viernes, 18 de febrero de 2022

"Adios Puno" - Unión Puno

HILDEBRANDT REFLEXIONA SOBRE EL MISMO

 


CONSIDERACIONES

PERSONALES

César Hildebrandt

Tomado de HILDEBRANDT EN SUS TRECE  N° 574 18FEB22

No sé si elegí el periodismo como coartada para vivir o el periodismo, sobreestimán­dome, me cazó.

Lo que sé es que hago esto desde hace demasiados años.

Y, aunque suene solemne, siempre creí que estaba en el lado de los buenos.

DESPRESTIGIA EL PERIODISMO
Ahora dudo. El periodismo, como la política, se ha vuelto territorio donde abundan los canallas.

Y ya no hablemos del periodismo trucho que se desparra­ma en los comentarios de algunas redes sociales. Esos son fluidos corporales.

En todo caso, si empecé a los 17 y ahora soy el viejo que soy hay mucha agua discurrida bajo los puentes.

Siempre pensé que la prensa podía ayudar a mejorar el país, a hacer que progresáramos, que conviviéramos de un modo más civilizado.

Ahora dudo. La gran prensa está atada a los grandes intereses y estos aspiran a la eternidad. Creen que Dios está con ellos y pueda que ten­gan razón. Lo digo desde mi dudoso agnosticismo.


No importa que los modos cam­bien, que las chimeneas de la industria echen humos distintos. No importa si fueron el guano, el salitre, el algodón, el caucho, el azúcar, la anchoveta, los arándanos, el cobre, la plata, el oro o el suspiro. No importa qué apellidos sucedieron a los linajes ni qué plebe­yos se sumaron a la caravana del éxito.

Lo que importa es que seguimos llamando “asentamientos humanos” a los cerros donde los pobres han sido confinados y mineralizados, a los ba­rrios donde a los diez años la miseria te ha marcado amargamente.

Lo que vale y pesa es que tenemos la edad de los 200 años y seguimos hablando del “proyecto nacional”. Somos un aborto multitudinario.

¿A qué proyecto nacional nos referimos? No hay respuesta. No lo tuvo el civilismo culto, menos lo tendrá la derecha de los López Aliaga y los Pepe Luna. No lo tuvo la izquierda de Pablo Macera y Julio Cotler, menos lo tendrá la del antiguo paporretero Vladimir Cerrón y mucho menos la del profesor Pedro Castillo.

No tenemos un proyecto nacional. Nos hemos puesto en desacuerdo en casi todo y los partidos políticos, las fábricas de ideas, cerraron sus puertas y abrieron centros comerciales donde lo que más se vende son candidaturas. Luis Alberto Sánchez, Luis Bedoya Reyes, Femando Belaunde son los abuelos de la nada.

Hay piratas con loro al hombro en el Congreso. Y los hay en el Ejecutivo.

Pero esa es responsabilidad del cociente intelectual y del grado de escolaridad de una buena cantidad de peruanos. Y hablo de peruanos de arriba y de peruanos de abajo.

Tenemos 200 años y no hemos presentado nuestra tesis. Morire­mos en la universidad conversando en la cafetería, enamorándonos de quien ni siquiera nos mira.

La derecha elemental quiere que nada se mueva y la izquierda vintage quiere un terremoto inaca­bable. El centro, que es la versión ilustrada del entendimiento, fue tragado por la tierra.

En mis épocas de explosiva ingenuidad, creí que el perio­dismo podía hacer mucho por el Perú. Digamos que muchos lo intentaron, por supuesto. Pienso en Luis Miró Quesada de la Guerra, en Alberto Ulloa, en José Carlos Mariátegui. Pero miren quiénes resultaron sus sucesores. Una derecha iletrada está al frente de sus voceros y a Mariátegui lo quiso secuestrar, como marquesina en el teatro del horror, un asesino en serie que se creyó pata de Mao.

