TITICACA: ENFRENTA UNA CALAMIDAD
Víctor
Alvarado
En
revista BRISAS, 28DIC23
E |
l
Lago Titicaca (en Puno a 3,812 msnm), el mítico “lago de los pumas de piedra”,
según traducción de sus vocablos aymara y quechua (Titi: gato o puma; y kaka:
montaña o roca), enfrenta advertencias de una calamidad climática o, más
drásticamente hablando, de un terrible desastre ambiental.
Sus
causas: el calentamiento global, determinante de la disminución del nivel de
sus aguas de hasta 2.2 metros desde el año 2001, y que iría peligrosamente en
aumento en los próximos años hasta poner en riesgo su existencia milenaria de 6
millones de años.
Esta
advertencia no es un alarmismo ni una ligera ocurrencia, pues en el mundo
tenemos hasta 5 grandes lagos, como el Titicaca, en proceso de desaparición
principalmente debido a 1) fenómenos climáticos, como el llamado calentamiento
global que está incidiendo sobre el Titicaca y 2) el mal manejo de las fuentes
de agua que lo abastecen, como lo han hecho los gobiernos centrales en el caso
del lago puneño.
Un
precedente A estos cinco lagos habría que añadir un sexto, el antiquísimo lago
salado Poopó, ubicado a 3,686 msnm, en territorio hoy boliviano, en el
departamento de Oruro, unos 200 metros más abajo que el Titicaca, conocido
durante la Colonia como lago Aullagas o lago Paria, considerado el segundo más
grande de Bolivia (después del Titicaca que lo compartimos los dos países),
ahora convertido en desierto.
El
lago Poopó se secó una vez en 1994 a causa de una sequía prolongada, y ahora 30
años después, todo indica que la desaparición de sus fuentes hídricas
subterráneas que le suministraban aguas, es irreversible.
Esta
constatación llevó al gobierno boliviano, el pasado 16 de diciembre de 2015, a
darlo oficialmente por desaparecido y con él, la eliminación de una fauna de
200 especies silvestres entre aves, mamíferos, peces y reptiles.
El
trágico final del Poopó amenaza a decenas de lagos en el mundo, entre ellos a
cinco gigantes que por milenios eran el orgullo de las naciones donde estaban
enclavados.
Arqueo fatal. Hagamos aquí un
breve repaso de ellos:
Tragedia que se
repite
1. El Lago conocido como Mar de Aral (Uzbequistán), del
que queda solo un 5% de su extensión original, debido a que en los años 60
durante el gobierno de la exURSS, al que perteneció Uzbequistán, derivó los
caudales de sus ríos afluentes Amu Darya y el Syr Darya, para la irrigación de
las tierras destinadas al cultivo intensivo de algodón y otros cultivos, que lo
convirtieron en uno de los mayores productores de algodón del mundo.
La desviación de esos sus ríos evitó que el
agua llegara hasta el “Mar de Aral” y este ahora es un remedo de lago y, para
colmo de males, sufre la concentración de sales, pesticidas y fertilizantes, y
la desaparición de la fauna, obligando a sus pobladores a emigrar a otros
lugares. El panorama que ha quedado es el de un completo desierto.
2. Lago Urmia, en Irán, uno de los lagos de agua salina
más grandes del mundo, desaparece lentamente, y en la actualidad solo el 5% de
su superficie tiene agua.
3. Lago Chad, que se extendía a lo largo de los países
africanos de Chad, Camerún, Níger y Nigeria, ha perdido desde la década de 1960
el 90% de su extensión lagar.
4. Lago Cachet II (Chile), de origen glaciar, desapareció
definitivamente en marzo de 2012, luego de las desapariciones de los glaciares
andinos que le surtían de agua.
5. Lago Sagrado Waiau (Hawái, EE.UU), empezó a reducir el
nivel de sus aguas en el 2,010 y no hay señales de que el proceso de
desaparición se detenga.
