RECORDANDO A
CARLOS
CORNEJO ROSELLÒ VIZCARDO
Tomado de la revista BRISAS, setiembre 2025
Carlos Cornejo-Roselló
Vizcardo, nació en Azángaro el 27 de Julio de 1919. Fue hijo de Ismael Cornejo Roselló
y nieto de Ismael Cornejo Calle y María Eudocia Rosello Contreras. Ex carolino,
se graduó como Médico Cirujano en Santiago de Chile, en 1947. Inició su
fructífera carrera administrativa como Médico Titular de la provincia de
Azángaro, hasta llegar al alto cargo de Director Regional de la Región
Sud-Altiplánica de Salud.
En el campo cultural ha
tenido descollante actuación. Siempre hizo gala de su gran identificación con
los valores y manifestaciones culturales de Puno, en cuyo campo incursionó con
profunda inspiración y cariño al extremo de arriesgar sus medios e invertirlos
para la promoción y difusión de las danzas que las practicaba con mucho
entusiasmo y mística.
Superando críticas
adversas de la huachafería citadina de entonces, bailaba en calles y plazas
dando ejemplo de amor a lo auténtico, a lo nuestro, a lo que debe
enorgullecemos. Era pandillero por excelencia, pues por muchos años fue
integrante destacado de la “Lira Puno" y bastonero de su conjunto
carnavalero.
Su participación medular
en la fundación de las Agrupación Puno de Arte Folclórico y Teatro APAFIT en
julio de 1961, están descritas con suficiente detalle en el artículo que
publicó sobre este tema.
Como bien dijo Hernán en
una entrevista, la aparición de APAFIT en el ambiente cultural puneño
“… modeló casi una revolución y un despertar. Por primera vez los señores
puneños, profesionales, médicos e inclusive hacendados y terratenientes se
vistieron con la vestimenta de los indígenas y danzaron descalzos y además le
otorgaron, con talento y creatividad, sentido coreográfico y argumental a la
danza folclórica en Puno”.
APAFIT, representó para Carlos
Cornejo Rosello una de las más grandes preocupaciones que tuvo en toda su
existencia. Allí volcó, sus inquietudes de puneño recio pero querendón que, en
amalgama con su natural inclinación creativa y recreativa, produjo esa
maravillosa unión de la plástica corporal con los ritmos altiplánicos, en
tantas estampas coreográficas que aún hoy, toda vez que se trata de danzas de
Puno, no pueden prescindir de la impronta de su habilidad, de su intuición, de
su genio, siempre alimentado por su profundo amor al terruño.
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| Lima 1962 |
APAFIT dirigida por Cornejo Roselló, integró la memorable Embajada Folclórica de Puno en 1962. El Centro Musical Teodoro Valcárcel que cumplía la parte musical en el conjunto de la delegación visitante, estuvo dirigida por el músico puneño de reconocido renombre, Virgilio Palacios Ortega.
De esa visita el mismo
Carlos Cornejo Roselló, dice entre otras cosas:
“Actuamos quince veces en el Teatro Municipal
Manuel A. Segura, todas con lleno impresionante. Visitamos en Palacio a la
Junta Militar de Gobierno, tuvimos dos actuaciones en Radio Nacional y dos por
televisión. Dimos una función matinal en las Universidad Nacional de Ingeniería
a la que fue invitado el conjunto ruso Bieriozka, que concurrió en pleno y, al
finalizar el espectáculo, asistió a nuestros camarines portando la más cálida
felicitación y emitiendo opiniones sobre el arte kolla que, por venir de técnicos
de esa talla, nos honran y nos afirman en la idea que tenemos sobre la calidad
y las posibilidades que tiene el arte popular puneño. Nuestra actuación en Lima
ha concitado la atención de un selectísimo grupo de críticos y escritores y de
toda la prensa escrita y hablada que se ha expresado en forma unánimemente
elogiosa, ha reconocido el valor artístico de nuestro acervo, la calidad de la
delegación que lo ha demostrado y la importancia y significación del trabajo
que estamos realizando”.
Como una de las secuelas
de esa histórica visita a esta Capital, en carta fechada en Lima, el 5 de Setiembre de 1962, el gran José
María Arguedas le dice a Carlos Cornejo-Rosellò, lo siguiente, en unos párrafos textualmente extractados:
“Anoche, en
una reunión de intelectuales y de ciertas personas muy vinculadas con las
familias importantes de Lima, las funciones que Uds. ofrecieron en Lima fue un
tema casi dominante… Ha causado vuestra visita a Lima una verdadera conmoción
que yo haré constar en mi próximo artículo… Le ruego queridísimo y respetado
amigo, que los miembros de la “Agrupación Puno de Arte Folklórico y
Teatro" crean que soy una persona sin vanidad… El Arquitecto Luis Miró
Quesada me decía anoche que pocas veces vio bailarines tan majestuosos como los
Diablos Caporales. Le dije que uno de ellos era Ud. y se quedó estupefacto.
Habemos hombres no indios que
sentimos, admiramos y amamos lo indio profundamente y que podemos por eso
interpretar el arte indígena con propiedad; así lo hicieron ustedes… Mi
admiración y respeto para la Agrupación y para Ud. José María Arguedas.
Muchas promociones de
integrantes de la APAFIT jamás podrán olvidar su severa maestría como Director
de Danzas, su cariño por los danzarines y su eterna preocupación por mantener
la calidad que ha hecho de la APAFIT la más grande escuela de danzas puneñas
exhibidas o presentadas en teatros y otros escenarios afines, en todos los
tiempos.
Los puneños no somos
precisamente, seres dados al reconocimiento de los méritos ni de los esfuerzos
ajenos y en éste sentido Carlos Cornejo Rosellò sufrió en carne propia todo
tipo de incomprensiones, que con distinta intensidad venían de propios y
extraños. Por eso su nombre no ha sido colocado hasta hoy en el lugar que le
corresponde en la memoria colectiva del pueblo puneño. Las generaciones
venideras de puneños deberán reivindicarlo.
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| La carta de José María Arguedas |
Carlos Cornejo Rosellò Vizcardo, falleció el 12 de agosto de 1979 en Lima. Sus restos fueron trasladados a Arequipa, donde descansan. En su lápida debiera figurar la advertencia: “Vivió y murió por el arte popular coreográfico puneño".
Con amor filial, los
hermanos Ismael (cuya ausencia lamentamos profundamente) y Hernán Cornejo
Rosellò Dianderas, publicaron el folleto “Carlos Renato Cornejo-Roselló
Vizcardo o la personificación de la voluntad”, en el que se consignan datos de
alto interés sobre la vida del padre de ambos autores, que son al mismo tiempo
datos sobre una etapa de la época de oro del arte popular coreográfico puneño.
Casi 40 páginas ahítas de
historia cultural, siguiendo el hilo existencial del médico que, mientras
cumplía inmensa labor social a favor de las masas indígenas del departamento de
Puno, buscaba y encontraba tiempo para forjar un movimiento dancístico y
musical que perdura hasta nuestros días.
Discursos del “coro
Cornejo” como lo conocía el pueblo; anécdotas y relatos sobre su esforzada
existencia atravesada de medio a medio por su intenso amor a Puno; los avatares
en los éxitos conseguidos en su labor de médico rural y creativo director de
danzas puneñas; sus preocupaciones y sus frustraciones, están escritos,
documentados en lo que yo llamaría histórico folleto.
Quienes por los
avatares del destino hemos tenido el privilegio de estar a su lado en el
trabajo cultural e institucional, estamos orgullosos de haber gozado de su
amistad. <>



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