UN HÉROE POPULAR
Escribe: Antonio Zapata
Se cumple el centenario de la gesta del mayor EP Teodomiro
Gutiérrez, conocido como Rumi Maqui, “Mano de Piedra”. Es una figura intrigante
porque desapareció luego de conducir una rebelión indígena en Puno y se perdió
su rastro. Un militar singular, lideró multitudes y se evaporó.
Pocas semanas atrás, la Universidad del Pacífico celebró un
evento para recordar al mayor Gutiérrez. En las siguientes líneas, que le debo
a Luis Torrejón, sintetizo las novedades sobre su vida.
Para empezar, había sido breñero y acompañado al general
Cáceres en la resistencia nacional. Luego, aparece integrando la lista de
“indefinidos”, oficiales que carecían de puesto pero que recibían una pequeña
paga. Los indefinidos habían aumentado luego de la reforma de Piérola y la
profesionalización del Ejército. Solo los egresados de la Escuela de Chorrillos
tenían colocación, los antiguos eran indefinidos.
Pero el mayor Gutiérrez tenía contactos y fue nombrado
subprefecto en varios pueblos andinos; su informe sobre Huancayo ha sido
publicado por Carlos Contreras y es revelador de una postura en favor de la
asociación Pro Indígena.
El año 1912 es crucial en su vida puesto que apoyó a
Billinghurst, formando instituciones de militares partidarios de terminar con
la República Aristocrática. En efecto, ese año fueron las elecciones que perdió
el civilismo y obligaron al Congreso a elegir como presidente a
Billinghurst.
Es más, en el famoso mitin de “pan grande”, cuando se reunió
una enorme manifestación, Gutiérrez acompañó en el estrado a Billinghurst e
incluso hizo uso de la palabra, revelando su importancia en la organización de
este caudillo popular.
El nuevo gobierno lo nombró para investigar los sucesos de
Puno. Las haciendas se habían expandido porque el negocio lanero era bastante
lucrativo. Ese crecimiento se había efectuado a costa de tierras de comunidad y
por ello, periódicamente, había revueltas y masacres.
Ante esto, Billinghurst nombró una comisión presidida por
Gutiérrez, pero su gestión fue muy resistida por los gamonales, que lo
combatieron sin desmayo. A continuación, el mandatario fue derrocado, Gutiérrez
quedó sin piso y fue víctima de una tenaz persecución por parte del poder
terrateniente.
Se escondió y durante 1915 preparó un levantamiento en
Azángaro y Huancané. Habría estallado en forma prematura, porque no tuvo un
gran alcance, no obstante que el líder adoptó el título de “Rumi Maqui” y se
proclamó general del estado federal del Tawantinsuyu.
El año anterior, se había convertido al metodismo,
ingresando formalmente a esta iglesia con un discurso que impresiona por sus
figuras bíblicas de lucha moral contra la corrupción del ser humano.
El gobierno envió tropas para enfrentar la rebelión, entre
sus oficiales se encontraba Luis Sánchez Cerro, futuro presidente del país. Los
indígenas fueron batidos con facilidad, Gutiérrez fue capturado y conducido a
Arequipa para ser juzgado. Ahí se perdió. Unos dicen que lo mataron en la
cárcel, otros que le abrieron la puerta para que escape.
Desde entonces, la historia es confusa. Algunos lo
encuentran realizando un periplo por comunidades andinas de Bolivia, previa
estadía en Chile. Otras versiones lo sitúan en Madre de Dios como colono. Las
noticias son vagas y dependen de fuentes orales, alguien contó haberlo
visto.
Por su parte, la familia habría cobrado el sueldo del mayor
luego que el mismo Sánchez Cerro concediera este derecho. Hasta que, en cierto
momento, una hija escribió que habiendo muerto su padre debía cesar este pago.
El expediente militar de Gutiérrez es bastante rico y ha sido trabajado
extensamente por el historiador Luis Bustamante, quien escribió su tesis y ha
seguido investigando el tema.
Su misterioso final ha opacado el balance de su trayectoria.
Pero me parece un militar anti-oligárquico que anticipa la postura que luego
concretó Velasco. La llave de su vida habría sido la alianza militar-campesina
en clave revolucionaria y religiosa.
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