viernes, 26 de abril de 2024

NO AL DESALOJO DEL ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN

 Nota de Prensa

MINISTRA DE CULTURA AUTORIZA SU TRASLADADO A UN ALMACÉN INDUSTRIAL EN VILLA EL SALVADOR

 Lima, 21 de abril de 2024

El Archivo General de la Nación custodia la memoria histórica de todos los peruanos; más de 150 millones de documentos que son fundamentales para entender nuestro pasado y nuestro presente como nación.(1)  Diariamente, el archivo atiende a ciudadanos, comunidades, e instituciones que realizan trámites legales de todo tipo, al amparo de estos documentos.

En clara desprotección de este valioso patrimonio documental y del acceso de los ciudadanos a la información, la Ministra de Cultura Leslie Urteaga, firmó un acuerdo con el presidente del Poder Judicial, Javier Arévalo Vela, en el que se compromete a desalojar el espacio que ocupa el AGN en el Palacio de Justicia.(2)

 El acuerdo pretende acatar un fallo judicial en última instancia del 19 de mayo de 2022 en el que el Poder Judicial desconoce la copropiedad del Palacio de Justicia, actuando como juez y parte, y fallando en favor de sí mismo.(3)  Esta vulneración del derecho de propiedad del AGN sobre el espacio que ocupa en el Palacio de Justicia desde 1942, se inicia en 2002 cuando el Poder Judicial inició un proceso de inscripción de la propiedad ante Registros Públicos, sin notificar al AGN como copropietario, a la espera de que expirara el plazo de ley para presentar oposición.(4)

 Lo más grave de la situación es que hasta este momento el jefe institucional del AGN, el Mag. Ricardo Moreau Heredia, aún no se ha pronunciado en relación al destino al que serán trasladados los documentos históricos, ni en qué condiciones, ni durante cuánto tiempo.  Estas son todas preguntas sobre las que la ciudadanía tiene derecho a estar informada.  Algunas de las opciones que se están considerando incluyen espacios de privados de alquiler en zonas industriales que no ofrecen las condiciones de seguridad, ni

de ambiente controlado, para garantizar la preservación y accesibilidad del patrimonio documental.(5)  Estos depósitos industriales, en zonas alejadas del centro de la ciudad y de difícil acceso, supondrán una grave afectación para la comunidad de investigadores, estudiantes y aún para el público en general que requiere de la consulta del Archivo General de la Nación.  Pero aún más importante, traslada las responsabilidades de seguridad y protección del patrimonio público a terceros, a cambio del arrendamiento del espacio.(6)  Los costos de este posible arrendamiento, y por qué sería una solución más viable que la concesión y acondicionamiento de un espacio público, es algo que no se ha explicado a la sociedad civil, ni a la comunidad de investigadores.

 En suma, todas estas decisiones se están realizando de espaldas a la comunidad de investigadores, a quienes no se ha informado de los planes de traslado del AGN.  Por el contrario reina un gran hermetismo y una falta de consulta a las principales instituciones del sector: Academia Nacional de la Historia, facultades de Historia de universidades públicas y privadas, anteriores directores del AGN, International Council on Archives, etc.  Hace dos años, más de 1000 académicos y ciudadanos peruanos y de otros 14 países se pronunciaron de manera enfática ante las autoridades del AGN (10/06/2022) para impedir que este sea desalojado, sin contar con un lugar seguro para la custodia de los documentos (no sabemos a dónde será trasladado) y sin un plan para la construcción de una sede institucional.(7)  Ninguna de las dos demandas ha sido escuchada.

 El Poder Judicial no puede fallar en diversas instancias a favor de sí mismo y apropiarse de un espacio que comparte con el AGN desde 1942.  Pero sobre todo, no se puede desalojar la memoria histórica de la nación sin que se cuente con un plan claro de traslado, validado por representantes de la comunidad académica y de la sociedad civil.  Esa consulta no se ha realizado.  Tampoco puede trasladarse el patrimonio cultural de la nación a un depósito privado.  Una parte de los documentos del AGN aún se encuentran sin inventario, por lo que sería muy riesgoso su traslado y alto el peligro de expoliación de nuestro pasado (8)

 Los documentos históricos que custodia el AGN pertenecen a todos.  Que se firme un acuerdo acatando un fallo judicial que contraviene el principio de imparcialidad, al generar un beneficio para la misma entidad que realiza el dictamen, es arbitrario e injusto.  El hecho de que nuestro patrimonio documental esté amenazado por las mismas instituciones llamadas a custodiarlo: el AGN y el propio Ministerio de Cultura, no puede dejarnos indiferentes.  Dado el peligro que enfrenta nuestro patrimonio documental, se hace urgente llamar la atención de la comunidad peruana e internacional para detener este grave riesgo en el que se encuentra nuestra memoria histórica.

 Con el ruego de su difusión

 Notas:

1.  https://elperuano.pe/noticia/155713-desalojan-al-archivo-general-de-la-nacion-de-los-ambientes-de-palacio-de-justicia?Cclid=IwAR3eiris-mYHahIQQ8idWUEh7EgV0zWdA4wocKEfLqGjSy2uQNuqNkuIFxQ

2.  https://andina.pe/agencia/noticia-suscriben-acuerdo-transferencia-del-archivo-general-de-nacion-palacio-justicia-981588.aspx#:~:text=La%20ministra%20de%20Cultura%2C%20Leslie,en%20agosto%20del%20presente%20a%C3%B1o

3.  https://perulegal.larepublica.pe/judiciales/2022/05/24/documentos-historicos-en-riesgo-ante-desalojo-judicial-del-archivo-general-de-la-nacion-3125

4.  https://elcomercio.pe/lima/archivo-general-de-la-nacion-documentos-historicos-en-riesgo-ante-inminente-desalojo-noticia/?ref=ecr

5.  Este es uno de los espacios considerados: https://maps.app.goo.gl/H2n9uuHzJv65Geu18?g_st=iw

Planos de distribución:  https://drive.google.com/open?id=1VMEXkKJKTVvgBH5TsAinyW8ctdIHiXkj&usp=drive_fs

6.  https://www.tvperu.gob.pe/noticias/locales/documentos-historicos-del-archivo-general-de-la-nacion-en-peligro-por-filtraciones

 7.  Correo: https://drive.google.com/open?id=1VKhy_A9A3o74ywJPAdaT1KBGt_W_-O56&usp=drive_fs

 Formulario: https://drive.google.com/file/d/1a7HoKvZJcckFot9qGBoFKo12Uf0T4DHG/view?usp=sharing

 Firmas: https://drive.google.com/open?id=1VLvyL_9Eh68xqNE9pFiM0VHgBVW_XWcG&usp=drive_fs

 8.  https://elcomercio.pe/lima/archivo-general-de-la-nacion-documentos-historicos-en-riesgo-ante-inminente-desalojo-noticia/

 Archivo General de la Nación: documentos históricos en riesgo ante inminente desalojo

 El Comercio: https://elcomercio.pe/lima/archivo-general-de-la-nacion-documentos-historicos-en-riesgo-ante-inminente-desalojo-noticia/

 PETICIÓN: https://chng.it/996g66tyqp

 AGN NO SE VA

Firmamos esta petición investigadores y estudiantes de Letras, Humanidades, Ciencias Sociales y otras disciplinas, usuarios de los servicios que brinda el Archivo General de la Nación (AGN), miembros de las instituciones académicas y educativas nacionales y extranjeras, así como personas de la sociedad civil. Ante la grave situación de la infraestructura física del AGN, manifestamos lo siguiente:

1.   Nos oponemos a cualquier traslado temporal y que vaya en contra de la normatividad vigente para la protección del patrimonio documental de la nación.

2.   Exigimos la construcción e implementación de la sede permanente del AGN, de conformidad con la doctrina y normas internacionales.

