viernes, 12 de agosto de 2011

Los mallkus y dirigentes ante la justicia criolla


Escribe : José Luis Ayala.

Lima 12 de agosto de 2011


Se ha venido a llamar maliciosamente “Ponchos rojos” a las autoridades democráticamente elegidas en las estancias, ayllus y comunidades campesinas aymaras. Se trata de personas mayores que son electas cada año para mantener la gobernanza y democracia de participación comunal, por lo que representan no solo a la tradición histórica, sino que son los vínculos y medios de entendimiento entre aymaras y el Estado Peruano. En algunas partes se les llama mallkus, en otros jilaqátas y cuando ese cargo asume una mujer se llama thalla. Mallku también se traduce al español como cóndor y jiláqata como persona de mayor autoridad, en algunos lugares también se le llama marani.

El uso del poncho wayruru (rojo) tiene que ir acompañado de un zurriago nuevo, una chuspa (morral) para llevar coca, alcohol, dulces, remedios y a veces flores del campo. Además de una vara de mando, un ch’ullo de vivos colores y un sombrero nuevo. En algunas comunidades del altiplano, dependiendo de los techos ecológicos y variedad de lana de alpaca, llama u oveja, el poncho es de color negro. Hay comunidades que ya no usan ponchos sino un terno azul, chalina blanca, zapatos y sombrero negro, por ejemplo en Huacullani. Allí los malkus no chajchan ni akullin coca, no tomar alcohol sino cerveza. Las asambleas son indistintamente en aymara o el español. Un mallku también puede ser iletrado, pero está obligado a invitar y gastar en las fiestas del calendario religioso cristiano, así como en el de la religiosidad aymara.

De acuerdo a la tradición y cultura aymara, todos los hombres están en la obligación de “pasar el cargo” una vez en la vida, nadie puede eludir porque es un honor y una responsabilidad que se practica hace miles de años. De allí es que cuando se moviliza una estancia, ayllu, un sector o una comunidad aymara, viene a ser un acto de democracia plena. Nadie manipula a nadie. No tener en cuenta estos valores democráticos y cultura participativa, es desconocer la otra realidad social y política andina, donde la democracia no necesita de entes paternalistas ni de ONPES que garanticen las elecciones de los mallkus o jilaqatas, llamados también tenientes gobernadores.

No cabe duda que el lenguaje oficial y periodístico ha cambiado pero no la forma del desprecio a la vida y a la cultura aymara. Cuando los nuevos censores dicen “ponchos rojos” quieren decir salvajes, iracundos, resentidos, amargados y hasta subversivos. Ese hecho es sumamente peligroso y es preciso no solo rechazarlo con indignación contundente, sino además señalar que los malkus o tenientes gobernadores no están ideologizados desde el punto de vista criollo y occidental. Señalarlos como agentes subversivos es desconocer una cultura democrática, la cual se sustenta en el voto y participación de cada una de las personas que viven en las comunidades.

Los aymaras durante el siglo XXI se enfrentaron valientemente al gamonalismo y a las malas autoridades mestizas como al Estado. Todo empezó con los “mensajeros” de Huancané y Chucuito. Candamo hizo lo que pudo y nombró como subprefecto de Juli a Teodomiro Gutiérrez Cuevas más tarde llamado Rumi maki. Quri sonqo. Pero no pudo nada contra una sociedad injusta, cruel e inhumana. Hasta que se produjo la fundación de la otra capital del Perú, la República Aymara del Tawantinsuyo con su capital Wancho Lima, Ciudad de la Nieve (1923). Carlos Condorena fue elegido presidente, se construyó escuelas y una ciudad que después fue arrasada desde cimientos. Nunca se supo cuántos aymaras murieron todo por tratar de liquidar un sistema colonial que lamentablemente dura hasta ahora.

Después de una terrible masacre, robo de ganado, incendios de casas y pillaje en la comunidad Wancho (Huancané), los gamonales denunciaron ante el juez de turno, haber sido víctimas de robo, saqueos e intento de incendio de Huancané. Demandaron a trescientas personas entre a ellas a muchas que fueron fusiladas a orillas del río Coca uta. Inmediatamente el juez ordenó la captura de los “cabecillas” y en tres meses llenó la cárcel de Huancané y Puno con personas probadamente inocentes y pobres. No tocó a ningún mestizo a pesar que convivía a diario con ellos.

