EL
MARINO GENOVÉS GERÓNIMO COSTA Y LA GOLETA “AURORA DEL TITICACA”
Por: Augusto
Dreyer Costa
a goleta de dos mástiles de
nombre “Aurora del Titicaca” fue la primera nave de casco de hierro en surcar
las aguas del Lago Titicaca entre los años de 1871 y 1877. La nave construida
en el puerto de Glasgow en Escocia, fue adquirida por Gerónimo Costa, un
intrépido genovés radicado en Puno, para dedicarla al transporte de pasajeros y
carga entre los principales puertos del lago Titicaca en aquella época. Sin
embargo el destino tenía preparado un aciago final para la bella goleta, que
naufragó en 1877 al colisionar con unas formaciones rocosas sumergidas frente a
la isla de Amantaní. La nave acabó en las profundidades del lago en donde
todavía se encuentra y, si bien Gerónimo Costa y la tripulación lograron salvar
sus vidas, las consecuencias de la pérdida de la goleta constituyó un golpe muy
duro para la economía y los sueños del marino genovés.
Gerónimo Costa, bisabuelo mío por parte de madre, era un marino
y empresario italiano nacido en la ciudad marítima de Génova, Italia, en 1827.
A mediados de 1850 inmigró al Perú en búsqueda de nuevos retos y nuevos
horizontes, probablemente atraído por el deseo de tener su propia embarcación y
navegar en uno de los más grandes lagos del mundo. Gerónimo Costa residió en la
ciudad de Puno por cerca de 40 años hasta su fallecimiento en 1896 y sus restos
mortales están enterrados en el cementerio Laykakota de la ciudad de Puno.
Contrajo matrimonio con la dama boliviana Juana Evangelina Ondarza en 1864 con
la cual tuvo tres hijos: Manuel Gerónimo Costa Ondarza quién fue Senador por
Puno en 2 periodos, José Luis (mi abuelo) y César Aurelio.
En esa época el lago Titicaca
era una vía de comunicación y transporte clave para la economía de la región
altiplánica. Siendo la ciudad de Puno el puerto más importante y punto neurálgico
del transporte en el lago, sirviendo como centro para el comercio de productos
y el tránsito de personas entre Perú y Bolivia. Existían varios otros puertos
tales como Vilquechico, Moho y Yunguyo en el lado peruano y Copacabana, Huarina
y Guaqui en el lado boliviano. En algunos de esos puertos ya se habían asentado
algunos inmigrantes genoveses, hábiles comerciantes que tenían en ellos sus
incipientes comercios de importación de productos extranjeros y de exportación
de productos de la región, siendo la lana y minerales los más importantes.

El transporte en el lago
Titicaca en el siglo XIX se realizaba por medio de pequeños veleros de madera y
las lentas y poco eficientes balsas construidas con la totora procedente del
lago. Gerónimo Costa, al llegar a Puno a mediados de 1850, con su visión de
empresario y su formación como marino, se percató de la necesidad para el
comercio en la región de contar con una embarcación moderna y apropiada para
unir los distintos puertos del Titicaca y ser el nexo de unión entre ellos.
En el año de 1869 Gerónimo
Costa contrata a la empresa naval escocesa Alexander Stephen and Sons la
construcción de un goleta la cual serviría para el transporte de pasajeros como
también de carga en el gran lago altiplánico. Los documentos de ese contrato
muestran que la nave al cual Gerónimo Costa había bautizado con el nombre de
“Aurora del Titicaca” tenía como
características principales las siguientes: Una goleta (schooner en inglés) de 70 toneladas de
tonelaje bruto, casco de hierro de 14 metros de largo, una anchura de 3 metros,
2 metros de calado, dos mástiles para dos velas cangrejo, dos velas foque en la
parte frontal del mástil de proa y dos velas escandalosas triangulares al
costado de ambas velas de cangrejo.
Las características principales
de las goletas por las cuales debía su enorme popularidad en aquella época en
Europa y EEUU para el cabotaje y transporte de mercaderías, se debía al fondo
plano de la nave que permitía navegar en aguas poco profundas y facilitaba la
carga y descarga en pequeños puertos. Por otro lado, debido a su diseño simple
y eficiente, sólo se necesitaba una pequeña tripulación para navegar en estos
magníficos veleros. Es decir, Gerónimo Costa escogió y mandó a construir una
embarcación ideal para las condiciones del lago y de los puertos del Titicaca y
el contrato recayó en la constructora naval escocesa Alexander Stephen and Sons
de Glasgow, Escocia.
