viernes, 18 de enero de 2019

LA COYUNTURA POLÍTICA EN EL PERÚ

LECTURAS INTERESANTES N° 869
LIMA PERU               18ENE19
MARE NOSTRUM
César Hildebrandt
E
Tomado de HILDEBRANDT EN SUS TRECE N° 428 18ENE19

l Perú es como una novela eterna, sin desenlace. La escribe un idiota, la co­rrige un basuriento, la edita un pirata, la tenemos que leer todos a la fuerza.
Y allí están sus capítulos: una capa sedimentaria de cientos de años de la misma vaina. Los mismos perdularios, los mis­mos cafichos, los mismos hipócritas, los mismos cuchés y hasta los mismos rabos suplicantes. Y las mismas monedas para los mismos fines.
CARLIN en LA REPÚBLICA 17ENE19
Allí está el juez que acepta que un prófugo, va­rias veces lavador de dinero y mafioso hasta la médula, le diga que el magistrado Concepción Carhuancho debe irse. Y sale el juez a decir que una indignada opinión de Concepción Carhuancho lo invalida para seguir viendo el caso de la matriarca Keiko Fujimori, la hija del ladrón y asesino que nos mató como país y que se limpió las partes más horrendas de su cuerpo con los generales y almi­rantes del acta de sujeción (¿verdad, Tubino?).
País tocado por la maldición, el mío. Mi Perú. Mi pesadilla. Mi legaña. Mi cólico miserere.
Cuando la limpieza cantaba victoria, cuando todo parecía encaminarse al lavado gástrico, aparece el tal César Sahuanay, con cara de portuario aventaja­do, y nos dice que Concepción Carhuancho se tiene que ir porque así se lo ha pedido Jaime Yoshiyama Tanaka, el del ojo crónico. Lo que no dice es que ya tiene pensado quiénes van a suceder a Concepción Carhuancho: una que sacó la cara por Fuerza Po­pular en el caso de la ONG Liberty Institute y otro que torpedeó el Caso Cócteles exigiendo plazos de investigación que no se podían cumplir. El oleaginoso Sahuanay sabe lo que hace. Su objetivo es la pusvalía, el triunfo final de la corrupción. Si Gonzá­lez Prada le apretara la cara, qué géiseres veríamos.
Es el mundo del que hablaba el diferen­temente hábil Carlos Tubino cuando dijo: “Con Keiko hasta el infierno”. Si para Sartre el infierno eran los otros, para Tubino el reino de Abadón son ellos mismos. Habrá que agradecerle la sinceridad. Y es cierto: el fujimorismo ha demos­trado ser el lugar sin ley donde arden las formalida­des de la democracia y se consumen en las insolen­cias del fuego la separación de poderes, el respeto por el prójimo, la sencilla decencia de quien no acepta el robo y la mentira como normas. Tubino es el autor de la más sintomática frase dicha por un fujimorista. Tubino no es un congresista: es un diagnóstico. Tubino es la lápida del partido que quiso refundar la señora que traicionó a su mami y se le torció a su apá y apuñaló a su hermanito.
Amor, amor que nos está pasando
La mafia está viva. Y los ingenuos su­pusimos que estaba en retroceso. ¡De ninguna manera! Porque la mafia, unida, jamás será vencida. Y allí están Rosita Bartra y Mauricio Mulder, em­parejados castamente, haciendo de las suyas. Y allí está el canal de Ernesto Schütz, el ladrón y prófugo con pasaporte suizo, reciclan­do la denuncia aprista sobre unas operaciones hechas en el 2006 por la empresa familiar de los Vizcarra. El canal del ladrón Schütz y el del rufián González, o sea el 9, se yerguen ahora en jueces retroactivos respecto de una operación que nada tiene que ver con el escándalo Odebrecht. Es la consigna del caquismo aprista: que todos hayan robado para que nadie haya robado. Es limpiarse con mierda.

Y mierda es la que, en metáfora viva, ha cir­culado por San Juan de Lurigancho, el distrito más grande de esta ciudad espantosa. Mierda simbólica, mierda navegante y democrática. Mierda de la improvisación, de la cutra alanista, de las obras mal hechas de Odebrecht y Graña y Montero. Mierda del caos que nos alienta, de la informalidad que nos enamora, de la mugre que nos conquista, de las instituciones que corrom­pemos. Mierda como mare nostrum.

CARLIN, LA REPUBLICA 18ENE19


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