LIMA PERU
DÓNDE ESTARÁN LOS INTELECTUALES
César Hildebrandt
Tomado de “HILDEBRANDT EN SUS TRECE” 7SET18 p. 12
¿Qué hacen los intelectuales en el Perú?
¿Dónde están sus voces, sus iras, sus ensayos sobre
este país, el nuestro, capturado por las mafias?
No se sabe. Ellos hablan de lo suyo.
Algunos son guardaespaldas y parásitos de Vargas
Llosa y por eso creen tener estatuto de intocables.
Otros defendieron los plagios de Bryce y se sienten
dueños de la posverdad.
Los más se han metido en sus nichos, sus becas
yanquis, sus paraguas, los sombreros variados de la sombrerería. Otros
desfilan como monjas de clausura en las universidades.
Pero ninguno se pronuncia sobre esta tormenta que se
ensaña con los más pobres.
En Hildebrandt en sus Trece |
Me refiero a la corrupción generalizada, a la
pudrición de nuestras instituciones.
Cuando fui niño y adolescente abría un libro y allí
estaba Washington Delgado con su espléndido desasosiego. Y estaban Alberto
Hidalgo o Luis Nieto. Y frente a un Xavier Abril o un Martín Adán, con los que
volabas por esos parajes donde las palabras arden y se esfuman, estaba Manuel
Scorza que nos contaba sobre rostros vacíos, hombres de mirada prematuramente
cana y balnearios de hueso, chúpate esa
Y si eso no te satisfacía, pues ahi estaba
Mariátegui, para explicarte algunas cosas plenamente vigentes. Y estaban
Sebastián Salazar Bondy o Enrique Solari Swayne para decirte que este país había
que arreglarlo. Y si nada de eso te placía, les echabas mano a los patriarcas,
desde González Prada hasta Julio Cotler. Para no hablar de Vallejo, claro, o
de nuestros remotos consuelos: Hesse, Sartre, Camus, Tolstoi, Solzhenitsyn, Dos
Passos, todos los infelices que querían que supiéramos cuán idiotas debían ser
los que andaban reconciliados con el mundo. Lo que quiero decir es que había
una trama de la inteligencia y del espíritu que sostenía la esperanza. Y el
sostén de la esperanza es la rebeldía.
Hoy todo eso parece roto, viejo, arqueológico. Los
artistas se han dedicado a sobrevivir, los escritores se mueren por complacer a
ese gran mundo que los quiere recibir castrados y pasteurizados, los sociólogos
buscan maestrías y los filósofos languidecen en la enseñanza.
El Perú es un país de viudas y de huérfanos. La
derecha ha tenido un éxito clamoroso en desacreditar el descontento y en inculcarles
a los jóvenes que la historia ha terminado con este aborto de liberalismo
dinerario. Fukuyama triunfó entre nosotros. El país de Beltrán, el hombre de
los mil agros al decir de Romualdo, es aquel con el que soñaron Chirinos Soto y
Salazar Larraín en los 50.
¿Y dónde están nuestros intelectuales? ¿En qué
torre se callan, desde qué azotea de suicidas nos miran como si con ellos no
fuera la cosa?
Juhen Benda habló de la traición de los
intelectuales que permanecieron distantes de lo que él consideraba ámbito
intrínseco de su actividad: la trascendencia, los valores, los fueros de la
cultura y el espíritu. Los nuestros no es que hayan traicionado su papel de
“clérigos” -ese fue el término lato que empleó Benda- entregándose a la poética
y a la banalidad de sus revueltas. Los nuestros han construido castillos de
lego, egoísmos ínfimos, avideces de pasado mañana. Y todo para que la cultura
oficial los tome en cuenta, para que las fundaciones frívolas los inviten. Para
que el poder, en suma, no frunza el ceño.
Mechain en OTORONGO de Peru21 |
¿Dónde están los que deberían estar dándonos
lecciones de coraje y compromiso frente a una situación que es de las peores
en la esperpéntica historia de nuestra república? Están en lo suyo,
repantigados en el comentario indulgente, esperando una llamada, fingiendo independencia
o encontrándole coartadas al asco.
En “Los tiempos modernos” Sartre, el inolvidable,
escribió esto: “todos los escritores de origen burgués han conocido la
tentación de la irresponsabilidad; desde hace un siglo, esta tentación
constituye una tradición en la carrera de las letras. El autor establece rara
vez una relación entre sus obras y el pago en numerario que por estas recibe.
Por un lado, escribe, canta, suspira; por el otro, le dan dinero”.
Bueno, de eso se trata. ▒
Carlin en LA REPUBLICA 7SET18 |
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