EL LEVANTAMIENTO DE LOS URUS DEL LAGO TITICACA EN 1632
“el
virrey declaró que la insurrección de los Urus era debida a las injusticias y
tiranías que con ellos cometían los españoles”. (Markham, 1895)
Pedro Portugal
Mollinedo
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E |
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1632 estalla en el Lago Titicaca un levantamiento armado protagonizado por los
Urus, un pueblo de indios dedicados a la pesca, caza, pillaje, agricultura y
artesanía que vivían en las orillas, alrededores y en las islas (naturales y
artificiales) del Lago Titicaca, rio Desaguadero y el Lago Poopó. Los Urus
estaban constituidos por los iruitos, uchusumas, ancohaques, yayes,
quinaquitaras, challacollos y un grupo conocido como los "mestizos"
que vivían en Zepita, San Andrés, Jesús de Machaca y Waquí.
El
alzamiento armado fue en contra de los españoles, mestizos y aymaras católicos,
quienes estaban invadiendo sus tierras para exigirles ir a la mita, tributar y
comerciar. Así mismo los sacerdotes españoles realizaban incursiones en un
intento por evangelizarlos, lo que fue tomado como un hostigamiento continúo
por los indios del lago, que no pudieron tolerar más aquella situación de
tensión.
Los
Urus Uchusumas atacaron los pueblos de españoles, mestizos y aymaras aledaños,
saqueando propiedades y matando a sus habitantes. En 1633 ingresaron a la
capilla de Machaca donde destruyeron una estatua de la virgen María y
decapitaron al niño Jesús Cristo, para luego exponer su cabeza en una pica,
señal de su rechazo hacia los españoles y a la evangelización.
"Maltrataron una ymagen de nuestra señora y una cauessa de un niños Jesús la pusieron en la punta de una lansa dexando muerto a ún yndio que enlla estaba". (Escribano Público; Valle, 1633)
El
gobierno virreinal envió tropas de españoles, mestizos, lupacas, pacajes,
aymaras cristianos, urus cristianos y auxiliares negros (mulatos) para sofocar
el levantamiento, sin mucho éxito. Los corregidores, gobernadores y caciques de
Chucuito, Larecaja, Pacajes y Omasuyos elaboraron una operación conjunta para
"aniquilar a los indios bárbaros" de aquel lago.
El
Corregidor de Chucuito, el capitán Juan de León y los caciques aymaras
organizaron una ofensiva con 100 balsas de totora y cientos de tropas
compuestas. Los combates lacustres fueron sangrientos, decenas de españoles e
indios cristianos fueron masacrados por los Urus. Los Urus también sufrieron
muchas bajas en los combates, habiendo ya padecido la muerte de los curacas
Cayocayo y Pachacayo. Las cabezas de los líderes indios de la resistencia
fueron colocados por los españoles en picas.
Si
bien las fuerzas virreinales fueron derrotadas por los Urus en las 3
expediciones que emprendieron, gracias al liderazgo del curaca Layme y los
generales Cayo, Pata y Layo; las tropas virreinales lograron quemar varias
islas de totora de los Uchusumas y les causaron un aproximado de 300 bajas en
los combates lacustres.
Los
caciques aymaras siguieron enviando embajadores para que los Urus Uchusumas y
Urus Iruitos, quienes según los informes españoles eran los "más bravos
yndios deste Reyno", se rindieran y aceptarán el vasallaje, sin éxito.
La
rebelión de los Urus (Uchusumas e Iruitos) se prolongó hasta finales del siglo
XVII, cuando habían constituido ya un reino autónomo en las islas lacustres.
Finalmente un gran número de estos indios fueron diezmados por las fuerzas
españolas e indios cristianos, tras un largo cerco estratégico (1638, 1642,
1645, 1651, 1655, 1658, 1664, 1677, 1678, 1685). A principios del siglo XVIII
el Marqués de Castelldosrius envia un informe al rey Felipe V informándole que
los "indios Uros" habían luchado "desde hace más de noveinta años".
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Referencias:
.- Historia del Perú, Robert
Markham (1895).
.- El Lago Titicaca, Henry
Campbell (1982).
.- El Perú, historia de sus
luchas libertarias, Juan José Vega (2004).

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