CUENTAS DE ANDORRA
César
Hildebrandt
Tomado
de HILDEBRANDT EN SUS TRECE Nº 606. 7OCT22
La jueza andorrana Stephanie García ordenó el jueves
pasado el embargo de cuentas mañosas surgidas de la trama corrupta de Odebrecht.
Las treinta cuentas inscritas en dos bancos del principado de Andorra, que
conservó su malévolo derecho al secreto bancario hasta el 2017, pertenecen a
exfuncionarios y amiguetes de los ex presidentes Ricardo Martinelli, de
Panamá, Rafael Correa, de Ecuador, y Alan García, de nuestro amado Perú.
La suma del dinero sudo congelado en cuentas de
peruanos llega a los 2’900,000 dólares, de los cuales un millón estaba en manos
de Jorge Horado Cánepa Torre, árbitro sesgado que le cobró 1’200,000 dólares a
Odebrecht para fallar a su favor en cuanto arbitraje cayera en su despacho.
Como lo recordó IDL: Odebrecht le ganó al Estado peruano 35 de los 42
arbitrajes que se libraron y obtuvo gradas a esa goleada 254 millones de
dólares adicionales a sus ganandas “legítimas”. Los siete arbitrajes que ganó el
Perú no implicaron ninguna suma de dinero. Cánepa Torre, abogado frecuente en
el papel cuché y exdiputado del PPC, fingía ser neutral y pedía que la coima se
la pusieran en Banca Privada d’Andorra o en el Credit Andorra. Su alias,
notorio en los codinomes, era Almohadinha y, según testigos, recibió por su
“trabajo” de dirimente trucho unos tres millones de dólares. La bonanza de este
abogado se dio, cómo no, en el quinquenio segundo de Alan García.
Como dice la nota de “El País”, el diario que ayer
dio cuenta de esta buena nueva, el tercer involucrado es Santiago Chau Novoa,
miembro del mismo comité lidiador y que tenía 442,280 dólares en Banca Privada
d’Andorra.
Otro ladrón del alanismo más íntimo, Miguel Atala Herrera,
fue más rápido que cualquier decisión judicial: sacó lo que tenía del millón de
dólares cobrados a Odebrecht y lo embargado se ha reducido apenas a 17,929
dólares. Atala ha dicho en instancia judicial que el dinero sacado de esa
cuenta fue para Alan García y el suicidio del que reclamaba ser sucesor de Haya
quizá se debió a lo que podía revelar este impensado colaborador eficaz.
Recordemos: Atala fue vicepresidente de Petroperú entre los años 2008 y 2011 y
era miembro de Democracia Social, una fachada académica del alanismo. Tan
pomposa institución era presidida por García. La vicepresidencia la ejercía
Luis Nava. Sólo faltaba Tirifilo.
En la redada bancada de esta semana también cayó
Gabriel Prado Ramos, presidente que fuera de la Empresa Municipal de Peajes.
Pero el hallazgo es simbólico: ¡sólo le encontraron 168 dólares! Al que fue
director de Ositran, Juan Carlos Zevallos, le han enfriado la suma de 113,737
dólares cuando su cuenta original llegó a los 591,360 verdes, como producto de
lo que le cobró a Odebrecht por la dación de la Interoceánica del Sur, un
megaproyecto que no sirvió de mucho y que fue presupuestado en 1,166 millones
de dólares.
El último de los nombrados por la nota de “El País”
es Jorge Peñaranda Castañeda, presidente de la consultora Alpha Consult. Tenía
casi 200,000 dólares en una cuenta discretamente inmovilizada.
La derecha quisiera que no recordáramos estas cosas. Le disgusta que “El País” recoja la información sobre asaltantes de dineros públicos que salieron del país formal y encopetado que nos gobernó casi siempre. Porque a esa misma panaca de saqueadores que leen la prensa habitual y se hartan de la tele podrida pertenecieron Fujimori y los suyos, Toledo y los demás, García y los otros, Humala y los de siempre, Kuczynski y la flauta que atrae a los ratones, Vizcarra y el cemento manchado de toda la vida.
¿Y si retrocedemos? ¿Qué tal si viajamos en la
máquina del tiempo y examinamos a los traidores ancestrales que no querían
independiente de España al Perú? ¿Y si nos remontamos al guano, a Echenique,
al civilismo, al arreglo con los Dreyfus, al contrato Grace, a Piérola, a
Benavides, a los Prado que vienen de una fuga? Cuando la rancia derecha del
Perú corrompió a Cáceres, el héroe de la resistencia, e hizo de su gobierno uno
más del montón abombado de nuestra historia, quizá sintió que su obra alcanzaba
la unanimidad. Y cuando empujó al Apra a los brazos del general burdelero y a
las fauces del rey de los rones, no pudo sentirse más folclórica e hirsuta, los
vicios de la derecha. De él se dirá que imitó con algún éxito, a su amor. Pobre
diablo. <:>
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