NEGACIÓN Y VIGENCIA DE TÚPAC AMARU II
José Luis Ayala
DIARIO UNO 31OCT21.
Todo
parece indicar que hasta aquí, en vano hemos esperamos nuevos y novedosos
trabajos de investigación acerca del Perú y, de modo especial, en referencia al
Bicentenario de la Independencia. Sucede que no es posible leer novedosas
propuestas para saber qué significan 200 años de vida republicana. No hay nada
nuevo, es como si el tiempo histórico se hubiera detenido. ¿Qué ocurre
realmente? ¿Qué pasa? Lo que sucede es que a los científicos sociales no les
interesa el análisis, la reflexión y, sobre todo la búsqueda de la verdad
histórica. La gran pregunta que aún no tiene respuesta es: ¿Cómo es el Perú en
el siglo XXI? Se trata de un desafío que causa mucho temor, es preferible
callar y “dejar hacer, dejar pasar”.
Heraclio
Bonilla, planteó la tesis que la independencia del Perú fue “concedida”, debido
a la presencia de ejércitos de Argentina y Chile, que “la ruptura fue impuesta
por las armas de San Martín y Bolívar”. De ese modo trató de demostrar que nada
le había costado al Perú un hecho trascendental. Por tanto, tampoco se
esforzaría por construir una sociedad distinta en beneficio de las grandes
mayorías maltratadas durante la colonia.
Sin
embargo, Heraclio Bonilla se equivoca cuando afirma: “Más increíble resulta el
papel de ‘precursor’ de la independencia que algunos textos le otorgan a Túpac
Amaru II a raíz de la rebelión de 1780, pues si tuvo algún significado en los
acontecimientos que se desarrollaron tres décadas más tarde, fue justamente el
opuesto al que se le asigna, en la medida que permitió la consolidación del
orden colonial como consecuencia del terror que inspiraba la movilización
indígena y, con relación a la articulación entre la crisis de la metrópoli y el
orden colonial ultramarino, libros como el de Francis-Xavier Guerra,
‘Modernidad e independencia sobre la revoluciones hispánicas (1992)’, han
demostrado más allá de toda duda la existencia de tal vínculo”. 1
Heraclio
Bonilla afirma sin embargo: “Todo lo anterior no quiere decir que no queda nada
por hacer. Por ello, el resultado más deplorable de aquella polémica desmedida
fue la eliminación de la agenda de las investigaciones de un problema crucial
para la explicación no solo de la crisis de 1821, sino sobre el papel
específico de esos acontecimientos en la trayectoria que después transitara el
Perú. Sería necesario seguir conociendo las variantes regionales y especiales
de las movilizaciones en el entorno de 1821, a fin de encontrar la
correspondencia de las estructuras específicas a partir de las cuales
emergieron”.
Sin
embargo, todavía hay tiempo para una convocatoria y así los jóvenes
historiadores, puedan ocuparse de un personaje cuya presencia es cada vez más
nítida. José Gabriel Túpac Amaru II el 4 de noviembre de 1780, inició un
movimiento libertario que no se ha cumplido. Es cierto que las condiciones
históricas ahora son distintas; sin embargo, las razones sobre todo humanas no
han variado. Una pregunta ineludible: ¿Cuándo dejarán de llamar algunos
historiadores (as) indios, indígenas, nativos, a las grandes mayorías de seres
humanos nacidos en el Perú, desterrados, invisibilizados por la cultura
oficial?
Charles
F. Walker, en su libro: De Túpac Amaru a Gamarra. Cusco y la formación del Perú
Republicano dice: “La incertidumbre sobre la naturaleza del movimiento de Túpac
Amaru se refleja en el estilo altamente ideológico con el cual ha sido tratado
por los historiadores. El levantamiento ha estado en el primer plano de
diversas interpretaciones y debates sobre el pasado, el presente y futuro del
Perú. Por otro lado, ningún período ha sido tan determinante en las discusiones
sobre lo que es el Perú y razones por las cuales está tan fuertemente dividido,
como ha sido la Guerra de la Independencia”. 2
Bartolina Sisa |
___________________________
1.-
Heraclio Bonilla. Metáfora y realidad de la independencia en el Perú. IEP. Pág.
26. 2001. Lima.
2.-
Charles F. Walker. De Túpac Amaru a Gamarra. Cusco y la formación del Perú
Republicano. 1780-1840. Centro Bartolomé de Las Casas. Pág. 37. 2013. Cusco.
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