ISIDRO
MAMANI:
Por: Néstor Pilco Contreras
En: PUQINA QUTA 28JUL25
La independencia de nuestro país fue un proceso complejo, marcado por una prolongada guerra civil en la que diversos sectores sociales actuaron según sus intereses personales y de grupo. Durante quince años, el país vivió en un estado de guerra que demandó grandes recursos humanos y económicos. En este contexto, Puno desempeñó un papel fundamental. No fue sino hasta diciembre de 1824 que en esta región se proclamó y juró oficialmente la independencia.
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a
independencia del Perú fue un proceso largo y complejo, marcado por una guerra
civil en la que muchos acontecimientos fueron ampliamente visibilizados,
mientras que otros quedaron relegados al olvido o silenciados. En esta ocasión,
presentamos la figura del rebelde aimara Isidro Mamani, quien, junto a Pascual
Alarapita, Julián Apaza, Andrés Wara y otros líderes, encabezó un ejército
insurgente que avanzó sobre los pueblos de Desaguadero, Zepita, Pomata, Juli, Ilave
y Chucuito, con el objetivo de tomar por asalto la ciudad de Puno durante la
gran rebelión de Túpac Amaru (1780 – 1781).
El
valiente revolucionario Isidro Mamani nació en 1747, en la jurisdicción del
actual distrito de Zepita, provincia de Chucuito. Fue uno de los principales
líderes aimaras y lugarteniente de Julián Apaza (Túpac Katari) y Pascual
Alarapita. Según la documentación de la época, fue denominado con diversos
títulos que reflejan su carácter e influencia: “el temible”, “el Katari”, “el
Virrey” y, para algunos, “Puma Katari”. Estuvo casado con Andrea Choque, una
mujer valiente y comprometida con la causa de la libertad.
En
1781, a la edad de 34 años, Isidro Mamani se unió con energía y convicción al
ejército patriota liderado por Túpac Katari y Túpac Amaru II. En una
declaración ante las autoridades hispanas ese mismo año, respecto a su origen,
ocupación y estado civil, manifestó: “Natural del pueblo de Zepita, provincia
de Chucuito; de oficio chacarero; de estado casado con Andrea Choque; que es de
edad de treinta y cuatro años”.
Durante
los primeros meses de 1781, Isidro Mamani participó en la toma y asalto de su
pueblo natal, Zepita, donde fueron ejecutadas más de 30 personas, entre ellas
Juliana Chipana de Gutiérrez, esposa del cacique don Francisco Gutiérrez, así
como sus dos hijos. En Pomata, las fuerzas rebeldes dieron muerte al cacique
José Toribio Castilla. Posteriormente, en Juli, se perpetró la ejecución de 71
personas, en su mayoría españoles y líderes indígenas realistas. Entre los que
padecieron castigo se encuentran los caciques Rafael Paca y Fermín García
Llaclla.
El
siguiente pueblo en caer ante los rebeldes fue Chucuito. Según el testimonio
del contador de las Cajas Reales, Félix Claveran Rendón, “fue totalmente
destruida y entregada al saqueo por el vil y sanguinario Isidro Mamani y su
tropa de rebeldes”. En un informe de la época se lee:
Se
sabe de positivo que el día 3 de abril murieron en Chucuito y Pampa del Barco
al canto de la Ciudad, más de mil personas de todo sexo y edad, entre ellos el
Cura de Juli Dn. Josef Matías Arrescurrenaga, el coronel de Milicias de
Chucuito Dn. Nicolas de Mendiolaza que murió quemado, y el Sargento Mayor Dn.
Josef Rosello: y en toda la Provincia se consideran más de dos mil personas.
Este es el infeliz, y deplorable estado en que ha quedado la provincia de
Chucuyto, que siendo una de las más floridas del Collao, se halla actualmente
la más arruinada, pues sus Pueblos y Capital está todo reducido a cenizas
(NCDIP, 2017).
Este
hecho generó un profundo desconcierto entre los hispanos, quienes huyeron en
distintas direcciones según sus posibilidades: algunos se dirigieron a la Villa
de Puno, mientras que otros emprendieron camino hacia Moquegua y Arequipa.
Finalmente, los rebeldes intentaron tomar la ciudad de Puno en dos ocasiones,
sin lograr su objetivo. Sin embargo, estas ofensivas provocaron el abandono de
los pueblos de Puno, Chucuito y localidades vecinas por parte de los
fidelistas.
La
mayoría de las autoridades virreinales consideraron a Isidro Mamani como uno de
los líderes aimaras más influyentes de la provincia colonial de Chucuito. El
corregidor de Paucarcolla, Antonio de Orellana, en su testimonio sobre Mamani,
afirma que fue “comisionado de Pascual Alarapita, jefe del partido de Katari,
habiendo pasado a cuchillo a todos los vecinos y habitantes españoles de la
provincia de Chucuito e incendiado su población” (NCDIP-6, 2017, p. 548).
Isidro Mamani fue capturado en Acora por traición de algunos indios fidelistas.
El
líder zepiteño Isidro Mamani fue trasladado a la ciudad del Cusco, donde fue
sometido a un juicio sumario que comenzó el 7 de julio de 1781. Se le acusó de
haberse proclamado “capitán de los alzados en la provincia de Chucuito”, de
autonombrarse virrey, y de haber cometido diversos actos violentos, entre ellos
asesinatos, robos y otros agravios en dicha provincia y sus alrededores.
Luego,
se procedió con la declaración de los testigos. Uno de los primeros fue Manuel
Linares, vecino del pueblo de Acora, quien afirmó conocer a Isidro Mamani,
natural de Zepita, y declaró haberlo visto en Chucuito dirigiendo a los
indígenas, a quienes ordenó rodear y quemar el lugar. Añadió además que Mamani
también lideró a la población indígena durante la expedición a Juli, donde era
reconocido por los suyos como "Virrey". Por su parte, Ventura
Carbajal declaró que Isidro Mamani, originario del pueblo de Zepita, comandaba
las tropas del rebelde Túpac Catari y que había dado órdenes a los indígenas
para exterminar a todos los españoles y mestizos de la provincia de Chucuito
(NCDIP, 2017, p. 543).
Isidro Mamani fue condenado a la pena de horca por el visitador Antonio de Areche. La ejecución se llevó a cabo el 18 de julio de 1781, a las diez de la mañana. Fue sacado de la cárcel pública atado de pies y manos, con una soga al cuello, y arrastrado por un caballo hasta la Plaza Mayor del Cusco. Allí fue ahorcado, su cuerpo incinerado y sus cenizas esparcidas al viento. Así desapareció físicamente el gran líder aimara, pero su legado, su ejemplo de lucha y coraje, permanecen vivos en la memoria y el corazón del pueblo aimara. <:>

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