viernes, 8 de mayo de 2015

POLITICA NACIONAL

LIMA PERU            8 MAYO 2015
FACULTADES EXTRAORDINARIAS
César Hildebrandt
Tomado de: “HILDEBRANDT EN SUS TRECE” N 249 8MAY15 p.9
Yo le daría facultades extraordinarias al gobierno. Pero no puedo. No soy Dios. No soy mago. Soy un mortal criollo.
Le daría facultades extraordinarias para que piense en lo esencial. ¿Qué es lo esencial en este caso?
Lo esencial es recordar el origen de este régimen que surgió del descontento popular respecto de los partidos tradicionales y los hábitos de la política nativa. La gente quería un líder centrista que le devolviera a la democracia la legitimidad social que había perdido en manos de la plutocracia omnívora que padecemos. El pueblo quería un caudillo que, sin arrasar con derechos ajenos, le diera al Estado la naturaleza arbitral y promotora que tiene que tener para llamarse tal. Entonces -¿recuerdan?- vino Humala y dijo: "Ese hombre soy yo, confíen en mí". El pueblo le creyó.
Todo viene de allí. Todas las carreteras tomadas, los muertos por bala, las pedradas salvajes, las iras vociferantes, todo procede de ese contrato social roto, de ese fraude, de esa manera infame de entender la política.
Humala es un gerente del continuismo. Y la derecha le ha hecho creer a la masiva ignorancia que el modelo neo-liberal, impuesto a patadas tanto en Chile como en Perú, es verdad sacra y evangelio salido de una zarza ardiendo.
Humala permitió que ese modelo no sólo continuara sino que se agudizara. Y está convencido de que sus programas sociales -limosnas diversas, premios consuelo- lo convierten en un gobernante distinto.
No, señor Humala. Usted no es distinto. Usted es peor. Porque nadie esperaba algo original de Toledo o de García. Usted, en cambio, era la opción viviente de las novedades que traerían vientos frescos. Por ejemplo: revisión de algunos TLC, fomento de la agricultura, diversificación industrial, inversión en tecnología e investigación, aumento histórico del presupuesto para Educación (no el mísero 3,5% del que usted se jacta), impuestos a las sobreganancias mineras, negociaciones para romper el blindaje de algunos contratos firmados por el fujimorismo, fortalecimiento del ministerio del Ambiente... ¿Sigo, señor Humala? No creo que sea necesario. Usted recuerda todo eso porque todo eso está en la memoria de quienes escucharon, a comienzos del 2011, que usted daría la vida por cambiar, para bien, el país. Usted juró que jamás defraudaría al pueblo que llenaba las plazas y vitoreaba su nombre. Ese espíritu de transformación está presente inclusive en la Hoja de Ruta que los Vargas Llosa le obligaron a firmar.
Sabemos qué ocurrió después. Usted como el Mariscal Cáceres cuando gobernó, se olvidó de los suyos y le entregó el gobierno a quienes habían perdido la elección. Con ellos, con los derrotados camaleónicos de siempre, ha hecho usted este gobierno  afantasmado derechista y mediocre. Pero hago mal en compararlo con Cáceres. Él hizo un gobierno malo pero fue el héroe indiscutible de la resistencia ante el invasor. En cambio, su heroísmo, señor Humala, consistió en negar, cuando las papas quemaban, el evidente apoyo que le había dado a su hermano en el "Andahuaylazo". Su heroísmo venía de Madre Mía y pasó por el histrionismo de Locumba. Su heroísmo lo ascendió a puestos diplomáticos en París y Seúl. Y su heroísmo actual es el de aceptar la burla de Chile en el tema del espionaje y callar respecto del triángulo terrestre mientras el ejército que usted comanda, señor Humala, quiere venderle a capitales chilenos dedicados a las tiendas por departamentos otros 30.000 metros cuadrados de una instalación oficial.

Lo que está pasando en Tía María es también obra suya, señor Humala. Es hora de que vaya allí y les diga a los agricultores de Cocachacra la verdad: que las promesas del 2011 se las ha llevado el viento, que hay que ser realistas, que somos un país minero, que se atengan a las consecuencias si no ceden. Pero dígalo usted. No siga mandando a sus ministros ni a la policía contratada por la Southern.


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