sábado, 2 de julio de 2022

LA COYUNTURA POLITICA EN EL PERU

 El PLaN   V.

César Hildebrandt

V

Tomado de HILDEBRANDT EN SUS TRECE N° 593, 1JUL22

ladimir Cerrón ha confirmado a sus allegados que tiene el propósito de deshacerse de Pedro Castillo y reemplazarlo por Dina Boluarte. Es más, el varias veces denunciado Cerrón habría expresado claramente que su plan “es que Dina Boluarte esté a cargo del discurso del 28 de julio”.

El ultimátum de Perú Libre a Castillo exigiéndole su renuncia al partido, respondido ayer con el retiro “voluntario” del presidente de la república, era parte del cronograma cerronista. El tramo final de ese calendario debía empezar con la censura al ministro del Interior, continuar con la separación deshonrosa del profesor chotano de las filas de Perú Libre (algo que ayer se frustró gracias a la respuesta emanada de Palacio) y finalizar sumándose a los votos que en la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales apuestan por la suspensión del actual mandato presidencial. Pasan también esos cálculos del revanchismo por la adhesión de Perú Libre a las conclusiones de la ultraderechista Comisión de Fiscalización, que emitió sentencia condenatoria cuatro días después del desaire sufrido ante las rejas de la sede gubernamental.

Vladimir Cerron

Cerrón se reunió con lo que queda de la bancada de Perú Libre para comunicarle el texto del comunicado en contra de Castillo. Las fuentes de este semanario señalan que esa decisión empezó a tomar forma desde hace varias semanas, después de que el líder de Perú Libre y el presidente de la república discutieron en Palacio por la censura de la ministra Betssy Chávez, operativo de la derecha porkifujimorista al que se sumó la bancada del dinámico exgobemador de Junín. Desde entonces, Castillo y Cerrón no han vuelto a tener comunicación alguna.

Es cierto que entre Cerrón y Dina Boluarte se dio Dina Boluarte: la ficha que le faltaba jugar al último bolchevique de la izquierda. no hace mucho un agrio enfrentamiento público, pero fuentes de Perú Libre dijeron que ella “nunca fue oficialmente expulsada del partido”. El contacto entre Cerrón y Boluarte se ha restablecido, al parecer por iniciativa de la vicepresidenta, y por ahora ha sido telefónico. Se produjo con ocasión del viaje de Castillo a la Cumbre de las Américas y cuando Boluarte sufría de covid.

 Las mismas fuentes del cerronismo señalaron que habría un resquicio de diálogo con Castillo “siempre y cuando el presidente decida volver al programa político con el que ganó las elecciones”. La admisión de esa posibilidad apunta a que el Plan V (de Vladimir) tiene un objetivo alterno: poner contra la pared a Castillo y demostrarle que su vida política pende de un hilo perulibrista.

 ¿Aceptará Castillo tamaña extorsión? Y de aceptar, ¿ha calculado Cerrón a qué niveles de polarización podría llegar el país, sacudido por la tormenta perfecta de ineptitud, corrupción y crisis económica?

En todo caso, ¿la vicepresidenta Dina Boluarte habrá aceptado ya reemplazar a Castillo para cumplir el proyecto político de Vladimir Cerrón?

El tiempo lo dirá.

¿Tolerará el país que salga el Castillo embarrado y entre una señora cuya ideología más visible es el resentimiento social?

¿Admitiremos los peruanos que el sueño de Vladimir Cerrón empiece a cumplirse a partir de una dudosa maniobra sustitutoria?

Dina Boluarte

Cerrón dice, con media boca, que desprecia a Castillo por haber roto la bancada, por las acusaciones de corrupción y por haber traicionado el pacto original que los unía, aquel que estableció que todo debía empezar convocando una asamblea constituyente. Puede ser que esos odios principistas existan, pero también es cierto que lo que más irrita a Cerrón es que Castillo le haya arrebatado netas y potencialmente lucrativas áreas de poder. El cerronismo llama “caviar” a Dimitri Senmache y se suma a su lapidación porque lo considera “próximo” a Carlos Basombrío. ¿Puede haber sectarismo más sombrío? Esas fuentes del leninismo huanca también están convencidas de que la nueva ministra de Energía y Minas -coto antes de Perú Libre- fue nombrada por sugerencia de Roque Benavides.

Cerrón sabe, de otro lado, que se vienen nuevas pruebas en contra de Castillo. Se habla de audios y videos, especialmente uno en el que están Castillo y Silva hablando de modo que los compromete. Un Castillo aún más empapelado y miedoso es el que Cerrón necesita para sus objetivos. Por dos razones: o porque así caerá más fácil (y entonces vendrá Boluarte) o porque, al salvarle la vida con sus votos, Cerrón será su insaciable acreedor.

El año pasado un poco más de la mitad del Perú votó, otra vez, en contra de la mafia fujimorista. El cuy afortunado de esa tómbola era un profesor de primaria que parecía traer nuevos aires e ingenuidades auspiciosas. Gran error. El señor Castillo Terrones demostró, al poco tiempo, ser un sindicalista mañoso, un amigóte inescrupuloso de compadres y sobrinos, un fiasco manchado.

Pero Vladimir Cerrón ha perdido la cordura si cree que el país va a tolerar que el clamor de que se vayan todos se reduzca a un cambio de mocos por babas. ¿Sale Castillo y entra Boluarte para que Vladimir Cerrón ensaye a nivel nacional el desastre de gobierno corrupto que hizo padecer a Junín?

Cerrón delira. Cree que él es Fidel y que Dina Boluarte es Celia Sánchez. Está convencido de que Santa Clara ha caído, que el tren con municiones fue interceptado, que Raúl lo saluda detrás de un matorral, que el Che grita de alegría al lado de unos guajiros, que Camilo se abre paso y que las vacunas que vendrán al Perú serán, ahora, la Soberana y la Mambisa. ¡Caballero! <•>

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