viernes, 7 de julio de 2023

OPINIÓN: GRANDES LUCHAS DE PUNEÑOS

 A PROPÓSITO DE PUNO

Por Ana María Pino Jordán

Noticias SER.PE, 25JUN23

E

stoy convencida que en el siglo XX, Puno vivió tres grandes luchas. La primera, a inicios del siglo, denominada “la lucha por la escuela”. Ella está profusamente historiografiada e incluso uno de sus efectos fue “Un ensayo de Escuela Nueva en el Perú”, la propuesta planteada por José Antonio Encinas para abordarla.

María Asunción Galindo. Maestra del Bicentenario
Otra gran lucha, se dio en las últimas décadas del siglo: “la lucha por la tierra”. Hay numerosos trabajos que la tratan, más aún luego del proceso de Reforma Agraria llevado a cabo durante el gobierno militar de Juan Velasco Alvarado y después del proceso de restructuración de la reforma agraria puesto en marcha durante el gobierno de Alan García. Se trabajaron también varias propuestas en torno a lo que se denominó “la vía campesina” a través de empresas campesinas, comunales y/o empresas multicomunales que no llegaron a concretarse por la parcelación de las comunidades y la oferta de titulación de tierras desde el Estado, lo cual continúa hasta la fecha.

En mi percepción, hay otra gran lucha que pasa desapercibida e invisibilizada hasta por la academia. Se trataría de “la lucha por la producción” que fue realizada por los hacendados e impulsada por sus hijos, jóvenes profesionales, principalmente agrónomos o veterinarios, ejerciendo ya como tales en las décadas de los 30, 40 y 50 del siglo XX. No hay que olvidar que uno de los impulsores y fundadores de la Escuela Nacional de Agronomía y Veterinaria, hoy Universidad Nacional Agraria “La Molina”, fue Agustín Tovar, puneño perteneciente a la floreciente élite de ganaderos en el Altiplano.

En esos años, criadores de lanares en Puno participaban en la famosa Feria Internacional de Palermo, en Argentina, haciéndose ganadores de preseas en los concursos de juzgamiento de ganado. Existían revistas especializadas que promocionaban y vendían reproductores, tanto ovinos como vacunos; semen de reproductores, con genealogía probada, para inseminación artificial; semillas mejoradas; equipos, instrumentos y productos veterinarios, entre otros. La granja de Chuquibambilla probaba con nabo forrajero y otros pastos cultivados. Se construyó el frigorífico de Cabanillas. Se editaba la revista “Lanas y Lanares” con artículos de investigación científica y experiencias de los productores. Se implementó un laboratorio para producción de vacunas en Pairumani. Se trabajó arduamente para mejorar la producción de alpacas y fijar el color blanco de fibra, más apropiada para la industria. Se realizó el programa Puno-Tambopata con centros de formación para mecánicos especialistas en reparación de maquinaria agrícola. Se


capacitó a productores lecheros para elaborar quesos madurados y mejorar la elaboración de queso fresco. Inclusive, la reapertura de la Universidad del Altiplano fue hecha como universidad técnica (“Universidad Técnica del Altiplano” hoy Universidad Nacional del Altiplano – UNA-Puno). Para atender las necesidades de capacitación, la iglesia católica puso en funcionamiento, los Institutos de Educación Rural (IER), uno en Ayaviri y otro en Juli. La conformación de cooperativas de cafetaleros, tal vez sea lo único que aún queda de esas iniciativas.

Podría seguir enumerando acciones de mejoramiento de la producción en Puno; sin embargo, la gran interrogante es por qué se la ha omitido, o hubo desinterés en sistematizar y/o historiografiar lo valioso que fue el proceso productivo llevado a cabo. ¿Será que es difícil reconocer algún mérito a la época de hacienda y sólo interesa olvidarla? ¿Será que nuestra universidad carece de la carrera profesional de Historia como para motivar a estudiantes y docentes a investigar más sobre esa época? ¿Será que hay intereses subalternos de otro tipo?

En mi opinión, es políticamente importante acabar con el mito que intenta hacer creer que esta región altiplánica carece de posibilidades productivas en el campo agropecuario, que puedan generar economía y dinamizar la sociedad, para imponer la idea que sólo son viables actividades como el turismo o la minería.

La lucha por la producción sigue hoy con otros actores pero igualmente invisibilizada pues su objetivo principal es el autoconsumo, que es autogestionario y desde el Estado es visto como producción sin valor económico, de allí el mito de que engrosamos los mayores índices de pobreza.

Sin embargo, los últimos acontecimientos políticos en el país, van evidenciando que tal vez la primera gran lucha de la región en el presente siglo sea la “lucha por la ciudadanía”, que empiece por el reconocimiento de la identidad de sus pueblos, su sentido de vida, sus usos y costumbres y sus modos de producción.  <>



OPINION. CARACTER DE LA CLASE POLITICA P'ERUANA

CANGREJO

César Hildebrandt

Tomado de HILDEBRANDT EN SUS TRECE Nº 643, 7JUL23

D

urante muchos años tuve la sensación de que el Perú se repetía, andaba en círculos, burlaba el imperativo lineal del tiempo.

¿De dónde venía esa percepción de pesadilla? La respuesta era muy sencilla: de la historia, de la vejez de nuestros problemas, de la antigüedad de nuestras taras.

Chillico: LLEGÒ EL CIRCO
¿Se robaba en tal gobierno? Surgía la pregunta: ¿y cuándo fue que dejamos de robar?

¿Se hacían las cosas mal, sin sentido de la plani­ficación y del futuro? Nos golpeaba otra pregunta: ¿y cuándo fuimos previsores?