En todo caso, miren el país que hemos hecho -aquel donde Keiko Fujimori y Pedro Castillo llegaron a segunda vuelta- y díganme qué somos. Y miren el pe­riodismo de estos días y díganme qué tendremos que decirles a quie­nes, desde afuera, nos miran con horror o compasión. Unos cuantos sacan la cara por los fueros de la prensa y la mayoría está lejos de la prensa orgánica y empresarial. El éxodo sucedido en “Cuarto Po­der” y la aparición de “Epicentro” es prueba de lo que digo.

Tiempos duros vivimos, lo que no quiere decir que debamos dejar de pelear por la justicia y la cultu­ra, que son las dos batallas que la corrupción y la zafiedad nos han ganado.

Casi toda la prensa y TV a su servicio
Mi casa es domicilio de libros. Antes los leía. Ahora me refugio en ellos. Después de leer un tex­to hirsuto escrito por alguien que cree estar administrando los evan­gelios, cojo un libro que valga la pena. Esta semana, para escoger unas páginas de la sección “Tex­tos Imprescindibles”, me dediqué a releer “La historia en el Perú”, de José de la Riva Agüero y Osma. ¡Qué lección de erudición v maestría del lenguaje! ¡Cuánta falta nos hace gente como él! Eso también fuimos: Riva Agüero (el liberal de los albores, el ultraconservador de la madurez), Víctor Andrés Belaunde, José Carlos Mariátegui, César Falcón, Jorge Basadre.

Fuimos un país donde los libros no nos eran ajenos y en el que las ideas podían discutirse. Ese amorío entre la política y la cultura, entre la aspiración y el buen decir, terminó. Ese país está muerto. Y nosotros no hemos hecho el duelo que nos corresponde. ▒▒

miércoles, 16 de febrero de 2022

LA COYUNTURA POLITICA EN EL PERU

 


LA GUERRA

CONTRA PEDRO CASTILLO

Por Jorge Rendón Vásquez

El Perú se halla en presencia de una guerra política encarnizada, declarada abiertamente por la derecha recalcitrante, representada por las agrupaciones Fuerza Popular, Renovación Popular y Avanza País que, en las elecciones del año pasado, llevaron como candidatos presidenciales a Keiko Fujimori, Rafael López Aliaga y Hernando de Soto, respectivamente.

Esta guerra tiene como objetivo declarado vacar al Presidente de la República, Pedro Castillo, dejar de lado a la vicepresidenta Dina Boluarte, y colocar en la presidencia de la República a la actual presidenta del Congreso María del Carmen Alva, del partido Acción Popular (en esto hermana natural de Manuel Merino), o a algún otro u otra. Para ultimar los planes conducentes a este propósito los representantes de las bancadas parlamentarias comprometidas en este plan se reunieron en un hotel el 9 de febrero. No les importa la causa que aduzcan para la vacancia, sino lograr los 87 votos necesarios en el Congreso.


Según el artículo 45º de la Constitución política, esta reunión es una conspiración para derrocar al gobierno legítimamente elegido: “El poder del Estado emana del pueblo. Quienes lo ejercen lo hacen con las limitaciones y responsabilidades que la Constitución y las leyes establecen. /Ninguna persona, organización, Fuerza Armada, Policía Nacional o sector de la población puede arrogarse el ejercicio de ese poder. Hacerlo constituye rebelión o sedición.

En esta guerra todo vale para los agresores. Se prenden de cualquier cosa que hagan o no hagan el Presidente de la República y sus ministros, quienes se han limitado a tratar de defenderse, aferrándose a la legalidad que la otra parte no respeta. Sus baterías decisivas para ellos son los medios de prensa, radio y TV y sus periodistas, opinólogos y ciertos intelectuales afines. Más aún: han bloqueado toda posibilidad de cambios, que aunque sean mínimos, requieren la aprobación por el Congreso. Conduciendo solo a la burocracia, el Presidente de la República queda limitado a mantener el statu quo. Y no es ese el deseo de la mayoría.

¿A que se debe esta agresividad de la derecha recalcitrante?

No tiene solo una causa coyuntural, es decir debida a las incidencias del juego político, que podría zanjarse en el debate. La derecha recalcitrante rechaza toda fórmula de conciliación e, incluso, el diálogo.

