LAS POSIBILIDADES DE VERÓNIKA MENDOZA
DE
LLEGAR A LA SEGUNDA VUELTA
NOTICIAS SER.PE 17 de enero 2021
Faltan 85 días para las elecciones del 11 de abril. Son
apenas 12 semanas y un día. Si bien predomina la incertidumbre sobre sus
resultados, las encuestas coinciden respecto a quiénes son los cuatro
aspirantes que en estos días encabezan la intención de voto. Veamos la chance
de cada uno de ellos, en particular de Verónika Mendoza.
Forsyth
Es el más favorecido en todas las encuestas, pero según
Datum apenas supera el 10 % de las preferencias y el resto se ubica debajo del
7 %. Forsyth, a la vez, es el menos experimentado de los postulantes. Consiguió
inscribirse tomando prestado el partido de un pastor evangélico, porque no
tenía uno propio, y ha demostrado más de una vez sus debilidades como
candidato.
Entre esas debilidades están su poco dominio del debate
electoral. Por ejemplo, rehuyendo un diálogo sobre políticas de ciencia y
tecnología y resbalando en una declaración sobre las normas de financiamiento
partidario.
Esa inseguridad, y su desconocimiento de los temas propios de
una campaña electoral, se irán haciendo más notorios conforme ésta se haga más
intensa, y eso le restará capacidad de atracción entre el electorado. Por tanto
no es tan seguro que pase a la segunda vuelta. Pero aún podría capitalizar un
hartazgo contra los políticos que es semejante al de fines de los 80
Guzmán
El postulante que lo sigue en preferencias es Julio Guzmán,
que ya lleva años construyendo su candidatura y su partido. Pero, en medio de
la crisis partidaria generalizada, su partido quizás sea lo mejor que él tiene.
De hecho, han tenido un desempeño aceptable en el actual
Congreso. Reaccionan rápido ante las circunstancias. Han elaborado un programa
centrista y han reclutado a un grupo de candidatos jóvenes con amplitud y de
criterios, al gusto de las clases medias, que son importantes en una elección.
Pero el candidato morado tiene dos debilidades. Una, que al
actual gobierno de transición se lo vincula muy estrechamente, por el lugar
prominente que el Presidente Sagasti tiene en el Partido Morado. De este modo,
el desgaste que viene sufriendo este gobierno puede pasar factura sobre su
partido y sobre su candidatura.
Y su otra debilidad, es inevitable decirlo, es el mismo
Julio Guzmán. Hay excesiva impostación en sus gestos y en sus discursos, demasiada
indiscreción en sus ganas de agradar. Eso le resta autenticidad ante los
electores.
Este problema ya venía de antes. Se agravó con sus
explicaciones poco creíbles respecto a aquella fuga del recordado incendio, que
se lo van a sacar una y otra vez. Y se sigue acentuando con sus primeros spots
de campaña. Aquél del bus que va recogiendo candidatos recibió harta crítica,
pero peor fue la excusa. Era solo un montaje, una ficción, dijeron. Otra
impostura pues. Son dos debilidades que van a lastrar su chance para la segunda
vuelta.
Keiko
A continuación vienen Keiko Fujimori y Verónika Mendoza. Las
dos ya tienen una importante experiencia política y electoral. Es la tercera
postulación presidencial de Keiko y la segunda de Verónika. Y ambas han sido
congresistas. De las dos, Keiko es la que presenta mayores lastres como
candidata. En 2011 trasmitía demasiada proximidad con su padre, demasiado
endose a su gobierno violento y corrupto, y perdió ante Humala. En 2016
aparentó tomar distancia del viejo patriarca y enfrentó a un débil PPK. Pero en
la segunda vuelta se revelaron cuán malas eran sus compañías y PPK la derrotó,
con la ayuda nada menos que de Verónika y de enormes marchas juveniles.
Lo que sí obtuvo Keiko, en 2016, es una bancada poderosa.
Pero la usó para vengarse de un supuesto fraude en las elecciones. Prefirió
polarizar, procuró derribar a PPK, echar a su propio hermano de su partido y
aliarse y dejarse acompañar por corruptos, en el Congreso y fuera de él.
Y después de que el propio PPK se expuso a ser vacado y
terminó renunciando, Keiko y su bancada repitieron el mismo odioso guión contra
su reemplazante Martin Vizcarra. Pero este no cesó de ganarle todas las jugadas
y terminó disolviendo al Congreso fujimorista, con el respaldo de grandes
manifestaciones y hasta del Tribunal Constitucional.