¿Se irrumpía en las instituciones y se violaba el pacto social de la separación de poderes? Entonces venía el aguafiestas y te retaba: “dime qué gobierno en el Perú no intentó, de algún modo, concentrar el poder”.

Todo fue así hasta que llegó Fujimori. Este señor repitió todas las faenas y arrastró todas las male­zas imaginables de nuestra rancia historia, pero con una diferencia: las convirtió en naturaleza, en ejemplo a seguir, en orgullo patrio. Digamos que en las dictaduras del pasado la picaresca no se jac­taba de hacer lo que hacía. Era el pecado sin mayor escándalo. La corrupción criolla del fujimorismo, en cambio, fue jactanciosa. ¿Quién puede olvidar la cursi casa de Montesinos en Playa Arica? ¿Quién no recuerda a las periodistas geishas tiradas en la cama de la suite de Fu­jimori durante uno de sus viajes al exterior? Desde la ropa robada en las donaciones hasta las multimillonarias comisiones por comprar aviones de guerra, pasando por los tractores inservibles adquiridos con sobreprecio o la creación de una corte suprema paralela en el SIN, todo en este periodo fue un homenaje a la desfachatez.

Fujimori logró convencer al Perú de que no había que sentir vergüenza por chapar lo que se podía tantas veces como fuera posible. Fue él quien fundó esta jungla de egoísmos mortíferos. Fue él quien elevó la cultura combi a la categoría de himno nacional y declaración de principios. Fujimori refundó el país convirtiendo la enfermedad de nuestra democra­cia -la corrupción, la dificultad para entender el interés público, la carencia de ciudadanía republicana- en salud y robustez. Para eso necesitó contar con la complicidad mugrienta de nuestras fuerzas armadas, la anuencia del ciudadano común y el colapso de los partidos políticos.

Fujimori liberó la animalidad del sálvese quien pueda y puso su huella en el revoltijo caótico que somos ahora. Este país sin ley, este archipiélago de ferocidades, es su obra maestra. Este país en el que los partidos son siglas chifladas y cáscaras de nada es su legado. Este país con un Congreso repleto de delincuentes y cretinos clínicos que sirven a intereses privados es un sue­ño cumplido. Este país en el que la derecha armada impone su agenda a través de medios de comunicación corrompidos por el dinero es la Manchuria que Fujimori imaginó. Los colectiveros que golpean a los fiscalizadores, la expansión del crimen, los mineros ilegales que se comen la selva a punta de mercurio son la imagen cotidiana de ese país vaciado de norte que muchos terminaron aceptando en la década de los 90.

Ahora ya no creo que el tiempo en el Perú sea circular. Estoy convencido de que retrocedemos, que surcamos una ruta involutiva, que viajamos en un tren inverso cuya última estación es la anarquia.

La política está en crisis, el Estado se cae a pedazos, los partidos que eran referentes desaparecieron. Y la prensa escrita se suma a la catástrofe mientras la ignorancia y la estupidez entonan su sinergia en la TV y la radio.

Hablar mal y pensar peor es la norma y los propósitos de mejoría no se ven por ninguna parte. Es como si un enemigo implacable nos hubiese cegado, como si un suicida nos dictase el guión. Tenemos vocación de penal, afán de manicomio.


La economía no se ha caído porque seguimos exportando, a buenos precios, millones de toneladas de tierra con cobre y oro y la tierra fértil sigue dándonos de comer. Pero dependemos del exterior, viene un Niño amenazante y las grandes apuestas de la inversión están en suspenso.

Que el fujimorismo siga siendo tema de discusión a estas al­turas da una idea de nuestro anacronismo. Que Pedro Castillo haya sido presidente constitucionalmente elegido da una idea de la crisis civilizatoria que nos mina. Que no percibamos el tamaño de esta desgracia expresa la determinación con la que marchamos al abismo. Somos un cangrejo que se mira al espejo y lo que ve es un delfín. <>

miércoles, 5 de julio de 2023

¿MILITARISMO PARA SALVAR LA SELVA?

 CÓMO EE.UU. PRETENDE ERIGIRSE EN GENDARME DE LA AMAZONÍA

Ariel Noyola Rodríguez, RT 5 jul 2023

La deforestación de la región amazónica representa un asunto de seguridad nacional para Washington que amerita la intervención de sus Fuerzas Armadas con el objetivo de salvaguardar uno de los 'pulmones naturales' de la Tierra.

La selva de la Amazonía, que atraviesa el territorio de ocho naciones de la región suramericana, está en la mira del Gobierno estadounidense desde hace buen tiempo atrás.

Sus pletóricas riquezas naturales la han convertido, de facto, en un activo estratégico para la superpotencia.

La Amazonía genera entre un 16 y un 20 % del agua dulce del planeta, posee un 25 % de la biodiversidad terrestre, 6.000 especies de animales y al menos 40.000 especies de plantas.

Su deforestación implica un riesgo existencial para Washington, así se desprende de varios documentos sobre seguridad nacional publicados por el Gobierno norteamericano desde la década de los 2000.

Las pletóricas riquezas naturales de la Amazonía la han convertido, de facto, en un activo estratégico para la superpotencia.

Y justo a partir de esa fecha es que uno de los objetivos de la política exterior estadounidense consiste en llevar a cabo acciones orientadas a su conservación, entre ellas, intensificar la cooperación internacional.

Recientemente, Brasil y Colombia son dos de los países donde EE.UU. ha logrado imponer la visión de que, para salvaguardar uno de los 'pulmones naturales' de la Tierra, es necesario el despliegue de sus Fuerzas Armadas.

CORE 23: un ejercicio militar inédito en Brasil

En lo que va de su tercer mandato, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva ha dejado claro que uno de sus principales objetivos consiste en reposicionar a Brasil como un actor de gran relevancia en el escenario internacional.

