UNA GUERRA CRUCIAL
Escribe:
Milciades Ruiz
No
tenemos una versión nativa de nuestra historia. Solo la versión de la
dominación que, con su avasallamiento informativo tergiversa la verdad en
función de sus conveniencias. En el 2022, la invasión militar rusa al
territorio de Ucrania, ha prendido la mecha de una guerra múltiple, por choque
de bloques económicos capitalistas, pero solo tenemos versiones interesadas.
Por ser una guerra que nos afecta, deberíamos razonar en defensa propia.
Esta guerra
ha estremecido a toda la humanidad como nunca había sucedido antes en el
contexto de una globalización capitalista. No solo es el temor a una guerra
atómica mundial, sino también por el hecho de que nadie puede eximirse de sus
efectos, aunque no tenga culpa alguna. Lo estamos constatando de diversa
manera. ¿Qué culpa tienen las personas y objetos rusos de una decisión que, les
es ajena?
El asunto
es que, esta guerra es piedra de toque de bloques económicos en pugna. No pasó
esto, con la guerra de Las Malvinas, ni con el conflicto Perú-Ecuador, porque
en estas guerras, no estaban en juego las hegemonías económicas. Por más que se
digan otros motivos, es una guerra por el mercado, pues el bloque encabezado
por EE UU pretende expandirse penetrando los dominios de Rusia capitalista.
El problema
se agudizó cuando Ucrania entró en crisis de gobierno, crisis económica y, la
consiguiente crisis de unidad nacional, que llegó a la violencia armada
interna. Esta situación fue aprovechada por el bloque occidental para ofrecer
“ayuda”, proponiendo Tratado de Libre Comercio –TLC, financiamiento del FMI y
del BM, incorporación a la UE y otras lisonjas.
Bien
sabemos que estos instrumentos son los que tienen a Perú, como mercado cautivo
de EE UU, como otros países están en esta condición por los TLC con la UE. El
intercambio desigual de los TLC, nos ha hundido en la dependencia del maíz,
trigo, y más. No podemos recuperar nuestro patrimonio porque van contra estos
tratados y, nacionalizar significa sanciones onerosas. Hacer esto con Ucrania
es introducirse con fines de expansión en el bloque comercial de Rusia. El
mercado que gana occidente, es lo que pierde oriente. Allí está, la “madre del
cordero”
Si EE UU
invadió Irak y sometió a otros países árabes, fue por el petróleo y no por una
guerra santa contra el terrorismo. Siempre las guerras de dominación se han
hecho con fines distintos a los utilizados como pretexto. EE UU tiene una negra
historia de decenas de invasiones armadas, a los países de Latinoamérica con
falsos pretextos. De modo que rasgarse las vestiduras por la invasión rusa y
aplicar sanciones económicas es de miserables sin dignidad.
En 1846, EE
UU arrebató por la fuerza a México la mitad de su territorio, (Hoy Texas y
California). Le hizo la guerra a España para quitarle sus colonias Puerto Rico,
Guam, Filipinas y Hawai. Así se apropió también de Guantánamo (Cuba) desde 1901
y en 1989 tuvo el descaro de invadir Panamá para arrestar a quien fuera su
protegido, Manuel Noriega. La operación dejó no menos de 3 mil bajas civiles.
Los países de la Unión Europea UE, también tienen una larga historia de invasiones a países ajenos. Pero, es bueno recordar que la invasión francesa a España decadente, fue la que determinó la independización de las colonias en nuestro continente. La guerra por el mercado hizo que Inglaterra ayudara a los grupos subversivos como a la logia “Lautaro”. El fin era romper el monopolio español para que prosperaran los capitales ingleses con el libre comercio.
En la
actualidad tras la crisis mundial agravada por la pandemia, la guerra Rusia
Ucrania encuentra a EE UU en una situación decadente y a la UE que todavía no
logra recuperar su economía pre pandemia. Involucrase en una guerra los
conduciría al desastre. Por ello, no se atreven a intervenir directamente. Solo
ofrecen ayudar a Ucrania de otro modo evadiendo involucrarse más de lo
necesario. Pueden dar dinero para mercenarios, armamento y tecnología, pero no
más, porque no están en condiciones solventes.
Ante la
impotencia, atacan de otro modo, aplicando sanciones contra Rusia para dañar su
economía y debilitarlo. Bloquean sus conexiones financieras, comerciales,
tecnológicas, políticas, etc. Peor aún, obligan bajo amenazas, a los países de
sus férulas, a que se involucren haciendo lo mismo contra Rusia. El colmo es
amenazar a China para que participe en el bloqueo. Este totalitarismo es
claramente hitleriano.
Pero, “el
tiro les puede salir por la culata” y causarse daño propio. Si a Rusia se le
cortan las conexiones globales, lo obligan a crear sus propios mecanismos autónomos.
Todo esto viene siendo tomado en cuenta por China que como medida de precaución
diseñará sus propios circuitos económicos, de modo tal que, llegado el momento
no podrá ser afectado.
Si se
cortan los canales globales, estando dolarizadas todas las operaciones
económicas, entonces bajará el flujo de esta divisa, no solo en las
transacciones comerciales y financieras, sino también como reservas
internacionales de los países desconectados en ambos lados. Esto significa que
la demanda del dólar irá bajando y devaluándose, lo cual sería terrible para EE
UU. Independizarse del dólar será entones una medida de seguridad para todo
país, lo que provocaría el derrumbe del imperialismo.
De modo
que, esta guerra, conduce a una modificación severa de los términos de
intercambio internacional. El crecimiento económico mundial será afectado por
las sanciones y la inflación traerá más pobreza global. Ya se siente el impacto
de estas medidas en la seguridad alimentaria y seguridad energética, sin la
cual los índices de PBI están condenados a truncarse.
Si todo
este proceso se deteriora, quizá habrá llegado la hora de romper las cadenas de
la esclavitud del dólar. La desesperación podría llevar a muchos países
independizarse de las férulas occidentales, haciendo caso omiso de los mandatos
del imperialismo. Sucedió cuando España entró en decadencia por insolvencia
económica. Fue impotente para conservar sus colonias, como ahora EE UU sufre de
impotencia económica por su alto déficit, endeudamiento y pérdida de poder.
Las bravuconadas
no le servirán de nada frente al proceso histórico que no podrá controlar. En
el otro lado, Rusia sigue el mismo camino de la negra historia del dominio
norteamericano. Ahora, todos los países desmembrados de la ex Unión Soviética,
tienen el mismo temor de ser oprimidos por Rusia, y tomarán sus medidas. Nadie
puede estar seguro.
Muchos se
parcializan con Rusia capitalista y no se solidarizan con Ucrania. Si hemos
repudiado las intervenciones norteamericanas contra nuestros países,
enarbolando las banderas de la libre determinación y no injerencia en los
asuntos internos de otro país, no deberíamos tener doblez moral. Si nuestro
país, es invadido por una potencia extranjera, tendremos que dejar de lado
nuestras diferencias y luchar por la patria.
Eso es lo
que hacen los patriotas ucranianos y sus actos de heroísmo frente al invasor
quedarán como heridas abiertas, como las que tenemos nosotros desde que la
invasión española nos desheredó de nuestra patria ancestral.
Muchos
dirán “así no es”. Bueno pues, cada cual con su moral. Disculpen la
impertinencia.
Marzo 17.
2022
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