3.   Para tal efecto, pedimos al Gobierno que la situación del AGN sea discutida al más alto nivel y se brinde una solución en atención a criterios técnicos. 

 

Lima, 21 de abril de 2024.

Si quiere informarse más sobre la situación del AGN, puede consultar: 

 1.   Pronunciamiento de la Dra. Margarita Guerra, Presidenta de la Academia Nacional de la Historia

2.   Nota de prensa que resume el desalojo del AGN

3.   Natalia Sobrevilla, 150 Millones de historias peruanas al olvido

 

LEY QUE CREA LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE CARABAYA

 Ley Nº 32011

LA PRESIDENTA DE LA REPÚBLICA

POR CUANTO:

EL CONGRESO DE LA REPÚBLICA;

Ha dado la Ley siguiente:

LEY QUE CREA LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE CARABAYA EN EL DISTRITO DE MACUSANI, PROVINCIA DE CARABAYA, DEPARTAMENTO DE PUNO

Artículo 1. Creación de la Universidad Nacional de Carabaya

Se crea la Universidad Nacional de Carabaya en el distrito de Macusani, provincia de Carabaya, departamento de Puno, con personería jurídica de derecho público interno con sede en dicho distrito.

Artículo 2. Carreras profesionales

La Universidad Nacional de Carabaya ofrece las siguientes carreras profesionales:

a) Economía.

b) Contabilidad.

c) Ingeniería Agropecuaria.

d) Ingeniería Ambiental.

e) Ingeniería Civil.

f) Ingeniería de Recursos Energéticos.

g) Ingeniería de Sistemas.

h) Medicina Humana.

i) Obstetricia.

j) Enfermería.

k) Psicología.

Artículo 3. Financiamiento

3.1. La Universidad Nacional de Carabaya se financia con los siguientes recursos: propios autogenerados, canon minero, ingresos provenientes de donaciones y legados, y los que se gestionen en el ámbito de los gobiernos locales o con el gobierno regional y el gobierno central o con la cooperación internacional.

3.2. Los gastos corrientes de la universidad no pueden ser financiados con el canon minero.

Artículo 4. Adecuación

La Universidad Nacional de Carabaya elabora su estatuto y adecúa sus órganos de gobierno a lo que dispone la Ley 30220, Ley Universitaria.

DISPOSICIÓN COMPLEMENTARIA FINAL

ÚNICA. Comisión organizadora

El Ministerio de Educación (Minedu) constituirá una comisión organizadora de la Universidad Nacional de Carabaya, integrada por tres académicos de reconocido prestigio, tal como lo dispone el artículo 29 de la Ley 30220, Ley Universitaria.

Comuníquese a la señora Presidenta de la República para su promulgación.

En Lima, a los nueve días del mes de abril de dos mil veinticuatro.

ALEJANDRO SOTO REYES

Presidente del Congreso de la República

 ARTURO ALEGRÍA GARCÍA

Primer Vicepresidente del Congreso de la República

 A LA SEÑORA PRESIDENTA DE LA REPÚBLICA

 POR TANTO:

Mando se publique y cumpla.

Dado en la Casa de Gobierno, en Lima, a los veinticinco días del mes de abril del año dos mil veinticuatro.

 DINA ERCILIA BOLUARTE ZEGARRA

Presidenta de la República

GUSTAVO LINO ADRIANZÉN OLAYA

Presidente del Consejo de Ministros

HILDEBRANDT Y SUS REFLEXIONES SOBRE LA REALIDAD PERUANA

 AL ESTE DEL PARAÌSO

César Hildebrandt

En HILDEBRANDT EN SUS TRECE Nº 683, 26ABR24

E

scucho involuntariamente a un hombre ha­blar por teléfono en el parque donde Óscar me pasea y confirmo que la vida es absurda. El tipo repite fórmulas, miserias de la cotidianidad, promesas que sabe que no podrá cumplir. Como Vallejo me persigue, recito mentalmen­te: “...que es ló­brego mamífero y se peina”.

Un perro de la calle me embosca en una luz roja. No quiero verlo porque sé que voy a sufrir como los perros de la calle, pero no puedo evitarlo: lo miro, calibro su soledad, su sufrimiento, la penuria de sus días, la inexistencia de dios. La luz del semáforo cambia y parto. Debí reco­gerlo, arroparlo, darle un nombre. Soy un canalla por no hacerlo. Como Vallejo me persi­gue, recuerdo: “como el doblez del codo / de mi propia camisa abotonada”.

Pobreza  (El Comercio)
Una mujer se acerca a la ventanilla del auto. Me pide cosas, agita las manos viejas, creo que me muestra ¿un papel borroso, una lista de medicamentos, un pedido de auxilio, un testamento? Me apuro, me agito, saco un bi­llete, se lo entrego y me dice “gracias, papá” y lo repite en cine mudo cuando levanto el vidrio. Como Vallejo se ha obsesionado conmigo, recito: “un hombre pasa con un pan al hombro / ¿voy a escribir después sobre mi doble?”.

Vallejo y esta ciudad atroz se llevan bien. La gente sufre en público, los perros solicitan tu piedad, las mendigas te arrinconan con la mirada, el miedo pisotea charcos. Lima es una de las ciudades bombardeadas durante la guerra civil española y Vallejo está en Valencia en un congreso de escritores. Estamos en 1937 y van a bombardear los cementerios.

De la locura de vivir en Lima quisiera hablar, de esta ciudad que duele como si te disparara cada vez que la miras quisiera que fueran mis columnas, pero eso es algo que no me está permitido.

El menú es carcelario y está allí: la fiscal podrida, los abogados con un parche en el ojo, la derecha y sus chancros, la izquierda y sus disfraces, el congreso que ejerce el oficio más antiguo del mundo y que legisla a destajo, los pasitos laterales de la alias presidenta de la república, la prensa y sus negocios, las si­glas de los partidos apestosos, la televisión del teleprónter. Es la paila. Es la sopa de Herodes. Es lo que queda del Perú. Es la dieta que te ahuyentará el alma y te rebanará el buen gusto. Es la cadena perpetua dictada por un juez obeso que sonríe al decirte: “No podrás hablar de otra cosa que de la política peruana”.

Chinochet

Y la política peruana murió hace tiempo. Es decir, fue asesinada. La terminaron de matar los que apostaron por el autoritarismo mal hablado, por el civilismo de los barracones. La mataron los periodistas aceitados, los em­presarios que se amarraron con los ministros del ramo, los pepeluna. La máquina del tiempo tiene patente peruana: el país está regre­sando a los tiempos de la butifarra y el acarreo de masas para votar por el de siempre, por el “or­den y el progreso”, por el coágulo fujimorista que provo­có esta hemorragia cerebral. El Perú es un hombre que ha perdido la memoria y balbucea incohe­rencias.

La política pe­ruana se hacía cuando Haya se sentaba con Ravines y Beltrán que­ría ser candidato. Y se hizo más tarde cuando los mili­tares hicieron reformas para evitar que estas fueran impuestas por las guerrillas. Y prevaleció después cuando el Apra, Acción Popular, la izquierda y el PPC representaron visiones del futuro. Esa política empezó a morir cuando las bestias de Sendero creyeron incendiar la pradera y crearon al bombero fascista que, al final, vino a salvamos disfra­zado de japonés empeñoso. Entre Sendero y Fujimori, la política, como expresión de alternativas y actividad decorosa, fue aniquilada. El Perú binario del terruqueo, la derecha imbécil y el neoliberalismo tan intocable como Eliot Ness es obra del chino Fujimori y de Abimael Guzmán, el camboyano. Al este del paraíso es el domicilio del Perú. <>

jueves, 25 de abril de 2024

HUAYÑOS DEL PUNO PANDILLERO

 Tomado del libro LA UNION PUNO. HISTORIA, TRADICION Y SENTIMIENTO DE LA PANDILLA PUNEÑA, de Efraín Quispe Apaza, Puno mayo 1919, p. 129




EN EL DÍA DE SU CELEBRACIÓN EL 22 DE ABRIL

 LA MADRE TIERRA

CLAMA QUE SUS HIJOS NO LA DESTRUYAN 

Escribe:  Róger Rumrrill

E

l 22 de abril se celebra el Día Internacional de la Madre Tierra que, de acuerdo a la versión bíblica del libro de Génesis, fue la gran y perfecta obra de Dios; esa misma Tierra que los griegos personificaron en Gaia, la diosa suprema y madre de todas diosas y que para los evolucionistas y darwinistas luego de miles y millones años de evolución dio como resultado final el planeta Tierra y a la  la especie humana.

