BOLUARTE FUE CÓMPLICE DE
LOS ASESINATOS
A un año de la masacre en Ayacucho, Patricia
Correa, exministra de Dina Boluarte, cuenta por primera vez detalles que pintan
de cuerpo entero a la actual presidenta de la república
Sonia Suyón
En:
HILDEBRANDT EN SUS TRECE Nº 667, 22DIC23
E |
l jueves 15 de diciembre de 2022, cerca de las 10
de la noche, poco después de que las Fuerzas Armadas dispararan a matar y
acabaran con la vida de 10 ciudadanos en Ayacucho, entre ellos dos menores de
edad, Dina Boluarte recibía en su despacho a sus todavía ministros Patricia
Correa Arangoitia y Jair Pérez Bráñez. Su rostro no denotaba mayor angustia
frente a lo que estaba ocurriendo. Correa, que hasta ese momento era titular
de la cartera de Educación, con el celular en la mano, le enseñó uno a uno los
videos que daban cuenta de la masacre en Huamanga, donde los militares y
policías habían disparado a la población durante siete horas. Además le mostro
testimonios recogidos en las redes sociales -ya que los grandes medios no
daban cuenta de estos hechos- y también reportes de la Defensoría del Pueblo,
la de ese entonces.
“Esta no es la información que yo manejo, esta
información no la tengo completa”, repetía Boluarte, mientras sus ministros le
daban cuenta de la gravedad de los hechos. Pese a que intentó parapetarse en
una supuesta desinformación que sostenía que “la población había emboscado a la
policía y por eso habían ingresado los militares”, Boluarte no realizó, sin
embargo, ni una sola llamada para comprobar esa versión. No convocó a nadie ni
pidió explicaciones a los ministros del Interior ni de Defensa para exigir el
cese al fuego, que continuó al día siguiente en Huamanga dejando en total más
de 50 heridos. Tampoco recibió ninguna llamada o mensaje durante los cerca de
60 minutos que duró el encuentro con sus entonces ministros. Es decir, escuchó
a Correa y a Pérez como si recién se estuviera enterando de la matanza, pero no
hizo absolutamente nada para remediar la situación.
¿Que tenía en la cabeza este soldado al disparar a su pueblo?
“Ella nos recibe y nosotros le expresamos la razón
por la que estábamos ahí. Ese momento del encuentro es crucial y pudo cambiar
el rumbo del país y evitar la tragedia que luego se dio en Puno, pero ella
finalmente no hizo nada”, recuerda Correa. Y agrega: “Yo no sólo voy para
expresarle mi renuncia, también le pedí explicaciones sobre lo que estaba
ocurriendo y le dije que en ese momento debía convocar de manera urgente un
consejo de ministros extraordinario, que saliera a pedir perdón en un mensaje a
la nación y que exigiera la renuncia del primer ministro y de los ministros del
Interior y de Defensa, que en ese momento era Otárola, porque ellos eran los
responsables políticos de esas muertes”.
Patricia Correa, educadora de profesión y con maestría en gestión pública por la PUCP, también recordó que junto a su ex colega Pérez Bráñez solicitaron a Boluarte que no acudiera al día siguiente a una actividad militar en Chorrillos, como un gesto de desagravio al pueblo de Ayacucho. Boluarte, por supuesto, asistió. Y mientras los ayacuchanos al día siguiente lloraban a sus muertos baleados por las Fuerzas Armadas, ella se daba un baño de popularidad militar con esas mismas FF.AA. y celebraba en la ceremonia de graduación de oficiales de la Escuela Militar de Chorrillos. Y junto a su ministro de Defensa, ese mismo día, reafirmaba su “apoyo incondicional” a la actuación de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional en las protestas.
“Quiero reiterar el apoyo incondicional a nuestras
Fuerzas Armadas y Policía Nacional en esta tarea tan sacrificada de controlar
el orden interno”, declaró ese día Otárola, ministro de Defensa que Boluarte
siguió conservando como tal hasta unos días después, cuando lo nombró
presidente del Consejo de Ministros.