Las causas de este enfrentamiento son más profundas: están en las fuerzas sociales antagónicas determinantes del curso de nuestra historia nacional.

Por un lado, como fuerza dominante, se hiergue el conjunto de descendientes de casta blanca que impuso la conquista hispánica de América hace más de cinco siglos; por el otro, como fuerza dominada, avanza la inmensa mayoría del pueblo descendiente de las castas india, mestiza, negra y parda, a la que ese poder dominante ha venido explotando, discriminando y despreciando.

Durante los primeros cien años de la República esta oposición se mantuvo como había sido bajo la dominación hispánica, sustentándose en el predominio del sistema feudal. A fines del siglo XIX, la lenta expansión del sistema capitalista comenzó a cambiarla.

La necesidad de contar con fuerza de trabajo asalariada determinó que los gobiernos abriesen la escuela primaria a los hijos de los individuos de la casta mestiza. Varias décadas después se les permitió también el acceso a la escuela secundaria; y, desde mediados del siglo XX, una cantidad creciente de jóvenes mestizos, indios y de otras etnias se incoporó a la universidad y se hicieron profesionales. También fueron recibidos en los institutos armados, en particular el Ejército y la Policía, por la vía del concurso público. Fue un masivo caso de promoción social que convirtió a esos jóvenes, mayoritariamente provincianos, en sujetos de la clase profesional emergente, clase que, poco a poco, ha ido ocupando los empleos de dirección y encuadramiento en las actividades empresariales y estatales y a disponer de un poder real de mando en sus niveles de actividad. Un reflejo de su presencia social es su dominio de los colegios profesionales, en especial de abogados que, hasta hace unas tres décadas, estaban dirigidos por representantes de la oligarquía o muy vinculados a ella.


Sin embargo, estos estratos populares emergentes no habían alcanzado el poder político. Los presidentes mestizos (Alejandro Toledo, Alan García y Ollanta Humala y el descendiente japonés Alberto Fujimori) requirieron los votos populares para ser elegidos, pero no los representaron; representaron a la oligarquía blanca que los impuso, financió sus campañas electorales y gobernó sirviéndose de ellos. Los cuatro se distinguieron como adalidades de la corrupción y han sido procesados penalmente.

Y, así, llegamos a las elecciones de 2021.

La oligarquía blanca, que hasta 1980 —descontado el interludio del gobierno revolucionario de Juan Velasco Alvarado— había podido contar con partidos o movimientos políticos de su clase social, si bien de duración determinada, requirió el concurso de políticos aventureros y alquilables, a los que encandiló con la perspectiva de los altos sueldos de la representación legislativa y de la burocracia de confianza y los ingresos procedentes de la corrupción. Tan segura estaba de que ganaría, como siempre, que dividió sus fuerzas entre cinco candidatos caudillistas que se despreciaban unos a otros.

Por el lado del movimiento popular tampoco pudo concretarse un frente único. Los dirigentes de la agrupación Juntos por el Perú, que tuvieron que prevalerse de una agrupación con registro electoral para inscribir a sus candidatos, fueron solos, y el nuevo partido Perú Libre, que sí tenía registro, también prefirió ir solo.

A la oligarquía blanca no se le ocurrió para nada considerar la evolución de la conciencia política de los ciudadanos de extracción popular, ni le interesaba, porque estaba segura de que seguiría manipulándola y de que, en todo caso, su candidata preferida, hija del ex dictador encarcelado y ella misma procesada, atraería los votos populares con su partido denominado Fuerza Popular en el que figuran algunos rostros extraidos de las barriadas.

El resultado de la primera vuelta fue un terremoto para la oligarquía blanca. Salió en primer lugar el candidato del partido Perú Libre y este obtuvo 37 representantes en el Congreso. La agrupación Juntos por el Perú consiguió 5 bancas en el Congreso y su candidata alcanzó el 7.86% de la votación.