Sus pronunciamientos a favor de alcanzar una salida pacífica en conflictos regionales, su apoyo para fortalecer el bloque de los BRICS (acrónimo de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), así como su decisión de relanzar los esquemas de integración del Cono Sur, son botón de muestra de su compromiso con el multilateralismo.

Lula no pretende un rompimiento con la Administración de Joe Biden, pero tampoco actuar con sumisión.

En el Palacio de Itamaraty, una política exterior basada en el unilateralismo no tiene cabida. El Gobierno brasileño ha expresado, sin cortapisas, su interés de mantener una buena relación con EE.UU., sin embargo, también ha puntualizado que no será al costo de aceptar imposiciones.

No se pretende un rompimiento con la Administración de Joe Biden, pero tampoco actuar con sumisión.

Lula defiende una política exterior de mayores equilibrios, una que pone el acento en buscar contrapesos para no dejarse vapulear por los designios de una sola potencia.

Con todo, no ha resultado sencillo para su Gobierno romper con varias inercias que ponen en un serio predicamento la soberanía del gigante suramericano.

Desde EE.UU, altos funcionarios del Gobierno federal insisten en mantener la cooperación en los rubros de la seguridad y la defensa, misma que escaló durante la Administración de Jair Bolsonaro.


EE.UU. se propone seguir apuntalando la cooperación en las áreas de la seguridad y la defensa ofreciendo apoyo para detener la deforestación de la selva.

Como parte de los acuerdos suscritos con Washington durante la presidencia de Bolsonaro, en 2020 se estableció uno que contempla la capacitación de las Fuerzas Armadas, el intercambio de información y tecnología, así como la realización de ejercicios militares conjuntos hasta 2028.

Aprovechando que para Lula salvaguardar el medio ambiente constituye un asunto prioritario, EE.UU. se propone seguir apuntalando la cooperación en las áreas de la seguridad y la defensa ofreciendo apoyo para detener la deforestación de la selva.

Como parte de esta colaboración entre países se tiene programado entre octubre y noviembre de este año llevar a cabo un ejercicio militar conjunto por vez primera en la Amazonía brasileña.

Se trata de CORE 23, una maniobra militar que implica el despliegue de elementos de los Ejércitos de Brasil y EE.UU. en las guarniciones de Belém, Macapá, Oiapoque, así como en el Distrito de Clevelandia do Norte.

En 2021, un ejercicio idéntico se realizó en varias localidades de Sao Paulo y Río de Janeiro; en aquel momento se desplegaron 990 militares, de los cuales, 240 eran de origen estadounidense.

CORE 23 implica el despliegue de elementos de los Ejércitos de Brasil y EE.UU. en las guarniciones de Belém, Macapá, Oiapoque, así como en el Distrito de Clevelandia do Norte.

El año pasado, meses antes de la toma de posesión de Lula da Silva, EE.UU. fue sede de la segunda edición de este ejercicio militar: CORE 22 se llevó a cabo en Fort Polk (Luisiana), con la participación de por lo menos 200 elementos de las Fuerzas Armadas de Brasil.

En la Unión Americana, quienes promueven estos ejercicios militares aseguran que son indispensables para compartir experiencias e intercambiar conocimientos entre países sobre técnicas, tácticas y procedimientos de defensa.

Para Brasil, sostienen, no son sino experiencias que contribuyen a mejorar las capacidades de sus Fuerzas Armadas, que hasta cuentan con la oportunidad de certificarse en operaciones internacionales.

En aras de evitar una confrontación con la potencia del Norte, hasta el momento, el presidente brasileño ha optado por no echar atrás los acuerdos que fueron formalizados por su antecesor.

A mediados de mayo de este año, a través del Comando Militar Norte, el Ejército de Brasil recibió a varios elementos de su contraparte estadounidense para comenzar a preparar lo que será el primer ejercicio militar conjunto en la Amazonía.

Cabe recordar que tres meses antes, en febrero, tras su encuentro con Joe Biden, el presidente Lula aseguró que Brasil contaría con el apoyo de EE.UU. para proteger uno de los denominados 'pulmones naturales' de la Tierra.

Hoy queda de manifiesto que el primer componente de esa ayuda ofrecida por el inquilino de la Casa Blanca es un fondo de unos 500 millones de dólares para su conservación. Y, el segundo componente, el despliegue militar.

Colombia: una política de puertas abiertas

Gustavo Petro persigue con ahínco, desde que tomó posesión como presidente constitucional de Colombia, el objetivo de hacer de su país una 'potencia mundial de la vida'.

Es una encomienda que, sin embargo, su Gobierno ha dejado claro, hasta el momento, es imposible de llevar a cabo en solitario.

Para el presidente de la nación suramericana, ha resultado indispensable el apoyo de potencias mundiales como EE.UU. y coaliciones militares como la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) para hacer realidad una de sus principales promesas de campaña.

Bajo el argumento de proteger el medio ambiente, el Gobierno colombiano autorizó el despliegue de Fuerzas Armadas norteamericanas en la región de la Amazonía.

Durante su visita a Colombia en noviembre de 2021, ya con Petro como presidente en funciones, la jefa del Comando Sur de EE.UU. ('US Southern Command'), Laura J. Richardson, se reunió con altos funcionarios del Gobierno, así como con autoridades de las Fuerzas Armadas.

Desde esa ocasión, Richardson consiguió trabar un acuerdo que era clave para Washington: bajo el argumento de proteger el medio ambiente, el Gobierno colombiano autorizó el despliegue de Fuerzas Armadas norteamericanas en la región de la Amazonía.

