viernes, 7 de octubre de 2022

OPINIONES SOBRE LA COYUNTURA POLITICA PERUANA

 


CUENTAS DE ANDORRA

César Hildebrandt

Tomado de HILDEBRANDT EN SUS TRECE Nº 606. 7OCT22

La jueza andorrana Stephanie García ordenó el jueves pasado el embargo de cuentas mañosas surgidas de la trama corrupta de Ode­brecht. Las treinta cuentas inscritas en dos bancos del principado de Andorra, que conservó su malévolo derecho al secreto bancario hasta el 2017, pertenecen a exfuncionarios y amiguetes de los ex presi­dentes Ricardo Martinelli, de Panamá, Rafael Correa, de Ecuador, y Alan García, de nuestro amado Perú.

La suma del dinero sudo congelado en cuentas de peruanos llega a los 2’900,000 dólares, de los cuales un millón estaba en manos de Jorge Horado Cánepa Torre, árbitro sesgado que le cobró 1’200,000 dólares a Odebrecht para fallar a su favor en cuanto arbitraje cayera en su despacho. Como lo recordó IDL: Odebrecht le ganó al Estado peruano 35 de los 42 arbitrajes que se libraron y obtuvo gradas a esa goleada 254 millones de dólares adicionales a sus ganandas “legítimas”. Los siete arbitrajes que ganó el Perú no implicaron ninguna suma de dinero. Cánepa Torre, abogado frecuente en el papel cuché y exdiputado del PPC, fingía ser neutral y pedía que la coima se la pusieran en Banca Privada d’Andorra o en el Credit Andorra. Su alias, notorio en los codinomes, era Almohadinha y, según testigos, recibió por su “trabajo” de dirimente trucho unos tres millones de dólares. La bonanza de este abogado se dio, cómo no, en el quinquenio segundo de Alan García.

La otra cuenta gorda materia de congelamiento pertenece a Edwin Luyo Barrientos, que fue presidente del Comité de Licitación de los tramos 1 y 2 del Metro de Lima, obra que se ad­judicó derechamente a Odebrecht con un presupuesto original de 336 millones de dólares.

Como dice la nota de “El País”, el diario que ayer dio cuenta de esta buena nueva, el tercer involucrado es Santiago Chau Novoa, miembro del mismo comité lidiador y que tenía 442,280 dólares en Banca Privada d’Andorra.

Otro ladrón del alanismo más íntimo, Miguel Atala He­rrera, fue más rápido que cualquier decisión judicial: sacó lo que tenía del millón de dólares cobrados a Odebrecht y lo embargado se ha reducido apenas a 17,929 dólares. Atala ha dicho en instancia judicial que el dinero sacado de esa cuenta fue para Alan García y el suicidio del que reclamaba ser sucesor de Haya quizá se debió a lo que podía revelar este impensado colaborador eficaz. Recordemos: Atala fue vicepresidente de Petroperú entre los años 2008 y 2011 y era miembro de Democracia Social, una fachada académica del alanismo. Tan pomposa institución era presidida por García. La vicepresidencia la ejercía Luis Nava. Sólo faltaba Tirifilo.

En la redada bancada de esta semana también cayó Gabriel Prado Ramos, presidente que fuera de la Empresa Municipal de Peajes. Pero el hallazgo es simbólico: ¡sólo le encontraron 168 dólares! Al que fue director de Ositran, Juan Carlos Zevallos, le han enfriado la suma de 113,737 dólares cuando su cuenta original llegó a los 591,360 verdes, como producto de lo que le cobró a Odebrecht por la dación de la Interoceánica del Sur, un megaproyecto que no sirvió de mucho y que fue presupuestado en 1,166 millones de dólares.

El último de los nombrados por la nota de “El País” es Jorge Peñaranda Castañeda, presidente de la consultora Alpha Consult. Tenía casi 200,000 dólares en una cuenta discretamente inmovilizada.

La derecha quisiera que no recordáramos estas cosas. Le disgusta que “El País” recoja la información sobre asaltantes de dineros públicos que salieron del país formal y encopetado que nos gobernó casi siempre. Porque a esa misma panaca de saqueadores que leen la prensa habitual y se hartan de la tele podrida pertenecieron Fujimori y los suyos, Toledo y los demás, García y los otros, Humala y los de siempre, Kuczynski y la flauta que atrae a los ratones, Vizcarra y el cemento manchado de toda la vida.

¿Y si retrocedemos? ¿Qué tal si viajamos en la máquina del tiempo y examinamos a los traidores ancestrales que no querían independiente de España al Perú? ¿Y si nos re­montamos al guano, a Echenique, al civilismo, al arreglo con los Dreyfus, al contrato Grace, a Piérola, a Benavides, a los Prado que vienen de una fuga? Cuando la rancia derecha del Perú corrompió a Cáceres, el héroe de la resistencia, e hizo de su gobierno uno más del montón abombado de nuestra historia, quizá sintió que su obra alcanzaba la unanimidad. Y cuando empujó al Apra a los brazos del general burdelero y a las fauces del rey de los rones, no pudo sentirse más folclórica e hirsuta, los vicios de la derecha. De él se dirá que imitó con algún éxito, a su amor. Pobre diablo. <:>

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