¿CUÁL INDEPENDENCIA?
Angel
Gabriel Apaza
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A |
pesar de haber proclamado la independencia en
1821, el Perú sigue sometido a formas estructurales de dominación que impiden
una verdadera soberanía nacional. Como lo señaló el sociólogo peruano Aníbal
Quijano, la independencia formal no implicó la superación del poder colonial,
sino su reconfiguración a través de lo que denominó la colonialidad del poder:
un patrón global que articula el racismo, el eurocentrismo y el capitalismo
como formas persistentes de subordinación (Quijano, 2000). En ese sentido, el
país continúa siendo funcional a los intereses del gran capital transnacional y
del imperialismo, particularmente el norteamericano, que mantiene a América
Latina bajo la lógica de su patio trasero.
Esta situación se agrava en contextos de
autoritarismo, como el que actualmente vive el Perú, donde el poder político ha
sido capturado por una oligarquía que perpetúa un modelo excluyente. Este
régimen no solo administra el Estado, sino que representa un orden heredado del
pasado colonial, impidiendo la construcción de un proyecto verdaderamente
democrático y plural.
Ante ello, urge la necesidad de pensar en
una nueva república, una que rompa con la tradición aristocrática, burguesa y
limeñocéntrica que ha caracterizado al Estado peruano desde su fundación. Como
ya lo advertía José Carlos Mariátegui, el Perú no puede ser interpretado ni
transformado desde moldes ajenos, sino desde sus propias realidades históricas,
sociales y culturales (Mariátegui, 1928). En esa línea, lo que se reclama hoy
es una república construida desde abajo, plebeya y popular, que reconozca la
pluralidad de naciones, culturas, lenguas y formas de vida que existen en el
país.
Esta demanda por una república de los pueblos no es un simple deseo utópico, sino una exigencia histórica que se ha ido gestando desde las resistencias indígenas, campesinas y populares. Como señala Boaventura de Sousa Santos (2010), no puede haber democracia sin epistemologías del sur, sin una reconstrucción del Estado que se nutra de las memorias, saberes y cosmovisiones de los pueblos históricamente subalternizados. Asimismo, Enrique Dussel plantea que toda república verdaderamente democrática debe emerger desde los márgenes y no desde el centro del poder imperial (Dussel, 2007).
Por ello, las luchas actuales en el Perú
—que incluyen vigilias, protestas y movilizaciones sostenidas por amplios
sectores sociales— no son hechos aislados, sino parte de un proceso más amplio
de disputa por una segunda independencia. Una independencia no solo simbólica o
jurídica, sino real, integral, descolonizadora y radicalmente democratizadora. <:>
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Referencias
• Dussel, E. (2007). 20
tesis de política. México: Siglo XXI.
• Mariátegui, J. C. (1928). Siete ensayos de interpretación de la realidad
peruana. Lima: Editorial Minerva.
• Quijano, A. (2000). "Colonialidad del poder, eurocentrismo y América
Latina". Revista Internacional de Ciencias Sociales, 49(153), 93–107.
• Sousa Santos, B. de. (2010). Refundación del Estado en América Latina:
Perspectivas desde una epistemología del sur. Bogotá: Siglo del Hombre
Editores.

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