ENFOQUE VELOZ AL PERU ACTUAL
MESTIZOS,
ENDEUDADOS, CONSTITUYENTES Y POPULARES
Por: Guillermo
Javier González y Yair Cybel
TELESUR 15DIC20
E |
ste
análisis de la reciente encuesta CELAG revela importantes claves para entender
la profunda crisis que
vive el Perú y por dónde asoma la esperanza de cambio.
La
crisis política en Perú no da tregua: el maremágnum que comenzó con la
destitución de Martín Vizcarra y que tuvo su capítulo más álgido en el corto y fallido mandato de
Manuel Merino –menos de una semana y dos muertos- pareció estabilizarse
con el nombramiento presidencial de Francisco Sagasti. Pero no. Lejos de
tranquilizarse las aguas, tras la llegada del dirigente morado a la Casa de
Gobierno se siguieron acumulando los conflictos: en menos de un mes, el
ingeniero industrial formado en Pennsylvania ya ha tenido que enfrentar un masivo paro agrario, lidiar con
la muerte de otro manifestante y afrontar -dos veces- la renuncia de su
ministro del Interior.
A
poco más de cien días para las elecciones presidenciales y con un país movilizado se abren
una serie de hipótesis e interrogantes respecto al futuro cercano del Perú,
mientras continúa la tensión por ver cómo culminarán los pocos meses restantes
de mandato que originalmente correspondían a Pedro Pablo Kuczynski y que ya
acumula cuatro presidentes
en cinco años. En este contexto, desde CELAG realizamos una encuesta de alcance nacional sobre la situación política y social del
Perú, que nos permite aventurar una serie de razonamientos.
Nueva
Constitución Política
En
primer lugar, salta a la vista un dato que marca el clima de época: 9 de cada 10 peruanos y peruanas
creen que es necesario cambiar la Constitución actual. Consultados sobre
la problemática, un 42% sostiene que el país necesita una nueva Constitución,
mientras que un 47% señala que es menester realizar algunas reformas a la
actual Carta Magna. A su vez, dos tercios de la población confía en que un nuevo texto constitucional
podría ser la llave para resolver el conflicto entre los poderes Ejecutivo y Legislativo,
disputa que ha marcado a fuego la política peruana en los últimos años. La
Constitución fujimorista, aún con la gran cantidad de reformas que sufrió a lo
largo de estas casi tres décadas, es percibida como obsoleta -cuanto menos- y
apenas un 8% de la población la respalda. La demanda constituyente, que creció
al calor de las protestas, abrió una ventana de posibilidad para que este
reclamo transversal y extendido sea embanderado por fuerzas políticas que
realmente puedan cambiar
de raíz la realidad política y social del Perú.
Crisis económica
y endeudamiento
En
un segundo orden de interpretaciones, aparece la acuciante situación económica que atraviesa el país.
La mitad de los peruanos y peruanas afirma que a causa de la pandemia tuvo que recurrir al endeudamiento para
cubrir gastos, y lo llamativo es que este fenómeno también impacta en
los segmentos socioeconómicos más altos. La necesidad inminente de mejoras
concretas en torno a la compleja situación económica se evidencia en los datos:
únicamente un 15% de la
población manifiesta sensaciones positivas respecto a su salario, y si
se suman las preocupaciones por la “economía” y el “empleo”, la conjunción de variables económicas se ubica
a la cabeza de los principales problemas que perciben los ciudadanos del Perú.
Frente
a este complejo panorama, que las sensaciones reinantes en relación a la
situación política sean de incertidumbre
(45%) y enojo
(31%), hablan a las claras del desasosiego y hastío que experimenta la sociedad. La
crisis es profunda, por lo cual no llama la atención en absoluto la
aplastante mayoría ciudadana que apoyaría un impuesto a las grandes fortunas (73%), o que la
posibilidad de que el Estado otorgue un ingreso básico universal obtenga un beneplácito
mayoritario. Ahora bien, en un escenario marcado por la desconfianza
institucional, la crisis de representación y la compleja situación económica,
la incógnita que subyace es: ¿quién podrá encarnar, canalizar y representar estas demandas
ciudadanas?
Ubicándose en lo clasista y lo etnico
Tal
vez aún no haya respuestas para estos interrogantes. O quizás sí, y la tarea
sea más bien indagar en profundidad por aquella representación que se pueda erigir de cara a los
próximos comicios de abril y que logre articular las reivindicaciones de los
sectores más postergados. Para ello, resulta pertinente adentrarse en un
mapeo político e ideológico de los y las peruanas, cuyo resultado es revelador:
Consultados
por la autoubicación de clase, un 37% de los encuestados se definen como “clase popular”,
muy por arriba de la siguiente categoría (clase media con tendencia a ser baja) que alcanza los 21
puntos –y también por encima del resto de los países de la región, en
donde eligen ubicarse en mayor medida dentro de las clases medias-.
Para
complementar el perfil, consultados por su autoubicación
étnica el 60% de los y las peruanas se reconoce como
“mestizo”, mientras casi una cuarta parte de la ciudadanía se autopercibe quechua. Muy atrás
quedan los “blancos”
-apenas un 5%-. En conclusión, no caben dudas de que quien quiera dirigir el Perú
deberá representar a un país más mestizo y popular que blanco, limeño y de
clase media.
Elecciones a la
vista
Por
último, resulta sumamente interesante observar que, pese a la flaqueza
institucional exhibida por la democracia peruana en sus últimos años, un 62% de
la población considera a las próximas
elecciones como una oportunidad para mejorar aquello que no funciona en el país.
Al calor de los comicios presidenciales de abril, se abona el caldo de cultivo
para la emergencia de un liderazgo popular que pueda sintetizar estas demandas
presentes en la sociedad; pero también consolidarlas en una representación
política que integre y brinde soluciones a un país de clases populares,
orígenes mestizos, endeudamiento creciente y apetito constituyente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario