domingo, 14 de enero de 2024

LAGO SAGRADO EN GRAVE PELIGRO

 DESASTRE A LA VISTA EN EL LAGO TITIKAKA

Nota aparecida en la revista BRISAS (diciembre 2023) condensada de material disponible en distintas publicaciones.

Y

a no es solo una alarma que se viene escuchando o leyendo desde hace más de medio siglo. Ahora es un inminente riesgo, es el abismo negro que nos espera teniendo como espejo otras latitudes del orbe que han visto que antiquísimos espejos de agua sean hoy territorios desérticos, como revela la nota del periodista de investigación Víctor Alvarado, invitado nuestro en esta edición especial sobre el lago.

La siguiente es parte del dramático texto que publicó en setiembre último el diario madrileño El País en referencia a las graves circunstancias que rodean a nuestro mítico lago, un altísimo y gigantesco espejo donde acaso las estrellas se hacen su tocado, según describió certero el poeta.

Preñado de estiércol

La documentada crónica del diario madrileño añade que científicos advierten que este cuerpo de agua ubicado a unos 3.810 metros de altitud que comparten Perú y Bolivia se ha llenado de desechos domésticos e industriales.

Al ya viejo drama se suma ahora la falta de lluvias que también ha reducido sus aguas a niveles críticos.

Es noticia vieja que las aguas lacustres en la bahía de Puno ofrecen un inquietante color verdusco producto de la también vieja contaminación de los desagües, otrora antiguas aguas color turquesa de las que hoy emana un hedor insoportable en algunas zonas del litoral puneño.

En el otro lado, los vecinos de la bahía de Coahana, la zona más contaminada del lado boliviano, describen que el lago presenta habitualmente ‘una enorme mancha oscura y un olor a huevo podrido’.

 Los torrentes urbanos se unen en la zona rural al río Pallina que arrastra los desechos hasta desembocar en la bahía de Cohana, donde está el lago. 

Su Majestad, el Lago

Volodia Mendoza Aparicio, otro de los colaboradores de este informe, revela en nota aparte los portentos que guarda en sus aguas este colosal reservorio, uno de los pocos que quedan de agua dulce en el mundo.

Y nosotros lo tenemos al pie de nuestros pueblos ribereños desde hace milenios.

Allende la frontera, está a 144 kilómetros de ciudad de La Paz, la capital administrativa de Bolivia. Toneladas de contaminantes como plásticos, metales pesados y aguas servidas -dice el diario en mención- son arrojados sin control a ríos que cruzan las ciudades bolivianas de El Alto, Viacha y Laja, donde viven más de un millón de personas.

Un antiguo pescador boliviano de 53 años que ahora se dedica al turismo y la ganadería, mira con preocupación que las marcas de agua en las maderas del muelle han bajado por la falta de lluvias y que los peces prácticamente han desaparecido, al igual que las algas que sacaba del lago para alimentar a sus animales.

En nuestro lado

En el lado peruano, la bahía de Puno, una capital de 130.000 habitantes, está totalmente contaminada por la descarga de aguas servidas, mientras que el río Coati arrastra hasta el lago la basura que genera la ciudad de Juliaca, de 600.00 habitantes, a poco más de 30 Km. de Puno.

Millones botan medio kilo de basura al día

El Titicaca tiene un área de 8.562 kilómetros cuadrados y se encuentra en la cuenca endorreica del altiplano andino que compartimos con Bolivia. Allí viven unos 2,1 millones de habitantes. Cada uno de ellos genera aproximadamente 0,5 kilos de basura diaria.

La contaminación también ha provocado que el  85% de las especies de peces endémicos estén en riesgo de desaparecer o ya han desaparecido, además de causarle graves daños a la flora acuática. Kilómetros de terreno que en época de lluvia se inundaban, actualmente son paisajes casi desérticos debido a una persistente sequía por la que los animales buscan desesperadamente algo de pasto para comer.

“Con la sequía y la contaminación, hay una sinergia negativa que impacta a la población del lago Titicaca”, dice Juan José Ocola, biólogo y presidente de la Autoridad Binacional Autónoma del Lago Titicaca (ALT), institución creada en 1996 por Bolivia y Perú que se encarga (¿?) del manejo, control y protección de los recursos hídricos, hidrobiológicos y ambientales del lago.