El celebérrimo juez Enrique Gallegos, quien de joven había sido un revolucionario como profesor en San Carlos y formado como discípulo de Gamaliel Churata, durante más de cinco años no sentenció ni ordenó la comparencia de gamonales, con quienes compartía juegos de casinos, rocambor, fiestas, bailes, grandes comilonas y paseos a las haciendas. Habría que leer su tesis para recibirse de abogado en la Universidad San Agustín de Arequipa. Es un documento que pide “la liberación del indio del sistema gamonal y capitalista que lo oprime”. Cuando fue subrogado como docente de San Carlos a causa de sus ideales políticos, fue defendido por Churata y los alumnos pero así es, hay gente que cambia cuando llega al poder y se olvida de sus ideales.

Aunque todavía no hay una vergonzosa biografía de Juan de Dios Salazar y Oyarzával, se sabe que fue abogado, político y legüiísta acérrimo. Fue quien siendo diputado por Huancané, presentó en su Cámara un proyecto de amnistía, el mismo que fue inéditamente aprobado debido a la orden de Leguía. Solo así se salvaron de morir algunos dirigentes, pero muchos de ellos fallecieron de tuberculosis. Condorena fue torturado cruelmente en la cárcel de Huancané, pero fue defendido y sin duda se salvó debido a un abogado valiente y revolucionario, por un intelectual ejemplar como fue Manuel A. Quiroga.

Ahora que se ha iniciado un juicio contra los dirigentes aymaras de la huelga antiminera, se ha empezado por tratar de vincular a los malkus o tenientes gobernadores y dirigentes al terrorismo internacional. Es fácil imaginar que se trata de amedrentarlos, de atemorizar a quienes con razón se movilizaron para defender sus tierras y la vida de sus hijos. Además, Yonhy Lescano Ancieta ha demostrado que hubo una increíble festinación de trámites en el caso de la concesión de la mina Santa Ana.

Habrá que estar atentos y vigilantes para que los dirigentes aymaras y los tenientes gobernadores tengan un debido proceso. Decir que los “Ponchos rojos” de Chucuito tienen una ideología marcadamente violentistas y mantienen criterios políticos “chavistas”, tal como lo aseveró Aldo desgraciadamente Mariátegui, es un cargo infundado. Nadie tampoco aprobaría los desmanes, saqueos, incendios y ataques a entidades públicas como privadas. En fin, la batalla será dura y desigual y habrá que ver qué pasa, porque como dijo César Vallejo, en referencia a su injusto encarcelamiento por los incendios de Santiago de Chuco en los que fue implicado: “Nunca la justicia fue tan injusta en el Perú”.
___________________________

martes, 9 de agosto de 2011

NOTICIAS DE PUNO



Gastaron 10 millones de dólares sólo en estudios del lago Titicaca

CORREO PUNO 08 de agosto de 2011

El director ejecutivo de la Autoridad Binacional del Lago Titicaca (ALT), Julián Barra Catacora, informó que gastaron hasta el 2006, la suma de 10 millones de dólares sólo en estudios para solucionar la contaminación de la Bahía Interior del lago Titicaca, principalmente por la aparición de las lentejas de agua en esta zona.

Ha indicado que hasta el 2005 se tuvo el problema para desembarcar en el puerto de Puno, por la enorme masa de capa verde, en la superficie lacustre.

Entre los años de 2007 y 2008 recolectaron un promedio de 42 toneladas de plantas tipo lentejas que por la capa verdosa sobre las aguas, no permitían el ingreso de los rayos del sol a la profundidad del lago, agregó que otro de los problemas fue la desaparición de peces.

Agrego que ahora en la bahía existen diariamente un promedio de 40 a 50 pescadores, por los trabajos de descontaminación que realizan.