Semanas después, sin ocultar su satisfacción por suscribir este acuerdo con el Comando Sur de EE.UU., Petro incluso se declaró dispuesto a solicitar el apoyo a la OTAN, con la que Colombia mantiene actualmente una relación de colaboración en calidad de socio global.

El acuerdo de cooperación con las Fuerzas Armadas de EE.UU. para salvaguardar la integridad en la Amazonía opera en la opacidad, sin supervisión y control.

Los pactos entre el Gobierno emanado del Pacto Histórico y la Administración de Biden han generado oposición de comunidades locales que habitan la Amazonía, así como de algunos representantes populares, que alertan sobre un atentado contra la soberanía y riesgos de violaciones a los derechos humanos.

Y es que el acuerdo de cooperación con las Fuerzas Armadas de EE.UU. para supuestamente salvaguardar la integridad en la Amazonía opera, hasta la fecha, en la opacidad, sin supervisión y control.

Igual que sucede en el grueso de países latinoamericanos donde EE.UU. tiene desplegados militares, en la Amazonía colombiana no se conoce el número de elementos en operación, sus tareas específicas ni el armamento y equipo que se utilizan.

Los bienes comunes en clave geopolítica

Bajo el argumento de que los Gobiernos de países en desarrollo no cuentan con la capacidad para hacer un buen manejo de sus ecosistemas, potencias como EE.UU. han venido proyectando una geopolítica ambiental, explica en entrevista exclusiva con RT, Manuel Sarmiento, concejal de Bogotá.

Nuevos invasores

El abogado detalla que se trata de un plan de gran alcance que pretende convalidar la injerencia de Washington en países que poseen vastos recursos naturales de carácter estratégico, como es el caso de los ocho latinoamericanos que comparten territorio amazónico.

Sarmiento sostiene que concebir a la Amazonía como un 'bien común' de toda la humanidad sirve de coartada para que EE.UU. intervenga de forma directa en la toma de decisiones más allá de sus fronteras, relegando a un segundo plano a los Gobiernos nacionales.

Bajo esta narrativa se insiste que, para poner un alto a la deforestación de la selva amazónica, que desde Washington es considerada asunto de seguridad nacional, se requiere de una estrategia conjunta, la única posibilidad para resolver el problema.

Así las cosas, la Administración de Biden propone establecer un fondo de unos 500 millones de dólares para la conservación de este 'pulmón natural' de la Tierra, así como el despliegue de sus Fuerzas Armadas.

Sobre el despliegue de militares en la Amazonía, Manuel Sarmiento advierte que se trata no solo de una grave violación de la soberanía de la nación suramericana, sino que además se abre la puerta para que se atente contra los derechos humanos de las comunidades que habitan la región.

El concejal de Bogotá recuerda que como parte de la 'Operación Artemisa' —maniobra militar dirigida a erradicar la deforestación—, se violaron derechos humanos en Colombia.

Años atrás, explica, se presentaron denuncias por la explotación sexual de menores en la base militar de Tolemaida, así se hizo constar en el Informe de la Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas, publicado en 2015.

Sin embargo, detalla que como parte de los acuerdos que se trabaron desde los tiempos del Gobierno de Álvaro Uribe, a los elementos de las Fuerzas Armadas de EE.UU. se les otorgó 'inmunidad diplomática', con lo cual, no pudieron ser juzgados en la nación suramericana.

Además, sostiene que, en varias ocasiones, militares estadounidenses han sido acusados de contribuir con el tráfico de drogas en territorio colombiano y, no obstante, no se les han podido imputar delitos por esta misma inmunidad.

Sarmiento concluye que se requiere de la intervención gubernamental para la conservación de la Amazonía, sin embargo, lamenta que se impongan condiciones desde el exterior para que Colombia y otros países latinoamericanos terminen cediendo el control de la selva.

 

CONGRESO DE PERÚ AVALA LEY QUE AUTORIZA INGRESO DE TROPAS DE EE.UU. CON ARMAS DE GUERRA

RT 22 jun 2023

En la misma sesión, el pleno votó a favor de que entren a la nación andina unidades navales de Japón.

El pleno del Congreso de Perú aprobó este jueves el proyecto de ley que autoriza un nuevo ingreso al país de tropas estadounidenses con armas de guerra.

La resolución legislativa fue avalada con el voto de 66 legisladores, mientras que 37 lo hicieron en contra y cinco se abstuvieron.

Se trata de un intercambio bilateral de operaciones en la selva con las Unidades Operativas de la Comandancia General de Operaciones de la Amazonía, a desarrollarse en la ciudad de Iquitos, del 24 de junio al 9 de julio.

Unos 87 integrantes del Cuerpo de Infantería de Marina de EE.UU. estarán durante 16 días en suelo peruano en la Base Naval de Iquitos.

"Los beneficios se encuentran orientados a incrementar las capacidades militares, así como desempeñar a cabalidad los roles estratégicos de las Fuerzas Armadas, permitiéndoles adquirir conocimientos sobre nuevas técnicas, tácticas y procedimientos, e incrementar el nivel de entrenamiento y la interoperabilidad de los medios involucrados; así como, fortalecer las relaciones bilaterales con las armadas involucradas", se lee en el documento oficial del proyecto de ley.

En ese sentido, "se considera que los beneficios son altamente favorables para los intereses de la Marina de Guerra del Perú y del Estado Peruano". 

Diego Bazán, presidente de la Comisión de Defensa Nacional, defendió la medida mediante la lectura de un texto sustentatorio. "El Poder Ejecutivo señala que esta actividad no afecta en forma alguna la soberanía e integridad territorial, ni involucra la instalación de bases extranjeras".


Si Castillo autorizaba, lo procesaban por traición a la patria

Luego de justificar la resolución legislativa, el congresista Bazán dio paso al debate de la iniciativa, sin embargo, se votó sin discusión alguna.