“Yo estimo que se requieren mínimamente 600 millones de dólares para tratar aguas residuales, tratar residuos sólidos, fortalecer la capacidad de gestión ambiental de las municipalidades e implementar un programa binacional para sensibilizar y educar a la población sobre los problemas ambientales del lago”, agregó.

“Si no hacemos algo, vamos a tener una enorme cloaca donde se vierten todos los residuos, un lago totalmente degradado sin fauna ni flora y con pocos espacios donde se pueda seguir cultivando trucha”, alerta Carlos Revilla, antropólogo y director del instituto de investigación y acción de desarrollo integral (IIADI).

El Ing. Gustavo Flores denuncia en esta edición que las ultra mediáticas plantas de tratamiento cacareadas desde hace decenios en Puno, están en cero.

Microalgas peligrosas

El científico francés Xavier Lazzaro encabezó en junio del 2019 la instalación de una boya en la que se convirtió en la primera estación hidrometeorológica automática y autónoma del Titicaca, como parte del observatorio científico ambiental permanente en la zona, un proyecto financiado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Las observaciones de la estación apoyadas por imágenes satelitales evidenciaron en 2021 el aumento del fenómeno denominado eutrofización, que es el enriquecimiento de nutrientes como el nitrógeno y fósforo que propician la floración de microalgas. En 2022, la boya registró en el norte del lago una superficie de color verde (en vez de un tono azul) una característica de la presencia de estas microalgas.

Este es un proceso natural que toma miles de años, “pero se ha acelerado de forma crítica en los últimos 40 debido a la contaminación doméstica e industrial combinada con el calentamiento. Hemos arruinado una belleza natural”, afirma Lazzaro, quien desde 1979 ha realizado investigaciones en el Titicaca como parte del Instituto Francés de Investigación para el Desarrollo (IRD).

El experto teme que en la actualidad ocurra un episodio peor al registrado en abril del 2015 cuando se documentó la primera floración de fitoplancton en el lago debido una lluvia inusualmente larga que llevó a un exceso de nutrientes, materia orgánica y contaminantes en el agua favoreciendo el crecimiento incontrolado de microalgas que redujeron el nivel de luz y oxígeno en el fondo del lago causando la muerte masiva de peces, ranas y aves acuáticas.

¿MUERTE LENTA DE ESTA MARAVILA NATURAL?
Sequía

Lazzaro sostiene que el lago, que es del tipo endorreico (sus aguas no llegan al mar y se agotan por evaporación, infiltración o consumo), está enfrentando una década de sequía por el calentamiento global “y con la llegada del  fenómeno de El Niño será peor aún”.

“Se observó (con la boya) una tendencia de reducción nítida de la precipitación anual de 782 milímetros (mm) en 2020, 677 mm en 2021, hasta 485 mm en 2022. Así como una reducción del periodo lluvioso: de septiembre 2019 a marzo 2020; de octubre 2020 a abril 2021; de febrero a abril 2022”, explicó.

En los últimos seis años, el nivel del agua del Titicaca empezó a bajar y ya no se recuperó. El promedio debería ser 3.810 metros sobre el nivel del mar, pero debido a la alta exposición a la radiación solar y lo elevado de la evaporación, ha bajado hasta un 2,1% por debajo del nivel promedio, “lo que es preocupante”, dice el presidente de la ALT.

“El agua baja casi 12 centímetros mensuales. Si seguimos a este ritmo, en 2024 podríamos llegar a la peor sequía y al nivel más bajo del Titicaca registrado en el año 1943 a 3.806 metros sobre el nivel del mar”, explicó Ocola.

La falta de agua ha afectado las 90.000 hectáreas de totorales, una planta acuática en forma de junco que depende del agua para subsistir y es un ecosistema importante porque es un hábitat de peces nativos. También impacta el turismo, la agricultura y la ganadería y pone presión a la pesca, ya disminuida.

Tal el pavoroso informe del diario español del que nos hacemos eco aquí en BRISAS instando a una movilización nacional y regional en salvaguarda del Titicaca. <>

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