Productores exportarán fibra de alpaca a Europa

CORREO PUNO 08 de agosto de 2011

Productores de fibra de alpaca de la provincia de San Antonio de Putina, han recibido una gran noticia. Y es que empresarios europeos, específicamente de Italia y Francia han hecho conocer su interés por adquirir la preciada lana, pagando precios por encima de los estándares que se manejan en la región Puno.

El alcalde de la municipalidad provincial de San Antonio de Putina, se mostró también muy complacido por la noticia que sin duda alguna ha entusiasmado a los directos involucrados que son los productores.

"Esta primera experiencia es un aliciente para nosotros, sobre todo porque el Proyecto Vicuñas que hemos iniciado en agosto del 2010, ya tiene resultados" refirió el burgomaestre Uriel Lama Quispe.

El mencionado Proyecto se ha implementado para los próximos tres años, son catorce comités conservacionistas los que laboran en la jurisdicción de esta provincia, 980 socios integran cada uno de estos, con una población de nueve mil vicuñas y una oferta de 545 kilogramos de fibra según la última campaña del 2010.

En referencia a la oferta que se ha hecho desde Europa se conoció que el precio normal de la fibra es de 200 dólares, con la exportación se podría alcanzar precios entre los 600 y 800 dólares.

lunes, 8 de agosto de 2011

Acotaciones históricas: Copacabana, Ccota kjahuaña

Escribe: Guillermo Vásquez Cuentas

Publicado en el diario LOS ANDES, Puno 7 julio 2011.

Uno de los paisajes más hermosos en las orillas del Titicaca, es la localidad de Copacabana, sus rededores y las pequeñas islas frente a ella, una de las cuales antiguamente llamada “Titikaka” se la conoce hoy como la “Isla del sol”. Cada seis de agosto creyentes católicos de Bolivia y de muchos otros países, visitan el santuario que allí existe en el que se encuentra la efigie de la Virgen de la Candelaria de Copacabana. Todo estudio que comporte descripción histórica tiene que reconocer que: Ciudad de Copacabana, su entorno inmediato, e Isla del Sol, constituyen desde tiempos inmemoriales un conjunto indisoluble con riquísimas memorias comunes, sobre las que hay un apreciable acervo bibliográfico entohistórico.

En tiempos antiguos

Los cronistas de la historia peruana durante los siglos XVI a XVIII dedicaron buena cantidad de comentarios y descripciones sobre lo mágico religioso de la cultura andina.

Sobre los primeros tiempos de esa cultura, José Antonio del Busto[i] relata el mito según el que “en el principio todo estaba oscuro, la noche era eterna. Huriacocha, el criador de todas las cosas, no se mostró satisfecho con tanta tiniebla vacía, y para darle formas, hizo el mundo….formó un género de gigantes a quienes mandó viviesen de acuerdo a ciertas normas…pero pecaron los tales y el dios incurrió en indignación y…les envió un diluvio….Pasado éste y seca la tierra, determinó Hiracocha poblarla por segunda vez. Para ejecutar su pensamiento pasó a la isla llamada Titikaka…y desde lo alto de ella creó las luminarias del cielo, empezando por el Sol, Luna y las estrellas”.

“El mundo estaba envuelto en tinieblas y oscuridad, pero un día salió de la isla Titikaka el sol resplandeciente, por lo cual la tuvieron por cosa sagrada”, relata Pedro Cieza de León[ii] al referir un mito sobre dicha isla.

Así, el culto de tiempo inmemorial a Huiracocha como hacedor del universo, está ligado a la isla Titikaka (de Titi=gato montés y por extensión puma y Kkakka=peña, la sagrada peña del puma desde la que “salió el sol” después de las tinieblas) en el Lago de Chucuito, llamado después y hasta ahora como Titikaka por la famosa isla de ese nombre. Cerca de ella está otra isla más pequeña que los antiguos llamaban Coati y que ahora se le conoce como Isla de la Luna, con escasa significación religiosa.

En épocas prehispánicas, la península de Copacabana y la Isla Titikaka sucesivamente formaron parte del territorio de la cultura Chiripa, de la gran cultura Tiahuanaco, del señorío kolla de los Omasuyos; y, finalmente del Imperio de los Incas.

