viernes, 8 de agosto de 2025

MÀS SOBRE LA INDIFERENCIA POLÍTICA

 EL SILENCIO QUE AMENAZA LA DEMOCRACIA Y EL PROGRESO SOCIAL

Por: Jorge Luis Choque

L

a indiferencia hacia la política representa una amenaza grave para la salud democrática y la estabilidad social. Cuando los ciudadanos se desinteresan, abandonan su rol de vigilancia, creando un vacío que rápidamente llenan la corrupción y el autoritarismo. Esta despolitización erosiona derechos y libertades, pues la falta de participación activa sofoca la voz colectiva indispensable para exigir rendición de cuentas y defender el bien común. En esencia, la indiferencia no es neutral; es una complicidad pasiva que socava los pilares de una sociedad justa y equitativa.

Este desapego permite que unos pocos tomen decisiones cruciales, perpetuando un ciclo de desconfianza. Como recordaron Bertolt Brecht y Antonio Gramsci, el "analfabeto político" o el "indiferente" facilitan los peores males sociales, desde la pobreza hasta la corrupción. Brecht sentenció que "el peor analfabeto es el analfabeto político", cuya ignorancia alimenta la miseria. Por su parte, Gramsci, en "Odio a los indiferentes", afirmó que "vivir quiere decir tomar partido", calificando la indiferencia como "parasitismo" y "el peso muerto de la historia". Asimismo, Maquiavelo advirtió que "si no hay ciudadanos comprometidos... la república muere". El compromiso cívico es, por tanto, indispensable. Solo con una participación activa y consciente podemos proteger la democracia, asegurar que las decisiones políticas beneficien a la mayoría y construir una sociedad próspera para todos.

La política: omnipresente y crucial

La política, en su esencia, es la actividad que orienta la toma de decisiones para un Estado y la negociación de intereses. Involucra directamente a los ciudadanos y los asuntos públicos, entendida como "gobierno, guía, dirección, mandato" (Larousse, 2001, p. 413). Esta fuerza es omnipresente en nuestras vidas, modelando los cambios sociales y económicos a nivel global. Desde la antigua Grecia hasta el presente, a través de democracias, falsas democracias y dictaduras, la política es un ejercicio complejo que nos afecta a todos, independientemente de si deseamos comprenderla o no.

La indiferencia en América Latina: un éxito para las élites

El desinterés político en América Latina no es casual. Alimentado por la corrupción y la percepción de ineficacia institucional, beneficia directamente a las élites económicas y políticas. Pensadores como Milton Santos han criticado cómo la información globalizada puede "embrollar" en vez de iluminar, lo que sugiere que esta manipulación mediática contribuye a despolitizar y mantener las desigualdades. Lejos de ser un fracaso del pueblo, esta apatía es un éxito para quienes se benefician de la falta de escrutinio, consolidando un poder que ignora las necesidades de la mayoría.

Nuestra responsabilidad ciudadana: fiscalización y compromiso

Cuando criticamos los desaciertos de las autoridades, debemos recordar que su ascenso al poder fue resultado de nuestro voto o nuestra indiferencia. Nuestro voto no es un cheque en blanco, sino un acto de confianza que exige nuestra fiscalización, seguimiento y participación, responsabilidades que a menudo descuidamos. Es fundamental entender que solo desde el poder político se toman las decisiones cruciales para el progreso o retroceso de un país, ya que el gobierno posee los recursos y la capacidad para enfrentar los desafíos nacionales.

Como Karl Popper afirmó, "la democracia consiste en poner bajo control el poder político". Por ello, en vez de despreciar la política, debemos interesarnos y comprometernos a todos los niveles. Solo así mejorará la política y nuestra sociedad podrá avanzar. <:>

Perú: 08/08/2025

No hay comentarios:

Publicar un comentario