Ni los creacionistas ni los evolucionistas podrán negar, como dice la misma Biblia en el libro del Antiguo Testamento, en Romanos capítulo 8 y versículo 22, que “toda la creación gime a una, con dolores de parto” y la ciencia sostiene sin tapujos ni medias tintas que la Tierra está enferma, gravemente enferma.

“Si el planeta Tierra se sometiera a un chequeo anual, similar al examen físico de una persona, nuestro médico diría que la Tierra está realmente muy enferma en este momento y que lo está en muchas áreas o sistemas diferentes, y que está enfermedad está afectando a las personas que viven en la Tierra”, afirma Yoyeeta Gurta, la copresidenta de Earth Commission y profesora de medio ambiente de la Universidad de Amsterdam, Holanda.

De acuerdo a otro experto internacional, Seth Borenstein, la Tierra ya ha pasado siete de los ocho límites establecidos científicamente y ya se encuentra en la “zona de peligro” por el recalentamiento del planeta y por el insaciable e irracional uso y abuso de sus bienes que hace la especie humana.

La Tierra está en la sala de cuidados intensivos

De acuerdo a los científicos, la Tierra está ya en la sala de cuidados intensivos.

Las causas de su grave situación de salud, todo el mundo lo sabe. En primer lugar, el uso del petróleo, el carbón y el gas que ha calentado la temperatura de la Tierra. En este momento se está a punto de traspasar la barrera de seguridad planetaria que es de 1.5 grados Celsius.

Este calentamiento está provocando extremos climáticos en todo el planeta en este momento: escasez y racionamiento de agua en Bogotá; calores infernales en  España; inundaciones  diluviales en Kazajstán y otras zonas del planeta.

El agua, el único recurso no renovable de la Tierra, es ya el bien de la naturaleza más escaso y motivo de disputas y guerras. Un estudio reciente revela que entre los años 1950-1983 estallaron 1800 conflictos por la posesión del agua y entre 2020-2023  se desataron 200 enfrentamientos por el líquido vital.

La escasez de agua es fatal. Cada día mueren 4 mil niños por falta de agua en el mundo.

Pero esta escasez, esta sequía se agrava cada día más porque los glaciares, que son los mayores reguladores del agua y de las lluvias, se están secando en todo el planeta. Tanto en el Himalaya, que aporta el agua a los mayores ríos del Asia, como los glaciares de los Andes tropicales, han perdido el 50 por ciento de sus reservas.

Además, el obsceno extractivismo, la colonización de la naturaleza, “la gran desmesura antropocéntrica de la modernidad”, como señala el Papa Francisco en su reciente  Encíclica Laudate Deum, están barriendo con los bosques del planeta y de la Amazonía que son las verdaderas fábricas de agua dulce de la Tierra.

Porque los bosques de la cuenca amazónica generan y producen el 30 por ciento del agua dulce del planeta y son el mayor banco genético que aún atesora el 80 por ciento de la diversidad de la Madre Tierra. Pero la extracción aurífera que contamina con el deletéreo mercurio y los combustibles fósiles los ríos, quebradas y lagos y envenena la biomasa pesquera, la flora y la vida humana y las leyes del embudo que promulgan las parásitas y rentistas mayorías congresales están a punto de provocar una debacle ambiental y ecológica en la Amazonía Peruana.

A causa de la deforestación planetaria y el desarrollismo fósil que está eliminando de cuajo muchas formas de vida en la Tierra, aproximadamente 1 millón de especies de aminales y plantas están al borde de la extinción. Todo ello, pese a que más del 50 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI) mundial depende de la naturaleza.

No son las únicas heridas que está sufriendo la Tierra, que son también las heridas que sufre el hombre, porque nuestro cuerpo es la miniatura más fiel de la Madre Tierra y sus heridas son, dolorosamente, nuestras heridas.

Otras heridas y muertes tienen como causa y origen la contaminación de la atmósfera que ocasiona el fallecimiento de 8.3 millones de personas cada año; el hambre que igualmente mata millones de personas en el mundo.

La Tierra clama por su salvación

La Tierra clama por su salvación, con medidas y decisiones de emergencia vital como cero consumo de combustibles fósiles, cero deforestación, detener la acidificación de los océanos ahora convertidos en basureros de plástico, puesta en cuestión y revisión del antropocentrismo por un cosmocentrismo  y biocentrismo que reconozca los derechos de la naturaleza.

Sin embargo, mientras la Madre Naturaleza clama por su  vida, sus hijos, la especie humana, víctimas de la amnesia social, embobados por el mantra del Capitaloceno, en conciliábulo con la “tribu global de los políticos ultras”, (Pablo Stefanoni, dixit), corren a galope desbocado a la destrucción de su hogar, la Tierra.

Por eso, todos los acuerdos de las Conferencias de las Partes del Convenio de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COPs), o la mayoría de ellos, son letra muerta o falaces soluciones, como los han calificado los mejores y mayores expertos a los negocios verdes, las soluciones basadas en la naturaleza y el extractivismo verde.

Jacantaya, Moho
No hay fondos para la vida, pero sí para la muerte

Pero algo peor que eso está ocurriendo en este momento de demencial distopía en el mundo con una guerra global, desigualdad social y colapso ecológico:  los fondos para la vida son muy escasos o simplemente no existen.

De acuerdo a Naciones Unidas, se requiere una inversión de 8.1 billones de dólares antes de 2050 para invertir en el clima, evitar la destrucción final de la biodiversidad y detener la degradación de la Tierra. Sin embargo, en la mayoría de nuestros países nada podrá detener la destrucción de la naturaleza no sólo por la vigencia de un extractivismo insaciable e inagotable, sino también porque este extractivismo se nutre de una concepción antroprocéntrica y colonial de la economía, la cultura y todo el sistema de vida.

A contracorriente de los saberes, prácticas, ciencia, cosmologías y cosmovisiones indígenas. “Porque en contraste con el antropocentrismo europeo-americano (de larga fecha en la herencia cultural judeo-cristiana-islámica y científica). Los pueblos indígenas  durante milenios construyeron sistemas cosmocéntricos y policéntricos basados en la lógica de la diversidad y en la lógica de la reciprocidad”, escribe el notable antropólogo Stefano Varese.

Pero el dinero escasea o no existe para salvar la vida. Pero sí para la muerte. Sólo en el año 2022, los gastos en armas para la guerra alcanzaron la estratosférica cifra de 2, 24 billones de dólares. Estos 2,24 billones equivalen al 2.2 por ciento del PBI mundial. Los 15 principales grupos del complejo militar-industrial, entre ellos Lockheed, RTX (antes Raytheon), Boeing y Northrop, han ganado 764 millones de dólares con las guerras en Ucrania y con el genocidio en Gaza. Sólo en la Unión Europea los gastos en armas este año treparon a 380 mil millones de dólares

Con un gasto de 33 billones anuales en 10 años se pondría fin al hambre en el mundo, afirma José Graziano da Silva, ex director de la FAO.

También las multinacionales petroleras, las principales contaminadoras del planeta, están haciendo su agosto con la guerra y las sanciones que EE.UU ha impuesto a Rusia. Según Global Witness, British Petroleum, Shell, Chevron, Exxon Mobil y Total Energie han amasado con la guerra 281 mil millones de dólares.

