viernes, 14 de abril de 2017

LECTURAS INTERESANTES Nº 753 HILDEBRANDT

LECTURAS INTERESANTES Nº 753
LIMA PERU            14 ABRIL 2017
VENGANZA
César Hildebrandt
Tomado de “HILDEBRANDT EN  SUS TRECE” N°, 14ABR17, p.12
A
 mí me fascinan los burros. Los oigo hablar y digo: qué aburrida sería la vida sin ellos.
Y mi vida nada tiene de aburrida porque escucho la radio, que en el Perú es una con­centración cuántica de la estupi­dez y una representación cabal de nuestra decadencia intelectual.
Pobres chicos los de ahora que creen que el Congreso siempre fue el establo que es hoy y que la tele­visión fue toda la vida un basurero. Pobres chicos los que pueden creer que la radio fue siempre este ultra­je al idioma, esta manera meliflua de ser sobón, este puterío de voces reclutadas por el billete negro.
No, chicos. El Congreso fue algu­na vez un lugar donde la inteligecia se reunía, la erudición se ponía a discutir, la buena oratoria com­petía. Muchos congresistas de hoy no habrían servido ni para cargarle el maletín al senador Raúl Porras. O al diputado Andrés Townsend. Y ni siquiera a Celestino Manchego Muñoz, el huancavelicano que tan­to hizo por el tren macho.
Nuestro país es inexplicable, pero a veces el bombillo se nos enciende y tenemos la intuición de alguna respuesta. He llegado a creer que lo que sucede en el Perú es que los im­béciles se están vengando. Tantos años de desprecio han terminado en esta masacre de la cultura. Una tribu innumerable de atilas mal hablados ha tomado el país en un golpe de estado silencioso y ha ocu­pado el escenario. De modo que en el sitio donde hablaba Valle Riestra hoy farfulla Bienvenido Ramírez. Y donde escribía Abelardo Oquendo hoy lo hace algún Perencejo sin concordancias de género o número. Y donde estaba Ricardo González Vigil hoy habla y recomienda Clara Elvira Ospina, a quien no le parece mal que las chicas lean a Federico Moccia o Jojo Moyes.
La venganza de los imbéciles está en plena marcha. Su organiza­do ejército ha vencido en todas las batallas que ha librado. Uno de sus grandes triunfos es haber logrado que el promedio de lectura de los peruanos, según la Dirección del Libro y la Lectura del Ministerio de Cultura, sea de 0,86 libros por año.
O sea que el país que se jac­ta de marchar hacia la OCDE con paso de atleta tiene una población mayoritaria de analfabetos funcio­nales: menos de un libro anual por habitante. Y esto que hablamos del espejismo estadístico: el 65% de los encuestados dice sencillamente que no se acerca a los libros.
En este país que tuvo a Ventu­ra García Calderón y a Chabuca Granda hoy nos resignamos a que una música digna de babuinos, decorada por traseros con vista al zoom de la cámara, llene las pan­tallas de la sucia televisión que au­torizamos. Somos capaces de decir que “Asu mare” es una gran pelí­cula y nos enorgullecemos de venir de una cultura grandiosa cuando lo único que sabemos de ella es que la empresa Perurail nos lleva a Machu Picchu desde Aguas Calientes.
Los imbéciles se han hecho po­derosamente invencibles. Son pro­tagonistas en los medios de comu­nicación, en las instituciones, en los partidos políticos. Donde alguna vez estuvo Manuel Pardo y su educador civilismo hoy están Keiko o PPK expresando la deriva de prin­cipios que padece el conservaduris­mo nativo. La izquierda ha pasado por el mismo proceso desmoralizador: el sitio de José Carlos Mariátegui sigue vacío y en su nombre un imbécil armado como Abimael Guzmán hizo posible la construcción del fujimorismo. Hasta en la banalidad y el entretenimiento hemos retrocedido leguas: donde hubo un Augusto Ferrando hoy hay un Chibolín. Y las plazas que ocuparon Delgado Parker o Nicanor González hoy aspira a tenerlas Higinio Capuñay, el cumbiambero. La venganza de los imbéciles será, absoluta.


En OTORONGO 14ABR17

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