lunes, 22 de octubre de 2018

ALTA PROYECCIÓN GEOPOLÍTICA PARA PUNO Y EL PERÚ



Deysi Pari LA REPÚBLICA 20OCT18
El presidente Evo Morales contempla en Ilo el Océano Pacífico, ese inmenso mar que anhela Bolivia hace más de 139 años. Es el sábado 13 de octubre y en el puerto moqueguano la primavera se ha enturbiado con llovizna y vientos. Ese clima inusual recibe al mandatario boliviano, que llega muy temprano en su avión presidencial; lo acompañan un grupo de ministros, empresarios y dirigentes sociales.
Morales arriba aún con la resaca de la derrota en la Corte Internacional de Justicia de La Haya. El 1 de octubre, este tribunal determinó que Chile no tiene obligación de negociar con Bolivia una salida soberana al mar. El anhelo histórico de acceder al Pacífico ha quedado enterrado, por lo menos por el norte de Chile, territorio confiscado tras el conflicto de 1879.
Cerrada esa puerta, Bolivia no quiere cruzarse de manos. Necesita el mar para conectarse con el mundo. Actualmente utiliza los puertos chilenos de Arica, Iquique y Antofagasta para movilizar el 90% de su carga en barcos de gran tonelaje, como el Ante Topic, que ancló en Ilo cargado con 13 mil toneladas de bobinas de acero, metales y otros materiales pesados provenientes de Asia.
Comienza la descarga ante la vista de Evo Morales. Estaba prevista la presencia de su homólogo peruano, Martín Vizcarra, pero no pudo llegar. El desembarque sigue. Se efectúa por el terminal administrado por la Empresa Nacional de Puertos (Enapu).
¿Cuál es la intención boliviana? No lo sostienen abiertamente, pero pretenden orientar su flujo comercial por Ilo y dejar de depender de los terminales chilenos. El proceso es gradual. Está sujeto a la existencia de infraestructura adecuada. Por ejemplo, a la construcción de un megapuerto y un tren bioceánico. Para David Herrada Delgadillo, cónsul de Bolivia en Ilo, en una primera etapa podría desviarse a Moquegua la cuarta parte de la carga que sale y entra por Chile. Basta hacer unos cálculos para darse cuenta de que el negocio es importante. Según el diplomático, la carga boliviana genera un movimiento económico de 9,500 millones de dólares a Chile. Ilo recibiría una buena tajada de esa torta.
El presidente del Comité de Desarrollo Económico de la provincia de Ilo y director de la Cámara de Comercio, Carlos Mello Nalvarte, explica que la intención boliviana no es nueva. Antes de 2010 ya se había expresado ese interés.
Antes de visitar el terminal administrado por Enapu, el ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia, Diego Pary, señaló que esta alternativa portuaria es viable gracias al crecimiento económico de su país y al consiguiente incremento de las exportaciones e importaciones. Además, la capacidad de los puertos chilenos se ha visto rebasada, ocasionando cuantiosos retrasos y dificultades económicas para empresarios y transportistas. A esto se suman los constantes paros de trabajadores portuarios en Arica. “Con un puerto en Perú, podemos hacerlo más rápido e incluso abaratar los costos”.
 Ventajas para Evo 
Pese al golpe sufrido en La Haya, el presidente boliviano muestra buen ánimo. Es recibido por el alcalde de la provincia de Ilo, William Valdivia y la viceministra de Comunicaciones, Virginia Nakagawa. En la municipalidad lo condecoraron como huésped ilustre y recibe la llave de la ciudad.
¿Qué ánima a Bolivia a movilizar su carga por la costa sur? Algunas facilidades. Por ejemplo, un descuento de 30% por el uso del puerto y almacenaje gratis por 90 días. Estas nuevas condiciones resultan ventajosas para los empresarios bolivianos. “En este puerto no he escuchado que haya paros, eso también es ventajoso”, manifiesta el presidente Morales cuando dirige un discurso en la municipalidad.
El terminal de Ilo, según Enapu, es un puerto multipropósito, puede recibir todo tipo de carga, tiene capacidad para albergar hasta dos millones de toneladas métricas al año. Actualmente mueve alrededor de 450 mil toneladas. Una capacidad ociosa que sería bien aprovechada por Bolivia.
BOLIVIA MAR
Los empresarios bolivianos que visitan el puerto opinan que hay buenas condiciones. Sin embargo, resaltan que sería necesaria una inversión para mejorar la infraestructura. Gustavo Rivadeneira, dirigente boliviano del gremio de Transporte de Carga Internacional Pesada, hace notar que no hay un espacio adecuado para un patio de contenedores.
El gerente del terminal, Ricardo Moreno Capristán, dice que el Ministerio de Transportes y Comunicaciones ha aprobado un paquete de inversiones que permitirá mejorar la capacidad del puerto. La primera inyección económica es de once millones de soles, para la reparación del sistema de pilotes del muelle.
En 20 días, dice Moreno, se iniciará el proceso de licitación para la instalación de las nuevas defensas. Añade que en abril se adquirieron dos nuevos montacargas con capacidad para levantar trece toneladas.
Este desembarque es el segundo en el año. Una operación similar, que movilizó 9 mil toneladas de mercancía, se hizo en abril. Este año, Bolivia ya suma más de 20 mil toneladas de carga movilizada por el puerto moqueguano. La Asociación de Servicios Portuarios de Bolivia (ASPB) informó, el mismo día de la descarga, que se están cerrando tratos para movilizar 20 mil toneladas más este 2018. La proyección para el 2019 es aproximarse a las 100 mil toneladas. Mientras que por los puertos chilenos se importan y exportan cerca de 4 millones de toneladas al año.
 Tren bioceánico
 Sellar la alianza comercial demandará tiempo. Según Morales, la idea es construir un megapuerto en Ilo y un Corredor Ferroviario Bioceánico Central, un proyecto impulsado por los bolivianos desde el 2014. La idea es integrar el Perú, Bolivia, Paraguay y Brasil a través de 3.755 kilómetros de rieles para el paso de trenes de carga. “Esto va a ser como el nuevo canal de Panamá si hablamos de nuestro tiempo. Si recordamos el pasado, va a ser como el Qhapaq Ñan en el tiempo del Tahuantinsuyo. Es una gran integración”, dice el mandatario.
David Sánchez de la ASPB considera que lo primero es asegurar en el puerto una gran plataforma logística y una mayor frecuencia de naves.
Todo este movimiento hace prever que el presidente boliviano tiene depositadas sus esperanzas en Ilo. Cuando visitó el puerto, en 2010, junto al mandatario Alan García, desempolvó el antiguo acuerdo Boliviamar que le permite un acceso al Océano Pacífico. Ese acuerdo fue ampliado con más beneficios para el país altiplánico. Hoy no se aprovecha. Pero Ilo no deja de seducir a los paceños.


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