No obstante, la activista Lucía Alvites opina que la entrada de tropas estadounidenses al territorio peruano es una clara vulneración a la soberanía del país y "profundizaría la salida violenta a una crisis política".

"Con el historial que tiene Estados Unidos de injerencia en golpes militares en América Latina, es altamente alarmante", aseveró Alvites.

Nuevo ingreso

A finales del mes pasado el Gobierno de Dina Boluarte autorizó la entrada de tropas estadounidenses para "realizar actividades de cooperación de entrenamiento con las Fuerzas Armadas", como parte de un acuerdo efectivo entre el 1 de junio y el 31 de diciembre.

Mediante una resolución legislativa, publicada en el Boletín de Normas Legales del Diario Oficial El Peruano, se precisó que harán "distintas actividades de cooperación de entrenamiento con las Fuerzas Armadas asociadas con el Ejercicio Militar Internacional Resolute Sentinel 2023".

De junio a agosto entrarán al país andino con armas de guerra integrantes de las fuerzas especiales, de la Fuerza Aérea (USAF, por su sigla en inglés) y de la Fuerza Espacial (USSF) de EE.UU.

Acceso a militares japoneses

Posteriormente el pleno del Parlamento debatió y votó el ingreso de unidades navales y de personal militar extranjero con armas de guerra de Japón.

Ejército de EE.UU. en Perú: críticas y un historial de excesos en América Latina

martes, 4 de julio de 2023

NUESTRO BLOG Y SU LECTORIA

 




GEOGRAFIA ALTIPLANICA

 LAS CASAS FLOTANTES

DEL LAGO TITICACA

ESTAS MARAVILLAS DE LA INGENIERÍA VIVIENTE SE CREARON POR NECESIDAD.

por Stefano Montali

BBC Travel, 14 de agosto de 2022 https://www.bbc.com/travel/article/20220814-the-floating-homes-of-lake-titicaca

Creadas por los indígenas Uros como protección contra los ataques de los Incas, las Islas Uros son una de las proezas de ingeniería humana más innovadoras del mundo.

En 2011, la artista peruano-estadounidense Grimanesa Amorós bajó de un bote hecho de totora a una isla, también hecha de totora, en la parte noroeste del lago Titicaca. El cuerpo de agua navegable más alto del mundo se encuentra a unos 3.810 m sobre el nivel del mar en la Cordillera de los Andes y es compartido por Perú y Bolivia. También alberga una de las hazañas de ingeniería humana más innovadoras del mundo: las islas de los Uros.

Los islotes flotantes hechos por el hombre, que son el hogar de los indígenas Uros, se crean apilando capas sobre capas de raíces de totora y juncos. Esta planta resistente al agua crece en el lago y es el sustento de la comunidad de los Uros: se usa para hacer botes, casas, techos, colchones y más. La planta también se come (llamada en broma "plátano del lago") y se aplica como medicina, y sus flores se usan para hacer té.

"Había algo muy inquietante y atractivo en esta amplia gama de creación a partir de un solo material", dijo Amorós, cuyo arte a menudo se inspira en los legados culturales y las comunidades peruanas.

Sin embargo, los Uros no siempre fueron dependientes de la totora, esa adaptación fue impulsada por la necesidad. Hace más de 500 años, el creciente Imperio Inca comenzó a invadir las aldeas continentales de los Uros. Para combatir esta amenaza, los Uros comenzaron a construir las islas, que podían lanzarse al interior del Titicaca, lejos del peligro. Cientos de años después, ahora hay alrededor de 120 de estas islas construidas, con alrededor de 1300 personas viviendo en ellas.

A pesar de su singularidad, las Islas de los Uros no suelen estar en lo más alto de los itinerarios turísticos, muchas veces eclipsadas por las maravillas de Macchu Picchu y las Líneas de Nazca. Amorós se crió en Lima, pero solo oyó hablar de las islas durante las décadas que pasó viviendo fuera de su país de origen. Pero su visita la inspiró tanto que usó su próxima instalación pública, una comisión para el renombrado Armory Show de Nueva York, para resaltar a los Uros. Presentada en el Times Square de Nueva York en 2011, Uros House es una lámpara que representa una estructura tradicional de los Uros hecha de totora.

Aunque crecí con una madre peruana, yo tampoco había oído hablar de las islas de los Uros, que se encuentran a solo 5 km de la ciudad continental de Puno, hasta que busqué un viaje de mochilero en 2016. Más tarde ese año, tomé un barco desde Puno. a visitar las islas, donde me maravilló su ingenio sencillo que perdura hasta el día de hoy. La innovación comienza con los componentes más básicos y vitales de las islas: la raíz y la caña de totora.

La planta es notablemente fuerte y flexible, y se ha utilizado en la construcción en la zona durante siglos. En un estudio de 2002, Alexei Vranich, profesor de arqueología de la Universidad de Varsovia, investigó su fuerza de primera mano al proponerse recrear un viaje hipotético a través del Titicaca junto con el marinero Paul Harmon. Su objetivo era ver si las enormes piedras de un lado del lago podrían haber sido transportadas a través de él utilizando un gran bote hecho únicamente de totora. Su estudio se centró en los aimaras, un grupo indígena diferente de la zona, cuyos usos de la totora en la construcción de embarcaciones son casi idénticos a los de los uros. El viaje fue un éxito, lo que fortaleció la creencia de que los barcos de totora eran un método común de transporte de material pesado en los siglos pasados.

"La estructura de la totora es celular. Es un material muy resistente y estable que también es flexible pero evita que se doble", explicó Vranich. "La gente solía hacer esquís con una sola pieza de madera. Hoy en día, replican la forma interior de una sección transversal de totora".

