LO
NUEVO DE LA PARADA MILITAR: LOS RONDEROS DE PUNO
Escribe: Rafaella León
Condensado de Revista SOMOS de EL COMERCIO 23JUL16, p. 32
La autoridad máxima a más de
4.800 m.s.n.m., en el distrito de Corani, Carabaya, Puno, es la Ronda Campesina.
Esta resuelve todo tipo de conflictos y pone a raya a la delincuencia, allí
donde no existen ni jueces ni policías.
Por primera vez esa ronda
campesina desfilará en Lima. Más de sesenta Ronderos de Corani (Carabaya, Puno)
invitados por el Ejército desfilarán en la Gran Parada Cívico Militar del próximo
29 de julio y entonarán “Gigantes del Cenepa” en quechua.
Participarán en el desfile con
vestimentas fabricadas en su comunidad, hechas de alpaca y plata. A la soga y a
los sombreros típicos de su vestimenta añadirán polos, pantalones y borceguíes inteligentes
fabricados en las comunidades de Chacaconiza y Quelcaya. Una tecnología con
filamentos de plata a la que el Ejército ya le puso el ojo.
ANTECEDENTES.- En medio de cerros congelados y a 4.800 metros
de altura, un grito rompe el silencio. Este contiene 63 voces masculinas, de
ancianos, jóvenes y adolescentes, y se convierte en música cuando repite las
frases que improvisa el técnico EP (r) Luis Larico: Miren, miren, Dos, uno
Ya me voy Cuatro, tres Hacia Lima
Quienes marchan a viva voz son miembros de las rondas campesinas de las
comunidades de Corani, Chimboya, Quelcaya, Chacaconiza e Isivilla, en las
gélidas alturas de la provincia de Carabaya. Estas organizaciones, que
aparecieron en todo el país durante los convulsos 80 (ver recuadro), se mantienen
por décadas como la única autoridad comunal, a falta de policías, fiscales o
jueces. "Nadie nos ayuda. En el 2005 eliminamos la delincuencia: Corani
es el único distrito de Puno donde nadie roba", nos explica Raúl Peralta,
presidente de la ronda campesina de este distrito, con un látigo alrededor del
pecho, sombrero de cuero y silbato en la mano. Si antes la autodefensa se gestó
contra la amenaza terrorista y el abigeato de ganado, hoy castiga al corrupto,
al infiel y al abusivo. Siempre en el medio de la plaza, con soga, ortigas y
agua helada. "Ahora estamos combatiendo la violencia y el abandono familiar.
Se les pone a los infieles al centro y se hace justicia", continúa
Peralta, 50 años y sonrisa firme.
Ensayo
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Dos coroneles del Ejército observan a los ronderos ensayar el paso
marcial. Han venido hasta Corani -a cinco horas de Juliaca- no solo porque
este 29 de julio por primera vez una ronda campesina de Puno desfilará en la
Gran Parada Militar, sino porque aquel día los hombres, comandados por Peralta,
portarán vestimenta 'saludable' e 'inteligente', confeccionada por estas
comunidades -con apoyo de la minera canadiense Bear Creek- con hilos de plata
y fibra de alpaca. El coronel EP Adán Doria, subdirector de Gestión del Conocimiento
de la Dirección de Ciencia y Tecnología del Ejército, verifica in situ cómo es
que se fabrican prendas que contienen iones de plata (un metal antimicrobiano
y desinfectante natural que destruye bacterias y hongos), que al mismo tiempo
las convierte en excelentes conductores eléctricos. A esta ropa se le incorporan
sensores para monitorear signos vitales, por ejemplo, de un soldado.
"Esta tecnología puede ser bastante útil en situaciones de riesgo: evita
que la herida de un combatiente se infecte y acelera los procesos de cicatrización.
Ante el estrés en zonas de combate se accionan unos impulsos eléctricos sobre
los nervios, haciendo una especie de masaje. La tela de fibra de alpaca y plata
es térmica y desde un teléfono o una tablet se puede aumentar o disminuir la
temperatura del soldado".
Lo que explica Doria no es ciencia ficción. La aplicación ya está
disponible en Appstore con el nombre Ropa Inteligente y pronto tendrá el
escudo del Ejército Peruano. "Ya se encuentra en el Pentagonito
testeándose para que logre una certificación. La participación en el desfile,
aunque sea solo de tres minutos, será la prueba de fuego", añade el
coronel EP Enrique Devoto, de la Dirección de Asuntos Civiles.
Pero mucho antes de que se diera cuenta de que la tecnología sería el
valor agregado de la fibra de alpaca que comercializan estas comunidades, lo
primero que hizo fue reunir y capacitar a los jóvenes. Se realizaron
entrevistas casa por casa y así supieron, por ejemplo, que en la escuela los
niños no recordaban la lección del día anterior y que ese problema de memoria
respondía a la falta de vitamina Bl. Hablando con los campesinos aparecieron
las preguntas. ¿Cómo hacen su chuño? Si la selva está cerca, ¿por qué no
comprar un camión con 200 kilos de fruta? "En cada helada hay una gran
oportunidad de producir fruta seca. Hicieron sus primeras bolsitas, que
repartieron en los recreos. El Ministerio de Salud certificó que el proyecto
había dado resultados. El año pasado los chicos ganaron premios de lectura,
poesía, comprensión. Los propios comuneros han solucionado su problema".
Esa fue la clave para lo que vino después.
Los preparativos
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Cual MacGyver (el ingenioso personaje de la serie ochentera), Franco
explica con dibujos en el aire cómo tras un proceso químico llamado
electrólisis descubrió que la plata se adhiere a la fibra de alpaca de tal
manera que ni lavando la tela se separan. Solo una empresa en el
mundo ofrece un producto similar y posee el certificado de la FDA: la Noble
Biomaterials, de EE.UU. Se contactó con sus representantes y ahora trabajan de
la mano. Las prendas 'inteligentes' que se confeccionan en las alturas de Puno
por ahora llevan hilos de plata de esta empresa, pues la empresa Bear Creek que
opera en la zona aún espera los permisos de explotación en el Perú.
"Lo que más quieren
los comuneros es el reconocimiento. Si les das sus necesidades básicas,
perfecto, pero eso no los motiva. Si haces que se sientan realizados, eso lo
valoran mucho. La gente de Corani ha empezado a crear empresas", comenta
Franco.
Los comuneros marcharán
a Lima en estos días por un motivo más: firmarán su primer contrato con la
Clínica Pulso Salud (con locales en Lima y Arequipa), que les comprará un lote
de uniformes, sábanas y medias 'saludables'. "Va a ser la primera
clínica que cuidará al paciente desde que entra, porque la ropa del personal
estará desinfectada", continúa Franco. El negocio funciona. Lo que falta
ahora es prepararse para los desafíos del mercado. •
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