ESTO ES EL
FUJIMORISMO
Por Francisco Miró Quesada Rada
El Comercio / Jueves 09 de octubre del 2014
El fujimorismo no es una ideología explícita,
porque no la tiene. Es, más bien, una forma de hacer política en que se mezclan
caudillismo, populismo, clientelismo y abuso del poder. Esta es la definición
exacta, producto de la realidad, en la que encontramos hechos entre los que
podemos mencionar algunos.
La violación de la Constitución que nos regía
cuando el 5 de abril de 1992 Alberto Fujimori, apoyado por las Fuerzas Armadas,
dio un golpe desde Palacio. Luego, trasladó su residencia al Cuartel General del
Ejército y fueron disueltos el Congreso, el Tribunal de Garantías
Constitucionales, el Consejo Nacional de la Magistratura, los gobiernos
regionales; mientras que la Controlaría y la Procuraduría General de la Nación
fueron intervenidos por los militares. Por tres días ocupó los medios de
comunicación, luego se arrepintió de esta intervención directa, pero se dio
maña para controlarlos creando periódicos a su servicio. Corrompió a algunos
propietarios de estos medios, estrategia que luego aplicó a los congresistas.
Destituyó a los integrantes de la Corte Suprema y cesó a 150 jueces. Depuso a
los miembros del Jurado Nacional de Elecciones y al Directorio del Banco
Central de Reserva. Para reemplazar a estos funcionarios, el Servicio de
Inteligencia Nacional (SIN), controlado por Vladimiro Montesinos, proporcionó
los nombres de las personas dispuestas a someterse, sin dudas ni murmuraciones,
a las órdenes del Ejecutivo. Para impedir que estas medidas fueran
cuestionadas, se modificaron los recursos de amparo y de hábeas corpus.
Los locales partidarios y sindicales fueron ocupados por los militares, quienes no encontraron oposición. Los presidentes de las cámaras legislativas sufrieron arresto domiciliario. Periodistas, dirigentes políticos y sindicales fueron encarcelados, además se violaron los derechos humanos en los casos de La Cantuta y Barrios Altos, los hechos más significativos, entre otros. Calumnió a través de una serie de periódicos chicha a sus adversarios y además los chuponeó. Impidió a través de dos leyes que se realizara el referéndum en contra de su ilegal reelección. Hizo fraude en las elecciones del 2000. Creó un sistema de corrupción en las diversas instancias del Estado. Promulgó una ley cortándole las rentas a la Municipalidad Metropolitana de Lima. Luego, cuando no pudo mantenerse en el poder y huyó a Japón, renunció a la presidencia por fax.
Cuando el general Ketín Vidal capturó a Abimael
Guzmán, Fujimori en lugar de mantenerlo en el cargo y condecorarlo, lo trasladó
a la Inspectoría General de la Policía e hizo pura demagogia manipulándola
mediáticamente a su favor. Él desconocía la estrategia de Vidal para capturar
al feroz terrorista y su banda.
El fujimorismo es eso: una dictadura corrupta
mezcla de ladronería con violación de los derechos humanos. Sucede que el
fujimorismo ahora compite en los procesos electorales como si nada de lo
anterior hubiese pasado. El neofujimorismo no ha deslindado, porque no lo puede
hacer, con los delitos cometidos por Fujimori y Montesinos, dupla que funcionó
al unísono: por eso se les califica de fujimontesinismo.
El fujimorismo vigente es la continuación del
fujimorismo original. Tiene a sus defensores que pretenden borrar con una mano
lo que se hizo con la otra, intentando tergiversar la realidad. No hay deslinde
como se ha señalado, no hay disculpas ni se ha pedido perdón por los daños que
le han causado al Perú.<>
No hay comentarios:
Publicar un comentario