NOSOTROS LOS “INCENDIARIOS”
Escrito
por Farid Matuk
Revista Ideele N°307. Diciembre 2022
Somos
incendiarios de antes que tú lo seas. Cuando de incendiario, pediste nuestro
apoyo, lo hicimos de manera incondicional. Ahora con un discurso incendiario
has logrado la Presidencia. Si en adelante, sigues de incendiario tienes
nuestro apoyo. Si te vuelves bombero, debes saber que nosotros seguiremos de
incendiarios.
(Resumen de la reunión del 16 de
Julio de 2021 entre el Frente Amplio con Pedro Castillo, Vladimir Cerrón y
Roger Najar en Pasaje Sarratea 179)
En
1972, terminé la secundaria en el Colegio La Salle poniendo recortes contra la
guerra en Vietnam en el periódico mural, llamado Leynampac. Ingrese
en 1973 a la PUCP (Pontificia Universidad Católica del Perú), siendo elegido
para el Centro Federado ese mismo año por el FER (Frente Estudiantil Revolucionario);
para ese entonces, ya era calificado de “incendiario” por involucrarme en la
transformación de la realidad en lugar de su aceptación pasiva.
En
1975 empecé a militar en lo que el Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada
denominaba la ultra izquierda. Éramos aludidos en el lema: APRA, Ultra,
CIA; la misma porquería. Este lema era propalado por aquellos de
izquierda que respaldaban a los militares desde el SINAMOS (Sistema Nacional de
Movilización Social) o el PCP (Partido Comunista Peruano).
En
1977, a partir del Paro Nacional del 19 de Julio de ese año, el Gobierno
Militar fue arrinconado cediendo una Asamblea Constituyente y la promesa de
retirarse en 1980. El fin de la dictadura militar (primera y segunda fase) fue
fruto de la organización popular de masas, liderada por los sindicatos obreros.
En
1978, para la votación a la Asamblea Constituyente, la ultra izquierda
encarnada en el FOCEP (Frente Obrero Campesino Estudiantil Popular) y en la UDP
(Unidad Democrática Popular) obtuvo 17%[1] de
los votos, en base al liderazgo en huelgas y paros nacionales.
Ya
atrás habían quedado las experiencias guerrilleras en los 60s del FIR (Frente
de Izquierda Revolucionaria), MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria) y
ELN (Ejército de Liberación Nacional) que remedaban el éxito de Cuba, pero aquí
fueron sistemáticamente aniquilados por las FF.AA.
Entre
el 5 y 14 de Noviembre de 1979[2],
fui como delegado del PRT (Partido Revolucionario de los Trabajadores) al
Undécimo Congreso Mundial de la Cuarta Internacional en Rímini (Italia), donde
el debate central para los latinoamericanos fue la lucha armada con
la experiencia inmediata del triunfo del FSLN (Frente Sandinista de Liberación
Nacional) en Nicaragua. La posición peruana es que sin organizaciones de masas,
tomar las armas era aventurerismo pequeño burgués sin futuro alguno.
En
la teoría, se tenía la crítica de Lenin al movimiento anarquista Narodnaya
Volya[3] quienes
efectuaron el asesinato del Zar Alejandro II en 1881 que no condujo a ninguna
revolución, sino al contrario, a la pérdida de libertades políticas
conquistadas previamente. Exactamente las mismas consecuencias que SL (Sendero
Luminoso) y MRTA (Movimiento Revolucionario Túpac Amaru) provocaron en nuestro
país.
En
1980, la ultraizquierda se intentó unificar –infructuosamente- en ARI (Alianza
Revolucionaria de Izquierda) y más bien llegó a las elecciones dividida en tres
organizaciones: PRT, UDP y UNIR (Unión de Izquierda Revolucionaria) alcanzando
10%[4] de la votación nacional inferior
en 7 puntos a la obtenida dos años antes.
Por
efecto de ese retroceso, se produce un giro histórico, creándose una alianza entre
la ultraizquierda opuesta al Gobierno Militar y la izquierda afín al Gobierno
Militar. Así surgió la Izquierda Unida (IU), que en las elecciones municipales
de 1983 gana numerosas alcaldías y en las elecciones presidenciales de 1985
obtiene 25%[5],
que es inferior a la votación consolidada de ultra izquierda e izquierda en
1978 de 33%[6].
En
1985, la izquierda unificada se autoaniquiló por dos errores: uno fue
considerar a SL y MRTA como camaradas “equivocados”, cuando en realidad eran
enemigos de la revolución en la lógica de Lenin descrita previamente; el otro
fue la decisión de Alfonso Barrantes de no ir a segunda vuelta contra el APRA
“para no agudizar las contradicciones al seno del pueblo” y así vincular la
gestión del APRA con el futuro de la izquierda.
Estos
dos errores significaron orientaciones diferentes que provocaron dos listas de
izquierda en 1990. Estas sumaron 13%[7],
de un lado Izquierda Socialista con Barrantes que se negó a ir a segunda vuelta
contra el APRA y del otro lado Izquierda Unida con Pease que se opuso a esta
decisión. En síntesis, pagaron el precio de errar en 1985[8].
