Por Felix Paniagua Loza
Tomado de su libro: “COMPOSITORES Y MUSICOS PUNEÑOS”, Puno, 1990 p. 49 y
ss.
El
compositor autodidacta, autor de huayños ejecutados a nivel nacional e internacional.
Sacarías Puntaca Farfán nació en la Capital de la provincia de Lampa
departamento de Puno, el 15 de Marzo de 1898. Fue hijo de don Cecilio Puntaca
Chávez y de doña Reymunda Farfán Torrez. Casó con la doña Jesús Irma La Torre
Gilt, matrimonio que tuvo sus hijos: Nilda, Raymunda, Félix Adriel (profesor,
músico radicado en Urubamba-Cusco), Alberto (topógrafo. Virtuoso en la
ejecución de la guitarra, vive en Cajamarca).
Sacarías
realizó sus estudios de primaria en su tierra natal, en la Escuela 871 y secundaria
en el Colegio Nacional "San Carlos" de Puno. Fueron sus maestros,
entre otros, el Dr. Fermín Arbulú y Don Rosendo Huirse. “Pero no vaya a pensar
que allí aprendí música, en realidad quien despertó mi interés por el arte de
las notas musicales fue don Wenceslao Rodríguez, mi profesor en educación
primaria”, nos dijo alguna vez. “Fui compañero de estudios de Benjamín Camacho,
autor de los huayños "Aguilita de los Andes", "Entre los Keñuales”
y otros temas populares.
Su
hermano Francisco trabajaba como profesor en el distrito cordillerano de
Paratía, Lampa y Sacarías lo visitaba frecuentemente. En sus viajes, conoció de
cerca los caminos que serpentean esos yermos y alturas inhóspitas, de paisajes agrestes
y avasalladores, donde impresiona la inmensidad del lugar; allí donde las cumbres
de los cerros parecen estar al alcance de la mano pero se alejan más y más
cuando se trata de vencer las distancias; donde el hombre mora en estas alturas
en verdaderos nidos de cóndores; donde es fácil alcanzar el firmamento. Esa geografía
templó su carácter y su fuerza musical.
En
1959, a la muerte de su hermano Francisco y al ver que los hijos de éste lloraban
inconsolablemente la desaparición de su padre, Sacarías ante ese cuadro de dolor,
orfandad y soledad que embargaba a sus sobrinos, compuso melodía y letras del
celebrado huayño "Huajchapuquito". Hoy es el huayño-himno, emblemático
de la provincia de Lampa.
El
autor vivió orgulloso por su composición que en las olimpiadas de Berlín de
1936 fue ejecutado por una de las sinfónicas de Alemania, como la única pieza
musical sudamericana.
Sacarías
como instrumentista cordófono dominaba la guitarra, mandolina, bandurria y
violín; pero fue un virtuoso en la ejecución de la mandolina.
En el
campo de la educación Sacarías ejerció la docencia en el Colegio Nacional
"Juan Bustamante” en la capital de la provincia de Lampa, lo cual le dio oportunidad
de divulgar en forma voluntaria, la música vernácula, entre los jóvenes del
Centro Artesanal de Lampa.
En
1935 formó el “Conjunto Juventud Lampeña" que posteriormente con la influencia
del gran galeno Manuel Núñez Butrón, se transformó en "Conjunto Rijchari".
En
1958, funda el "Centro Musical Lampa" con los músicos Arturo
Vizcarra, Benjamín Camacho, Rigoberto Enríquez Núñez, el cura José Luis Aguirre
y otros instrumentistas lampeños: institución que cultivò el rico acervo
folklórico de canciones de la música de ayarachis, pantominos, turcos y otras
danzas nativas y las creaciones de Sacarías, de Arturo, Benjamín y otros, con
las que en 1960 el "Centro Musical Lampa", triunfó conquistando el Primer
Premio, en el Concurso Departamental de Estudiantinas, que se realizó con
motivo de los festejos de Aniversario de la Fundación Española de la capital del
departamento de Puno.
Las
creaciones de Sacarías Puntaca Farfán son los hermosos huayños: "Huajchapuquito",
"Cholito Sobrado", "Muyu Pollerita", "Mis
Deseos", "Hay que reir", inspiración de un profundo sentimiento
y "Chacachaquita", inspirado en la deslealtad de una moza; el vals
"Lampa" en homenaje a su tierra natal; y otros que se difunden en el
ámbito puneño, nacional e internacional. Sus canciones están dedicadas al amor,
la mujer, el campo y por momentos enamora prometiendo felicidad y a ratos es
burlón, juguetón; pero no le es ajeno al tema filosófico el de la meditación en
los problemas cotidianos. Su música es de las más originales y hermosas.
El
pueblo de Puno y las instituciones tutelares del departamento de Puno, tales
como la Universidad Nacional del Altiplano, VII Región de Educación, el
Instituto Nacional de Cultura Filial Puno, Instituto Americano de Arte y el
Honorable Concejo Provincial de Puno, en ceremonia singular realizada el 2 de
diciembre de 1978, en el Teatro Municipal de la “rica ciudad de plata” tributaron
a Don Sacarías Puntaca Farfán, junto a otros valores de compositores y músicos
de Puno, justo homenaje en vida.
En
1986, la Asociación Nacional de Periodistas de Juliaca le entregó un plato recordatorio
y Diploma de Honor, a este lampeño cultor y compositor de la música puneña, en
mérito a sus canciones.
En
1987, el Directorio y alumnado del Colegio Nacional Juan Bustamante de Lampa,
en gratitud de haber legado el Himno al Colegio, con música y letras de su
creación, le rindió justo homenaje, entregándole un busto del compositor y un pergamino.
Ese
mismo año, los residentes lampeños en la Ciudad de Arequipa, merituando el
valor musical de don Sacarías Puntaca Farfán le entregaron un pergamino en ceremonia
especial; y, la Promoción del Instituto Superior Pedagógico de Educación Física
de Lampa llevó su nombre, en gratitud y reconocimiento del Himno al Instituto (música
y letras).
El 24
de noviembre de 1989, con motivo de la ceremonia inaugural del lujoso y soberbio
Teatro Municipal de Juliaca, Sacarías Puntaca Farfán, junto a los músicos
Faustino Rodriguez León (Ayaviri) y Washington Muñoz Durand (Juliaca), fue
objeto de notable homenaje en el que se reconoció su espléndida virtud de
músico y compositor, asì como su activa difusión de la música puneña. El Honorable
Concejo Municipal de San Román presidido por su alcalde don Arturo Bernal Salas,
condecoró a Puntaca en señal de reconocimiento y gratitud eterna.
El músico
y compositor lampeño que legó a Puno sus hermosas creaciones, dejó de existir
en Juliaca el 4 de febrero de 1991.
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