LOS HUAYCHEÑOS
Y SONIA ARANCIBIA
Por: Red Huaycheña
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H |
ay
sonidos que no se escuchan: se sienten. Escuchar al conjunto Los Huaycheños
acompañado por la voz de Sonia Arancibia es viajar sin moverse, flotar sobre
los paisajes de la provincia Camacho y aterrizar en Puerto Acosta, donde las
montañas, el viento y el Lago Titicaca parecen cantar al unísono. Cada nota es
un suspiro del altiplano; cada acorde, una memoria que revive en quienes
escuchan. La voz de Sonia emerge clara y poderosa, un eco que atraviesa el
tiempo y se instala en el corazón, capaz de estremecer con su fuerza, su
ternura y su verdad. No es solo música: es un puente entre generaciones, un
hilo que une raíces aimaras con el sentimiento más profundo de Bolivia, un
viaje que toca alma y tierra al mismo tiempo.
El
conjunto nació el 14 de abril de 1965, bajo el nombre inicial de Conjunto 5 de
Noviembre de Puerto Acosta, en honor al aniversario de su tierra natal. Poco
después, adoptaron el nombre que los haría célebres: Los Huaycheños, un
homenaje a la antigua denominación de Puerto Acosta, conocida en tiempos
pasados como Huaycho. Desde sus primeros ensayos, los jóvenes músicos sabían
que estaban creando algo que trascendería generaciones.
Lo
que hacía únicos a Los Huaycheños era su capacidad de transformar instrumentos
tradicionales en narradores de historias. Los ritmos del kashuiri, el sikuri y
las tonadas aimaras se entrelazaban con la fuerza de la voz de Sonia, creando
una música que no solo se escuchaba: se vivía. Cada interpretación era un
homenaje a la tierra, a la cultura y a las raíces de su pueblo.
El
conjunto pronto se convirtió en embajador del folclore boliviano, presentándose
en Perú, Chile y Argentina, y dejando huella en cada escenario con su
autenticidad. Su música acompañó fiestas, viajes y recuerdos de muchas
generaciones. Escuchar a Sonia y Los Huaycheños en el altiplano era —y sigue
siendo— sinónimo de identidad y orgullo.
A
lo largo de su trayectoria, el conjunto acumuló una vasta discografía, con
numerosas grabaciones que circulan todavía en radios, festivales y
recopilaciones. Recibieron Discos de Oro y Plata, homenajes de la Prefectura de
La Paz y reconocimientos internacionales. Sonia, por su parte, fue honrada con
la Medalla al Mérito Cultural, un testimonio del impacto profundo de su voz en
la música boliviana.
Con
el tiempo, Sonia Arancibia partió dejando un profundo vacío, pero su voz sigue
viva en cada interpretación. Cada nota, cada acorde, sigue evocando la esencia
de Puerto Acosta y del altiplano boliviano. Ella no fue solo la cantante de un
conjunto: fue la voz femenina que dio identidad a un pueblo entero, que
convirtió la nostalgia en canto y que continúa recordándonos que la cultura
boliviana está hecha de sonidos, historias y memorias que jamás deben
olvidarse.
Hoy,
hablar de Los Huaycheños de Puerto Acosta es hablar de tradición viva, de
décadas de música que no se detienen, de un legado que sigue iluminando
escenarios. Hablar de Sonia Arancibia es evocar a la niña que se transformó en
leyenda, una voz que sigue llevando de la mano a quienes quieren sentir la
magia del altiplano y el alma de su gente. <:>
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DATOS
Huaycho es una localidad boliviana
ubicada en la orilla oriental del Lago Titikaka y también a orillas del rio
Suches, que en su mayor trayectoria sirve de limite arcifinio con la República
del Perú. Como ciudad fronteriza lleva desde antiguo estrecha relación familiar
y cultural con la localidad peruana de Moho. La antigua denominación de Huaycho
fue cambiada por el gobierno boliviano -durante el gobierno de Ismael
Montes- por la de Puerto Acosta que lleva en la actualidad. Este hecho quedó
legalmente sancionado mediante la promulgación de la ley del 5 de noviembre de
1908, por la que se crea la provincia de
Camacho. La nueva denominación se hizo con la finalidad de rendir perenne
homenaje al destacado intelectual de ese país, Nicolás Acosta. (GVC)

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