miércoles, 10 de agosto de 2016

ECONOMIA PUNEÑA

PUNO VIVE DEL CONTRABANDO
Escribe: Waldo Gomez Poma | LOS ANDES 9AGO16
El poblador de la zona de frontera tiene un nivel económico que linda con la extrema pobreza y los productos que provienen de la capital tienen precios muy elevados, lo que obliga a que una gran masa de pequeños comerciantes se trasladen cada día martes y viernes a la frontera ubicada en Desaguadero, donde con el exiguo presupuesto que tienen, logran comprar productos básicos de cocina y golosinas, con lo que surten sus puestos de venta a precios bajos. Este acto de supervivencia natural, en unos meses fue duramente combatido por el presidente boliviano Evo Morales, quien luego se dio cuenta que las poblaciones asentadas a la vera del Titicaca tienen los mismos orígenes y necesidades, por eso decimos que Puno vive prácticamente gracias al contrabando hormiga y cortar ese eslabón de cuajo sería como cortar el cordón umbilical de un recién nacido y no prestar ningún apoyo, que lógicamente tendría como colofón la muerte.
Fuentes oficiales de Perú Cámaras informan que a nivel regional la Población Económicamente Activa (PEA) informal llega a cifras extraordinarias, porque según los últimos muestreos se logró identificar la informalidad que llega al 90% en promedio, lo que equivale una evasión tributaria descomunal. Pero también se conoce que las fuentes de la Sunat informan que las tasas de personas naturales y
 
jurídicas que lograron insertarse en el tráfico jurídico que el Estado diseñó es bastante plausible, porque se está insertando a sectores que nunca entregaban comprobantes de pago, pero que se requiere de un tratamiento especial y focalizado para toda la zona altoandina, porque existe la probabilidad de que sus negocios o puestos de producción de la noche a la mañana fracasen, ya sea por los movimientos económicos o los bruscos cambios climáticos.

Los ciudadanos que habitan en la región Puno, para nada están en contra de la formalización y posterior pago de tributos, lo que piden y exigen es la forma como las autoridades del nivel central tratan de uniformizar la inducción a las fauces de la Sunat, que no tiene mayor reparo en clausurar con un afiche grande los locales comerciales que son el sustento diario de miles de familias, donde la protagonista principal es la mujer que nunca fue a la escuela y por lo tanto no entiende lo que significa emitir un comprobante de pago o hacer un balance para luego pagar a la Sunat las tasas correspondientes. Por esto se requiere entender mejor esta situación y que las palabras del presidente constitucional no sean parte del escarnio público, sobre todo proveniente de políticos medrosos que fueron favorecidos por sentencias prevaricadoras del sistema judicial peruano. Urge una nueva legislación especial para poblaciones laborales como Puno, que la aduana no sea represora sino más bien se dedique a informar y educar sobre la forma legal de introducir al país mercadería proveniente del vecino país altiplánico, poner a disposición personas entendidas para ese trámite y de una vez por todas se logre pagar tasas muy bajas y asequibles.

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