Para construir las islas, cada una de las cuales alberga de dos a seis familias, los Uros primero recolectan grandes bloques de raíces de totora, que a menudo flotan en la superficie durante la temporada de lluvias. Se juntan múltiples bloques, y las raíces y las cañas se mezclan naturalmente para formar una capa de aproximadamente 1-2 m de espesor, llamada khili.

Regalo invaluable de la pachamama

Para cosechar la caña de totora, que se coloca encima de esta base flotante, los uros utilizan una herramienta larga parecida a una guadaña para meterse en el agua y cortar la planta por encima de la base. Luego, las cañas se secan al sol durante una a cuatro semanas y se atan juntas con una cuerda de nailon. En el pasado, los Uros usaban totora en lugar de la cuerda, pero como se deterioró rápidamente, se hizo el cambio moderno. Una vez secas, las cañas de totora se colocan en direcciones alternas sobre los bloques de raíces y se convierten en el suelo sobre el que los Uros caminan y construyen sus casas.

 Las islas y los hogares están en un constante estado de cambio, de creación y decadencia. Esta efímera es mágica

Para asegurarse de que las islas no se desplacen, se clavan varillas de eucalipto en el fondo del lago como anclas y se atan a los bloques de raíces con una cuerda. Cada 15 a 20 días, las cañas de totora se pudren y necesitan ser repuestas con otras frescas. Es un ciclo laborioso e interminable que es esencial para las islas y la supervivencia de los Uros en ellas. "Lo que más me impactó fue cómo las islas y los hogares están en un constante estado de cambio, de creación y decadencia", dijo Amorós. "Esta efímera es mágica".

Si bien la mayoría de los Uros conocen los conceptos básicos del proceso de reabastecimiento de caña, algunos hombres se especializan en el oficio y específicamente cosechan totora para venderla a otros miembros. Dado que la existencia de los Uros se basa en el agua, las embarcaciones son esenciales para cualquier viaje a tierra firme oa una isla vecina, o para cazar, pescar y guiar a los turistas. Si bien en la actualidad algunos uros usan botes motorizados, muchas embarcaciones todavía se construyen tradicionalmente con caña de totora.

“Si no hubiera totora, no habría islas”, dijo Nelson Colia Lujano, un hombre de los Uros que se desempeñó como presidente electo de la comunidad el año pasado. Me dijo que cuando él era niño, la gente de los Uros estaba asentada en tres islas principales mucho más lejos en el lago. Lujano creció en uno de ellos, llamado Santa María, con su abuela y sus 12 hijos. "Era lo suficientemente grande para que los niños pudiéramos jugar al fútbol", dijo.

Pero las cosas cambiaron drásticamente en 1986 cuando una gran tormenta azotó el Titicaca. “Nos dijeron que fue porque fue cuando pasó el cometa Haley. De la misma manera que la Tierra se abre durante un terremoto, nuestras islas se abrieron durante la tormenta”, dijo Lujano. “Los adultos subieron a todos los niños a uno de los botes de totora para protegernos. El viento del norte era tan fuerte que se llevó islas enteras, e incluso nuestra escuela, hacia el lado boliviano del lago. Esas islas las perdimos por bien."

La tormenta fue un punto de inflexión para la comunidad. Decidieron reubicarse más cerca de Puno y esta nueva proximidad con el continente peruano eventualmente cambió la fuente de sustento de los Uros de la pesca al turismo, vendiendo artesanías y mostrando a los visitantes la forma de vida de los Uros.

“Antes, casi ninguno de los uros de la isla había estado en la ciudad, pero ahora podías ir y venir tan fácilmente”, dijo Lujano, explicando que la comunidad comenzó a interactuar con mucha más frecuencia con el continente.


Hoy en día, las influencias urbanas son evidentes en las islas: los paneles solares alimentan las luces de los dormitorios y los televisores pequeños; una estación de radio opera en la isla principal; y Uros ofrecen sus casas o hospedajes privados en Airbnb. Pero los visitantes aún podrán aprender sobre el estilo de vida tradicional y los métodos de construcción, aunque eso ha ido cambiando a lo largo de los años a medida que las islas atienden cada vez más a los turistas.

"Las formas de vida tradicionales pueden corromperse [ya que algunas personas] pueden abandonar sus islas si ya no se sienten cómodas o si ya no pueden ganarse la vida de su forma tradicional", dijo Rachel Dodds, profesora de la Universidad Metropolitana de Toronto, quien coeditó un artículo sobre el turismo en el lago Titicaca.

Si bien han venido menos visitantes a las islas en los últimos años debido a la pandemia, Lujano espera que más personas vengan a dar un paseo por las islas flotantes por sí mismos. Me dijo que el gobierno de Puno todavía no aprecia completamente cuán vitales son los Uros y sus islas para el atractivo turístico de la ciudad. Sin embargo, eso puede cambiar pronto: "Ya nos llamaron desde Lima, diciendo que estamos en el proceso de convertirnos en una maravilla del mundo oficial", dijo.

