MILEI, EL PERONISMO Y EL SUICIDIO DE LA IZQUIERDA ARGENTINA
Por Jorge Rendón
Vásquez
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l 10 de diciembre de 2023 Javier Milei asumió
la presidencia de la República Argentina. La había obtenido en la segunda
vuelta del 19 de noviembre de
ese año con el 55.65% de los votos frente al 44.35% de su opositor, el
peronista Sergio Massa, al que algunas encuestas daban por ganador.
En ese momento la economía argentina era un
desastre: la inflación de
2023 fue de 211,4%; el precio del dólar USA libre subía todos los días; la
economía decrecía; las nuevas inversiones casi habían desaparecido; y la pobreza
se extendía.
Esa hiperinflación se debía a las emisiones inorgánicas de dinero por
el Banco Central para que el Estado pudiera pagar sus egresos que los ingresos no
cubrían, egresos provocados, en su mayor parte, por una burocracia peronista
abundante que había sido entronizada en los organismos del Estado existentes y en
los creados para recibirla; y por los subsidios a los consumos de la población iguales
para todos: del gas, la gasolina, la electricidad, los pasajes, los alimentos, los
gastos médicos, las pensiones, trámites diversos, etc., etc. Todos los meses el
Ministerio de Economía pedía y recibía billetes impresos sin respaldo por
millones de millones de pesos para sus pagos. Obviamente, esta inflación
astronómica iba reduciendo, el poder adquisitivo de los salarios, sueldos y
pensiones. El Estado también se prestaba dinero del exterior que nunca tuvo la
intención de pagar. La deuda pública había llegado a unos 400,000 millones de
dólares.
Tan catastrófica situación era la consecuencia del modelo económico del Partido Peronista para mantenerse en el poder por elecciones más de treinta años. Se basaba en la idea de que dándole al pueblo billetes inorgánicos la mayoría de este seguiría retribuyéndole con sus votos, una idea con milenios de práctica cuyo fondo es muy simple: si a un grupo humano le das dinero o bienes sin pedirle nada a cambio te adorará mientras se los des y querra siempre más, pero si dejas de dárselos te odiará aunque te hayas quedado sin nada. Como en la Argentina, el Peronismo daba billetes que el gobierno hacía imprimir a raudales cada mes no llegaba al punto de ser odiado.
Con este procedimiento, el Partido Peronista en
el poder se convirtió en una casta con capacidad para dar y quitar.
En las elecciones de 2023, la reacción contra
tal política vino principalmente de las clases propietarias y, en su mayor
parte, de las llamadas clases medias, cuyo voto fue para Milei con la esperanza
de que este y su grupo erradicaran la catástrofe crónica que postraba a la
Argentina y crearan las condiciones para el relanzamiento del crecimiento
económico.
Milei y el conjunto de expertos del más elevado
nivel en el gobierno están cumpliendo lo que prometieron: han terminado con el
déficit presupuestario del Estado y con la emisión inorgánica de dinero; han
suprimido casi todos los subsidios; han estabilizado la cotización del dólar al
que liberaron de los cepos cambiarios; la inflación ha caído al 1.9% mensual y
se prevé que continuará su descenso; se están deshaciendo del personal estatal
excedente (la sociedad solo necesita el personal estrictamente indispensable para
la prestación de los servicios públicos); están promoviendo las inversiones;
han aumentado la seguridad, atacando la criminalidad.
No se espera, desde luego, que la inflación
desaparezca en seguida con las medidas adoptadas. La tendencia inflacionaria
continuará aún varios meses, puesto que hay todavía en circulación muchos pesos
emitidos antes de diciembre de 2023 que mantienen una tendencia a la elevación
de los precios. Regularmente la cantidad de moneda a emitirse por el Banco
Central solo debe equilibrar el crecimiento del PBI para facilitar la
adquisición de las nuevas mercancías creadas. La cantidad de dinero fiduciario
en circulación, dada la abstención del gobierno de Milei de emitir nueva
moneda, será equilibrada con un aumento de la producción de bienes y servicios,
es decir con un aumento de la oferta, incremento que estimulará la recuperación
de la confianza en el peso.
Complementariamente, la cotización del dólar y
de otras divisas extranjeras tenderá a estabilizarse cuando más personas ahorren
en pesos en lugar de comprar dólares. Erradicada la inflación y restituida la
confianza en el peso, es posible que más gente tienda a ahorrar en esta moneda
ante la devaluación al parecer inevitable del dólar.