Recién entonces, la oligarquía blanca advirtió el peligro para su hegemonía, indisputable hasta ese momento. Por lo tanto, regló sus baterias para disparar contra el maestro de origen campesino hasta hacerlo añicos y desaparecerlo. Los directores de su campaña electoral y los periodistas a sueldo del poder mediático, a los que se añadieron algunos opinólogos rescatados del olvido, idearon todos los males que podrían sobrevenirle a nuestro país si este candidato llegaba a la presidencia. Dijeron que les quitarían a todos sus casas y empresas e hicieron venir al marqués del neoliberalismo para apapachar a la candidata de la dinastía de la corrupción, tal vez por dinero.

Aquì estàn, estos son
Pero, fue inútil. Pedro Castillo, con su didáctica de maestro de escuela, fue
convenciendo al electorado del pueblo y, así, la mayoría de la conciencia popular pudo percibir, cada vez más claramente, que sus votos debían hacerle justicia, y ganó Pedro Castillo. Fue el resultado del enfrentamiento dialéctico de dos fuerzas históricas antagónicas.

Pero, proclamado Pedro Castillo como Presidente, la ofensiva de la oligarquía y sus representantes ha continuado, cada vez más furiosamente, para desprestigiarlo y eliminarlo del panorama político, sirviéndose de su prensa, radio y TV y contando con la colaboración de los diarios y revistas pretendidamente independientes. Jamás el poder mediático se había ocupado antes de los ministros designados por los anteriores presidentes de la República y había cerrado los ojos ante la corrupción de presidentes, ministros, funcionarios y empresarios. Incluso a Sagasti lo dejaron tranquilo. Nunca criticaron su anodina gestión en la presidencia que casi hizo desaparecer al partido Morado, en el que se había inscrito, partido que apenas alcanzó a colocar a tres minús en el Congreso, en las elecciones del 2021. Tampoco enfocaron la inmoralidad de Sagasti, quien el último día de su gestión objetó la ley aprobada por abrumadora mayoría en el Congreso para eliminar las pensiones doradas de los expresidentes de la República, porque él quería percibirlas desde el día siguiente.

¿Hay una solución para esta guerra de la derecha recalcitrante?

La habría si Pedro Castillo firmase un acta de sumisión con la oligarquía, como la que firmó Ollanta Humala, o renunciase. Pero Pedro Castillo no es un fantoche; es un hombre del pueblo digno, un líder exponente de una corriente histórica, y él lo sabe.

Por lo tanto, la guerra de agresión de la oligarquía y sus esbirros va a continuar. Y, si es así, en esta guerra tendrán que intervenir directamente las mujeres y los hombres que constituyen esa corriente emergente de nuestro país, para defenderlo y defender lo suyo, dejando en el camino a los pusilánimes. No está en juego la estructura económica, de la que son parte esas mujeres y hombres, como trabajadores y empresarios del campo y de la ciudad. Lo que está en juego es la posibilidad del acceso a servicios públicos que deben ser extendidos y mejorados, en particular la educación, la formación profesional, la salud, la vivienda, el saneamiento ambiental, la seguridad y la necesidad de obtener algo más de la riqueza que ellos producen.

Tenemos que avanzar, no retroceder.

(Comentos, 14/2/2021)



MÀS, SOBRE JOSE PORTUGAL CATACORA

Escribe: Omar Aramayo

J

osé Portugal Catacora es uno de los maestros más notables que ha producido esta cuna entrañable del Titikaka. Don José, en su escuelita experimental de la calle libertad, cuando Puno, una pequeña y hermosa ciudad andina, alentaba con la prosapia intelectual propia de los indigenistas de los años veinte, en medio del mar de la feudalidad. De alguna manera es un epígono de ese movimiento de vanguardistas y rebeldes, constructor de un sistema pedagógico que valoraba al niño como eje del sistema educativo y tenía como premisa sobre cualquier consideración, la personalidad y la singularidad del niño, por eso que cada uno de ellos encontraba el grado, el año escolar, no de acuerdo al cumplimiento de los currículos sino de su capacidad, habilidades, desarrollo mental, de su proyección en la sociedad, como lo pensara muchos años antes su mentor, el maestro de maestros del Perú, José Antonio Encinas, con quien mantuvo relaciones profesionales y de mutua admiración y afecto.

