Deysi Pari LA REPÚBLICA 20OCT18
El
presidente Evo Morales contempla en Ilo el Océano Pacífico, ese
inmenso mar que anhela Bolivia hace más de 139 años. Es el sábado 13 de octubre
y en el puerto moqueguano la primavera se ha enturbiado
con llovizna y vientos. Ese clima inusual recibe al mandatario boliviano, que
llega muy temprano en su avión presidencial; lo acompañan un grupo de
ministros, empresarios y dirigentes sociales.
Morales
arriba aún con la resaca de la derrota en la Corte Internacional de Justicia
de La Haya. El 1 de octubre, este tribunal determinó que Chile no tiene obligación de negociar con Bolivia
una salida soberana al mar. El anhelo histórico de acceder al Pacífico ha
quedado enterrado, por lo menos por el norte de Chile, territorio confiscado
tras el conflicto de 1879.
Cerrada
esa puerta, Bolivia no quiere cruzarse de manos. Necesita el mar para
conectarse con el mundo. Actualmente utiliza los puertos chilenos de Arica, Iquique y Antofagasta para movilizar el 90%
de su carga en barcos de gran tonelaje, como el Ante Topic, que ancló en Ilo
cargado con 13 mil toneladas de bobinas de acero, metales y otros materiales
pesados provenientes de Asia.
Comienza
la descarga ante la vista de Evo Morales. Estaba prevista la presencia de su
homólogo peruano, Martín Vizcarra, pero no pudo
llegar. El desembarque sigue. Se efectúa por el terminal administrado por la
Empresa Nacional de Puertos (Enapu).
¿Cuál es la intención boliviana? No
lo sostienen abiertamente, pero pretenden orientar su flujo comercial por Ilo y
dejar de depender de los terminales chilenos. El proceso es gradual. Está
sujeto a la existencia de infraestructura adecuada. Por ejemplo, a la
construcción de un megapuerto y un tren bioceánico. Para David Herrada
Delgadillo, cónsul de Bolivia en Ilo, en una primera etapa podría desviarse a
Moquegua la cuarta parte de la carga que sale y entra por Chile. Basta hacer
unos cálculos para darse cuenta de que el negocio es importante. Según el
diplomático, la carga boliviana genera un movimiento económico de 9,500
millones de dólares a Chile. Ilo recibiría una buena tajada de esa torta.
El presidente del Comité de
Desarrollo Económico de la provincia de Ilo y director de la Cámara de
Comercio, Carlos Mello Nalvarte, explica que la intención boliviana no es
nueva. Antes de 2010 ya se había expresado ese interés.
Antes de visitar el terminal
administrado por Enapu, el ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia, Diego
Pary, señaló que esta alternativa portuaria es viable gracias al crecimiento
económico de su país y al consiguiente incremento de las exportaciones e
importaciones. Además, la capacidad de los puertos chilenos se ha visto
rebasada, ocasionando cuantiosos retrasos y dificultades económicas para
empresarios y transportistas. A esto se suman los constantes paros de
trabajadores portuarios en Arica. “Con un puerto en Perú, podemos hacerlo más
rápido e incluso abaratar los costos”.
Ventajas para Evo
Pese al golpe sufrido en La Haya, el
presidente boliviano muestra buen ánimo. Es recibido por el alcalde de la
provincia de Ilo, William Valdivia y la viceministra de Comunicaciones,
Virginia Nakagawa. En la municipalidad lo condecoraron como huésped ilustre y
recibe la llave de la ciudad.
¿Qué ánima a Bolivia a movilizar su
carga por la costa sur? Algunas facilidades. Por ejemplo, un descuento de 30%
por el uso del puerto y almacenaje gratis por 90 días. Estas nuevas condiciones
resultan ventajosas para los empresarios bolivianos. “En este puerto no he
escuchado que haya paros, eso también es ventajoso”, manifiesta el presidente
Morales cuando dirige un discurso en la municipalidad.
El terminal de Ilo, según Enapu, es
un puerto multipropósito, puede recibir todo tipo de carga, tiene capacidad
para albergar hasta dos millones de toneladas métricas al año. Actualmente
mueve alrededor de 450 mil toneladas. Una capacidad ociosa que sería bien
aprovechada por Bolivia.
BOLIVIA MAR |
Los empresarios bolivianos que
visitan el puerto opinan que hay buenas condiciones. Sin embargo, resaltan que
sería necesaria una inversión para mejorar la infraestructura. Gustavo
Rivadeneira, dirigente boliviano del gremio de Transporte de Carga
Internacional Pesada, hace notar que no hay un espacio adecuado para un patio
de contenedores.
El gerente del terminal, Ricardo
Moreno Capristán, dice que el Ministerio de Transportes y Comunicaciones ha
aprobado un paquete de inversiones que permitirá mejorar la capacidad del
puerto. La primera inyección económica es de once millones de soles, para la
reparación del sistema de pilotes del muelle.
En 20 días, dice Moreno, se iniciará
el proceso de licitación para la instalación de las nuevas defensas. Añade que
en abril se adquirieron dos nuevos montacargas con capacidad para levantar
trece toneladas.
Este desembarque es el segundo en el
año. Una operación similar, que movilizó 9 mil toneladas de mercancía, se hizo
en abril. Este año, Bolivia ya suma más de 20 mil toneladas de carga movilizada
por el puerto moqueguano. La Asociación de Servicios Portuarios de Bolivia
(ASPB) informó, el mismo día de la descarga, que se están cerrando tratos para
movilizar 20 mil toneladas más este 2018. La proyección para el 2019 es
aproximarse a las 100 mil toneladas. Mientras que por los puertos chilenos se
importan y exportan cerca de 4 millones de toneladas al año.
Tren bioceánico
Sellar la alianza comercial
demandará tiempo. Según Morales, la idea es construir un megapuerto en Ilo y un
Corredor Ferroviario Bioceánico Central, un proyecto impulsado por los
bolivianos desde el 2014. La idea es integrar el Perú, Bolivia, Paraguay y
Brasil a través de 3.755 kilómetros de rieles para el paso de trenes de carga.
“Esto va a ser como el nuevo canal de Panamá si hablamos de nuestro tiempo. Si
recordamos el pasado, va a ser como el Qhapaq Ñan en el tiempo del
Tahuantinsuyo. Es una gran integración”, dice el mandatario.
David Sánchez de la ASPB considera
que lo primero es asegurar en el puerto una gran plataforma logística y una
mayor frecuencia de naves.
Todo este movimiento hace prever que
el presidente boliviano tiene depositadas sus esperanzas en Ilo. Cuando visitó
el puerto, en 2010, junto al mandatario Alan García, desempolvó el antiguo acuerdo
Boliviamar que le permite un acceso al Océano Pacífico. Ese acuerdo fue
ampliado con más beneficios para el país altiplánico. Hoy no se aprovecha. Pero
Ilo no deja de seducir a los paceños.
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