El Peronismo, los grupos de izquierda y otros
se enfrentan al gobierno de Milei y a sus medidas económicas con
manifestaciones continuas en las calles y con su oposición en el Congreso de la
Nación, valiéndose de su mayoría obtenida antes de 2023. Los ataques a Milei del
Peronismo y sus aliados de la izquierda se centran en la calificación de
derechista. En el Congreso, tratan de echar abajo su plan económico, aprobando gastos
del Estado en pensiones y otros rubros que solo podrían financiarse con
emisiones inorgánicas de dinero, una actitud inconstitucional e irracional destinada
a ganar el apoyo de los sectores populares a los que se ofrecen esos egresos.
Esas decisiones del Congreso son inconstitucionales porque infrinjen el
artículo 4º de la Constitución que dispone: “El Gobierno federal provee a los
gastos de la Nación con los fondos del Tesoro nacional formado del producto de
derechos de importación y exportación, de la venta o locación de tierras de
propiedad nacional, de la renta de Correos, de las demás contribuciones que
equitativa y proporcionalmente a la población imponga el Congreso General, y de
los empréstitos y operaciones de crédito que decrete el mismo Congreso para
urgencias de la Nación o para empresas de utilidad nacional.” En otrOs términos,
los gastos deben ser financiados con los ingresos, lo que implica que las leyes
que infrinjan esta disposición son nulas. “Corresponde a la Corte Suprema y a
los tribunales inferiores de la Nación, el conocimiento y decisión de todas las
causas que versen sobre los puntos regidos por la Constitución” (Const., art.
116º).
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| Che Perón |
El Peronismo ya ha cantado victoria, apoyándose en el resultado de las
elecciones de setiembre de este año para representantes congresales de la
provincia de Buenos Aires, en las que obtuvo el 47% de los votos frente al 34%
de los votos por La Libertad Avanza, el partido de Milei.
En realidad, el Peronismo conserva su mayoría en esa provincia con un
porcentaje algo mayor al obtenido en las elecciones de 2023: 44.94%. Ese año, La
Libertad Avanza de Milei obtuvo el 26.61%, menos de lo alcanzado en setiembre
del presente año.
Lo sucedido en la provincia de Buenos Aires ha suscitado en algunos
grupos capitalistas cierta desazón ante la hipótesis, propuesta por algunos
periodistas, de que el Peronismo pueda alcanzar la mayoría en las elecciones
legislativas de octubre próximo.
Esta hipótesis no pasa, sin embargo, de ser eso, puesto que es posible
que la gran mayoría de ciudadanos argentinos, “las personas de bien” a las que
alude Milei, sigan apoyandolo con objetividad y confianza para continuar
caminando hacia una Argentina estable y rica, dejando en minoría al Peronismo y
a los grupos de la llamada izquierda a quienes no les interesa superar el
descalabro económico y presupuestario que ellos promovieron tan bien con la fórmula,
que reproducen sus propuestas y actos en el Congreso, consistente en la emisión
de dinero inorgánico. Y no pueden tener otra propuesta, porque la única manera
de darle a la Argentina estabilidad y crecimiento económico es con las
medidas que Milei y su grupo están
poniendo en práctica desde el gobierno.
Que el Peronismo se aferre a esa manera de proceder es explicable por
su base social: los sectores de la burguesía, pequeña burguesía y determinados
grupos de trabajadores y sus dirigentes que han aprovechado el ejercicio del
poder en beneficio personal y de sus allegados.
En este juego, los grupos de izquierda solo cuentan para el Peronismo como
aliados (tontos) útiles. Estos grupos tampoco tienen un proyecto viable para la
economía argentina, ni les ha sido necesario tenerlo a tono con sus concepciones
distópicas. No han podido ver que el capitalismo tiene aún mucho camino por
recorrer y que la producción, el mercado y los consumidores son una realidad de
todos los días, en la que ellos también viven.
Lo coherente con la necesidad de terminar el camino emprendido por
Milei para dejar atrás la inflación y otros males correlativos de la Argentina
es dejarlo actuar, porque no hay otras fórmulas que las suyas. Las
contradicciones de la sociedad no desaparecerán por eso, pero entonces surgirán
otros modos de resolverlas.
El papel de furgón de cola que los grupos de izquierda están jugando
es una manera de optar por el suicidio político y desaparecer finalmente de la
escena.
(Comentos,
22/9/2025)


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