En el compendio "Una
Historia de la Construcción Naval, 1750-1932", que documentó la historia
de los astilleros escoceses desde 1750 hasta principios del siglo XX, en los
anales referentes a Alexander Stephen and Sons hay una narración muy
esclarecedora de las circunstancias del contrato entre Gerónimo Costa y los
constructores escoceses, además de las características físicas, medidas y
construcción de la goleta “Aurora del Titicaca” y de su posterior envío en
piezas hasta el remoto y legendario lago Titicaca a 27,000 kilómetros de
distancia para su ensamblado en el paraje de Huaje muy cercano a la ciudad de
Puno. La traducción de la narración es la siguiente:
“En 1869, los señores Antony
Gibbs e hijos, de Londres, contrataron con una empresa en nombre del señor
Gerónimo Costa, de Puna (sic), Perú, una goleta de vela de
hierro, de dimensiones 48 pies de largo x 10 feet de ancho x 6.6 pies de calado
hasta la parte superior de las tablas, para comerciar en el lago Titicaca,
Perú, que es el cuerpo de agua más alto del mundo, de aproximadamente 120
millas de largo y entre 35 y 45 millas de ancho. Las instrucciones del señor
Costa eran que ninguna pieza, salvo los mástiles, debía tener más de 18 pies
(5.5 metros) de largo y no más de 150 libras (68 kilos) de peso, ya que a lomo de mula era el único medio de
transporte por la empinada pendiente que conducía al lago. La goleta, que se
llamó Aurora del Titicaca, se construyó en el astillero, siendo completamente
equipada, con mástiles, aparejo y velas dobladas. Tras ser cuidadosamente
marcado, fue desarmado, embalado y enviado a Liverpool, desde donde fue
embarcado hacia Perú. A su llegada, todo fue transportado con éxito al lago y
reconstruido en la orilla.” —- A Shipbuilding History, 1750-1932 (Alexander
Stephen and Sons): Chapter 2 - Graces Guide
Por otras fuentes se conocen
los pormenores del transporte de la “Aurora del Titicaca” desde Escocia hasta
Puno en el lago Titicaca. Las piezas de la nave debidamente numeradas y
embaladas fueron enviadas primero de Glasgow a Liverpool en Inglaterra, importante
puerto brítánico y un centro vital del comercio transatlántico en aquella
época. Luego fueron embarcadas en un buque cuyo nombre se desconoce para hacer
el enorme y difícil trayecto de 27,000 km de distancia desde Liverpool hasta el
pequeño puerto de Islay en la costa peruana. En esa época no existía todavía el
Canal de Panamá por tanto el recorrido se hacía cruzando el océano Atlántico
hasta Sudamérica, circunvalando las costas de Brasil y Argentina hasta el
estrecho de Magallanes y de allí, ya en el océano Pacifico, dirigirse al norte
bordeando el litoral de Chile para llegar a costas peruanas. En el puerto de
Islay en Arequipa, Gerónimo Costa recibió el imponente despacho y con la ayuda
de un grupo de hábiles arrieros cargaron las piezas de la goleta en los lomos
de una enorme recua de mulas para hacer el trayecto final hasta Puno por un
empinada y dificultosa trocha de aproximadamente 450 km. Desde cero metros de
altura hasta los 3,812 metros del lago Titicaca, estableciendo una verdadera
proeza de ingenio y tenacidad de un empresario privado. En el paraje llamado
Huaje, cerca de Puno, en el mismo lugar donde en 1830 se construyó un bote de
hierro y madera bautizado con el nombre de "Independencia"; con las herramientas recibidas de
Glasgow y la mano de obra local experta en la construcción de los botes de
madera en la zona, se ensambló la goleta de acuerdo a los planos e
instrucciones de Alexander Stephen and Sons
de Glasgow. El viaje inaugural se realizó el 7 de mayo de 1871, entre Puno
y el puerto boliviano de Huarina.
Se desconoce la suma de
dinero que Gerónimo Costa invirtió en esa aventura empresarial de tanta
envergadura, costos que implicaron el diseño y construcción de la nave por los
contratistas Alexander Stephen and Sons
en Glasgow, el transporte por larguísimo trayecto hasta Puno y, finalmente, su
ensamblado y botadura en Huaje. Seguramente la inversión fue una cuantiosa suma
de dinero, que es difícil de calcular en dinero actual. Siendo lo más triste la
corta vida útil que tuvo la goleta que no le permitió a Gerónimo Costa
recuperar ni una fracción de lo invertido.
Es una lástima que no se conozca la existencia
de una fotografía de “Aurora del Titicaca, tampoco una ilustración o dibujo de
época de ella; afortunadamente, para compensar esta carencia, en los archivos
de los constructores navales Alexander Stephen and Sons se conservan los planos
originales de la embarcación, es decir los dibujos técnicos que muestran las
dimensiones y detalles de la nave incluyendo su estructura, componentes y
diseño general. Estos planos originales de la nave nos han permitido hacer una
recreación de la imagen de la “Aurora del Titicaca” tal y como fue diseñada por
los constructores hace 150 años atrás, imágen que reproduzco en este artículo.

Entre los personajes notables
de aquella época que viajaron en el “Aurora del Titicaca” de Gerónimo Costa
destacan los científicos y exploradores Antonio Raimondi, Ephraim Squier y
James Orton. El célebre geógrafo y científico italiano Raimondi y el explorador
estadounidense Ephraim Squier se conocieron en Puno, hicieron amistad y juntos
alquilaron la goleta de Gerónimo Costa para hacer un amplio recorrido por el
lago y sus islas, explorando, catalogando y dibujando las principales ruinas y
sitios arqueológicos de la zona, teniendo en Gerónimo Costa un magnífico guía
durante el recorrido. En cuanto al doctor en ciencias naturales estadounidense
James Orton, que regresaba de un viaje de exploración del río Beni, un brazo
del Madeira y afluente del Amazonas, se encontraba gravemente enfermo cuando se
embarcó en la goleta en el puerto boliviano de Huarina y fallece en una cabina
de la goleta atravesando el lago al amanecer del 25 de septiembre de 1877. Sus
restos mortales están enterrados en el punto más alto de la isla Estevez.
El hundimiento de la “Aurora del Titicaca” en 1877 en una
travesía de Moho a Puno, al colisionar con unas formaciones rocosas sumergidas
frente a la isla de Amantaní, fue un golpe muy duro para Gerónimo Costa y
también para el transporte lacustre en esa época. Sin embargo, la visión del
marino genovés mostró el camino para la llegada de otras embarcaciones de
hierro más modernas que luego surcarían el lago Titicaca. Uno de ellos, el
Yapura, que todavía navega, restaurado y en perfecto estado, como una reliquia
de esa época de soñadores marinos y audaces empresarios. <+>
Dinamarca
2025