La Madre Tierra está enfadada con la especie humana

La Madre Naturaleza está enfadada con la especie humana. Porque-como señala Gustavo Duch, “el ser humano es el único animal que se tropieza veintiocho veces con la misma piedra”.

“La policrisis que vivimos en todo el planeta es una crisis antropológica: es la crisis de la humanidad que no llega a ser humanidad”, escribe el filósofo Edgar Morin. Es decir, debemos volver a ser humanidad para salvar a la Madre Tierra y sobrevivir como especie humana.

Porque al final de cuentas, nuestro cuerpo es la miniatura más fiel de la Madre Tierra. Si la salvamos a ella, también nos salvamos nosotros de la muerte y la extinción. <>

martes, 23 de abril de 2024

IMPUNIDAD OFICIAL TOTAL PARA MASACRADORES

 INFORME DE EE. UU. CONFIRMA VIOLACIONES DE DERECHOS HUMANOS EN EL PERÚ: ASESINATOS, CORRUPCIÓN Y MÁS

Lizbeth Ubillus LA REPUBLICA 23ABR24

El Departamento de Estado de EE. UU. destaca "ejecuciones extrajudiciales creíbles" [49 Asesinados], restricciones a la libertad de expresión, corrupción gubernamental y violencia de género como problemas críticos en el Perú.

El Informe de Derechos Humanos 2023 sobre Perú, presentado por el Departamento de Estado de EE. UU., arroja luz sobre una serie de preocupaciones graves que persisten en el país andino. Aunque la presidenta Dina Boluarte fue denunciada por la muerte de manifestantes durante protestas que pedían su dimisión, el informe resalta que las investigaciones sobre estos casos se han ralentizado deliberadamente, lo que genera dudas sobre la transparencia.

El expediente también aborda la situación de los trabajadores en el país y señala desafíos significativos en la aplicación de las leyes laborales, como en la prevalencia del empleo precario y el sector informal. En este informe, se expone la necesidad de medidas urgentes para garantizar condiciones justas y equitativas para todos los trabajadores.

Asesinatos y faltas de respeto a la integridad

La sección sobre el respeto a la integridad de la persona indica una serie de preocupaciones en cuanto al ejercicio de la fuerza por parte del Gobierno y sus agentes, especialmente durante protestas y manifestaciones. Entre diciembre de 2022 y febrero de 2023, se reportaron 49 muertes de civiles, con énfasis en las regiones sureñas de Puno y Ayacucho. Asimismo, se destacó el caso del defensor ambiental Santiago Camilo Contoricón Antúnez, asesinado el 8 de abril en Puerto Ocopa, Junín, presuntamente como represalia por su activismo. Ambos eventos relacionados en el contexto de violencia y violaciones a los derechos humanos que se describen en dicho informe.

En cuanto a las libertades civiles, se registraron 153 ataques contra periodistas entre diciembre de 2022 y febrero de 2023, con grupos extremistas como La Resistencia, que perpetran intimidación hacia periodistas y activistas, además de exacerbar la autocensura en los medios, según la información. <>

ARTE FOTOGRAFICO. OSCAR VILCA






 

lunes, 22 de abril de 2024

PARA LA HISTORIA DE PUNO

 ATUNCOLLA EN 1689

 A fines del siglo XVII, el obispo del Cusco “Ilustrísimo, Señor, Doctor don Manuel de Mollinedo y Angulo”, el 6 de julio de 1689 ordenó a los párrocos de su diócesis que “redactasen sendas relaciones sobre sus respectivos curatos, a fin de satisfacer los requisitos de información de la corona, reiterados por el virrey de Lima”. En ese momento histórico, después de 21 años de conformada la urbe de Puno, la Audiencia del Cusco, -en cuyo ámbito territorial ejercía sus competencias eclesiales el obispo en mención- comprendía las provincias del norte del actual departamento de Puno, principalmente Carabaya, Lampa y Azángaro. Las demás del centro y sur puneño pertenecían a la Audiencia de Charcas, conocida como “el alto Perú”, por tanto no están consideradas en el volumen que contiene 137 informes de los párrocos recogidos en un voluminoso documento que, Magnus Murder obtuvo en microfilm del Archivo General de Indias, cedido en copia a Horacio Villanueva Urteaga, quien con apoyo de Félix Denegri Luna y Jhon H. Rowe, prepararon la transcripción que aparece en el libro CUZCO 1689, DOCUMENTOS, publicado por el Centro de Estudios Rurales Andinos “Bartolomé de las Casas” en octubre de 1982. Para conocimiento y uso de nuestros amigos estudiosos del Puno antiguo y que tal vez no conozcan esta obra, publicaremos informes de los curatos de localidades puneñas, empezando esta vez por Atuncolla, emitido por el cura Antonio de Molina Ladrón de Guevara,  en atención al detalle con que se describe la realidad social, económica, geográfica, religiosa, etc. del que fue foco político de la etnia Colla en tiempos preincaicos. (Guillermo Vásquez Cuentas)

 

“Este pueblo de Sn. Andrés de Hatuncolla, uno de los Repartimientos de la Probincia de Cabana y Cabanilla, de la consignación de Las Lansas, Corte y asistencia que fue del Gran Colla, en tiempo de la ynfidelidad, adonde por las muchas casas, y poblacion antigua que hallo el señor D. Fran.co de Toledo, Virey que fue de estos Reynos, estableció y formo este Pueblo en una media ladera con sus cables y cuadras las quales son dies y seis, para ladera arriba que cada calle tiene dos cuadras en partes tres, con toda disposición, y por estar en el Camino Real tenia dies y ocho tambos Reales para el abrigo y acojimiento de los Pasajeros, que adornaban esta poblacion de los quales ninguno esta en ser sino caydos todos, y de la misma suerte todas las cassas de bibienda caidas, y perdidas despobladas sin que aiga quienes las habiten no mas de Paredo­nes y piedras las quales manifiestan la grande poblacion que ubo y no an quedado en ser mas de cuarenta casas las mas sin jente y basias. A donde estuvieron redusidos seiscientos yndios tributarios, los quales con el tiem­po se ahuyentaron y se fueron según tradición de algunos desde aora sesenta o setenta años dejando despoblado este Pueblo; todo por caussa y motibo de los despachos de la mita y serbicio del serró y minas de Potosi por el aprieto y rigor con que los Corejidores les obligaban y los yntere- sados en las minas del dicho serró, de Potosi, y moliendas de yngenios en su Ribera que obligando a los Indios curas y Gobernadores enterasen cada dos años para el despacho de mita del dicho serró de Potosi, el mis­mo numero de Indios, que determino el Sr. D. Fran.co de Toledo y como de los despachos que se hasian por el poco cuidado o descuido total de los Corejidores no bolbian del serró de Potosi los yndios a su pueblo y naturalesa, para bolber segunda bes quando les cupiesse el turno, sino que solo procuraban los dichos Coregidores el despacharlos al dicho serró de Potosi; donde por los agrabios tan grandes que experimentaron, padesian y oi al presente padesen sin que ay quien lo remedie sino la piedad de Dios, por ser los interesados en dichos yndios, Poderosos emplatados y cabilosos, no alcansan justicia en la Rl. Audiencia de La Plata, de las extorsiones y agrabios que cada dia padesen, que estando diputados, y dados,para la labransa de minas de dicho serró y trabajo [ f. 5 v. ] de inje- nios, y que se les pague su trabajo conforme a Reales ordenansas y despa­chos del Rl. Gobierno de este Reyno, y no solo no les pagan su trabajo personal, sino que cobran los dichos interesados de cada yndio siete pesos y medio cada semana que esta llaman plata de faldiquera y esto es porque no tienen labores con metales ni yngenios corrientes por falta de metales y 110 hasen mas de rebolber las tierras de dentro fuera y tener uno o dos indios para la apariensia y que digan que trabajan, y solo ponen la mira y connato en la renta que cada indio a la semana le a de pagar, que les estaba mas a quento a los Indios, y al aumento de los Rea­les quintos, que los ocupasen en las labores de metales, si las ubiesse y moliendas dichas, sino que antes, de ellas los ahuyentan, con los malos tratamientos, y aunque trabajan en minas o injenios, les buscan astilla con aporearlos y amedrentarlos, y que basta hagan falla un dia solo o dos de la semana, para que el lunes siguiente, demas de quedarse con el sudor y trabajo de aquellos dias de la semana, cobran por entero, al capi- tan y enterador de aquella mita siete pesos i medio por cada yndio, y quanto tienen de donde pagarles el dicho lunes, en el paraje que llaman Guaina donde tienen una horca puesta y en ella los cuelgan de los cabe­llos a los capitanes y enteradores y Indios de sedula hasta que paguen y enteren los siete pesos y medio por cada yndio esto con todo rigor de las justicias y ministros de ella, y por solibiarse de este agrabio daño y ynjus- ticia que se les hace ban a empeñar y bender sus mujeres y sus hijos en las panaderías, chicherías y demas partes para poder librarse del trabajo y agrabio y por esta causa, son y se meten en ser beleros camiseros que se llaman mañasos y en otros ministerios en que se ocupan para poder ente­rar a la semana y a estos solo ban a Potosí en especial estos Indios de Hatuncolla todos son Beleros y majadores de sebo y siempre debajo de empeños, cosa que los desespera y aflije y esta también es la causa de que lloren y clamen pidiendo a Dios justicia y que si el Rey Nuestro Señor que Dios g.de lo supiera o entendiera, no permitiera padesiesen tantos agrabios y extorsiones los miserables yndios naturales, antes si, mirara sus Bassallos y el bien dellos como tan grande Catholico Rey y Señor, pues en mas de las Cédulas Reales que se sirbe de despachar, encarga el buen tratamiento de los Naturales, y no se executan, 