Antes del dominio incásico, los Kollas (llamados “aimaras” desde la invasión española) poblaron por siglos la meseta del Collao y algunas regiones adyacentes a ella. Y, dentro de ese gran ámbito geográfico, dominaron el espacio particular que comprende a la península de Copacabana y sus islas cercanas. Hay quienes calculan que la hegemonía kolla se dio entre los años 1.100 a 1.400 d.C[iii].

Sin duda, fueron los Kollas los que nombraron el centro poblado peninsular ligado a la isla, como Ccota kjahuaña[iv] (del jakke aru [hoy aimara] Ccota=lago, laguna y Kjahuaña=observar, otear, vigilar). Y es que la conformación orográfica del lugar con un alto cerro (hoy llamado del Calvario) que se yergue a orillas mismas del lago, hace que se constituya en un gran mirador con vista privilegiada de su inmensidad azul. Los españoles transpusieron “ccota” por “copa” y “kjahuaña” por “cabana”, tal como lo han hecho con infinidad de términos quechuas y aimaras.

Hoy hay en América –por motivaciones religiosas- muchas ciudades con el nombre de Copacabana, incluyendo a la famosa playa en Rio de Janeiro, Brasil[v].

Visitas y obra de los emperadores incas

Según Rostworowski[vi] Viracocha Inca fue el primer gobernante incaico que tomó contacto con Lupaccas, Omasuyos y Pacajjes. Con los primeros tuvo un acuerdo secreto de mutua colaboración a espaldas de los Hatun kollas, lo que provocó una sangrienta guerra en la que vencieron los Lupaccas capitaneados por su mallku principal Cari. Viracocha Inca llega junto con la paz de postguerra y en su viaje hacia el sur se entrevista con Cari en el lugar conocido hoy como Bebedero. Esta vez no se trató propiamente de una conquista incaica sino de “una alianza entre confederados”, nos dice la historiadora de ascendencia puneña. Si bien Viracocha llega a Tiahuanaco, no hay referencias de que haya visitado Copacabana y la renombrada Isla.

Años más tarde Pachakutec Inca Yupanqui -según Markham “El más grande hombre que la raza aborigen de América haya producido”- después de unirse al ejercito de avanzada que envió a cargo de su general Apo Conde Mayta, libró duras batallas con los Hatun Kollas asentados en la parte norte del lago Titikaka, venciéndolos en Ayaviri y Pucará, dando muerte a su jefe Chuchi Capac e iniciando así la dominación inca en la región. “Al saber la victoria inca, el curaca de Lupaca que residían en Chucuito y que no era menos poderoso que Chuchi Capac, pidió la paz” afirma Rostworowski.

Luego Pachacutec pasó al sur, siempre en son de conquista, terminando de someter así a los señoríos kollas de la gran meseta y aledaños. Con él se afirma aún más la misión asignada a la población de Copacabana: servir a ese “centro religioso y de peregrinaje de altísima importancia para el Imperio Inka” que fue la Isla Titikaka.

Se calcula que la dominación inca duró poco menos que un siglo. Los “señoríos o reinos aimaras”, sea por imposición de la fuerza o sea por pacto en algunos casos, pasaron en conjunto a constituir –como es muy sabido- el Kollasuyo, una de las cuatro partes del Tahuantinsuyo. Si bien la dominación incaica como tal se inicia con Pachacutec, es Tupac Inca Yupanqui quien la consolida con una visita muy mentada a ese Suyo.

De la visita por Túpac Inca Yupanqui a “esta isla y templo tan célebres entre los indios Collas…a los que venían desde Quito, de Pasto, de chile y de los ángulos más remotos de la monarquía peruana”, da cuenta Ramos Gavilán[vii]. Entre las decisiones que tomó este inca para engrandecer el culto en la isla, fue la instauración de una “Casa de las Vírgenes” o Acllahuasi llegando a dejar allí a una de sus hijas “como superiora” o Mamacuna. Dictó asimismo varias disposiciones para el culto, el embellecimiento de los monumentos y las visitas, convalidando y socializando en todo el imperio muchas de las creencias religiosas de los kollas que los cusqueños habían asimilado desde tiempo atrás. En adelante, la isla Titikaka con su famosa peña y un templo que dicen allí se había construido, fue consagrada como un santuario de la mayor importancia.

Huayna Capac visitaría la zona más tarde. El padre Martin de Murúa[viii] dice que este inca impuso a su primo hermano Apo Challco Yupanqui (hijo de tu tío carnal Apo Inca Sucso) como gobernador del conjunto por cierto tiempo. Este Challco dejó numerosa descendencia, vigente hasta nuestro tiempo.

Se sabe que Huáscar en plena guerra civil con Atahualpa, peregrinó raudamente hasta Titikaka, para demandar a los ídolos y a la peña sagrada, apoyo para su causa.

Los mitmacunas y los servicios al culto

Para el servicio del culto y peregrinaje, los incas introdujeron en Copacabana considerables poblaciones de mitmas venidos de distintos lugares del Tahuantinsuyo, lo cual dio origen a una población multiétnica. Ramos Gavilán proporciona una relación de hasta 42 etnias diferentes[ix]. Murúa refiere que los incas poblaron Copacabana con mitmas incluyendo Cañaris y Chachas, “para servir a los sacerdotes y a las huacas de la isla del sol, lugar de continuas y masivas romerías”. Reginaldo de Lizárraga[x] anota que todos los ayllus o naciones avecindadas en Copacabana estaban divididas en Hanansayas e Urinsayas. “los primeros eran lo más principal y los segundos lo menos principal”, aclara.

Las visitas a Copacabana y la Isla Titikaka, por seguramente muchos miles de peregrinos aimaras y en general tahuantinsuyanos, se hacían conforme a ciertas prescripciones que cautelaban no solo las solemnidades sino también el orden. Esto se desprende de las aseveraciones de Alfonso Ramos Gavilán, el cronista más especializado en los cultos religiosos de Copacabana. Precisa este sacerdote que “la más señalada” de las muchas islas existentes en el gran lago es la de Titikaka, donde se alza el templo del sol y que para acceder a Copacabana y luego a la isla, los visitantes debían entrar por las puertas de una larga cerca de piedra que iba de costa a costa en el istmo de Yunguyo, es decir desde la orilla del lago mayor hasta la orilla del lago menor o Huiñaymarka. Había servicio de “porteros y guardas que examinaban a toda la gente que iba en romería a los adoratorios”.

Una vez en Copacabana los peregrinos eran “atendidos, cada uno agasajado según la calidad de su persona, con alojamiento, comida y hasta vestido”. Una gran Colcca almacenaba y proveía los bastimentos que eran ofrecidos obligatoriamente por los kollas de “Omasuyo, Urcosuyo, Chucuito, Larekaja y Yungas”, informa Ramos Gavilán.

Según Lizárraga, la colcca se encontraba en el lugar denominado Locca “a media legua del pueblo de Copacabana”. En ella se almacenaba chuño, charqui, maíz y coca, principalmente.

Indios uros eran los encargados de proporcionar transporte en balsas desde Cochachumi, un embarcadero único entre Copacabana y la Isla, tal como lo hacían en el estrecho de Tiquina.

Lo que encuentran los primeros invasores hispanos

Pedro Sancho[xi], secretario que fue de Francisco Pizarro, cuenta que estando éste en el Cusco envió a Diego de Agüero y a Pedro Martín de Moguer a explorar el Kollasuyo. A su regreso después de cuarenta días, consignaron en su informe que “había una gran laguna como de cien leguas y que la mayor población se encuentra a su alrededor, y en medio de ella hay dos islas pequeñas, en una de las cuales existe una casa del sol que es tenida en gran veneración…están al servicio de este santuario seiscientos indios y más de mil mujeres…”

Por su parte, Ramos Gavilán afirma que los primeros españoles en visitar la Isla del Sol fueron quienes conformaban el grupo dirigido por un Capitán Illescas[xii].

