jueves, 2 de agosto de 2018

EN EL DIA DEL SIKU


EN EL DIA DEL SIKU
Liliana Quinto Laguna 
En el día del SIKU, instrumento de viento, es importante destacar la labor de hombres y mujeres, que deleitan con sus interpretaciones, en cada actividad festiva y cultural como una necesidad imperiosa de identidad y vigencia. Cañas, que dialogan en notas, que se unen para emitir las más hermosas y cálidas melodías. En el Perú y en Puno, durante el año, hacen su paso por la ciudad y por diferentes escenarios artistas, que envuelven en su magia y contagian con sus notas, cadencia, energía y fuerza interpretativa. Ahora se ven a niños y niñas que también ejecutan este instrumento, motivados desde la ternura de su edad, al escuchar estas interpretaciones, gracias a organizaciones que año a año crecen, innovan ritmos y sistematizan su labor, a través de ensayos constantes, y disciplina, con las que nos envuelven en música que sana el alma. Desde este su Blog, SALUDAMOS Y FELICITAMOS, a quienes apuestan por la ejecución de este instrumento. FUERZA SIKURI¡¡.Como un homenaje a quienes practica y promueven al Siku y a los sikuris, divulgamos lo que dijo sobre el tema un gran escritor peruano

LA DANZA DE LOS SICURIS
José María Arguedas. LA PRENSA, Buenos Aires 28 de marzo de 1943
El Sicuri de PUNO, es una flauta de pan doble. En las tumbas de Paracas se han encontrado sicuris de barro, pero estos de Paracas son, como las antaras de Ayacucho, una flauta de Pan simple. Los sicuris de Puno son de una complejidad extraordinaria, cada instrumento representa una flauta de órgano, y diez o quince músicos, tocando sicuris forman una orquesta, un órgano impresionante en que cada flauta está tocada por un artista, por un ser viviente y excitado de violenta sed de danza y embriaguez.
Cada sicuri está formado por dos flautas de Pan hechas de una caña muy fina y amarrada con cuerdas de tripas o con cintas de lana tejida. Una orquesta de sicuris, una tropa de bailarines, está formada por sicuris de diversos tamaños según la nota que le corresponde tocar, desde 40
centímetros de largo hasta pequeñísimos sicuris que se pierden en la mano de quien los toca. Este es hoy un instrumento propio del altiplano, en las otras regiones de la sierra del Perú está desapareciendo, en el centro y en los otros departamentos del sur es ya un instrumento raro, prefieren definitivamente los instrumentos de origen español y olvidaron este y ya no lo saben tocar ni fabricar.
Pero en PUNO, en la altura, el ppusa sigue siendo el instrumento principal y característico y como no se toca en forma individual sino en grupo, es instrumento de las fiestas y de las danzas más grandes e importantes. Instrumento ritual y extraño, significa fiesta, multitud, procesiones, vísperas de grandes fiestas y llantos, lo tocan soplando a pulmón lleno, el aire alcanza  la base de las flautas, rebota y escapa por la boca de las cañas y silba, en los sicuris altos y gruesos suena con una gravedad profunda, en los pequeños y agudos produce un silbido fino y largo, todos juntos, los ppusas en una tropa de bailarines, forman una orquesta de viento que oprime y sacude el alma de quien los oye, los bailarines lo tocan saltando o agachándose contra el suelo, danzando con una furia desenfrenada, un  bombo duro y grave acompaña a los ppusas y sobre la voz gruesa y siempre igual del bombo, la voz de los sicuris se levanta y grita, como si todos los tonos del viento de las grandes alturas hubiera sido encadenado y dominado, sometido y manejado por la furiosa tropa de bailarines vestidos de espejos, de cuentas de vidrio y de entorchados de plata y oro. Es el conjunto más impresionante y hermoso que he visto en esta región del Vilcanota.
Nadie sabe cuántas danzas hay en el departamento de Puno, sólo sabemos  que es la región más rica del Perú, en bailes típicos, en ninguna otra región hay tanta variedad de danzas, ni mestizos de otras regiones han creado tal cantidad de disfraces, nadie ha sabido aprovechar con más imaginación y fantasía, los vestidos y adornos de origen español para disfrazar y dar brillo y misterio a sus bailarines.
El altiplano es frío y cruel y de una hermosura tormentosa e inclemente, la tierra es lisa, dilatada como el viento, de un solo color y de una sola vegetación fina y baja, los rarísimos árboles que crecen en los patios de las casas sorprenden y casi infunden temor, en los horizontes lejanos y silenciosos se levantan las montañas filudas y rocosas de granito negro, y los nevados brillantes, llenos de mágico misterio, bajo la sombra de las nubes, el lago está al centro y es como la imagen de todo este campo alto y helado, y cuando uno ve llegar las balsas al puerto, en el crepúsculo, toda esta tierra parece mítica y legendaria.
Los sicuris salen vestidos de lujosísimos disfraces bordados en hilos de oro y plata, tachonados de piedras brillantes y de cuentas de cristal. Todos los bailarines tocan zampoñas o ppusas, un bombo acompaña a los sicuris. La música de la danza es un wayño del altiplano, de aire marcial. Cada bailarín toca una sola nota, y entre todos, como las flautas de un órgano, forman la melodía de la danza. Tocan bailando, pasan por las calles en tropa, mientras caminan danzan suavemente, pero al llegar a las esquinas del bombo truena más alto, los bailarines forman circulo y danzan a saltos, mirándose las caras y aproximándose unos a otros como para acompasar mejor las notas, y suben cada vez más el ritmo del wayño y la danza termina en un zapateo violento y alocado. El sol reverberaba en el vidrio de los disfraces y el wayño angustiante de la luna parecía dominar a las montañas que estrechan la quebrada y darles ese semblante lejano, frío y nebuloso de los aukis del Kollao.




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