(ESTILO CACHACIENTO O ANIMUS JOCANDI)
A EXPLOTAR NUESTRAS RIQUEZAS*
En “HILDEBRANDT
EN SUS TRECE” N° 413, 21SET18
Y
|
a están
las jaurías del marxismo y sus compinches protestando por el proyecto de ley
de hidrocarburos que la lideresa de Fuerza Popular está impulsando.
Se
trata, como se sabe, de un proyecto que el señor Pedro Pablo Kuczynski dejó en
el Congreso y que constituirá, de aprobarse, un hecho histórico: por primera
vez en décadas el Perú se pone a la altura de las necesidades de inversión en
hidrocarburos promoviéndola con estímulos razonables, regalías bien pensadas y
plazos de concesión convincentes.
Los
peruanos no tenemos el capital como para explotar el petróleo y el gas con
que la naturaleza nos ha regalado. Necesitamos el concurso de capitales
externos que estén dispuestos a correr riesgos, a encontrar las riquezas y a
explotarlas pagando en impuestos lo que corresponde a un régimen especial que
lo que trata es sacar de la parálisis al sector hidrocarburos. Y lo mismo vale
para los exhaustos yacimientos petrolíferos del norte.
Sobre ese
proyecto habló la lideresa Keiko Fujimori con el presidente Vizcarra. La
presidenta de Fuerza Popular le dijo al primer mandatario que su partido,
adalid de los intereses de la nación, estaba muy interesado en el proyecto
dejado por Kuczynski, porque así le convenía al país. Y el presidente Vizcarra
estuvo de acuerdo.
Ahora
viene la bichería caviar y el oenegismo verduzco dizque ambientalista a
decirnos que debemos tener mucho cuidado, que las tribus de los no contactados
están en peligro, que la Amazonia está bajo amenaza, que el Amazonas podría
morir en el intento y que, en fin, estamos regalando nuestros recursos
naturales.
Era de
esperarse. El doctor Alan García, que tanto éxito tuvo en el combate contra la
pobreza durante su segundo y espléndido gobierno, llamó a esta gente
"perros del hortelano". Y puso el dedo en la llaga hablando, con ira
por demás justificada, de aquella política que consiste en no explotar nuestras
riquezas en nombre de un paraíso
inexistente y de una cultura minoritaria que no puede decidir en nombre de los
31 millones de peruanos.
Con el
viejo chantaje de las identidades bajo peligro y los presuntos desmanes ambientales
de la industria extractiva, el caviarismo nos quiere inyectar el curare del
inmovilismo.
No les
importa el país. No les interesa el desarrollo. Su demagogia es inagotable.
Hablan de daños futuros, de regalías que aún no se han fijado, de concesiones
que podrían perfectamente negociarse. Pero hablan, sobre todo, de una pureza
inexistente, de minorías étnicas que rechazan el desarrollo, de viejos
caciques preocupados por "la invasión occidental". ¿Ignora el
caviarismo que en nuestra región selvática lo peor es el subdesarrollo y lo
que este significa? ¿Ha visto nuestro rojerío la pobreza de los caseríos en
nuestro oriente, su necesidad de postas, médicos, colegios, Estado? El gran
enemigo de la selva es la pobreza y la nueva ley de hidrocarburos, que deberá
aprobarse en los próximos días, está hecha para mejorar el nivel de vida de
aquella desdichada región de nuestra patria.
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Publicación de REUNIÓN DE ASOCIACIONES POR EL TRABAJO Y LA ARMONÍA
SOCIAL, (RATAS)
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