Antes

y biendose los dichos Indios oprimidos, obstigados por todas partes, sin tener abrigo a donde acojerse, ni sagrado que les valga, el ultimo remedio a que apellan es salir huyendo de la Villa de Potosí dejando en ella muchos sus mujeres y sus hijos, por no tener con que poderlos rescatar, y desempeñar pribandose del derecho de la Patria potestad dejándolos cómo esclabos y escia­bas y separándose los maridos de las mujeres contra todo derecho y daño de sus almas, [ f. 6 ] y por alejarse mas ellos y no ser conosidos, y vistos se meten a los valles mas ocultos, y retirados, y con el daño y peligro que se conose del bien espiritual de sus almas, pues muchos apropiando*** mujeres ajenas, biben como casados, por no ser conosidos en aquellos parajes, y por 110 manifestar el delito dejaran de confessarse y cumplir con la obligación de Christianos, de que juntamente resulta el menos cabo de los Reales tributos, pues y no ai Indio que buelba a su Pueblo, conosiendo que allí lo an de seguir sus acreedores, y que si despues di* pasado algún tiempo de descanso que se les permite los buelben a despa char a la dicha mita an de pasar maiores trabajos, por esta caussa an sido las quiebras y perdidas de los Curacas y Gobernadores y rebaja de los R.les tributos, y encomiendas que gosaban los vasallos de su Mag.d, y biendose los Curacas sin yndios ni de quienes cobrar los R.les tributos, pagaban con sus bienes proprios, los tributos de los ausentes y por 110 experimentar segunda ves este trabajo, por el aprieto de los Corejidores (quienes cobraban primero sus combeniensias, mayor causa para su despoblación) se ausentaban dejando sus cassas con las mantas en los ombros, con el seguro de que en otras Probincias tendrían alibio por forasteros, y desta suerte disen corrio este pueblo por muchos años tanto que al indio particular que bian (sic) tenia algún ganado o bienes lo ponían por curaca por enterar los tributos de este repartimiento con lo:, pocos bienes que tenia el indio y desta calidad se fue destruyendo de tal data q’ sino abiendo indios ni Curacas de quienes cobrar los R.les tribu tos, obligaron a un español llamado Pasqual de Salas y Valdes a que los pagase, solo por aber sido teniente de Coregidor de commision de un ano por no hallar otro medio, pues no hallo el Coregidor de quienes cobrar 111 indios que despachar, a la ruta de Potosí pues presisando mas la jenh* para el serbicio de los interesados, saco en dos despachos del ministerio y serbicio de la Iglesia ylicita administración de los Santos Sacramentos a los fieles xpstianos sacristan y fiscal preferiendo los mineros de Potosí al culto Divino cosa tan contra la disposición de Reales Ordenansas y la mente y intensión de su Mag.d por quedar bien los Corejidores con el de Potosí bien mal mirado. Dos curas mis antesesores quienes por berse curas de este Beneficio despoblado, solisitaran Cartas de justicia para la redusion de los Naturales, despachando españoles con ellas, a costa de sus hasiendas y salarcanados (sic) ellos, a diferentes Probincias a donde estaban los yndios ahuientados, y con estas dilijensias y otras que los dichos curas hisieron por ellos se redujeron y bolbieron algunos yndios; y Yo que a ocho años y ba para nuebe que soi cura en este dicho Pueblo, e hecho las [ f. 6 v. ] mismas Dilijensias y puesto todo cuidado en agregar y que se reduscan a este su pueblo a costa de mi hasienda, dándoles cha eras hechas y tierras aradas con semillas y pagándoles sus quiebras con mi hasienda y pagando sus deudas lo es publico y notorio en esta Provincia y de esta suerte e mantenido la poca jente que ai al presente defendien dola de los rigores, y cargas que los Coregidores les echan y aun estas dilijencias no an sido bastantes, para poderlos atraer; lo uno por estar este pueblo sin tierras ni pastos, que no tienen donde poder criar sus ganados por aberselas usurpado y entradose en ellas, por berse mas pode­rosos los yndios de los Pueblos sercanos, de Vilque del Pueblo de Mañaso y el Pueblo de Cabana y otros por aberse despoblado totalmente este pueblo, y 110 tener quien los defendiesse, aunque tienen títulos de pose­sión de tiempo inmemorial desde el repartimiento del Inga, en el qual los dejo el Sr. D. Fran.co de Toledo, y en virtud de los dichos titulos, ampa­ros de visitadores de tierras y R.l Provicion del R.l Gobierno no an podi­do conseguir, que los Corejidores los metan en posesion y salgan a haser vista de ojos conforme a sus titulos y instrumentos, sin que primero les paguen porcion de Plata de cuatrosientos o quinientos pesos, y es materia imposible por la miseria dellos y por esto caresen de justicia estando salariados por su Mag.d que Dios guarde para administrarles justicia y a sido este motibo conserniente para que no ayan buelto a reducir a este su orijen y naturalesa.

Este Beneficio de San Andrés de Hatuncolla es pueblo sin anexo ninguno, y tendrá dos leguas y media de largo y otras dos de ancho de jurisdicion entrellas hasiendas o estansias de españoles, compuestas con su Mag.d.

Desde este Pueblo, al Pueblo de Caracoto ay tres leguas con un Rio por medio que lo por tiempo de aguas se pasa por Balsa, asida a una maroma y tendrá ocho baras de ancho.

