viernes, 27 de agosto de 2021

PUEBLOS PUNEÑOS

 AZÁNGARO, 1937

Tomado de ALBUM DE PUNO José G Herrera, Marco Aurelio Gonzáles Ormachea, Puno 1937.

La Provincia de Azángaro fue creada por decreto del 25 de marzo de 1826, con los distritos de Azángaro, Achaya, Arapa, Asillo, Caminaca, Chupa, Muñani, Potoni, Santiago de Pupuja, Putina, Samán, San Antón, San José y San Juan de Salinas.

El distrito de Azángaro es la actual capital de la provincia de su nombre, fue creado por ley del 2 de enero de 1857, y se halla situa­do en la margen derecha del río Azángaro, sobre el que se ha construido un sólido puente de piedra, su posición geográfica está a los 149 55’, 10” de latitud Sur y a los 709 27’, 1” de longitud Oeste del meridiano de Greenwich, y se encuentra a los 4,020 metros sobre el nivel del mar, su población en toda la provincia es de 116,136 habitan­tes, tiene una extensión superficial de 2,905 kilómetros cuadrados.

La Capital de Azángaro, por ley del 16 de abril de 1828 fue honrada con el título de “Heroico Pueblo de Viicapasa” y por ley del 5 de febrero de 1854, se le concedió el título de Ciudad.

Azángaro tiene Centros Escolares para ambos sexos, el Concejo Municipal tiene un buen local propio, con un magnífico salón de actos, tiene una oficina de correos y te­légrafos, oficina de la Caja de Depósitos, Jefatura Militar, Cuartel de Policía, ade­más tiene un buen Club Social con muy buen confort, asimismo hay regulares ho­teles, tiene camino carretero que lo une a la estación de Pucará, a la Capital de Puno y a las demás provincias y pueblos, su actividad comercial está en condiciones de gran progreso, por la suba actual de la la­na, de cuyo artículo es el que produce en mayor cantidad que cualesquiera provincia, por estar en esta región la mayor parte del ganado del departamento, además de la lana, produce la mejor mantequilla y el me­jor queso.

Azángaro tiene un buen núcleo de po­blares blancos y mestizos, pero el mayor porcentaje es de indígenas que hablan el kechua, posee una iglesia muy antigua, cuyo interior está exornado por cuadros y retablos valiosos con marco dorado, sobre cuya iglesia, el historiador Markham dice lo siguiente: “La iglesia está situada en la plaza y tiene sus paredes de barro y paja y una torre con sus tejados rojizos; pero al penetrar al interior, yo me quedé verdade­ramente pasmado de la extraordinaria magnificencia y de la desproporcionada ri­queza en comparación con este pequeño pueblo. La nave central está alineada con grandes pinturas de tema religioso por ar­tistas nativos, en marcos de madera labra­dos con primor y de riquísimos dorados. El decorado de los marcos es verdadera­mente sorprendente; los adornos, los raci­mos, las hojas, las columnitas retorcidas, existen como en los famosos retablos del Cuzco; sobre el arco que conduce al chancel, hay una pintura que representa “El Triunfo de la Fe”, en colores claros. El altar mayor está recubierto con planchas de plata, columnas retorcidas, pinturas e imá­genes en primorosa profusión hasta por cerca del techo”. “Azángaro es por excelencia -continúa Markham- la ciudad de los tesoros ocultos”.

Interior del templo de Azángaro

El doctor Emilio Romero, en su Mono­grafía de Puno refiriéndose a tesoros ocul­tos en Azángaro dice:         “Hay en la ciudad varios pasajes subterráneos y cámaras se­cretas, una de las cuales fue descubierta hace tiempo. Conducía por una galería ha­cia la plaza y debajo de ella encontraron va­rias momias revestidas con objetos de oro y brazaletes…”

Más tarde el puneñista Modesto Basadre, constató la existencia de esas galerías subterráneas. Cuando pasó Markham por Azángaro, las examinó en su unión de don Luis Quiñones, azangarino distinguido de esa época. Modesto Basadre indica nue­ve metros de altura a esas galerías.

La Ciudad de Azángaro, ha sido tam­bién la cuna del inmortal doctor don José Domingo Choquehuanca, honor y prestigio del Perú, por el famoso discurso que le pro­nunciara al Libertador don Simón Bolívar, en el pueblo de Pucará, cuando se hallaba de paso a Bolivia, y que al escucharlo se quedó admirado y muy emocionado por la belleza de sus conceptos, por la estructura formidable de sus ideas con que exaltaban magníficamente su acción libertadora; y cuyos pensamientos tan enormemente ex­presivos se condensaron maravillosamente en tan pequeña pieza oratoria y que hasta hoy no ha tenido paralelo.

El discurso del doctor don José Domin­go Choquehuanca que fue pronunciado en kechua, fue el siguiente:

‘‘Munarccan Pachacamaj chuchunchu -cunamanta jalun llajtata ruraita: apurccan Manco-Ccapajta; huahuancunaj juchaj- cuynimpi carramurccan Pizarrota; quimsa huarancca ñsc'ariy huatamanta, ccjuyari- curccan América jallppamanta; chicataj ccanta apurccasunqui; ccan ari canqui Ja- najpachamanta unanchascca ccari; ñaupaj rurascca. manan rurascccayquiman imapas rijchchacuncho, pipas tupachiyta atinman, huaj Pacharajchari ruracunman. Ppescca llajtacunata unanchanqui jatun huiñaynin- huan huajasccapi rijchchayniyquita jocca- rispa, mana pej chayanan pataman chu- ranccacu.

Huatacunaj puriynimpi rurasccayqui jatunyancca, himanachus llanttu huiñan Inti huaycupuvnimpi”.

La traducción en castellano es la siguiente:

‘‘Quiso Dios formar de salvajes un gran Imperio, y creó a Manco Capaj; pecó su raza, y lanzó a Pizarro. Después de tres siglos de expiación ha tenido piedad de la América y os ha creado a vos. Sois, pues, el hombre de designio providencial; nada de lo hecho atrás, se parece a lo que habéis hecho; y para que alguno pueda imitaros, será preciso que haya un Mundo por liber­tar. Habéis fundado cinco Repúblicas, que en el inmenso desarrollo a que están llama­das, elevaran vuestra grandeza donde nin­guno ha llegado.

Con los siglos crecerá vuestra gloria, como crece la sombra cuando el Sol decli­na”.

¡Gloria y honor a la Provincia de Azán­garo, por ser la cuna, de tan ilustre ciuda­dano!

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