viernes, 17 de julio de 2020

PUNO EN FOTOS

Willian Wagner Filmmaker

LAMPA, LA CIUDAD ROSADA



LA COYUNTURA PERUANA



LECTURAS INTERESANTES Nº 973
 LIMA - PUNO, PERÚ              17 JULIO 2020
EL PEOR ERROR DE VIZCARRA
César Hildebrandt
Tomado de HILDEBRANDT EN SUS TRECE N° 498, 17JUL20
S
e dejó llevar. Cedió a la presión.
La derecha vuelve a ganar.
La presidenta de la CONFIEP no puede ocultar su entusiasmo y dice al diario “Correo”, del holding de “El Comercio”:
- Esperamos construir una relación de con­fianza y de apoyo entre el sector privado y pú­blico con el nuevo gabinete y que se impulse el shock de inversiones que requiere el país para recuperar los millones de empleos perdidos por la emergencia sanitaria.
No sé si María Isabel León alude a los desem­pleados que las empresas representadas por la CONFIEP han producido por cientos de miles apelando a la suspensión perfecta, al despido sin apelación y al más sencillo trámite del cierre de actividades sin liquidación ni indemnizacio­nes.     

Diego Macera, gerente general del Instituto Peruano de Economía (IPE) -crisol del pen­samiento económico conservador donde brilla por sus monsergas Roberto Abusada-, también lo dice con todas sus letras:
- Los cambios en el gabinete son buenos y oja­lá se logre caminar mejor.
El profesor de economía Enrique Castellanos, que predica lo suyo en la Universidad del Pacífico, se ha sumado notoriamente:
- Me siento más cómodo con Cateriano que con Zeballos. Es un gabinete más pro mercado, pro sec­tor privado que el anterior.
La Cámara de Comercio de Lima ha manifestado su contento sosteniendo que el nuevo gabinete trabajará en más estre­cha relación con el sector privado para enfrentar la pande­mia.
¿Verdad? ¿Cómo en el caso de las clínicas privadas que decuplicaban el precio de los anal­gésicos, extendían facturas de 300,000 soles después de la muerte del paciente y niegan ahora el acceso a sus unidades de cuidados intensivos?
Keiko Fujimori, de pronto estadista, ha escrito:
- Este nuevo gabinete es una oportunidad para corregir errores. No es momento de dete­nernos en diferencias políticas. Esperamos que este nuevo equipo tenga éxito.
Y el señor Cateriano le ha contestado:
- La pandemia del Covid-19 nos obliga a su­mar esfuerzos.
¡Vaya! ¡Cuánta armonía, qué dulzura!
Y Martín Ruggiero, el nuevo ministro de Tra­bajo, seguirá pensando que los pobres lo son porque quieren, tal como lo sostuvo en un podcast de lo más celebrado.
Si Martín Adán resucitara, diría que hemos vuelto a la normalidad.
Y a ella hemos regresado.
De modo que lo que nos espera es que Tía María se menee hasta alcanzar su puesta en marcha y que la Sunafil muera de anorexia y que la ministra de Economía empiece a recortar el gasto social que antes entregó refunfuñando.
O sea, que se jodan los de siempre. Que sigan esperando los que esperaron siem­pre. Que esperen sentados. Que se sienten. Y que también se callen.
Se luce Cateriano en el progra­ma que Canal N dedica ahora a los grandes negocios, al carácter impertérri­to del “mo­delo económico”, a la impavidez de los privilegios. Y dice que una de sus tres grandes preocupaciones es la reactivación basada en “la empresa privada”. Y añade que el sector más importante de esa esfe­ra “es la minería”.
Seguiremos entonces vendiendo cerros, pu­ñados de subsuelo, cavidades. Porque, según Cateriano, eso es lo que somos: país minero. Por eso es que no debemos aspirar a hacer industria, agricultura comunal sofisticada, tecnología mo­derna surgida de la academia y la investigación. No, lo que somos es eso: país minero. Como an­tes fuimos guaneros, salitreros, caucheros, algodoneros, harineros de mar. Esa es la maldición de la profecía civilista: vendemos lo que nos da la naturaleza, somos recolectores, vivimos el tiempo ancestral y perpetuo del extractivismo. En toda su presentación en sociedad a través de Canal N, propiedad de “El Comercio”, Cateriano no menciona ni una sola vez la palabra “traba­jador” y se alegra al decir que eligió a Ruggiero por ser joven “porque lo que necesitamos es precisamente juventud”. Y uno ve a este primer ministro canoso y con barba Chiva en el mentón gastado y se pregunta qué tipo de masoquismo lo lleva a decir que la energía de los jóvenes nos salvará.
Mientras tanto, lo privado, como siempre, se presenta como una mentira. Por eso la em­presa privada del Metropolitano exige que el Estado (maléfico) la subsidie para seguir ope­rando. Por eso Reactiva Perú ha ido a parar a las manos gordas de siempre. Por eso el Estado (perverso) está siempre dispuesto a darle una mano a los bancos (privados), como lo hizo an­tes con los Wiese o los Picasso. Por eso es que el Club de la Construcción fue tan cuantioso y por eso es que Graña y Montero fue tan excrementicia y por eso es que las rebajas de impuestos para los peces gordos jamás se expresan en los precios de sus productos.
La CONFIEP le ha dado luz verde a Cateriano.
Pero eso no basta.

La crisis de la pandemia exige un ho­rizonte más amplio.
Hemos perdido más de tres millones de empleos, la eco­nomía del Perú caerá 13% este año según la CEPAL y estamos entre los tres países de la región donde aumentará más la des­igualdad.
El problema de escorar a la derecha en esta tormenta perfecta es que la nave empiece a hundirse y que la violencia de las expectativas no atendidas derive en caos y en un nuevo grado de ingobernabilidad.
Por eso es que nombramien­tos como el de Ruggiero parecen ser una provocación, un globo de ensayo del fredemismo banquero y rancio.
Por eso es que la apuesta unilateral de Cate­riano por una reactivación esencialmente privatista y minera suena a la traición podrida de Nadine y su marido, el comandante que también demandaba luces verdes.
Vizcarra ha cometido el peor error de cuantos estaban a su alcance. Un zorro taimado parece haberle aconsejado que en esta hora de deses­peración y baja en las encuestas lo mejor es sa­car a bailar a la dama ventral que siempre está dispuesta a ser la estrella de la fiesta. Le espera entonces el destino vulgar que la derecha reser­va a sus operadores: la nada en el museo de los inexistentes. ▒▒