Cieza afirma que en ella “hubo un famoso i riquísimo templo del sol, en memoria de haber salido de allí su primer inca Manco Capac”; lo cual parecería respaldar la conocida leyenda de la fundación del Tahuantinsuyo.

Antonio de la Calancha, refiere que en la isla había un “ídolo de piedra azul vistosa, sin más figura que un rostro feo y el cuerpo como pez”. Durante el proceso de “extirpación de idolatrías” ese y otros ídolos “fueron destrozados y arrojados a la laguna por los cristianos”, dice Ramos. Lo mismo ocurrió con los “gigantes ídolos esculpidos en piedra” que había en Copacabana, los cuales “fueron derribados y sustituidos por cruces de piedra y madera”.

El padre Martín Murúa[xiii] señala que los santuarios más famosos del incario fueron Pachacamac cerca a Lima, Coricancha en el Cusco y la Isla del Sol “…donde hubo antiguamente una frecuentadísima huaca y adoratorio a donde concurrían los indios como en romería… y era el lugar de mayor idolatría que hubo en el Perú”. Agrega que “…es famosa la laguna de Titicaca por estar en su ribera muchos y muy grandes pueblos…”.

En tiempos del coloniaje

Durante la dominación colonial impuesta por los españoles a los pueblos andinos, Copacabana pertenecía al Cusco, hasta que se produjo la fundación de Nuestra Señora de La Paz, en el valle de Chuquiago. Asimismo, después de pertenecer al virreinato del Perú, Copacabana e islas pasaron a ser parte del virreinato del Rio de Buenos Aires, luego de la creación de éste por Real Cédula de 8 de agosto de 1776. Más tarde y básicamente, sobre la Audiencia de Charcas (que abarcó lo que se conocía como Alto Perú) previamente creada en 1559, se erigió la actual República de Bolivia en 1825.

“El Licenciado García de León fue al parecer el primer encomendero de Copacabana por decisión de Vaca de Castro”, nos ilustra el historiador Waldemar Espinoza Soriano en uno de sus escritos[xiv], en el que transcribe un interesante documento bajo el título “Encomienda de [la] Gasca al Licenciado León de sus indios de Copacaguana” fechado el 14 de noviembre de 1548, el mismo que contiene valiosos datos para la comprensión la trayectoria histórica de Copacabana.

Después de García de León, otro encomendero que le sucedió fue –siempre según Espinoza- García de Villalón; luego entre 1574 y 1590 doña María de Salazar y, a fines del Siglo XVI y comienzos del XVII, Alberto de Acuña.

En el documento de encomienda en mención se consigna que en 1548 el jefe de los grupos étnicos de Copacabana era “un orejón del Cuzco llamado Condemayta, el mismo que era asistido por cuatro principales: Chisquicone de la nación Canchi; Huisa de la nación Cana; Pinco de la nación Kolla [Hatun Kolla] y Pasca, sin indicarse nación, pero probablemente de Chachapoyas”.

Poco antes de expedirse el documento de la encomienda, se produjo la visita oficial a cargo del Capitán Gabriel de Rojas. Este visitador establece que existen 738 indios tributarios que con sus familias llegaban a dos mil quinientos pobladores, distribuidos en los pueblos o jatunllajjta de Copacabana e Imsayo, en los “poblezuelos” (sic) de Locca, Carihuaquis, Lupac, Coaquipa, Tonaca y Timacachi; y, en los “poblezuelos de Uros” Tiquina y Cochachumi.

Después del documento de La Gasca, con toda la información que contiene y cuyo análisis y descripción escapan a los límites de la presentes notas, vino el libro histórico del huamanguino Alonso Ramos Gavilán. Que sepamos, en el intermedio no se han encontrado más incunables.

Copacabana hoy

Durante casi todo el periodo colonial (1534 a 1825) Copacabana desarrolla el culto a la Virgen de la Candelaria entronizada el 2 de febrero 1583[xv].El 1 de agosto de 1925, año del primer centenario de la Independencia de Bolivia, en ocasión de la celebración del Primer Congreso Eucarístico Nacional, la Virgen de Copacabana fue coronada como Reina de la Nación”, disponiéndose que la festividad coincida con la fecha de celebración de la independencia de ese país: el 6 de agosto.