“Ella (Boluarte) nos dijo que al día siguiente
tomaría acciones, que iba a hacer cambios y tomaría decisiones”, recuerda
Correa. Y cuenta que, a la mañana siguiente, viernes 16, volvieron a Palacio de
Gobierno, que estaba lleno de militares, y se encontraron esta vez sí con el
verdadero rostro de la jefa de Estado. “Yo esa noche no había podido dormir.
Estuvimos en Palacio desde las 8 a.m. y la esperamos. Cuando nos vio, lo que
nos dijo fue que en ese momento el país requería de un gobierno fuerte, firme
y con mano dura, a lo que yo le respondí que habían muerto civiles a manos de
militares y que lo único que hacía fuerte un gobierno era la democracia sin
violencia”, recuerda Correa. Boluarte, más militarizada que nunca, insistió que
no había otra salida, que para solucionar la crisis hacía falta mano dura. El
encuentro en esta ocasión fue breve porque Boluarte estaba apremiada por ir a
Chorrillos, al evento militar. Tras esto, ambos ministros dejaron sus respectivas
cartas de renuncia en la mesa de partes de Palacio. Fueron los dos únicos ministros
de la presidenta que renunciaron aquella vez por las muertes en Ayacucho durante
las protestas.
“Cuando se cruza la línea de la impunidad, de no
reconocer que ocurrió una masacre, que decenas de ciudadanos murieron a manos
del Estado, entonces se va a tratar de justificar cualquier hecho. Mi
apreciación es que si en ese momento Dina Boluarte hubiese pedido la renuncia
de los ministros con responsabilidad política en esas muertes, si hubiese convocado
un nuevo gabinete que tuviese claro que la mano dura y la violencia no eran la
ruta que había que tomar, otra hubiese sido la historia”, reflexiona Correa
desde Moquegua, donde se encuentra trabajando en proyectos de descentralización
educativa.Patricia Correa buscó a Dina Boluarte la misma noche de la masacre en
Ayacucho para que cambie el manejo de las protestas. La respuesta de la
mandataria fue elocuente y los resultados sangrientos
Lo que le sorprendía también durante los seis días que duró su gestión como ministra de Estado fue la indolencia de casi todo el gabinete. La misma tarde de los sucesos en Ayacucho, en el chat de los ministros donde también estaba Dina Boluarte, la exministra de Educación pidió explicaciones a los ministros de Defensa y del Interior sobre lo que estaba ocurriendo en Huamanga. Y nadie dijo nada. Luego el exministro de Cultura Jair Pérez envió un video donde se veía que los militares disparaban contra la población. Tampoco hubo ninguna reacción. Silencio sepulcral. El día anterior la ministra Hania Pérez se refería a los manifestantes como “terroristas y delincuentes” mientras que la ministra de Salud de entonces, Rosa Gutiérrez, la que recibía los reportes de muertos y heridos de las diferentes zonas del país, exigía más firmeza para solucionar la crisis.
Las dos primeras muertes durante las protestas fueron
en Andahuaylas, Apurimac, apenas al día siguiente de que juramentara el primer
gabinete de Dina Boluarte.
“Esas dos primeras muertes en Andahuaylas eran ya
una tragedia para el país y para el gobierno. Pedí que se investigara y no pasó
nada. Al día siguiente Boluarte le encargó a Otárola que viaje a la zona y que
lograra restablecer el orden, pero él no pudo aterrizar, la población no lo
dejó. Al día siguiente, en sesión de Consejo de Ministros, lunes 11 de diciembre,
Boluarte le reclamó duramente cómo es que no había podido llegar a Andahuaylas.
Todo el gabinete vio a un ministro de Defensa humillado, disminuido, pero
después todo cambió”, dice Correa. En efecto, diez días después, el 21 de
diciembre, Boluarte nombró a Otárola jefe de la PCM.
Patricia Correa asistió a :res Consejos de Ministros
le forma presencial: el domingo 11, el martes 13 de diciembre y el miércoles 14
de diciembre del 2022, Cuando Otárola presentó los provectos de ley para declarar
el estado de emergencia en varias zonas del país.
No hay comentarios:
Publicar un comentario