Al Pueblo de San Martin de Vilque ai tres leguas y algo mas, anexo del Pueblo de Santiago de Mañasco, y al de Vilque a Mañaso dos leguas, con que al Pueblo principal de Mañasco ai sinco leguas, y de aqui a Vilque ai por medio un disague de una laguna que por tiempo de aguas se pasa penosamente por estar la calsada caida y desbaratada por el poco cuidado de los Jueses.—

Tiene este Beneficio cuatro estansias de apasentar gana­dos, la una se llama San Onofre de llungo cuio dueño es Pedro Gástelo Butrón, sin ganado ninguno. - Otra San Jasinto de Cochela cuio dueño es Fran.co de Aedo que tendrá quinientas cabesas de ganado de Castilla.— La otra nombrada Na. Sa. del Rosario de Cacasaca cuio dueño es Blas Arias de Belasco que esta en términos de este Pueblo, y tendrá cuatro- sientas cabe— [ f. 7 ] sas de ganado de Castilla — Otra llamada Viracocha- ni cuio dueño es Diego Dies de Mestas, sin ganados ningunos ni bibiendas sino solo el casco.—

Este Beneficio tiene en las cuatro estansias dos españoles, los otros dos asisten en diferentes Pueblos, y mas dos españoles casados que biben en el Pueblo que todos son cuatro y otras cuatro mujeres pobres viudas y sueltas y muchachos españoles ocjio, que todos son veinte personas.—

Tiene de indios yndios viudos, viudas, solteros y solteras dosientas y treinta personas, capases de resebir los santos sacramentos, asistentes y naturales, que aunque ubo algunos mas esta quaresma pasada confesados, mas anse huido por el nuevo Rebato de la mita de Potosi, que se mando, por el R.l Gobierno de este Reyno se aumentasen dichos yndios y se hiso la nueba retasa, solo para acabar de destruir los pueblos y estansias y remitir jente mas de la que suele ir a Potosi, en perjuicio de los Reales tributos y de aber apretado en este negosio, bolbieron a estar este Pueblo como aora treinta y quarenta años y que están abispados todos los indios que mas quisiera» les quitasen las vidas que ir a Potosi, 110 huiendo del serbisio de su Mag.d que Dios g.de que ese antes lo tienen por Blasón y onrra aun en su corta capacidad como es obligasion de los vasallos, sino que hay en de las extorsiones que les hasen en la Villa de Potosi.

Tiene de renta esta Iglesia cada año, cuatrosientos pesos de a ocho reales, que proseden de Cuatro mil y quinientas cabesas de ganado de Castilla, que se gastan y consumen en sera, aseite, limpiessa y adorno de la Iglesia y ornamentos. Las quales son de limosnas dadas a esta Iglesia—

Tiene de Synodo el Cura de este Pueblo nobesientos treinta y siete pesos y medio corrientes de a ocho reales por año, de los quales se saca el tres por siento para el Seminario, los quales pesos se pagan de mil veintisinco pesos y medio, de tributos Reales, que pagan los Indios de este Pueblo.— En esta forma los cuatrosientos y veinte pesos de cobransas que ban a haser a diferentes Probincias como son, Cocha- bamba, Lipes, Carangas, Chuquiago, Laricaja, Canas y Canches, de los Indios ausentes y connaturalisados en dichas Probincias y lugares.— Sien pesos son prosedidos del arendamiento de una pulperia, que el común de este Pueblo tiene puesta para ayuda de la satisfacion de sus tributos.— Ochenta pesos proseden del Pongo y miche o pastor de muías del cura que entran a este entero — Lo restante prosede de los tributos que pagan los Indios naturales y rebisitados en este Pueblo.— [ f. 7 v. ] Baldra de o be liciones este Beneficio un año con otro tresientos tresientos (sic) y sinquenta pesos, por ser la feligresía tan corta.—

No tiene nesesidad el cura de este pueblo de tener ayu­dante, ni menos le tiene porque 110 ai trabajo en el.

Mi presentación de cura para este Pueblo fue por opposion (sic) que hise en concurso jeneral, de sacerdotes que nos oppusimos a serbir esta Iglesia fui nominado y presentado en dicho Beneficio por el Iltmo. señor Dr. D. Manuel de Mollinedo y Angulo, obispo de la ciudad del Cusco del Consejo de su Mag.d ante el exmo. Señor D. Melchor de Liñan y Cisneros, del Consejo de su Mag.d Arzobispo de Lima, Virrey y Capitan G.l de estos Rey nos del Perú.

La dicha mi presentación de cura es de clérigo secular a Beneficio secular.—

Esto es lo que yo se y entendido de este Beneficio de Sn. Andrés de Hatuncolla y que sea sabidor su Mag.d que también los Corejidores piden serbicio de este Pueblo que baian Indios y Indias al Pueblo de Lampa que esta de aqui distante nuebe leguas con tres Rios por me­dio, con todo aparato, cosa que muchas veses susede por quaresma y se quedan sin haser la obligación de Christianos y otros muchos ynconbe- nientes que se siguen con las Indias mitayas, que en tales casos suseden y la paga del trabajo de estos es en pan y molletes y las abes y lo demas la mitad menos de lo que valen y entre los pocos Indios que aqui si hasen falta a sus obligasiones, dose, quinse Indios que sacan para dicha mita al Pueblo de Lampa que los anumerados ariba son con los indios y indias de estansias de españoles, que estos 110 acuden a este serbicio mas de los del Pueblo, dejando de sembrar sus chacras y sementeras se huyen que en esto tienen otro trabajo grande, que ni Probiziones Reales bastan sino que hacen lo que quieren y por defenderlos liasen discordias con el cura y curas de estos Pueblos.—


Ahora

I todo lo que tengo escrito y relatado es sierto asi porque es publico y sierto como constara del vulgo y de otras personas que no son curas, sin que en esto ponga yo mas de la verdad y que conste de la disipasion de este pueblo para que su Mag.d que Dios guarde remedie lo que paresiere ser malo y en menos cabo de su real hasienda y para el bien de sus basallos y bien espiritual de sus almas pues su Mag.d solo puede poner remedio en estas cosas, despues de Dios en quien fio, que se alibia- ran de tantas cargas como al presente tienen estos miseros yndios con el celo santo de su Mag.d que Dios guarde, y bera y constara que [ f. 8] lo pingue de otros Beneficios, lo padesen summamente otros por los rigores que ai en las Probincias y pueblos, y lo qual presente mas aflige es el nuebo cresimiento de Indios para la mita de Potosi, que solo a sido para enriqueser ynteresados, con el pretexto de los quintos Reales, y en esto solo se ofrese el que se haga el computo de lo que montan los tributos de Indios que están connaturalisados abesindados y asisten en la Villa de Potosi, y lo que dan las Reales Caxas de quintos y aberes de su Mag.d, y que eso aun lo dan los minerales que están a los contornos de Potosi; yo me holgare asertar en algo que sea de mi obligación de las cosas de este Beneficio que se ordenan al serbicio Santo de Dios y de el Rey mi señor, que Dios g.de y para que conste lo firmo en este Pueblo de Hatuncolla en dose de Setiembre de mil seiscientos ochenta y nuebe años.—

Antonio de Molina Ladrón de Guevara (rúbrica)

domingo, 21 de abril de 2024

NARRADORES PUNEÑOS: HUGO ROMERO

MARTINITA

(Cuento)

Hugo Romero Manrique

Hasta que un día –siempre hay una primera vez en nuestras vidas- vino a ocurrir un hecho que no estaba escrito en mi libro: Regresé de Lima, la Gran Capital a Juli, el lacustre pueblito añorado, a disfrutar de las vacaciones de verano.

Solo un pequeño nubarrón ensombrecía el horizonte de mi felicidad: el bendito curso de Aritmética que por enésima vez tenía que llevar de cargo en el Ricardo Bentìn, mi cole ¡Qué desgracia!

Bueno, sucedió que, al llegar al pueblo, encentré todo igual que antes: la familia, los amigos, la vida apacible, la quietud aldeana del pueblecito provinciano lleno de sol, cielo diáfano y aire puro, purísimo.

