domingo, 16 de junio de 2024

PUBLICACIONES CULTURALES PUNEÑAS

 CULTURALIA

UNA VOZ DESDE LA ALTITUD

José Luis Ayala.

DIARIO UNO. Domingo 16 de junio, año 2024.

L

a historia de las revistas literarias, han sido y seguirán siendo las voces del subconsciente colectivo del Perú de la altitud, cósmico y sideral. Todas están marcadas por la necesidad de tener un espacio, en la permanente reconstrucción del Perú. Es decir, intervenir en el diálogo dialéctico, en el que concurren quienes de alguna manera, participan en el desarrollo de la cultura y lo hacen teniendo su propia tribuna para participar, dialogar y discutir.

Fue a Francisco Igartua que le escuché decir: “El Perú es un gran cementerio de revistas, solo sobreviven las que se someten al poder económico de turno o las que critican con razón”. Y es vedad, hay revistas que han nacido y muerto en el primer número, hay otras que no han tenido una mediana existencia y otras una larga vida. Sin embargo, es el momento de preguntarse: ¿Qué no tenemos revistas de política, literatura y cultura? ¿Es cierto de que un pueblo que no lee es fácilmente dominado?

Una nación es fundamentalmente lo que lee. Aunque con el desarrollo de la cibernética ahora es posible leer no solo revistas sino una gran cantidad de libros, pero lo cierto es que el Perú carece de revistas culturales. Además, los diarios han reducido los espacios dedicados por ejemplo a la crítica literaria. Los escritores no tienen dónde publicar sus reflexiones acerca de lo que sucede en el Perú.

La revista Culturalia que dirige Justo Germán Gutiérrez Fernández, ha llegado al número 5. Se publica en Ayaviri (Puno). Hecho que significa un gran esfuerzo y a la vez, capacidad de sostener en un medio hostil, una revista que expresa y representa una voz que no debería desaparecer. Cuando muere una revista, un diario o un espacio cultural, también muere una parte del Perú.

Boris Espezúa Salmón, director de la Biblioteca Nacional del Perú, escribe a cerca de Feliciano Padilla Chalco y Walter Quispe Santos. “Feliciano -dice Espezúa- no se desvelaba por ser un escritor del canon ni de la oficialidad. Él se sentía bien con ser un escritor de las periferias, de la marginalidad, y saber muy bien que su defensa de lo andino era ruta inclaudicable por donde debía transitar, aunque no siempre comprendido, como Churata, Arguedas, Valcárcel y tantos otros defensores del universo andino, la partida de Feliciano nos sorprendió a todos.

Fue Carlos su hijo quien me avisó y consultó si deberíamos hacer un velatorio privado, dado el contexto del COVID, yo le dije que, a tu papá, le hubiera gustado ser velado y enterrado en forma más abierta donde concurriesen todos los que querían y valoraban, y así fue”. Sin embargo, hay que decirlo, Feliciano Padilla, murió justamente cuando había alcanzado la madurez de un escritor mayor y dotado. No obstante “Amarillito amarillando” y “Ezequiel. El profeta que incendió la pradera” quedarán como libros fundamentales de la literatura peruana del siglo XX.

José Luis Velásquez Garambel dice en torno a Walter Quispe Santos: “Antes de partir, tres o cuatro días antes recibí la última llamada y sus palabras me estremecieron: “Estoy mal, me operan el martes, la válvula para la hemodiálisis, está fallando, al gobierno no le conviene que siga viviendo, hay mucha gente que me odia, deben estar rezando para que me muera, solo te pido que cargues mi ataúd, así como amigo solo te pido que cargues mi cajón”. Walter Quispe Santos, lamentablemente no llegó a plasmar un libro trascendente de poesía, sus textos no tienen el valor literario para decir que “perdimos un gran poeta”. Murió cuando terminaba su período de aprendizaje. Dejemos que el tiempo se haga cargo de seleccionar a los más importantes poetas puneños.

Alberto Osorio Ticona, escribe un comentario literario en referencia a la novela Muchas veces dudé, cuyo autor es Luis Nieto Degrégori dice: “Sería una ficción distópica. Su imaginario diálogo con el rey de España, no es otra cosa que la materialización del deseo. Un buen recurso de ficción que ejerce Huamán Poma de Ayala, un remontar el espacio de lo imposible, el deseo realizado. Y otro narrador que pone a Huamán Poma de Ayala en lo alto de un cerro oteando el horizonte, abstraído, olvidado el tiempo tal vez pensando en la respuesta del rey, que iluso esperó hasta la ancianidad. Los gritos de sus familiares lo devuelven de esa abstracción, ya entrada la noche”. 1

Es encomiable el esfuerzo que hace el destacado poeta Darwin Bedoya, para presentar algunos poemas menores de Percy Zaga Bustinza y tratar de otorgarle una categoría literaria que los textos seleccionados no tienen. No se trata de la extensión de las metáforas, ritmo y metáforas, que den una visión del mundo. Percy Zaga Bustinza lamentablemente, no logró realizar una obra trascedente debido a que fue atrapado por la magia y poesía de Carlos Oquendo de Amat. Se perdió en medio de una bohemia provinciana intrascendente y un sindicalismo bien rentado, que no ha sido capaz de crear un proyecto educativo para transformar el Perú.

Pero la edición de Culturalia no debe morir. Ojalá que cada provincia tuviera una revista que nos permita conocer la nueva realidad del siglo XXI. Es necesario salvar al Perú del permanente embrutecimiento de los letales y mediocres medios de comunicación masiva.

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1- Culturalia. Año 6. Nro: 6. Octubre, 2023. Página 49. Ayaviri. Melgar, Puno.

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