Posteriormente,
la izquierda careció de protagonismo propio y vivió arrimada a candidatos que
la acogían como fue Pérez de Cuellar en 1995, Toledo en 2001, y Humala en 2006
y 2011. Fueron 31 años sin identidad propia, desde el #2 de IU en 1985 al #3
del Frente Amplio (FA) en 2016.
Ese año, el FA obtiene la segunda bancada más grande en el Congreso (como en 1985) y el tercer lugar en la votación presidencial con 19%[9]. En estas circunstancias, el FA en lugar de migrar a ser un partido político que se constituya en la vanguardia de la organización popular de masas, se fracciona inmediatamente en 2016 y se desintegra en 2021.
En
2021, la izquierda con PL (Perú Libre) obtiene el primer lugar con 19% y luego
en la segunda vuelta obtiene la Presidencia de la República con el respaldo del
resto de partidos de izquierda. En estas circunstancias se produce nuevamente
un autoaniquilamiento de la izquierda cuando no se logra construir organización
partidaria, y el primer gabinete fue la suma de “personalidades” y “prebendas”
con cero horizonte político.
El
16 de Julio de 2021 participé en una reunión (resumida al inicio) entre FA y PL
en mi calidad de jefe del Plan de Gobierno del Frente Amplio con Pedro
Castillo, Vladimir Cerrón y Roger Najar. En esta reunión, PL ofreció un lugar
en el gabinete al FA, lo cual fue aceptado sin condicionamiento alguno entre
las partes.
La
experiencia congresal del FA implicó presidir la Comisión de Pueblos
Originarios y de Medio Ambiente por cinco años, la Comisión de Trabajo por tres
años y la Comisión de Inclusión Social por dos años. Siendo lo natural que en
el gabinete se le asignase al FA alguno de los ministerios espejo como Cultura,
Ambiente, Trabajo o Inclusión Social.
En
los hechos, PL ofreció primero el Ministerio de la Mujer, que ante la sorpresa
y queja del FA, lo reemplazó por el Ministerio de Producción, que inicialmente
le fue ofrecido a NP (Nuevo Perú). Esta primera señal de irracionalidad no fue
percibida como tal, sino como un azar del destino.
Para
la conformación general del gabinete, recomendé hacer un “gabinete de choque”
por la naturaleza de la oposición en el Congreso; debido a la experiencia con
Fuerza Popular entre 2016 y 2019, más la actuación de Renovación Popular y
Avanza País. La decisión de Pedro Castillo fue convocar un gabinete inorgánico
sin norte político, este eclecticismo clásico de la pequeña-burguesía no fue
identificado y repudiado como correspondía.
Las
posteriores recomposiciones del gabinete mostraban claramente una estrategia
reformista de cooptar partidos políticos de derecha, con la expectativa de que
a pocos se lograrían beneficios para las mayorías.
Pero
esta estrategia reformista tuvo una modalidad nueva, en lugar de gabinetes de
“tecnócratas” como era usual, se optó por gabinetes de “emprendedores”
habituados a sobornar para la gaseosa, coimear para la licencia, adulterar la
balanza, falsificar la marca, etc.
En
el lenguaje de Lenin, tuvimos sucesivos gabinetes pequeño-burgueses cuya
apoteosis reveló el carácter de clase de Pedro Castillo el pasado 7 de
diciembre, cuando intentó protagonizar un “acto heroico” cerrando el Congreso y
convocando a una Constituyente, con el apoyo de una cúpula militar.
Estos
“actos heroicos” son lo que destruyen la conciencia de clase indispensable para
una revolución. La pequeña burguesía, por su carácter intrínseco
individualista, cree que “el pobre es pobre porque quiere” ya que “el que
trabaja, triunfa”.
En
lugar del “acto heroico” del 7 de diciembre, Pedro Castillo pudo convocar a una
acción de masas a las 3 p.m. en la Plaza Bolívar para escuchar la votación del
Congreso, e independientemente del resultado de la vacancia, hoy tendríamos
mayorías empoderadas.
En
síntesis, Pedro Castillo se convirtió en el bombero del auge del movimiento
popular conduciéndolo a su derrota, creando primero gabinetes de
“emprendedores” en lugar de gabinetes con líderes populares, y, segundo, con su
pretendida alianza propuesta a la cúpula militar para disolver el Congreso y
reformar el sistema de justicia.
[1] https://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_a_la_Asamblea_Constituyente_de_Per%C3%BA_de_1978
[2] https://internationalviewpoint.org/spip.php?rubrique133
[3] https://en.wikipedia.org/wiki/Alexander_II_of_Russia#Assassination
[4] https://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_generales_de_Per%C3%BA_de_1980
[5] https://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_generales_de_Per%C3%BA_de_1985
[6] https://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_a_la_Asamblea_Constituyente_de_Per%C3%BA_de_1978
[7] https://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_generales_de_Per%C3%BA_de_1990
[8] https://elpais.com/diario/1990/04/05/internacional/639266402_850215.html
[9] https://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_generales_de_Per%C3%BA_de_2016
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