Demás está decir que los creyentes católicos del hermano país tienen en Copacabana un recurrido centro de peregrinaje y todos -nacionales y extranjeros- tenemos un atrayente y muy visitado destino turístico. <>

Lima agosto de 2

[i] José Antonio del Busto: PERÚ INCAICO. Ed. El Comercio, Lima 2011, p. 153

[ii] Pedro de Cieza de León: CRONICA DEL PERU. PRIMERA PARTE; Capitulo ciii. Ed. Fondo Editorial PUCP, Lima 1986, p. 281

[iii] http://www.copacabana-bolivia.com/copacabana/content/view/13/31/lang,es/

[iv] No nos hacemos problemas aquí -ni en ningún otro sitio- por la escritura del idioma aimara inventada por los “lingüistas” trivocalistas, a la que rechazamos. Al respecto puede verse nuestro artículo “Ah… ¡esos trivocalistas!” publicado en el diario LOS ANDES edición del 15 de junio 2011.

[v] Sobre Copacabana Aymara y Copacabana carioca se han urdido varias explicaciones respecto a la similitud entre los nombres de la Copacabana hoy boliviana y el de la famosa y mundialmente conocida playa y populoso barrio en Rio de Janeiro. La más probable, difundida por el artista boliviano Gil Coimbra Ojopi en su libro “Nuestra Señora de Copacabana”, se apoya en el relato del reiterado visitante al Alto Perú y por tanto a Copacabana junto con comerciantes y exploradores portugueses, el monje benedictino Antonio de Desterro Malheiro, quien en uno de sus viajes en que regresaba de la península ibérica en 1745, fue atrapado en una tempestad marina frente a la costa de Rio de Janeiro con grave peligro de su vida, circunstancias en que clama la ayuda de la virgen de Copacabana, atribuyendo después a un milagro de la deidad, su salvamento. El monje cumplió su promesa de construir una pequeña capilla. En 1749 los anales de Rio de Janeiro la describían como muito frecuentada por romeiros a capella da Sehhora de Copa-Cabana. La capilla fue demolida para la construcción de un fuerte.

[vi] María Rostworowski Tovar: PACHACUTEC. Ed. Instituto de Estudios Peruanos IEP. Lima 2006. p. 101.

[vii] Alonso Ramos Gavilán: HISTORIA DE COPACABANA Y DE LA MILAGROSA IMAGEN DE SU VIRGEN. Texto compendiado por Rafael Sanz. Lima 1837. Imprenta de J. Enrique del Campo.

[viii] Fray Martín de Murúa: HISTORIA GENERAL DEL PERU. Edición de Manuel Ballesteros Ed. Dastin S.L., Madrid 2001, p. 542

[ix] Alonso Ramos Gavilán: Op Cit. P.11

[x] Fray Reginaldo de Lizárraga: DESCRIPCION Y POBLACION DE LAS INDIAS. Capitulo LXVII. Año 1615. Texto tomado de http://www.archive.org/stream/descripcinypobl01romegoog/descripcinypobl01romegoog_djvu.txt

[xi] Pedro Sancho [Pedro Sánchez de la Hoz] LA CONQUISTA DEL PERÚ. Madrid, 1550. Citado por Luis E. Valcárcel en su “Historia del Perú Antiguo”, Ed. Juan Mejía Baca. Lima 1984. Tomo I, p. 266

[xii] Alonso Ramos Gavilán. Op. Cit. P. 22

[xiii] Fray Martín de Murúa: Op. Cit. p. 544

[xiv] Waldemar Espinoza Soriano: Artículo COPACABANA DEL COLLAO. UN DOCUMENTO PARA LA ETNOHISTORIA ANDINA. Boletín Año I Nº 1; Ed. Instituto Francés de Estudios Andinos, 1972.

[xv] Sobre el tema de la virgen de La Candelaria, nos permitimos invitar a quien esté interesado a buscar nuestro artículo “La Candelaria en los pueblos del Perú”, publicado en LOS ANDES el 12 FEB 2006,

___________________________________________________________