La Fiesta de la Cruz
Escribe : Guillermo Vásquez Cuentas
Especial para minirevista ALASITA
Alasita,
cómprame
En
muchas ciudades peruanas y bolivianas ubicadas en el amplio ámbito aymara de la
meseta del Collao y en diversas fechas del calendario gregoriano, se celebra la
feria de “Alasitas”, aunque en buena parte de los casos –como en la
ciudad de Puno- se ha hecho coincidir esa fiesta con la Fiesta de la Santa
Cruz, el 3 de mayo de todos los años.
El “personaje” central de “las Alasitas” es el
idealizado “equecco”, “eqecco” o ekkecco (de alguna forma hay que
escribirlo) cuya pequeña imagen en bulto, de no más de 30 centímetros,
representa a un hombrecillo retaco y regordete, de tez blanca –más española que
mestiza- y negrísimos bigotitos y cejas, que por lo general, viste pantalón
pegado, camisa con chalequito, chullo colorido y ojotas devoradoras de las
grandes distancias collavinas. El ekkecco anda siempre cargado a más no poder,
de buen número de bastimentos, vituallas y diversidad de objetos útiles a una
existencia despreocupada por lo necesario; por ello, en el mundo mágico
religioso de los aymaras, es tenido como el propiciador de la abundancia de
medios que todos desearían alcanzar en la vida..
Para
atender la demanda siempre creciente de suplementos (y complementos) destinados
a mantener e incrementar la calidad y la cantidad de los objetos que componían
la carga habitual de los ekkeccos, el ingenio y el arte popular del hombre del
altiplano se orientaron al trabajo y fabrica de una diversidad cada vez mayor
de objetos en miniatura, que con el tiempo, excedieron largamente esa demanda
inicial, rebasándola y ampliándola hacia otros temas de la vivencia cotidiana
en cuanto a la satisfacción de necesidades materiales, siempre bajo el signo
recurrente de la miniaturización. ¿El mercado?: Las ferias de “las Alasitas”.
Ekkecco,
¿Tunupa?
Hay
una fuerte tendencia histórico-explicativa que sostiene que el ekkecco es la
representación de Tunupa o Tonapa, quien según datos registrados por varios
cronistas de la historia, fue un hombre blanco y barbudo, es decir caucásico,
que estuvo algún tiempo viviendo entre los primeros habitantes del Collao,
predicando y haciendo milagros. Pachacuti Yamqui... (Relación de
Antigüedades... 1993 [c 1609?]: 188 a 193) dice al respecto: "Este
varón dicen que andando predicando llegó a los Andes de Caravaya, y en ella hizo
una cruz muy grande, y los trajo por sus ombros, asta ponerles en un cerro
de Carapucu (Carabuco), en donde les predicó dando grandes bozes,
echando lágrimas". Pese a que fue salvajemente muerto por los antiguos
collavinos, terminó por convertirse en una de las muchas deidades de los
aymaras.
En
base a esos datos se deduce que el ekkecco y su indisoluble relación con la
fiesta de la Santa Cruz, vienen a ser un
producto cultural –como tantos otros- del proceso de la indigenización de lo
español o si se quiere, de la aymarización del cristianismo.
Porque
hay que tener muy en cuenta que los aymaras, así como todas naciones y etnias
del antiguo Perú, si bien tuvieron que aceptar la cristianización de su espacio
vital, tanto natural como sobrenatural, no admitieron la sustitución de su
propio mundo sagrado, sino que la concibieron y aplicaron como una forma de
integración o fusión de las manifestaciones de ese su mundo con elementos o
manifestaciones de la cultura occidental traída por los españoles. Para poner
un ejemplo muy puntual, diremos que aceptaron poner cruces en los techos de las
casas al momento de estrenarlas o inaugurarlas, pero agregaron a la cruz varios
elementos propios de su mundo mágico religioso, como la culebra, símbolo del
rayo o deidad “Illapa”. Este mismo fenómeno de transculturación, mixtificación,
amalgama cultural o como se llame según la teoría que se maneje, se hace
patente en el caso del ekkeco y la compra-venta de miniaturas en la Fiesta de
la Santa Cruz que, como se dijo, se celebra en muchos pueblos del altiplano.
