EL MASCARERO DE LA VIDA
Tomado de la revista BRISAS, abril 2018, pp.
39 a 41
Vive
hoy en Berlín, es un puneño vital de manos prodigiosas y estupenda creatividad
tanto que su figura artística ya es universal.
Se
trata de Edmundo Torres Tresierra, lampeño de nacimiento pero artista
mascarero de convicción cuyos portentosos trabajos han asombrado al mundo y
trascienden el tiempo.
A esta
hora en la capital germana, junto a los peruanos que forman el grupo 'Ríos
Profundos’, prepara la participación de los colores peruanos en el gran
festival Carnaval de las Culturas, fiesta tradicional movible que está
programada para mayo.
“Escenificaremos
el Wititi -le dice a Brisas por el hilo del WhatsApp- pero como no podemos
traer vestuario porque es muy costoso, lo estamos preparando aquí, lo estoy
pintando”
Y
hablamos de infinidad de cosas, desde nuestra participación en APAFIT en los años 60, de los viajes
artísticos, de su paso inolvidable por las tablas limeñas con los grupos más
afamados, hasta de las publicaciones que se hicieron de sus trabajos en
algunas revistas nacionales. Entre
muchas de sus vivencias, tiene marcada en el alma la de la ttanta wawa que
allá en su Puno añorado era la fiesta de los ‘bautizos de las guaguas de
bizcocho’ que se escenificaban en concurridas y jocosas ceremonias de la
juventud en ese entonces.
Mascarero
por excelencia
Pero
digamos de una vez que Edmundo es el hombre de las máscaras, artífice por años
de las legendarias máscaras que vivificaba sobre tablas el grupo Yuyachkani en
sus ya también legendarias obras de teatro popular.
"La
máscara ayuda a entender lo que se esconde entre otras tantas cosas conocidas
de las personas y los personajes”, afirma.
Hace
más de treinta años, lio ilusiones y bártulos, emprendió viaje a Alemania en
cuya capital, Berlín, afincó definitivamente.
‘Óigame
usté -le respondió a otro periodista- las máscaras no tienen la culpa de que
la política tornado se haya en impúdica picaresca sin siglo de oro. Es más,
las mascaradas como prácticas han sido siempre vehículo de goce, de juego, génesis
de amores tremebundos, como los de los chibolos Montesco y Capuletto.
Maravillosas
tareas para artistas con manos sabias, inspiración de músicos, estímulos para
corporizar los sueños. Nada que ver con este desfile obsceno de traías a la
vista y paciencia del respetable...
Y si de
máscaras se trata, le diría otro periodista, ¿qué máscara se ajustaría a tu
persona?
'Me
ofrezco como modelo pero dudo que atraquen. Se la pediría a mi amigo Paul
Colino, le pediría que me hiciera una máscara de un bellísimo abuelo chinchano,
afroperuano, precioso. De repente serviría para relatar eso del Monólogo de
las Tinieblas, de Gálvez Ronceros... Me gustaría también tener una máscara de
Kusillo -esa especie de bufón andino—, yo de hecho, me he hecho una, pero me
gustaría también tener una máscara que haya sido confeccionada por un artista
popular de mis lares...'.
Sus
máscaras y esculturas son ciudadanas del mundo, lucieron en exposiciones en el
Perú, Italia, España, Alemania y Hungría.
A los
14 o 15 años hizo su primera creación por iniciativa propia. Quería bailar la
diablada con los Sikuris del Barrio Mañazo, la agrupación más antigua que adora
a la Virgen de la Candelaria en Puno, y optó por disfrazarse de la 'China Diabla’,
se prestó un traje y fabricó su propia máscara.
Frida
Kahlo, la calaca Catrina mexicana, el agapito, el ekeko altiplánico, la
kullawa, el kusillo, el rey moreno y la paucartambina son algunos de los
personajes que cobran vida propia en sus manos de incalificable artista.
El
repertorio de máscaras que presenta en cada una de sus exposiciones y
presentaciones, pretende constituir un viaje fascinante por ese distintivo y
colorido mundo imaginario y fantástico que anida en su cerebro.
Fue
seleccionado por concurso como actor del elenco del Teatro Nacional Popular
(dirigido por Alonso Alegría), participando en diversos montajes, entre los
que cabe destacar: “Fulgor y muerte de Joaquín Murieta”, de Neruda, y
“Fuenteovejuna”, de Lope de Vega. Para la misma Institución le fue encargado el
diseño y realización del vestuario de “Edipo Rey”, de Sófocles, y "Un
tranvía llamado deseo”, de T. Williams.
Similar
tarea ha cumplido con diversos grupos independientes de Lima, como, por ejemplo,
“La Alforja”, "Quinta Rueda" o “TUC” (Teatro de la Universidad
Católica). Pero es con "Yuyachkani” con quien realizó su más fructífera y
entrañable colaboración. “Allpa Rayku", “Los músicos ambulantes” y
“Contraelviento” han sido sus más señalados resultados.
El es
Edmundo Torres Tresierra, nuestro artista de hoy, puneño universal.
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