Pero don José, además era un fino etnógrafo empírico, con los ojos y oídos despiertos al medio ambiente, con la memoria viva, la infancia y el recuerdo asertivo de los padres que supieron transmitirle lo más hondo de la tradición altiplánica.

En 1981, año del Señor, y que debe consignarse dentro de la cronología del desarrollo del folklore puneño dada su importancia, publica Danzas y Bailes del Altiplano. Muchos intentos se han suscitado desde entonces por alcanzar su nivel, algunos con cierta documentación, otros frutos del espontaneísmo, de la inspiración, del reto de rapto, son los más, pero ninguna con la competencia, con la mirada total, la penetración de José Portugal Catacora. Libro pionero y fundador, de alguna manera modelo para los que se vinieron luego.

Sin embargo en aquellos tiempos el interés por capturar describir, interpretar, averiguar en las bibliotecas era mínimo y su presupuestos inexistentes, por lo que el libro tiene ciertos vacíos comprensibles, omisiones involuntarias, distorsiones propias de la época, que pasan desapercibidas gracias a la competencia cultural del autor, el mensaje, la sabiduría que viene con la leche materna.

Portugal recupera 21 danzas a las que clasifica entre antiguas y actuales, refiere a las primeras como de origen prehispánico y a las segundas de origen colonial y republicano, las caracteriza con el sentido de un maestro, in situ, y su caracterización, aunque podría ser ampliada, hoy permanece válida. Es sobre estos temas que los estudiantes de antropología debiesen de profundizar investigar y proyectarse, aplicar las nuevas teorías de la ciencia, tienen el pastel en sus manos.

De las dazas que nos presenta, aunque todas son tan importantes, hay algunas donde la prolijidad del texto es arrobadora. La más importante de ellas es la danza de los Choquelas, a mi parecer la más antigua del altiplano, donde se evidencia el rito y el mito del hombre que se hace a su medio y que se apropia de él. El cazador y el domesticador de camélidos, pero además el hombre que entra en contacto con las fuerzas superiores, deidades o solo fuerzas de la naturaleza. Danza, que por su coreografía, sus personajes, los roles que desempeñan, roles de poder, el escenario natural que ocupa, su vasta simbología, tendrían que estar ubicadas dentro de las más bellas y singulares del mundo. Lástima que este delirio por las lentejuelas sintéticas brasileñas, oculte la magnificencia de esos antiguos parientes nuestros que inventaron la danza, que inventaron la cultura y fueron la base de la pirámide de la cultura peruana. Harry Tschopik, hizo observaciones muy interesantes de esta danza en 1942 que debería tenerse en cuenta.

Otro texto, ligado a la gran mitología prehispánica es la danza de la Cullawa, en ella se puede leer el origen del sol y la luna, los avatares de la madre tierra, la presencia del Wakón, y cuantos símbolos más.

Este es un tratado de identidad, como dije, sus limitaciones son menores y deben actualizarse. La disquisición entre los términos danza y baile, requieren un espacio propio. Es un libro fundador y su publicación debe tenerse en cuenta dentro de un marco de revisión de la exigua documentación puneña como un elan vivificador

martes, 15 de febrero de 2022

PARA LA HISTORIA POLTICA DEL PERU

 ESTO ES EL

FUJIMORISMO

Por Francisco Miró Quesada Rada

El Comercio / Jueves 09 de octubre del 2014

El fujimorismo no es una ideología explícita, porque no la tiene. Es, más bien, una forma de hacer política en que se mezclan caudillismo, populismo, clientelismo y abuso del poder. Esta es la definición exacta, producto de la realidad, en la que encontramos hechos entre los que podemos mencionar algunos.

