lunes, 23 de marzo de 2020

A PROPÓSITO DEL CORONAVIRUS II


PUEBLOS INDÍGENAS, CORONAVIRUS, Y LA HIPOCRESÍA OCCIDENTALIZADA
POR OLLANTAY ITZAMNA 03/19/2020

Para la modernidad, el genocidio y/o pandemia es tal sólo, si sólo sí, las víctimas son blancos, machos, europeos u occidentalizados. Dura radiografía constitutiva de la modernidad ciega.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), al 18/03/20, había en el mundo 200 mil personas contagiadas por COVID-19, y más de 8 mil fallecidos producto de esta pandemia, desde que se registró el virus.
Según la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), al día mueren por desnutrición 8,500 niños menores de cinco años en el mundo. En 2017 murieron 6,3 millones de niños menores de quince años por esta u otras causas. ¡Cada 5 segundos muere un niño en el mundo por desnutrición!

¿Por qué la desnutrición infantil no es declarada pandemia mundial?
La totalidad de los niños fallecidos por desnutrición son de familias empobrecidas, de familias indígenas o campesinas, en especial en el área rural. En el caso de las víctimas de COVID-19, son en su mayoría adultos o adultos mayores, blancos, de ciudades, en especial de ciudades modernas/desarrolladas. Incluido el Presidente del Banco Santander. Incluso, 26 curas en Italia.
¿Será que para la ONU, y la moderna comunidad internacional, las y los 8.5 millones de niños que diariamente mueren por desnutrición no son humanos, o son menos humanos que los europeos, blancos, banqueros? ¿Será la aporofobia? ¿Será adultocentrismo racista?

Pandemias y genocidios contra pueblos indígenas
La civilización de la modernidad, nació en el siglo XV, inoculando viruela, sífilis, gripe… contra los incómodos pueblos indígenas o pueblos subalternos que se resistían a la civilización cristiana del miedo y del saqueo…
La viruela, sífilis… era más barato que la pólvora para dominar a los pueblos indígenas sin desaparecerlos por completo. En cuestión de años, la modernidad naciente redujo biológicamente en más del 80% a la población indígena en Abya Yala. ¡El COVID-19, mata menos del 3% de los infectados! Sin embargo, ya fue declarado pandemia mundial por la ONU.
Dicen que los europeos repudiaron a Hitler no tanto por matar a seres humanos, sino por matar a una población blanca en Europa. La modernidad legó privilegios a Europa y USA gracias al “hitlerismo” que ellos instauraron impunemente en el resto del mundo, desde hace más de cinco siglos.
Para la modernidad, el genocidio y/o pandemia es tal sólo, si sólo sí, las víctimas son blancos, machos, europeos u occidentalizados. Dura radiografía constitutiva de la modernidad ciega.

COVID-19 será letal para los pueblos indígenas

Con inmenso dolor leemos en las noticias que en 24 horas la pandemia del COVID-19 mata a 475 italianos. Los países modernos, muy a pesar de su infraestructura de sanidad, seguridad, en cuestión de días, se convierten en epicentro letal de la pandemia moderna.
Si esto ocurre en territorios provistos de presupuesto e infraestructura de sanidad, ¿qué ocurrirá si acaso COVID-19 llega a los territorios indígenas? Territorios con cerca del 80% de sus niños en situación de desnutrición, sin infraestructura/presupuestos de salud, sin Estado, ni derechos…
Las familias indígenas rurales en Guatemala, Perú, México… no tienen para los frijoles, mucho menos tienen para barbijos, desinfectantes… ni agua. Ni saneamiento tienen.
No deseo imaginar lo que podría ocasionar este Frankenstein moderno, si acaso lograse ingresar en las poblaciones indígenas rurales.
Estos ensayos de biopolítica moderna, emprendidos por los poderes enfermos hegemónicos, es un motivo más para ejercer el control y autodeterminación en nuestros territorios. Al parecer, el coronavirus no va únicamente por la salud/vida humana, sino por las riquezas y por los rebeldes que aún subsisten en los territorios del mundo.

La viruela traída por los invasores hispanos diezmó cientos de miles de indígenas 

(Ancianas aimaras en peligro de sufrir el embate liquidador del blancocentrismo occidental)   Foto de Uriel Montufar


1 comentario:

  1. 'Ellos' los varones blancos, 'nosotros' los indígenas y todos los demás... Estos criterios sólo sirven como caldo de cultivo de resentimientos. En una sociedad que no trasciende estos paradigmas, la dinámica entre víctimas y victimarios puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos, y nada habrá cambiando entonces.

    Estoy de acuerdo con que esta situación ha sido otra muestra de la flagrante hipocresía de la cofradía global y que obviamente hay problemas y enfermedades que hace décadas exigen medidas como las que han tomado para el coronavirus. Pero mucha gente, que resulta ser blanca, fallece en mayor número, por peores y más variados males que el coronavirus. No, la clave de esto no está en el color de piel.

    La ruptura de fronteras, sobre todo las psicológicas, se acelera cada día gracias al esfuerzo por salir del juego de víctimas y victimarios que realizan pocas personas en el mundo. La condición de víctima no debe ser motivo para degenerar en victimismo.

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