Sensible reducción del nivel de las aguas lacustres genera dramática ampliación de sus orillas |
Sustracción de aguas
Según
una valiente denuncia del escritor puneño Omar Aramayo, varios ríos, de los más
de 25 que aportan sus aguas al Lago, entre ellos los ríos Ramis e Ilave, han
experimentado descensos de sus cauces, entre otras razones, porque habrían sido
objeto de sustracciones de sus caudales, pero no en sus propios cursos, lo cual
hubiera sido detectable y escandaloso, sino en las partes altas, en los lugares
de nacimiento de estos ríos, donde las aguas estarían siendo recogidas por
tubos y llevados a Moquegua, Tacna y tal vez también al vecino Chile.
Aramayo
no lo dice, pero uno de los artífices de la sustracción clandestina de las
aguas en los propios orígenes de los cauces de los ríos que alimentan al
Titicaca, sería el expresidente Vizcarra, uno de los impulsores a rajatabla de
la Represa de Pasto Grande (Moquegua) y aunque este embalse aparece como el
represamiento de las aguas del Río Vizcachas para irrigar tierras en Moquegua y
Tambo, cabría investigar si también, como dice Aramayo “están chupando” las
aguas en los orígenes de los ríos que abastecen al Titicaca.
Tendencia grave
De
otro lado, resulta claro que mientras continúe este déficit hídrico derivado
del calentamiento global y la presencia del fenómeno El Niño, léase la llegada
de corrientes cálidas al mar frente a las costas de Perú y Ecuador, se
mantendrá la disminución de los caudales de unos ríos y la sequedad de otros,
así como del nivel de las aguas del Titicaca.
Necesaria
movilización
Se
trataría de motivar y/o emplazar a los gobiernos regional y central a
desarrollar una cruzada para asegurar: la intangibilidad de los caudales de los
ríos que desembocan en el Titicaca, y la descontaminación de sus aguas a través
de la ejecución del proyecto de creación de 10 plantas de tratamiento de aguas
residuales, una para cada provincia, que camina a paso de tortuga. (Ver nota
aparte de Gustavo Flores) De la existencia del Lago depende la vida de cerca de
3 millones de peruanos y bolivianos, de los cuáles 1.3 millones residen en
Puno.
Alerta
del Senamhi Este fenómeno tiende a agravarse, según Sixto Flores Sancho, jefe
regional del SENAMHI en Puno; desde que se declararon las altas temperaturas,
las aguas del Titicaca disminuyeron 59 centímetros, que deberán añadirse a los
2.2 metros de disminución registrados desde el 2001.
«A
pesar de que se tienen precipitaciones ligeras estas no compensan la fuerte
evaporación debido a las temperaturas”, explicó Sixto Flores, luego de
adelantar que a fin de año el nivel del agua del lago Titicaca podría bajar en
90 centímetros.
Respecto
al caudal de los ríos más representativos de la región, como el Ramis,
Huancané, Coata y otros, advirtió que están 63 % por debajo de su estado normal
en comparación de los años anteriores, debido, reiteró, a la presencia de las
altas temperaturas.
Sobre cuernos,
palos
Esta
situación mantiene crispados a los puneños y de manera particular a los nativos
Uros que residen en las islas flotantes del lago por la caída del turismo. El
descenso del nivel de las aguas del Titicaca ha causado que los embarcaderos
estén ahora sobre lodo y no sobre agua y lógicamente los turistas rehúsan
embarcarse.
Las
altas temperatura han provocado también que se haya secado el 86% de los
totorales en un área de 37,180 has., con lo cual los Uros perderán un nutriente
que les facilita su digestión y evita el estreñimiento. La desaparición de los
totorales, además dejaría sin alimento a una amplia fauna silvestre y sin
forraje al ganado doméstico y también sin materia prima a miles de artesanos
que lo usan para fabricar canastas y objetos turísticos. <>
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