La violación de la Constitución que nos regía cuando el 5 de abril de 1992 Alberto Fujimori, apoyado por las Fuerzas Armadas, dio un golpe desde Palacio. Luego, trasladó su residencia al Cuartel General del Ejército y fueron disueltos el Congreso, el Tribunal de Garantías Constitucionales, el Consejo Nacional de la Magistratura, los gobiernos regionales; mientras que la Controlaría y la Procuraduría General de la Nación fueron intervenidos por los militares. Por tres días ocupó los medios de comunicación, luego se arrepintió de esta intervención directa, pero se dio maña para controlarlos creando periódicos a su servicio. Corrompió a algunos propietarios de estos medios, estrategia que luego aplicó a los congresistas. Destituyó a los integrantes de la Corte Suprema y cesó a 150 jueces. Depuso a los miembros del Jurado Nacional de Elecciones y al Directorio del Banco Central de Reserva. Para reemplazar a estos funcionarios, el Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), controlado por Vladimiro Montesinos, proporcionó los nombres de las personas dispuestas a someterse, sin dudas ni murmuraciones, a las órdenes del Ejecutivo. Para impedir que estas medidas fueran cuestionadas, se modificaron los recursos de amparo y de hábeas corpus.

Los locales partidarios y sindicales fueron ocupados por los militares, quienes no encontraron oposición. Los presidentes de las cámaras legislativas sufrieron arresto domiciliario. Periodistas, dirigentes políticos y sindicales fueron encarcelados, además se violaron los derechos humanos en los casos de La Cantuta y Barrios Altos, los hechos más significativos, entre otros. Calumnió a través de una serie de periódicos chicha a sus adversarios y además los chuponeó. Impidió a través de dos leyes que se realizara el referéndum en contra de su ilegal reelección. Hizo fraude en las elecciones del 2000. Creó un sistema de corrupción en las diversas instancias del Estado. Promulgó una ley cortándole las rentas a la Municipalidad Metropolitana de Lima. Luego, cuando no pudo mantenerse en el poder y huyó a Japón, renunció a la presidencia por fax.

Cuando el general Ketín Vidal capturó a Abimael Guzmán, Fujimori en lugar de mantenerlo en el cargo y condecorarlo, lo trasladó a la Inspectoría General de la Policía e hizo pura demagogia manipulándola mediáticamente a su favor. Él desconocía la estrategia de Vidal para capturar al feroz terrorista y su banda.

El fujimorismo es eso: una dictadura corrupta mezcla de ladronería con violación de los derechos humanos. Sucede que el fujimorismo ahora compite en los procesos electorales como si nada de lo anterior hubiese pasado. El neofujimorismo no ha deslindado, porque no lo puede hacer, con los delitos cometidos por Fujimori y Montesinos, dupla que funcionó al unísono: por eso se les califica de fujimontesinismo.

El fujimorismo vigente es la continuación del fujimorismo original. Tiene a sus defensores que pretenden borrar con una mano lo que se hizo con la otra, intentando tergiversar la realidad. No hay deslinde como se ha señalado, no hay disculpas ni se ha pedido perdón por los daños que le han causado al Perú.<>



TITULARES PERIODISTICOS EN EL PERU DE HOY

 NOTICIAS DEL DIARIO LA REPUBLICA

SOBRE LO QUE VIENE OCURRIENDO

Cecilia Méndez: “La política se ha vuelto un negocio más de poder y dinero”

Entrevista a la historiadora y docente, quien analiza el panorama político peruano tras los cuestionamientos contra un sector del Congreso por planificar la vacancia presidencial. 

María del Carmen Alva es denunciada constitucionalmente por Betssy Chávez

La ministra de Trabajo y congresista de Perú Democrático, Betssy Chávez, acusó a la presidenta del Congreso, María del Carmen Alva, de intentar debilitar al Ejecutivo mediante la modificación de la Constitución. 

Torres advierte sobre plan congresal de golpe de Estado

Sigue la última hora del presidente del Perú, Pedro Castillo. Noticias sobre los planes de la oposición para interrumpir el mandato constitucional, Aníbal Torres y los cuestionamientos a los ministros de su gabinete. 


Perú Libre presenta moción de censura contra María del Carmen Alva y Lady Camones

La bancada de Perú Libre propone la salida de la presidenta y la primera vicepresidenta del Congreso por haber participado en la reunión donde se habló de cómo vacar al presidente Pedro Castillo. 

