domingo, 5 de septiembre de 2021

GRANDES DE LA INTELECTUALIDAD PUNEÑA

 J. ALBERTO CUENTAS ZAVALA

Samuel Frisancho Pineda LIBRO DE ORO N° 2

N

o podía fal­tar en este ‘‘Libro de Oro“ una apre­ciación literaria de la obra poética de J. Alberto Cuen­tas. Las adjunta­mos como pruebas de su valor, pues todos los comen­tarios coinciden, en forma unánime, en la crítica a los poemas. Eso quie­re decir que existe una médula poé­tica, sin malabarismos. Aquí están:

De Uriel García, escritor sudame­ricano, polemista, senador de la Re­pública:

Alberto Cuen­tas, espíritu in­quieto, razonamiento polemizador, voluntad combati­va, emoción de campesino, auténtica y, honda emoción. Su pluma es de amarguras demoledoras, tajantes. Sus poemas son la expresión auténtica del alma del altiplano. Ahí se contemplan todas las emociones, y, tiene la fuerza del músculo indígena y la apacible serenidad de su gran lago”.

Juan de Dios Alberto Cuentas Zavala
De Arturo Peralta, Gamaliel Churata, pensador, escritor e ideólogo internacional:

“Se trata de un poemario de radical entraña vernácula; más de ese vernaculismo superficial y folklórico, no. Es un vernaculista medular que persigue la expresión de personalidad india en la mentalidad del criollo o mestizo, y, validos de la lengua hispa­na, la cual por esa razón es objeto de proceso radical de indianización, ya que en sus formas sintácticas como adjetivales, po­see un sentido rigurosamente indio. Por lo demás en ese poemario, el notable escritor peruano se exhibe como un Walt Whitman, si su poesía en buena medida de ella, ha roto relaciones con las consagradas métricas v metaforismos occidentales, para asumir declarada tesitura aborigen. Su lectura nos ha hecho vibrar”.

De Manuel Suarez Miraval, crítico literario, escritor y periodista;

J. Alberto Cuentas, denunció su vocación litúrgica. La naturaleza oficia en él como deidad propiciadora de mercedes ex­presivas. Su universo admite por igual en el mismo peldaño, el '‘murmullo de un beso o la tempestad de un trueno. Vieja y lontana herencia conmovedora de ofrendas. De ahí que sus poemas los considere de Piedra. El hombre se ha identificado con la piedra, porque era un imperativo de nimesis irrenunciable. Re­torno inmemorial al limo vernacular, capítulo olvidado por Micea Eliade“.

De Emilio Romero, Ministro de Educación, Emba­jador en Méjico, diputado, senador.

“J. Alberto Cuentas, es un poeta altivo, con orgullo de es­trellas y perfil de montañas. El espíritu se solaza encontrando remembranzas de exquisita poesía. Tal el poema “juventud, corcel de la vida”, uno de los más sentidos y hermosos poemas, que con “la primera cena" forman un joyel”.

De Estuardo Núñez, crítico literario, escritor y Director de la Biblioteca Nacional:

No ha podido Cuentas desprenderse en toda su obra del influjo preponderante de una naturaleza tan vigorosa como es la meseta kollavina. Por eso, su literatura toda responde a esos es­tímulos exteriores, y sus poemas se nutren de un impresionismo de alta calidad”.

De Luis de Rodrigo, poeta, premio de cultura nacional:

‘‘Sorprende y conmueve cuando el otoño empieza a coro­narle con sus hojas doradas la persistencia de su voz lírica, la fe­cundidad de su obra múltiple y la vitalidad de su espíritu; y, tan pronta vertida en realizaciones estéticas como en beligerancia ideológica, rompiendo lanzas por la verdad, la justicia y el amor”.

Un sentimiento panteísta recorre su obra. Ella está iden­tificada con el alma del hombre y el alma del paisaje Sus poemas surgen con avasallora fuerza telúrica. Por todas partes aso­man las tormentas de las cumbres, los ígneos latigazos de los ra­yos, los aletazos de los cóndores, los rugidos de los pumas. Al mensaje cósmico del Lago sagrado, contrapunto del agua, la luz, el viento, la tempestad, se unen las dulzuras rurales del huayño, la música imperecedera de las quenas, zamponas y charangos. Se siente, también, el aliento poderoso de los hombres de piedra pugnando por reconstruir la geometría de sus ayllus.

Hay en Cuentas un gonfalonero irreductible del andinismo, como bandera de lucha social y credo estético, que se alza más alta cuanto más se la combate. Su poesía caudalosa, ardiente, emerge con salvajes virginidad de las entrañas mismas de la tierra y de la sangre".

MOTAS LITERARIAS de España:

"Alberto Cuentas, ha logrado una poesía bien ganada que nosotros la definiríamos como muscular, llena de nervio y entereza. Poesía de ancho pulmón, de tromba y de grito. Es una ternura bárbara la que este libro encierra Ternura briosa, estremecida, varonil, de empaque gallardo y atuendo vivo. Ha sabido cantar como nin­gún poeta americano la fuerza telúrica del ambiente, esa cualidad magnifica que podría definirse como binomio del hombre y el paisaje”.

De El Comercio del Cusco

Sus poemas tienen a ratos el sabor de los salmos bíblicos y toman a momentos el cálido tono profético de los revolucionarios”.

De “Cultura Peruana”, Revista de Lima:

Impresionante por su fuerza telúrica. Cómo los anémicos va­tes costeños quisieran en la meliflua corriente de sus versos, tener un sólo toque de la fuerza arrolladora del poeta kolla. Pleno en esos cantos, oloroso a pólvora y revolución, como protestando por la garganta azul del Máuser. Alberto Cuentas, estremece de alegría combativa y nos hace sentir el fecundo resuello de la tierra. I, esas otras estampas folklóricas terribles de machismo, químicamente puro, que es el charanguero. Forjado en una noche alta de cóndores, de mísero alcoholcito corriendo por las venas del indio como torrente de pumas hambrientos, de llamaradas dantescas, de música que exprime el último gramo de amor y el último kilate de la esperanza... En abismos de los que sale con detrimento, su indiscutible condición del más alto vate indio de habla caste­llana que tiene el Perú”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario