LE PIDE QUE
SE VAYA
César Hildebrandt
Tomado
de HILDEBRANDT EN SUS TRECE Nº 625, 3MAR23
L |
a derecha peruana idolatra a los Estados Unidos de
América, sueña con que sus hijos estudien en esas tierras de promesa y
libertad, compra depas en La Florida, cumple el rito pedagógico de llevar a sus
niños a Disneylandia, se traga, con palomitas y todo, las aventuras mecatrónicas
de Hollywood y, si puede, sueña en inglés y en tecnicolor.
La derecha peruana es yanqui por adopción y haría
de marine si fuera necesario. Por eso es que Estados Unidos nos ve como
un socio menor siempre leal, un cachorro que apenas come y ladra poco en el
patio trasero (PPK dixit).
Brian Nichols |
La derecha peruana amó a Leguía, que le abrió las
puertas y todo lo abrible a los Estados Unidos. Y reverenció a Manuel Prado,
que ordenó que en el pabellón checoslovaco de la Feria del Pacífico de Lima se
suprimiera la palabra “socialista” que definía a aquella república. El pobre
Prado, hijito del traidor y premiado dos veces con la presidencia, no tenía
idea de que en Praga en ese tiempo -comienzos de los años 60- ya se cocinaba la
conjura liberal que minaría, poco a poco, el imperio soviético de la Europa
oriental.
La derecha peruana sueña con Puerto Rico, esa isla
binaria que no sabe si hablar en inglés o pedir en castellano cada vez que una
desgracia le recuerda su papel de pariente ninguneado. Y no olvidemos los
ancestros: hay documentos que prueban que, en plena ocupación chilena del Perú,
Francisco García Calderón, que hacía de presidente consentido por el virrey Lynch,
le prometió al embajador de los Estados Unidos la cesión permanente de Chimbote
para que la gringada construyera allí una base militar.
Pues bien, Washington acaba de decirles a estos
súbditos del Pacífico sur que Dina Boluarte debe irse lo más pronto que se pueda.
En efecto, Brian Nichols, subsecretario de Estado
para asuntos del hemisferio occidental, ha condenado el intento de golpe de
Pedro Castillo, ha calificado como frágil la democracia del Perú, ha recordado
que la administración Biden monitorea la situación peruana y ha respaldado
abiertamente el adelanto de elecciones. Nichols ha sido explícito: “Esperamos
que la presidenta Boluarte y el Congreso puedan llegar a un acuerdo para
anticipar las elecciones y que los peruanos puedan confiar en la democracia”.
Nichols no es cualquier funcionario. Es el personaje
que más sabe de Latinoamérica en la administración Biden y conoce muy bien el
Perú, donde fue cónsul, en 1989, y más tarde embajador (del 2014 al 2017).
Entre sus medallas está la Orden del Sol otorgada por nuestra cancillería.
En suma, se trata de un experto que sabe de qué habla
y por qué se lanza ahora a decir algo tan drástico. La nueva embajadora
estadounidense en Lima debe haberle informado, con encuestas en la mano, qué le
espera al Perú si Dina Boluarte sigue cumpliendo el papel de sanguijuela que
tanto le place cumplir.
De Juli a Lima para seguir la lucha |
Estados Unidos lo sabe y lo ha dicho a través del
vocero más calificado de su cancillería.
La derecha ha tratado de minimizar el asunto, de
ocultarlo, de neutralizarlo con versiones desvaídas. Y hay brutos y achorados
que a estas alturas hablan de “la dignidad y la soberanía de las naciones”.
¡Ellos, que rematarían el Perú con martillero y todo si pudieran!
Antes, este columnista sostenía que la señora
Boluarte debía renunciar. Ahora digo que tiene que largarse. Eso es lo que le
han susurrado, al fin y al cabo y despojándonos de modales diplomáticos, en
Washington. La señora Boluarte es insostenible y hasta los que intentaron
protegerla activamente empiezan a decírselo abiertamente. Mientras tanto, la
señora camina no se sabe dónde con rumbo a ninguna parte. Y el pobre Otárola
recién se da cuenta de que es el segundo de nadie. ▒▒
Chillico, siempre mordaz |
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