Una sola novedad, sin importancia, hallé esta vez en la casa: Dos muchachas nuevas atendían los quehaceres del hogar. La una poco agraciada y medrosa como una vicuñita llamada Hilaria. La otra… francamente bonita. Bonita, alegre y coquetuela llamada Martina.

Aquel hecho no tendría nada de importante, si no fuera porque, a poco de llegar, noté que ambas me espiaban a hurtadillas, charlaban, se codeaban, reían por lo bajo, secreteaban, tratando de llamar mi atención. Aquello sólo me causaba fastidio, incomodidad. Mas cuando estaban presentes los mayores, las chiquillas andaban mudas y seriecitas, unas santas sin aureola.

Yo trataba de ignorarlas, de evitar su presencia. Por no tenerlas cerca, bajaba a desayunar temprano, junto con los mayores, pese a que, por estar de vacaciones, podía seguir retozando en cama hasta tarde.

Los días apacibles, plácidos de enero, fueron pasando rápidamente, entre ir a pelotear al atrio de la Asunción con el Serafìn, Juanito Huaco, el Lápiz Rodríguez el Pastuco o el Glicerio, mis compinches de siempre; o bien bajar al lago a bañarnos en sus aguas tibias, transparentes. Luego dábamos una vueltecita por Huaquina, para cazar kellunchos, corucutos o rabiblancas.

Por las noches, luego de cenar, volvía a encontrar a mis adúes en una banca de la plaza. Oíamos música de los parlantes del Municipio; bromeábamos, armábamos chacota o charlábamos sobre cualquier tema, como aquello de lo linda que se estaba poniendo la Mauren, o los preciosos que eran los ojos de la gatita Arce.

Al volver a casa alrededor de las diez –salvo los varones que regresaban tarde del club social- todos dormían o descansaban en sus habitaciones. Inevitablemente tenía que pasar frente al cuarto abierto de aquel par de fastidiosas imillas. Al parecer, aguardaban mi regreso ya acostadas, entre risas ahogadas y disfuerzos, tratando de llamar mi atención. Entre confuso y disgustado, me apresuraba a entrar a mi cuarto.

Esta situación se fue repitiendo casi todas las noches. Regresaba de reunirme con mis amigotes y pasaba –tratando de no hacer ruìdo- por el cuarto de las imillas, rumbo a los dormitorios del fondo donde descansaba el resto de la familia.

Hasta que una noche en que pasaba sin hacer el mínimo ruido, oí en voz baja un llamado: -¡Pist! Chuy niñito… ¿Ñuñuña muntati? (Niñito..¿quieres lactar de mis pechos?)

Era la Martina, mostrándome sus pechos desnudos, dos retazos fulgurantes de luna, dos hermosos senos turgentes que ¡ay! Nublaron por completo mi conciencia… y mi visión. Intenté caminar como ciego, como un poseso, pero me dì de bruces contra un alto trípode donde colgaban los abrigos, paraguas y sombreros. Todo se vino al suelo, provocando el incontenible estallido de risas de las traviesas imillas.

No sé cómo logré llegar hasta mi lecho, aún deslumbrado por la turbadora visión de aquella noche. No sé cómo pude acostarme, tratando de aquietar los locos latidos de mi corazón. Toda esa noche tuve… no sé si llamarlas pesadillas; porque mis sueños –ora dulces, ora agitados- estuvieron poblados de senos maravillosos, de caderas cimbreantes que giraban y giraban voluptuosamente frente mis ojos. Hasta que al fin, las primeras luces del amanecer me libraron de aquella alucinante, agridulcísima tortura…

Desperté muy tarde, fui a lavarme y bajé a desayunar cuando el sol ya estaba alto. Todo me hizo pensar que lo de anoche solo había sido producto de mi febril imaginación, o tan solo un agitado sueño y nada más. Porque la pícara Martina iba y venía de aquí para allá, cumpliendo sus tareas muy oronda, compuesta y seriecita ¡Como quién no mató una mosca!

Con la mirada baja, me hacía el distraído, somnoliento y de mala gana, cuchareaba el desayuno. Me atreví a mirarla de reojo. Recién empecé a reparar de veras en su simpática carita: ¡Cuernos! Pero que linda era. Y bien que se daba maña para a ratos mirar con ojitos inocentes –cuando estaban presentes los mayores- y con ojazos perturbadores, cada vez que estábamos a solas.

Observándola más detenidamente descubrí en sus mejillas la tenue huella de imperceptibles picaduras de viruela que en vez de afearla le añadían más bien un cierto no sé qué de encanto a su lindo rostro. Y luego al caminar… con qué gracia se contorneaba al andar. Parecía que en vez de caminar, la chiquilla ondulaba en el aire. Y el revuelo de sus polleras… la lisura cimbreante de sus caderas…¡Diosito! ¡Pero qué imilla más provocadora y linda era esa Martina…!

Los días pasaban y yo andaba rehuyendo los devaneos, las furtivas miradas de la mozuela. Si bien sus traviesas miradas no me causaban ya incomodidad, ahora... ahora andaba sintiendo una rara inquietud en el corazón. Presentía que algún suceso inevitable estaba por producirse de un momento a otro.

Jamás sospeché que aquello sucedería precisamente una tranquila noche en que, habiendo venido a casa doña Gumercinda, la curandera del pueblo para atender no sé qué asunto de urticaria, sabañones, susto o mal de ojo.

La doña se había quedado chismoseando más de la cuenta y se le había hecho tarde. Yo había vuelto de la calle, y al tiro me comisionaron para acompañarla hasta su casa.

Tú y la Martina lleven una linterna y vayan a dejar a la mama Gumercinda hasta su casa. ¡ Y no se demoren, ah!

Acaté la orden y me eché a andar detrás de la vieja y la muchacha por la plaza, la calle Lima y la cuesta de la empinada calle del Arco. Iríamos hasta el canto del pueblo, cerca de Che'ejollani, donde tenía su casa la curandera.

Mientras trepábamos la tortuosa cuesta, la Martina y yo íbamos mudos, sin cruzar palabra.

Una luna amarilla y regordeta como un queso de Paria, asomó de pronto sobre la loma de Cruz–pata, cuando llegábamos ya al portón de la casa de doña Gumer, la anciana nos dio las gracias y desapareció tras de un portón de calamina… Estando ahora solos, no sabía yo que actitud asumir, cuando sorpresivamente la sonriente cholita tomó la iniciativa.

- ¿Sabes qué? Volvamos corriendo a la casa. El que llegue último es un idiota- dijo y sin esperar respuesta, echó a correr calle abajo la imilla bandida.

Reponiéndome de la sorpresa, opté también por correr calle abajo, para enseñarle que a mí no me desafía, ni mucho menos me gana una mujer. A la luz de la luna, corrí con alas en los pies, cuidándome de no tropezar ni resbalar en el irregular suelo empedrado, con el riesgo de romperme sino el alma, cuando menos la crisma.

Como no lograba darle alcance, no me importó que la gente comentara que me vieron apretando la carrera y trotando como un venado detrás de una vicuñita. ¡Ja! Le demostraría que una mujer no desafía, ni menos puede ganarle a un machazo como yo.

Atrás quedó la tortuosa calle de El Arco, luego la transitada calle Lima. Pasamos corriendo jadeantes, la esquina de la tienda de doña Angelita y entramos de rondón como un ventarrón, en la gran plaza. Al aproximarnos a la esquina del Concejo y la calle del correo, casi pisaba yo los talones de la chiquilla.

Al doblar y correr calle abajo, me pareció que ella aflojaba deliberadamente la velocidad. Lo cierto es que, al llegar a escasos metros del portón de la casa, para evitar mi derrota, logré coger una punta de matón. Y al hundirnos en la negrura del zaguán, la imilla dio un sorpresivo giro y cayó de espaldas, rendida, detrás del viejo portón y yo cogido de su mantón, arrastrado por la inercia caí sobre ella sin quererlo (¿ o queriéndolo?) nunca lo pude entender.

