martes, 9 de febrero de 2021

PINTORES PUNEÑOS DE HOY

 ALCIDES CATACORA PINAZO

EL COLOR DE LA MÚSICA

Por César Suaña Zenteno

C

onocí a Alcides los primeros años de los 70 del siglo pasado. Migrante chucuiteño en la capital, Lima, junto a su hermano Hernán. Con ellos y un ramillete de jóvenes puneños clasemedieros formamos parte de la Asociación Juvenil Puno y su conjunto de sikuris 27 de Junio.

La primera vez que tuvimos conciencia de su pasión por el color y la pintura, fue cuando organizamos el Primer Encuentro de Sikuris “Túpac Katari” en la Concha Acústica del Campo de Marte en 1978. Para esa oportunidad, nos proporcionó la imagen de un rostro de un ejecutante de siku, la cual fue publicada en el afiche publicitario de ese encuentro. Esa imagen, duplicada después por los amigos del TEA (Taller Experimental de Arte de la Universidad Católica) para hacer una pareja, se convertiría en el logo institucional y nos acompañaría durante un largo período hasta que se produjo la lamentable división de la AJP en 1988-89 y hoy uno de los 3 grupos en los que se escindió lo sigue utilizando.

Posteriormente se estableció en Arequipa e hizo algo que su otra pasión, la ejecución del siku, le mandató, y estableció las bases para una verdadera expansión de la ejecución de este instrumento prehispánico: formó la AJP Sikuris 27 de Junio en la Ciudad Blanca allá por 1978. Bajo este influjo, formamos luego en Candelaria del 79 Sikuris 27 de Junio en Puno y posteriormente sucedió otro tanto en el Cusco y luego en Juliaca.

Es en Arequipa donde se produce la eclosión artística por la pintura de este extraordinario músico-siku que expresa a través de ese arte los paisajes, sentimientos, emociones y vivencias de un aimara citadino, que combinó extraordinariamente el color con la música y empezó un tránsito que lo llevaría, progresivamente, a convertirse en uno de los más importantes magos de la pintura de nuestro país y del mundo andino.

Para que eso sucediera, ocurrió otro hecho extraordinario en su vida: conoció a María Copa, la primera mujer que tocó siku en nuestra institución y que motivó hasta una Convención Nacional para definir si la mujer debía o no tocar el aerófono.

Unió su vida a la sensibilidad de ella en Chucuito y desde entonces se convirtieron en uno, potenciándose mutuamente e iniciando un manantial de magníficas obras, algunas de las cuales están en su pinacoteca de la Ciudad de las Cajas Reales y otras han sido mostradas en múltiples exposiciones para el disfrute de los sentidos.

La música sikuriana se había convertido en un grito de reivindicación contra el racismo, la exclusión de las poblaciones originarias y de los oprimidos en general, y resultó casi natural que sus dibujos y pinturas fueran directamente proporcional a ella y su opción por los desposeídos de la tierra, y a la vez por la afirmación identitaria con nuestro mundo andino. Convicción que además lo llevó a ser un notable dirigente del magisterio arequipeño.

Después de la ruptura de la vieja AJP en Arequipa, lideró el grupo K’hantati 27 de Junio y como tal se vinculó a Sikuris 27 de Junio Nueva Era y volvimos a tocar juntos. Y como ocurrió hace décadas atrás, perfeccionó un dibujo que publicó originalmente en la revista Hojas Escritas que dirigía Hernán Cornejo, para convertirse en el nuevo logo de nuestra institución: el contorno de la región Puno y dentro dos ejecutantes del siku, teniendo al lago Titikaka convertido en bombo.

Mencionamos este vínculo indisoluble entre la música trenzada por los sikus (y también de la guitarra que la interpreta con la Estudiantina Chucuito) y el pincel porque expresa en ella el hilo conductor de la vida de Alcides. Y tal vez la obra cumbre que desarrolló en el arte visual, haya sido la pintura que fue utilizada como afiche de la festividad de la virgen de la Candelaria 2019, en la que, con maestría, pintó una balsa surcando el magnífico lago, y en ella varios personajes que pueblan la fiesta que representa a la cara moderna de la Pachamama.

Esta breve semblanza de Alcides Catacora, uno de los más grandes acuarelistas que tiene Puno, lo muestra como un militante activo de nuestra cultura andina, y uno de los forjadores del crecimiento exponencial de la música sikuriana en el país. Y para todos nosotros es un orgullo tenerlo plenamente activo, cantándole a la vida con su arte. ▒▒



Fragmentos de afiche sobre Festividad de La Candelaria


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