Orígenes
de la Fiesta
A
mediados del siglo XVI en Europa ya existía la “fiesta de la Cruz” o del
“Descubrimiento de la Cruz” que se celebraba el 3 de mayo. En España, al
generalizarse esa fiesta, “en muchos puntos del país, los “mayos” o árboles
y varales de mayo de las plazuelas y caminos habían sido substituidos por la
cruz, que se festeja ese día” (N. Maldonado: “La religiosidad popular de
España”. 1975: 36)
En
una de las primeras monografías publicadas sobre los aymaras, el etnólogo
inglés David Forbes, señaló en 1870 que la Iglesia, después de la conquista,
introdujo en su calendario festivo algunas fiestas nuevas, aparentemente para
sustituir fiestas autóctonas: "Este parece ser el caso con la 'Fiesta
de la Cruz', celebrada en La Paz en los días 3 y siguientes de Mayo”,
afirmó. En sus inicios –aporta Alfonsina
Barrionuevo (Los Dioses...111)- el culto al ekkecco se mantuvo en secreto hasta
que en el siglo XVII se mostraron públicamente imágenes de él en la misa que
mandaron a hacer los fundadores de La Paz a principios de dicho siglo.
Desde esos ya
lejanos tiempos, la fiesta de la Cruz, en el marco de la urdimbre cultural
Aymara-española, se ha hecho popular y se la celebra anualmente en todas las
regiones del mundo aymara. Muchas informaciones indican que su celebración
tiene su origen en la zona aymara de Carabuco, en la actual Bolivia, lugar en
el que, según la historia relatada muy
detalladamente por el cronista de Copacabana, Ramos Gavilán (Sanz, Rafael,
1867. Cap XXVII a XXX) se encuentra la conocida Santa Cruz de Carabuco, después
de haber sido llevada hasta allí desde el Titicaca en donde la dejó Tunapa, su
creador.
No
es posible establecer aún desde cuándo en la ciudad de Puno se celebra el “cruz
velacuy” o la fiesta de la Cruz, en la que se abre paso el ekkecco y su
apasionante mundo de miniaturas. Sí sabemos que la tradición es muy fuerte y de
eso da cuenta el anecdótico hecho ocurrido hace algunas décadas en la comunidad
de Chinchera en Chucuito, Puno, cuando los sacerdotes Maryknoll intentaron
intensa pero vanamente poner fin a la celebración de la Fiesta de la Santa Cruz
bajo el argumento, aparentemente erróneo, de que ella no formaba parte del
calendario católico romano oficial.
Del
Aymorai a la fiesta de la Cruz
Forbes,
antes citado, sostiene que esta fiesta de la Cruz "es evidentemente
sólo un reemplazo de la gran fiesta llamada Aimoray que los Indios
celebraban en este mes antes de la llegada de los españoles". Esta
fiesta de mayo fue, claramente, una fiesta de los primeros frutos y de la
abundancia, expresada ésta con el mismo nombre de la fiesta. Bertonio
(Vocabulario...1612, II: 28) dice: "Aymuratha:
Henchir el costal hasta la boca y es una hanega" y "Aymura: Vn
costal lleno" (id. Il: 29). El cronista agustino Antonio de la
Calancha (Crónica Moralizada...1976 [1638]: 851) presenta esta fiesta de la
siguiente manera: "El sexto mes se llama Hatuncuzcu i
Aymoray,
que corresponden a Mayo, sacrificavan cien carneros de todas
colores, i aziase el festín desde sus sementeras asta sus casas, cantando i
pidiendo a los ídolos les conservase las comidas, i multiplicase los bienes, i
azen una pequeña troje donde ponen del maiz o semilla mejor para su ídolo
Mamaçora, i lo adornan con cunbi, es de gran nombre la fiesta del Almoray".
La Fiesta de la Santa Cruz y las “Alasitas”, (incluida,
desde luego, la poderosa atracción de las “chiquiticosas”) tan caras a las
experiencias de niñez de los puneños de todos los tiempos y de muchos lugares
del departamento de Puno, constituyen ahora parte imprescindible del conjunto
de valores que componen la dimensión cultural antropológica de la puneñidad.
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Puneños ladrones dehen de robar patrimonio ajeno
ResponderEliminarMecos ladrones las alasitas son de Bolivia🇧🇴🇧🇴🇧🇴👍🇵🇪🖕👎👎👎 bolivia arriba
ResponderEliminarquédate con tus alasitas chenque de mrd maricuete
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