Caí sobre ella, desfalleciente, completamente extenuado.

Y así quedamos un buen rato: reponiéndonos, sudorosos, jadeantes, “amontonados” el uno sobre la otra con el corazón a punto de salírsenos por la boca. Luego, poquito a poco nos fuimos recuperando de la loca, extenuante carrera.

¿Qué nos pasó después? Es algo difícil de explicar. ¿Sería el ancestral llamado del instinto, de la sangre, de la…carne? (Aquella avasalladora tentación a la que el tata Palomino hacía alusión con el ceño fruncido y duro acento en el catecismo sabatino: “Inmundo, imperdonable acto de lascivia”, “Gravísimo pecado mortal” ¡Quién todavía!, el lascivo tata cura de la parroquia)

Sería, digo, ese arrollador impulso el que nos poseyó a la dulce Martina y a mí, aquel inolvidable jueves de tentación, de deslumbramiento, embrujo… Con qué irreflexiva avidez se buscaron nuestros labios en la oscuridad, en el beso más trémulo, más intenso, más… dulce, que jamás compartí antes ni después. Era la magia eterna del primer beso, que le dicen…

Y el duro suelo de lajas de piedra del viejo zaguán se convirtió en el mullido lecho donde Martinita y yo celebramos entre asustados y anhelantes, nuestro ritual de carnal iniciación. Oleadas de ardiente sangre inundaron nuestros cuerpos. Bajo el barullo estorboso de nuestras ropas buscamos con ansias la tibieza, la tersura vibrátil de nuestra piel estremecida… Y los bisoños debutantes copulamos semidesnudos tras el ancho portón, con la sabiduría de viejos amantes; inflamados de deseo, impulsados por irrefrenable placer desesperado, que aún agonizante, anhelaba perpetuarse, eternizarse, luego de consumirse hasta el morir, para poquito a poco ir resucitando, inmensamente dichosos, después de haber hollado con pies profanos, una celeste porción del paraíso.

¿Podrán creerme? Aquel dichoso encuentro tuvo el mágico efecto de: Curar mi timidez. ¡Que insospechado, placentero modo de perder la pusilanimidad! Qué manera más bella y agridulce de extraviar – sin pena y ¡con gloria!- la menguada virginidad…

Y mientras yo perdí la timidez, la dulce Martinita de ayer perdió no solo la coqueta alegría: enredado entre besos y caricias extravió esa noche el corazón…

Al despertar al otro día al levantarme y abrir la ventana, descubrí que todo cuanto me rodeaba: los objetos más insignificantes del patio y del jardín, los arbustos y cercos de la huerta, el cercano lago, el cielo diáfano, todo, todo tenía nuevos contornos de luz, de fulgor. Si bien en el espejo mi rostro era el mismo de ayer, los mismos ojos, la misma expresión de azoramiento, ¡caramba! Supe que en adelante ya no sería el mismo, que algo de mi incipiente existencia había cambiado de golpe y porrazo para siempre.

Cuando bajé a desayunar, traté disimuladamente de buscar con los ojos a mi Martinita pero no la hallé por ningún lado. No estaba atendiendo sus acostumbrados quehaceres. Como quien no quiere la cosa, pregunté a la Hilaria por su prima. Con sonrisa misteriosa, me lanzó a la cara la noticia: ¿Que no sabes? ¡Se ha ido a su estancia para siempre y no volverá nunca más! Muy apesadumbrado, lamenté en el alma su partida... Pero ¡ay, condenada Hilaria! Me había mentido, mas eso lo sabría luego de todo un día de abatimiento: Habían enviado a Martina de comisión fuera del pueblo, para comprar flores que adornarían la iglesia el domingo. Sorpresivamente hizo su aparición al atardecer, con su florido cargamento ¡más linda que nunca! Mi corazón dio un vuelco de alegría. Desde un rincón, observando mi reacción nos espiaba con sonrisa burlona la cruel Hilaria. La odié a muerte por haber mentido, por haberme hecho sufrir. Pero mi felicidad pudo más y borró al instante toda sobra de rencor.

Fue transcurriendo febrero, con sus días de cielo diáfano, de sol ardiente, de fresca brisa lacustre... También de inesperados aguaceros copiosos, torrenciales.

Y el carnaval llegó, con su cortejo de alegres mascaritas, corso de flores, juego con agua por las calles y en la fuente de la plaza, bailes en el Club Social y el Municipio, alegres pandillas y nostalgiosos aires musicales al son de guitarras, charangos, mandolinas, al compás de tarkas, bombos y pinquillos.

Muchas tardes, al terminar ella sus tareas, nos escapábamos a la huerta a conversar y pasarla juntos. Oye, ¿por qué esa carita triste? Le pregunté una tarde... Cómo quieres púe que esté, si pronto te has de ir… Y dos lagrimas perlaron sus mejillas de durazno. Tontita, no te apenes. He de volver a buscarte el próximo verano, le dije a modo de consuelo. Pero ¡ay!... bien sabía yo que eso no podía ser; que no dependía de mí volver desde tan lejos, sobre todo ahora que mi madre retornaba a la capital.

Juli

Luego, pronto me vi entregado a la ingrata tarea de hacer maletas, de liar bártulos para volver a Lima, retornar al colegio; de verme con mi archienemiga la Aritmética, ¡ay, esa eterna signatura de cargo! Esta vez retornaba a la capital en compañía de mi madre –cosa grata sin duda- pero muy apesadumbrado por otra parte, por tener que alejarme de la dulce Martinita.

Y aquella mañana de nuestra partida, de nuestro viaje impostergable, mientras mamá y yo nos despedíamos de la familia, un hecho inusitado y sumamente triste marcó mi alejamiento del querido pueblo.

¡ Ay mamita linda! ¡Por qué pues te vas a ir! Mucho te voy a extrañar… Ay, era la inconsolable Martinita abrazando a mi madre, rogándole que no se fuera…. No llores hija, pronto volveré – trató de consolarla mi madre. Pero luego, volviéndose a un costado y bajando la voz, como hablando a solas: ¡Gua! Pero que le pasa ahora a esta chola... Cada vez que le pido un vaso de agua para mis pastillas, se demora o no vuelve con el encargo... Y ahora mírenla… hecha una Magdalena!

En el instante cruel de las despedidas, la Martinita y yo no podíamos manifestar abiertamente ante los ojos de la gente, el dolor de nuestra separación, sin llamar a escándalo. Solo mi destrozado corazón y yo, sabíamos que aquellas copiosas lágrimas supuestamente ofrendadas a mi madre, eran derramadas única y exclusivamente por mí, ¡ay! solo por mí…

El ómnibus de carga y pasajeros del Fiero Chuquimia echòse a andar. ¡Bendito sea mi gorro de piel! Con el pude cubrirme rostro para llorar, copiosamente, ardientes lágrimas de inmensa tristeza, durante interminable trecho del camino; de aquel camino que me conducía lejos, muy lejos, alejándome de la tierna Martinita y condenándome a la separación, la soledad… ¡mas no al olvido! <>

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*Hugo Romero Manrique, nacio en Juli. Reside en Lima. narrador de vasta producción, ha publicado en las revistas Alborada, Haraui, La Tortuga Ecuestre, La Manzana Mordida, Proceso, Trocha. Trinchera, etc. ¡Ganó el premio CAFAE de cuento de! Ministerio de Educación en 1988; ha obtenido dos premios internacionales: I Concurso Andino Mujer: Imágenes y Testimonio, organizado por las fundaciones Aldes, HABITierra, Sendas (Ecuador), Movimiento Manuela Ramos (Perú), con su trabajo “Nicolasa Maquera para servirle ", y en el Concurso de Cuentos La Hucha de Oro, organizado por PUNCAS de Madrid, con su cuento "El leoncito de cristal",