sábado, 25 de julio de 2020

GRUPO MICHELL Y LA FIBRA DE LANA PUNEÑA


Tomado de HILDEBRANDT EN SUS TRECE N° 49924JUL20
Una campaña de PETA, la mayor defensora del derecho animal en el mundo, pone en la picota al grupo alpaquero Michell, el más importante exportador

E
s un video de dos minutos cincuenta segundos de dura­ción que se hace in­terminable. En las imágenes se escucha el grito de las alpacas mientras los trasqui­ladores las jalan por las orejas, las alzan por sus colas o las lanzan con fuerza sobre tablas de made­ra donde los operarios las toman con violencia por el cuello. El ob­jetivo es esquilarlas, pero la vio­lencia y el maltrato que reciben del Grupo Michell, la principal exportadora de alpaca del país.
La denuncia de PETA a la PNP dando a conocer
el hecho. No se hizo nada
Las imágenes frieron filmadas por dos turistas en noviembre pasado cuando visitaban el fun­do Mallkini (Puno) y enviadas a la División de Investigación de Crueldad de PETA, la organiza­ción internacional de activistas que lucha por los derechos de los animales. Y esta organización, tras elaborar un informe, hizo pública la denuncia.
La reacción fue inmediata: ocho importantes marcas inter­nacionales de ropa anunciaron que dejarán de utilizar lana de al­paca en sus productos. En la lista están la gigante japonesa Uniqlo, la británica Marks & Spencer y la califomiana Esprit. Mientras que las famosas GAP y H&M confir­maron que ya no harán negocios con el Grupo Michell.
PETA LATINO
El Grupo Michell fue funda­do en 1931 por el inglés Frank W. Michell en Arequipa. Hoy, su nieto, Derek Michell López de Romaña, es quien lidera la em­presa. Las marcas “Sol Alpaca” y “Mundo Alpaca” son parte de este grupo que el 2019 facturó 106 millones de dólares. Expor­tan fibra a 40 países. En el fundo Mallkini tienen 4 mil alpacas.
Los días 8 y 9 de noviembre del 2019 dos turistas visitaron el fundo Mallkini, situado a tres horas de la ciudad de Puno. Los turistas, cuyas identidades Peta mantiene en reserva, quedaron horrorizados cuando vieron el proceso de esquila al que eran sometidas las alpacas.
“Vieron cómo las levantan de las orejas, de la cola, las lanzaban, las ataban de sus patas, las esti­raban, les hacían heridas al mo­mento de esquilarlas y las cosían sin analgésicos. Muchas de estas alpacas estaban embarazadas. El video muestra cómo es el trato en un día normal, incluso con tu­ristas”, dice el portavoz de PETA Latino, Gabriel Ochoa Pérez.
El sibilino comunicado de la Casa Michell: "Lamentamos
sinceramente lo mostrado en el video"
Los videos llegaron a la Divi­sión de Investigación de Cruel­dad de PETA, con sede en Vir­ginia, Estados Unidos, donde un equipo elaboró un informe que fue presentado a la PNP el 16 de marzo. Según PETA, no obtuvie­ron respuesta alguna de esa ins­titución ni del gobierno peruano.
En el informe PETA señala que los dos testigos estaban dis­puestos a testificar ante las auto­ridades peruanas. Y se incluyen declaraciones de expertos en medicina veterinaria y manejo de alpacas que confirmaron que la conducta de la empresa causó “sufrimiento, dolor y angustia que podría haberse evitado”.
Según explicó PETA en el informe, los turistas confirmaron que “un jefe” del fundo Mallkini estuvo presente durante el pro­ceso de esquila pero “no inter­vino o amonestó a los trabaja­dores por la antes mencionada manipulación de las alpacas”.
“Los que estaban allí nos con­taron que esta esquila la hacían como un show, como un espec­táculo”, dice María del Carmen Vigo, activista peruana de PETA.
En el video publicado por PETA se ve cómo las alpacas vo­mitan de miedo. Las cuatro patas de los animales son atadas a so­gas que, a su vez, se amarran a un sujetador de madera que estira las extremidades. En otra parte del video una alpaca es pisoteada.
El informe de PETA cita a la veterinaria Christine Capaldo: “Las alpacas jamás deberían ser levantadas de sus colas debido a la fuerza excesiva aplicada a los huesos, articulaciones y tejidos blandos. Podría causar disloca­ciones, fracturas y daño perma­nente y severo de nervios”.
Susan Brown, especialista en alpacas, precisa en el informe: “Pararse sobre el cuello de una alpaca que está luchando para sol­tarse es aterrador para el animal”.
“La esquila rápida y brusca dejó a algunas alpacas cortadas y sangrando con heridas pro­nunciadas en el torso, piernas y boca. El párpado de un animal parecía haber sido cortado. A al­gunos animales no se les sumi­nistraba analgésicos ni antes ni después de coserlos”, se lee en el informe de PETA.
El 31 de mayo la organiza­ción difundió los videos y foto­grafías. Marcas internacionales como Uniqlo, Marks & Spen- cer, Smith & Cauhey’s, Esprit, Overstock y Maison Numen se comprometieron con PETA a no vender productos con lana de alpaca. H&M y GAP anunciaron que rompían cualquier relación empresarial con Michell. “Personalmente me rompió el corazón ver el video. Nuestras mar­cas ya no usarán fibras provistas por el grupo Michell”, respon­dió en un correo electrónico una alta directiva de GAP a PETA.
FIBRA Y COMUNIDADES
“Lo que se puede ver del vi­deo es que hay momentos don­de se sale totalmente de la nor­ma técnica y se maltrata a los animales”, sostiene Christian Barrantes Bravo, director gene­ral de Ganadería del Ministerio de Agricultura.
Informe de la Procuraduría del Ministerio de Agricultura
confirma lo sucedido
Tras analizar las imágenes, el 5 de junio la Dirección de Ganadería envió un informe a la Procuraduría del Ministerio para que investigue el caso por tratarse de maltrato animal.
Katty Aquize Cáceres, pro­curadora pública del Ministerio de Agricultura, llegó a la misma conclusión que PETA.
“En el material fílmico y fo­tográfico se puede apreciar una práctica de esquila de alpaca completamente alejada de las Normas Técnicas Peruanas y de las buenas prácticas de esquila, lo que habría ocasionado daños a la integridad física a dichos espe­címenes”, escribió Aquize en un documento del 10 de junio. La procuraduría denunció el caso ante la Fiscalía de Azángaro.
El Grupo Michell no quiso dar su versión para este repor­taje. En un comunicado en sus redes, publicado a inicios de julio, dicen “rechazar que sean prácticas establecidas”. Y anun­ciaron que habían cursado una comunicación a PETA para “es­tablecer un diálogo sobre el par­ticular”.
Lo cierto es que el 1 de ju­nio Derek Michell, director del Grupo, escribió a PETA para conversar con ellos. Inmedia­tamente la organización aceptó la propuesta pero, según PETA, Michell no volvió a contestarles el correo. ▒▒



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