Estas últimas imágenes aun pesan sobre la memoria de los
electores. Su efecto desmoralizante aun afecta a la propia candidata. Ya probó,
antes, casi todas las estrategias. Las duras y las blandas, y perdió. En su
falta de brújula, optó por reivindicar de nuevo al patriarca fundador preso por
graves crímenes. Keiko podría tener electores escondidos entre los más pobres
pero, con tal confusión de momentos y actores, difícil que acierte en la ruta
hacia la segunda vuelta.
La chance de Verónika
Respecto a Verónika Mendoza dejemos hablar a dos
observadores cotidianos de nuestra política. Ninguno de ellos tiene simpatías
políticas por ella. Es más, aborrecerían que termine siendo presidenta. Una de
ellas es Rosa María Palacios, el otro, Augusto Alvarez Rodrich.
La señora Palacios ya ha afirmado, hace algunas semanas, que
la candidata de la izquierda estará de todas maneras en la segunda vuelta. Y
por allí nomas, Alvarez expresó que Verónika “viene con fuerza”, como diciendo
lo mismo que su colega. La casi certeza de estos dos experimentados analistas
de la derecha peruana tiene que ver con una serie de características de
contexto y de actores que no sé si haga falta detallarlas. Por eso, me referiré
solo a cuatro de ellas.
La primera es que pocas veces un contexto social, económico
y político aparece tan propicio y legitimador para una candidatura como la de
Verónika Mendoza. Jamás hizo tanta falta la justicia social, la inclusión, la
defensa de los trabajadores y los vulnerables, el cuidado del medio ambiente,
la equidad social de género y de culturas, y una economía, una política y unos
poderes públicos alineados con esos conceptos.
Estos no son temas que sean monopolio de la izquierda, pero
la derecha empresarial los omite y de hecho los combate. Y los centristas hacen
discursos sobre ellos pero no salen de sus vacilaciones ni del miedo a los
chantajes de la derecha. Por eso son temas que están más asociados a la
izquierda y su candidata más viable ahora es Mendoza.
La segunda característica es que su juventud y su condición
de mujer la legitiman respecto a un cambio que viene muy potente en los últimos
años. Son siglos de poder patriarcal y ahora está cuestionado por todas partes.
Aquí también cruje, y en nuestro caso los patriarcas, en las últimas tres
décadas, envejecieron controlando un poder ultra corrupto y una economía
antisocial.
La tercera es que Mendoza tiene ahora más oficio,
conocimiento y seguridad en su discurso, incluso una cierta serenidad y
formalidad para responder a entrevistas agresivas. Como asumiendo la convicción
de que los electores premiarán que eluda la polarización y los modales
chocantes.
Y por último, sus competidores más cercanos, como los ya
mencionados, o los otros, no parecen tener la misma consistencia, calidad de
conducta y madurez. A los que son mayores que ella, les falta consistencia o
calidad de conducta. A los que son cercanos en edad, les falta alguna de esas
condiciones.
Por eso la casi certeza de la señora Palacios y del señor
Alvarez de que Mendoza “viene con fuerza”.
La primera
contracampaña
Los poderes fácticos ven esos pronósticos como indeseables y
amenazantes para sus privilegios. De hecho ya han comenzado a mover sus fichas
para que no se materialicen. Han comenzado por una maniobra mediática blanda,
digamos de baja intensidad.
La maniobra consiste en levantar la presencia mediática de
alguien que definitivamente no es enemigo de Verónika Mendoza, pero si un
competidor suyo en el campo de la izquierda. Me refiero a Marco Arana.
Esta última semana la televisión peruana ha entrevistado a
Arana o cubierto sus actividades como nunca antes. Comenzó con una inusual
cobertura en vivo de la conferencia de prensa de presentación de su plan de
gobierno el pasado viernes 8 de enero a las 9am. Un número inusual de cámaras y
periodistas, sorprendió a los propios anfitriones y continuó con rebotes en
todo el día.
Luego en los días posteriores hubo una infrecuente serie de
entrevistas al propio Arana o a los integrantes de su equipo en varios
programas de medios como Canal N o los conducidos por Fernando Carvalho (RPP),
Rosa María Palacios (Radio Santa Rosa) y Juliana Oxenford (ATV). No faltó la
cobertura de un acto de campaña en una loza deportiva del distrito de
Independencia.
El objetivo de esto es muy claro. No es que vayan a
convertir a Arana en su favorito. Ni lo piensan ni lo desean. Pero sí lo pueden
convertir en alguien que le reste a Mendoza los puntos porcentuales que
necesitaría para pasar a segunda vuelta.
Así que este proceso electoral aún tiene varios desenlaces
alternativos. Algunas candidaturas tienen una chamba cuesta arriba y con
adversarios no solo visibles sino otros más o menos ocultos que actuarán con
mayor osadía y turbiedad si así lo necesitan para defender sus intereses.
Verónika tiene chance pero no será fácil. Nunca lo ha sido, en verdad. <>
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