Ya sea que eso suceda o no, es evidente que estos cambios modernos y el turismo han alterado la vida de los Uros en el lago. Sin embargo, una cosa sigue siendo cierta: mientras haya totora creciendo en el lago Titicaca, los cimientos arraigados de las islas seguirán siendo los mismos. ▒▒

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lunes, 3 de julio de 2023

MARIATEGUI, CHURATA

 Y LA DESCOLONIZACION

 Escribe: Boris Espezúa Salmón

 En JULI ETERNO Nº 55

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ecientemente la Oficina del Fondo Editorial de la UNA-Puno acaba de publicar el libro: “Mariátegui y Gamaliel Churata en el siglo XX” de José Luis Ayala, que trata  de la correspondencia que ambos se dirigieron en la década del 20 del siglo pasado. Década que dio para el Perú muchos aportes para definir una peruanidad que tuvimos la oportunidad de configurarla y se quedó en el intento.  Esta publicación nos permitió confirmar que dos autodidactas, dos marxistas, dos sentidores de la patria honda e impulsores de una genuina peruanidad y americanismo, coordinaban el quehacer de difusión cultural en forma plural y descentralizada en el país en aquella época de muchas restricciones y marginaciones a través de las revistas como “Amauta” y “El Boletín Titikaka” que tal vez fueron lo mejor que tuvo nuestro país en dicho siglo en expresiones de reflexión crítica que se produjo en un momento de nuestra historia donde hervía las ideas vanguardistas en el país y se empezaba a dejar de lado el calificativo de indigenismo que separaba e inferiorizaba las reflexiones venidas de abajo en literatura y en las ideas emancipadoras del Perú profundo.

Recordar los 100 años de la matanza de compatriotas indígenas en Huancané en Puno que se conmemora en este año, de la gesta de “Wancho Lima” nos recuerda elocuentemente que la memoria histórica está latente y doliente -como se hizo recientemente en Puno- sobre el casi un siglo que cumple la salida del Boletín Titikaka con conversatorios y conferencias que impulsó Radio Onda Azul y La Municipalidad Provincial de Puno. Estos hechos dicen mucho de lo que aún repercute en nosotros estas acciones y aportes en nuestra región de Puno y en nuestro país. En el evento conmemorativo del Boletín Titikaka se ha propuesto gestionar el reconocimiento de dicho Boletín como Patrimonio Cultural de la Nación, gestión que esperamos pueda tener eco del actual poder ejecutivo.                  

La descolonizacion debe
empezar por los invisibilizados
Mariátegui y Churata, constituyen el binomio de una ruta nueva para reconocer nuestra naturaleza originaria, nuestro origen genésico, como más antes el cronista Wamán Poma de Ayala nos hizo ver a través de sus descripciones sincréticas, surgidas de su condición de sujeto colonial como lo destacó Walter Mignolo, desarrollando una visión singular sobre el ser auténtico, híbrido, confundido en el país y el continente. Los hispanos no percibieron que personajes como Churata o Mariátegui mantuvieran una subjetividad de frontera, una localización geohistórica en el sentido que buscaron comprenderse a sí mismos, y comprender a los otros, tras preguntarse ¿Qué pasó en este encuentro de culturas, donde la cosmología andina como la cultura hispana entraron a un proceso de rehacerse, de hibridizarse y producir un conflicto de hacer escurridiza nuestra identidad que hasta el día de hoy nos acompaña? Ahí está por lo tanto el papel descolonizador que nos impetra ambos peruanos de fuste, que desde la colonialidad del poder nos hacen ver que nuestro país, fue sometido, fue escindido para imponer una colonialidad del ser y del saber que produjo en nosotros este escenario complejo y contradictorio donde la autenticidad, la ética originaria debieran fundar un nuevo indoamericanismo, como lo sostiene Churata, a partir de las bases para una descolonización crítica y emancipadora. 

Cuando dice Churata “se es indio o, no se es”, no está poniendo en medias tintas una opción intermedia, cuando se trata de asumir un sentido de pertenencia, un sentido de ubicarse desde la conciencia un horizonte cultural. Además cuando añade: “Si el indio nos duele es prueba de que vive allí donde duele: América”, realidad que todavía nos lacera, y constituye como un homúnculo para la intelectualidad peruana. Por su parte Mariátegui señalaba que “El peruanizar el Perú, se tendrá que hacer desde los cantones y la fibra más honda de la peruanidad que de todas manera debe contener lo indígena” emparejaba con la expresión churateana para darle un derrotero a nuestro país, venido desde abajo, desde las periferias para reconfigurar la imagen transfigurada de país que somos y que vamos queriendo ser.                   

En las cartas de ambos personajes, es evidente una preocupación por encauzar un pensamiento genuinamente nuevo y diferente, más apegado a las ideas vanguardistas, progresistas, renovadoras, a las cuales Mariátegui a su regreso de Europa estuvo más atento,  como el de mantener vínculos con el Grupo Orkopata, con saludar y apoyar la gesta de Ezequiel Urviola, con  enlazarse con las causas que en materia de renovación por una justicia intercultural a través de un legítimo derecho indígena que impulsaban Dora Mayer y Pedro Zulen, además de sus vínculos permanentes  con la clase trabajadora, de donde se pensaba gestar la ansiada peruanidad. Por parte de Churata se percibe, un trabajo esforzado de colectivismo, al estar siempre aglutinando el quehacer renovador de hacedores de la cultura, por ejemplo en algunas misivas exalta la labor dramatúrgica de Inocencio Mamani que lo llevó a Mariátegui a destacarlo en su 7 ensayos, también la defensa de la poesía de su hermano Alejandro, como una nueva propuesta de poesía de una vanguardia singular, que fue – como sabemos-  hasta felicitado por el propio César Vallejo.               

La descolonización es una tarea transversal que a todos nos incumbe, que como señalaba Franz Fanon hay que invertir la línea de lo humano, que hace que algunos vivan en la zona plena del “ser”, mientras que otras personas situadas en el lado inferior están en la línea de la zona del “no-ser” los privilegios de unos y las exclusiones de los otros son relaciones de poder, como también relaciones del ser y del saber. No es lo mismo ser humano excluido dentro de la zona del ser que un no humano en la zona del no-ser. Descolonizar la subjetividad pasa por respetar las diferencias, vivir con las diferencias y construirnos con las diferencias, procurando asirse a una identidad, a una autonomía y a una
autodeterminación.                   

