuenta se desenvuelven en el departamento con externalidades negativas, por ejemplo la contaminación de la Cuenca del río Ramis y la presencia de alta dosis de mercurio. Ello es posible gracias a la minería informal e ilegal como es el caso de la Rinconada y en las provincias del norte como Sandia, San Román, Azángaro, Melgar con graves pasivos mineros.

En verdad, es legítima la preocupación ambiental, por los graves pasivos mineros existentes que poco o nada tendrían que ver con el proyecto minero de Santa Ana de la transnacional Bear Creek Mining Company, proyecto que se ubica a cientos de kilómetros de la explotación aurífera del norte del departamento.

Sin embargo, lo que está detrás de las justas protestas de la población campesina es algo más complejo que las protestas antimineras al estilo Conacami y de las diversas organizaciones representativas de los intereses populares como el “Movimiento Regional Raíces”, pues existe un substrato más profundo en estas protestas, que cuestionan las bases de la República criolla, que poco ha hecho por el desarrollo regional.

Canon y regalía

El sentido pragmático aymara reflejado en el espíritu comercial de los “tiawanacus” por llamarlo de alguna manera ha sido una constante, de allí que desde los años cincuenta del siglo pasado la expansión puneña hacia Arequipa, Tacna, Moquegua Lima, e incluso el norte de Chile, ha sido reconocida en múltiples investigaciones.

Por ello, el espíritu del progreso, de la superación propios de los aymaras y quechuas de Puno, les permite aceptar la presencia del canon y la regalía minera que ha tenido un crecimiento importante como se puede observar en el cuadro “Recursos Generados y Transferidos Gracias a la Actividad Minera en Puno 2004-2010”.

Si bien existe una importante producción de oro que estadísticamente se registra sobre las 100 mil onzas anuales, lo cual hace evidente la subvaloración de la producción aurífera; en lo fundamental la categoría del canon y regalía minera se explica por la presencia de la empresa Minsur del grupo Brescia, cuya producción de estaño si bien ha desplazado a Bolivia del liderazgo mundial, la riqueza obtenida no resulta lo suficientemente compartida con la población regional.

De allí por concepto de canon el departamento de Puno en el 2004 percibía 69.7 millones de nuevos soles, hacia el 2006 recibía 117 millones por canon, incrementándose a los 172.6 millones en el 2008, para subir en el 2009 gracias a los altos precios del estaño y al incremento de la producción, representando el canon distribuido los 256 millones para disminuir a los 187 millones de nuevos soles en el 2010.

Si se asume que la base del canon minero es el impuesto a la renta, del cual el 50% se transfiere como canon, este constituye una redistribución que realiza el Estado más no la empresa. Por el contrario las regalías que se definen como una contraprestación, es aplicada sobre el valor de venta de los concentrados o su equivalente.

Así, las regalías mineras de representar los 27 millones en el 2005, significaron los 65 millones de nuevos soles en el 2008 para seguir aumentando a los 71 millones de nuevos soles en el 2010. Si a ello se agregan los abonos por concepto de derechos mineros, el departamento de Puno gracias a la actividad minera está percibiendo en el 2009 más de 303 millones de nuevos soles y más de 272 millones en el 2010.

En su conjunto la actividad minero energética ha generado recursos para el gobierno regional de Puno y gobiernos locales del departamento 69.5 millones de nuevos soles en el 2004, que subieron a los 246 millones en el 2008, incrementándose a los 310 millones en el 2009 y sumar los 279 millones en el 2010.

Esta contribución minera de Minsur, Arasi, de Cemento del Sur a través del canon, regalías, derechos de vigencia, y de otras empresas como San Gabán empresa de generación eléctrica por medio del canon hidroeléctrico representados en la suma total de la fila (A) del cuadro en referencia no guarda correspondencia con la riqueza creada, con los ingresos y utilidades obtenidas, de allí el malestar de la población contra toda actividad extractiva.

En tal contexto son pobres las inversiones bajo el concepto de responsabilidad social de las empresas mineras. Ello se expresa en los limitados recursos transferidos a través del llamado Programa Minero de Solidaridad con el Pueblo, más conocido como óbolo minero. Sirva el caso de los montos depositados por Minsur entre el 2007 y el 2010 que no superan los 30.5 millones de nuevos soles, es decir un poco más de 10.2 millones de dólares.

