LA PROMESA INCUMPLIDA
Por: Jorge Luis Choque
Perú,
18/07/2025
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C |
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28 de julio, el Perú se viste de gala para conmemorar un año más de su
independencia, un hito que marcó el fin de tres siglos de dominio colonial y el
inicio de una nación soberana. Conmemoramos el día en que dejamos de ser
colonia y comenzamos a construir nuestra propia historia como nación libre.
Pero, en medio de los desfiles y las palabras oficiales, muchos de nosotros
miramos alrededor y nos preguntamos: ¿qué tan libre somos realmente? ¿Qué pasó
con la promesa de una patria justa, digna y para todos?
El
gran historiador Jorge Basadre nos habló de “la promesa de la vida peruana”,
esa esperanza de un país donde la justicia, la igualdad y la dignidad fueran
más que palabras. Hoy, más de dos siglos después, esa promesa sigue esperando.
Y muchos de nosotros, desde cada rincón del país, sentimos que se nos ha negado
lo que debió ser nuestro por derecho: un Estado transparente, gobernantes
honestos y oportunidades verdaderas para vivir con dignidad.
Reparar en nuestras raíces para no perder el rumbo
En
medio de tanta desilusión, hay algo que no podemos dejar que nos quiten:
nuestra identidad. Somos un pueblo milenario, fuerte, resiliente. Venimos de
culturas que levantaron imperios, que resistieron la conquista y que no dejaron
morir su espíritu. Nuestra historia, nuestras lenguas, nuestras costumbres no
son solo recuerdos del pasado: son el alma viva de un Perú que se niega a
rendirse.
Recordar
a Túpac Amaru II no es solo rememorar una rebelión: es sentir la voz de los
pueblos olvidados que siguen luchando por justicia. Su grito “Volveré y seré
millones” no fue una amenaza, fue una promesa que hoy retumba en cada marcha,
en cada protesta, en cada ciudadano que se levanta contra la corrupción y el
abandono.
Pensamos
en Mariano Melgar, joven y valiente, que no solo escribió poesía, sino que dio
su vida por la libertad. En Miguel Grau, que enfrentó con honor a un enemigo
superior sin perder nunca su humanidad. En Francisco Bolognesi, que con
entereza escribió: “Nunca reclames nada, para que no se crea que mi deber tuvo
precio”. ¡Cuánto nos enseñaron esos hombres que jamás buscaron un cargo, ni un
beneficio, sino que lucharon por un país mejor!
Una política que le
falló al pueblo
Frente
a tan hermoso legado, ¿qué vemos hoy? Una clase política que ha traicionado la
confianza del pueblo. Gobiernos que prometen, pero no cumplen. Que hablan de
democracia mientras negocian entre sombras. Que hablan de crecimiento económico
mientras millones siguen sin acceso a salud, educación o trabajo digno. La
corrupción ha dejado cicatrices profundas. Y lo más grave es que ha sembrado
desesperanza.
Pero
no estamos condenados a esta realidad. No podemos aceptar que la mentira, el
robo y la impunidad sean parte del destino nacional. No. Somos más grandes que
eso. Somos un pueblo que ha resistido terremotos, pandemias, dictaduras. Y
podemos resistir y superar también esta crisis moral.
El Perú nos
necesita unidos y comprometidos
Hoy,
más que celebrar, este aniversario patrio debe ser un momento de compromiso.
Compromiso con la memoria de quienes dieron su vida por un Perú mejor.
Compromiso con los que hoy sufren las consecuencias de una mala gestión.
Compromiso con las nuevas generaciones, que merecen crecer en un país donde la
honestidad no sea una excepción, sino la regla.
No
podemos seguir permitiendo que unos pocos se apropien de lo que es de todos. Es
hora de alzar la voz. De organizarnos. De exigir transparencia, justicia, y una
verdadera rendición de cuentas. Y también, de construir juntos un país donde la
promesa de la vida peruana se vuelva realidad.
Porque
el Perú no solo está hecho de historia y héroes. El Perú está hecho de su
gente. Y mientras haya peruanos y peruanas que no se resignan, que luchan con
dignidad y esperanza, esa promesa seguirá viva. <:>

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