Conocer más de estos personajes siempre será un reto, un reavivar el compromiso por el país, cuando en este tiempo que vamos pasando, de azarosas crisis, el Perú nos vuelve los ojos para ver que aún entre nosotros habitan los visibilizados y los invisibilizados, los unos y los otros, que ahondan las desigualdades y la fragmentación social y cultural que vivimos y que todos quisiéramos superarlo. ▒▒

                                                                                                                                     Puno, mayo 2023.



domingo, 2 de julio de 2023

MOTIVOS ALTIPLANICOS EN PINTURAS SI AUTOR CONOCIDO

 









HILEBRANDT ANALIZA LA COYUNTURA POLITICA PERUANA

 NADA ES LO QUE PARECE

César Hildebrandt

Tomado de HILDEBRANDT EN SUS TRECE N° 647, 30JUN23

Llegó el invierno, pero no hay invierno. En el país de las falsificaciones, hasta la naturaleza parece sumarse al afán de la burla y el engaño.

El Perú sería un país muy divertido si no fuera el nuestro. Si fuera ajeno, remoto, desasido de nuestra memoria, nos reiríamos mucho. Lo veríamos como una eterna comedia involuntaria. Porque es el país donde las palabras no sirven y los títulos despistan y las reputaciones se erigen con cartón y buganvilias de plástico.

Manuel Gonzáles Prada
El Perú fue oficialmente indepen­diente cuando no había alcanzado ese estatuto. Fue sanmartiniano y anti-sanmartiniano casi simultáneamente. Fue bolivariano hasta la prosternación y anti-bolivariano hasta el asesinato, a la velocidad del vértigo. Y se proclamó republicano conservando la esclavitud, la penuria y exclusión de los indios, la apropiación ilícita como norma de la propiedad y la herencia. La monarquía de la intendencia y de la anarquía militarista se instaló entre nosotros.

Seguimos siendo un país imaginado como grandioso por nuestras élites aun después de la derrota en la guerra con Chile. Tan grandes éramos que nunca hablamos de las razones de esa catás­trofe, del mismo modo que jamás reco­nocimos el sucio juego que le hicimos a la confederación Perú-boliviana. Las élites no podían admitir que se dijera la verdad y de allí ese tono de susurro amistoso que tienen nuestros historiadores, de allí la media voz de la que hablaba González Prada.

Dos cultores de la ambigüedad -Riva Agüero y Torre Tagle- empezaron la república de papel que habrían de traicionar. Ambos, sin embargo, fueron tratados con amabilidad por la historia oficial. Si algo sabemos hacerlos peruanos es perdonar. Perdonamos a Echenique. Perdonamos al fugitivo Mariano Ignacio Prado. Perdonamos a Piérola. A quien no le perdonamos la acritud y la ira fue al hombre que habló en el Politeama y nos crucificó.

Discípulo de González Prada fue Haya de la Torre, a quien le hicimos la vida imposible hasta que cuarenta años después, doblegado, aceptó las reglas de juego del sistema. Allí le dimos almuerzos, laureles, saludos, asambleas constituyentes. Amamos a Haya cuando ya no era Haya. Se había usurpado a sí mismo. Ese es el truco en el Perú de las cartas marcadas.

Lo que más nos gusta perdonar es la deshonra. Lo hemos hecho siempre y lo seguiremos haciendo. Por eso, tras la guerra del Pacífico, no hubo un solo proceso en contra de quienes habían exhibido su entusiasta colaboración con el enemigo. Por eso mismo aceptamos que alguien disfrazado de mariscal entrara a la fuerza a Palacio tras el asesinato de Sánchez Cerro.

Y tendemos a perdonar el crimen, cómo no. Las élites celebraban que el general Odría, que según una viril le­yenda se había roto una pata durante una juerga burdelera, matara o encar­celara apristas, del mismo modo que en “La Prensa” de Beltrán celebraron, años después, la muerte violenta de Javier Heraud.

La impostura es lo nuestro. Abimael Guzmán se decía sucesor de Marx, Lenin y Mao cuando su meta era la de un huno andino y sus métodos correspondían a los de un psicópata. Y a propósito: tuvimos un Partido Comunista del Perú que sólo obedecía instrucciones de Moscú, mientras que los cónsules del maoísmo nativo esperaban las directivas de Pekín.

Nada es aquí lo que parece y en este siglo el fujimorismo fue la cumbre de ese país de los Buendía y las colas de cerdo.

En ese país, que Keiko Fujimori encarna con afán dinástico y mañas sucesorias, la Fiscal de la Nación exculpaba, el Tribunal Constitucional refrendaba, el Congreso se meaba del susto o cobraba por cada conversión, el Poder Judicial era mesa de partes del Ejecutivo, la prensa comprendía, las élites bailaban La Macarena.


Era un país que fingía al extremo. Simulábamos tener un presiden­te cuando lo que había era un shogún. Nos presentábamos como una economía que volvía al mercado cuando lo que hacíamos era refundar el capitalismo salvaje sin contrapartes. Le decíamos al mundo que habíamos derrotado el terrorismo cuando lo que construimos fue un país extraordinariamente desigual (terreno fértil para que el resentimiento volviera en su tono más beligerante).

Hoy repetimos la faena. La presidenta no es presidenta. El Congreso no es Congreso sino banda de lobistas. La Fiscal de la Nación es el topo de la nueva Yakuza con sede en Balconcillo. La TV de los Schütz y las Delta y los Fantasmas González pone cara de monja para decir lo que le conviene y hasta el señor Cerrón se recuesta en el diván del fumadero y sueña que lo respetan y que tiene poder.

Todo es como este invierno disfrazado de primavera. Nada es lo que parece. ▒▒