Portalatino: “Si hay situaciones que ameriten, (el presidente) tendrá que cerrar el Congreso”

Sin embargo, la parlamentaria de Perú Libre señaló que esto tendría que evitarse si el Congreso “toma acciones en unidad”. 

Montoya sobre desaprobación del Congreso: “La gente no tiene idea de cuál es nuestra tarea”

El vocero de Renovación Popular se refirió a la desaprobación del Congreso aun cuando el poder Legislativo atraviesa una crisis de reputación tras debilitar a la Sunedu. 

Gisela Ortiz demandará por difamación a Jorge Montoya

La ex ministra de Cultura manifestó que enviará una carta notarial al congresista de Renovación Popular, y tras ello, iniciará el proceso judicial por haberla acusado sin pruebas de tener vínculos con Sendero Luminoso. 

Perú Democrático pide la renuncia de María del Carmen Alva y recomposición de Mesa Directiva

Según la bancada de Perú Democrático, en la Mesa Directiva, que preside María del Carmen Alva, “las ambiciones políticas personales están presentes”. 

Bellido: “No imagino a Paniagua y Belaúnde reuniéndose como lo hizo Maricarmen Alva para conspirar”

El congresista de Perú Libre, Guido Bellido, criticó a la titular del Congreso, María del Carmen Alva, luego de que se hicieran públicos los detalles de la reunión de un grupo de oposición que busca vacar al presidente Pedro Castillo. 

Ruth Luque: “Comportamiento de María del Carmen Alva ahonda la crisis política”

Vocera de JPP señaló que desprestigio del Congreso se debe – en parte – a las actitudes que viene mostrando la titular del Parlamento, quien “no representa la pluralidad” de los 130 legisladores. <>

EN BIEN DEL PUEBLO

 


domingo, 13 de febrero de 2022

GRANDES MAESTROS PUNEÑOS

 

FRAGMENTO DE SU AUTOBIOGRAFÍA:

"Yo nací el 13 de febrero de 1911, en febrero mes en que llueve a cantaros en el altiplano de Puno. También es el mes en que se barbecha para cultivar la papa en forma de chapa. Mi madre contaba que ella mandaba hacer esa forma de laboreo en una de las aynoqas de mi pueblo natal. El trabajo se terminó apenas pasó el medio día y un mal temporal empezó a azotar aquel ambiente.
Ella montó en nuestra yegua negra, que usaba con sillonera, y partió hacia el pueblo apresuradamente; pero el vendaval llegó muy pronto y apenas alcanzó llegar a la casa. Transpuso la puerta de calle, ingresó al patio prácticamente ya mojado de lluvia. La yegua paró temblando en el centro del patio y mi madre se resbaló de la montura y cayó al suelo sentada en cuclillas, al mismo tiempo que un grito del recién nacido se sintió sobre el suelo mojado. Ese era yo.
Acora es una de las siete cabeceras del gran reino Lupaqa o lupi haqe, los hombres sol. Mis padres fueron Eusebio Portugal Vega y Germana Catacora Solorzano. Mi padre era descendiente de uno de los hermanos Portugal, arequipeños que habían sido contratados para pintar el retablo del templo de San Pedro. Y mi madre era hija de Norberto Catacora, descendiente de los caciques Catacora y Angela Solorzano descendiente de respetables familias de Puno. Los Catacora fueron curacas de Acora desde los tiempos pretéritos..." (José Portugal Catacora "Autobiografía")


El maestro rural José Portugal Catacora emprendió una de las experiencias más exitosas en la historia de la educación peruana, inspirado en la dignidad, el respeto y la conservación de las tradiciones locales. Además, editó revistas y publicaciones especializadas pedagogía, así como relatos, leyendas y tradiciones en los que plasmaba la visión del hombre y la mujer andinos para sus estudiantes. Hoy recordamos 111 años de su nacimiento, ocurrido el 13 de febrero de 1911 en Ácora, Puno.
Conoce la trayectoria de José Portugal Catacora en la exposición "21 intelectuales peruanos del siglo XX" ➡️ https://bit.ly/PortugalCatacora