En contraposición, durante el “boom de precios” la minera Minsur entre el 2005 al 2010 ha obtenido por concepto de utilidades netas, es decir utilidades residuales por más de 1,502 millones de dólares, llegando al pico en el 2010 con 372 millones de dólares, en el 2009 obtuvo más de 237 millones, en el 2008 sobre los 315 millones de dólares, para sumar los 265 millones en el 2007.

Es decir, en los últimos cuatro años las utilidades netas declaradas, fuera de “muertos y heridos”, ha sido de 1,190 millones de dólares frente a un aporte voluntario raquítico de un poco más de 10.2 millones de dólares. Por tanto, no existe correlación entre las ganancias privadas y la contribución minera, pues siempre se debe recordar que el llamado canon minero está constituido por el 50% del impuesto a la renta percibido por fisco y transferido como canon a los gobiernos locales y gobierno regional.

Epílogo

En las circunstancias actuales, resulta de necesidad restaurar el diálogo entre los interlocutores válidos para evitar la represión indiscriminada a una población rural que se moviliza por causas justas afectando los bienes públicos y los derechos de otros ciudadanos.

Frente a los pasivos mineros, y grave contaminación de las actividades informales resulta razonable la protesta de las comunidades campesinas a los nuevos proyectos mineros así cumplan con las normas ambientales. De allí la necesidad de una mayor difusión sobre las ventajas y los problemas de la inversión minera.

En ese sentido haría bien el gobierno y sus diversas instancias en demostrar los importantes montos no ejecutados por concepto de canon y regalías de parte de los gobiernos locales, y en particular del gobierno regional que en la gestión anterior encubrió su incapacidad e ineficiencia con un radicalismo primario preñado de alta dosis de corrupción.

De allí, la necesidad de replantear el modelo extractivo de oro y estaño en Puno y en el país, demandando que las nuevas inversiones mineras asuman plenamente el concepto de responsabilidad social, convirtiendo a la actividad minera en el motor del desarrollo local y regional que se puede y debe articular con el turismo, la industria local, la ganadería con el mejoramiento de pastos y de ganado, pues resulta inverosímil que los Estados Unidos de Norteamérica tenga una población mayor de alpacas que nuestro país.

Sin embargo ello no bastaría, pues el Estado no tendría suficientes recursos para atender las graves urgencias y demandas sociales de un departamento empobrecido como el de Puno. De allí la racionalidad del llamado impuesto a las sobreganancias mineras, pues la experiencia fallida del óbolo voluntario así lo demuestra.

(*) Investigador UNMSM y Consultor

lunes, 13 de junio de 2011

Declaran patrimonio cultural a fiesta de San Francisco de Borja en Puno


En: Los Andes 13 de junio 2011

La festividad de San Francisco de Borja o “Tata Pancho” de la provincia puneña de Yunguyo, que se celebrada cada 10 de octubre, fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación por el Ministerio de Cultura, mediante una resolución publicada hoy en el boletín de Normas Legales del Diario Oficial El Peruano.

El título se sustenta en que la festividad es una de las expresiones culturales más importantes en territorio de frontera, que hermana a dos naciones en un mismo complejo cultural aimara y que, además, está nutrida en la historia y el mito que se expresan en la fe, los rituales, la vistosidad de sus danzas y los alegres sonidos de sus conjuntos musicales.

Agrega que la festividad de “Tata Pancho” es una expresión regional de identidad que se ha ido reforzando en las últimas décadas gracias a la notable creatividad de su cultura que ha trascendido las fronteras nacionales.

La resolución señala que la celebración de San Francisco de Borja nació de la fe como parte del adoctrinamiento cristiano de los pueblos aimaras de la provincia de Yunguyo y que fue rápidamente instaurada por el poder demostrado del santo patrón desde su aparición.

La fiesta se inicia con el alba y la presencia de grupos de sicuris que desfilan con su característico sonido yunguyeño conviertiendo las calles en un amplio escenario. Con ellos aparecen diversos grupos de baile como morenadas, diabladas, waca wacas y grupos de danzantes campesinos que también quieren rendir homenaje a su santo patrón.

El homenaje a “Tata Pancho” es una suma de plegarias, cantos y danzas; un verdadero compendio de la tradición que Yunguyo sabe brindar a propios y extraños.