SE CIERRA EL TELÓN:
ÓSCAR CATACORA
Christian Reynoso
“Wiñaypacha”, entre otros premios, fue ganadora a mejor
ópera prima y mejor fotografía en el Festival de Cine de Guadalajara el año de
su estreno, pero más importante fue su elección como la película representante
del Perú para los premios Óscar 2019 en la categoría de Mejor película de habla
no inglesa. Hasta entonces solo “La teta asustada” (2009) de Claudia Llosa, se
había hecho de la misma representación peruana para los Óscar 2010 en la
categoría Mejor película en idioma extranjero.
Se ha dicho que la virtud esencial de “Wiñaypacha” es su
condición de ser la primera película peruana hablada enteramente en aymara.
Desde luego, es una apuesta arriesgada que tiene entre líneas un deseo de
reivindicación cultural, pero no creo que sea la más importante virtud. Junto
con esta postura hay especialmente un afán de creación independiente y
experimental, que Catacora supo trasladar a la pantalla tomando como referente
una sobria y sentida mirada al hermoso y a la vez duro paisaje de las alturas
del altiplano peruano, donde el tiempo parece haberse detenido y sus gentes
viven a través del lenguaje de la contemplación y la espera.
Una mirada distinta que rompe con el cine comercial y que se
nutre de un contenido social que proviene de realidades periféricas rurales y
urbanas. Así también, en el mismo camino de “Wiñaypacha” y con una estética
diferente, la película “Manco Cápac” (2020) de Henry Vallejo, a la sazón otra
producción realizada en Puno (que pronto se estrena), se encuentra
preseleccionada para representar al Perú en los Óscar 2022. Señales de un nuevo
cine peruano que habla y discute con solvencia y carácter.
Sea este texto mi sentido pésame a la familia de Óscar
Catacora.
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